Nick Ottens nos trae una interesante conjetura sobre la Guerra Fría. Ya muchos conocen e identifican lo característico del autor, la historia alternativa. También este blog suele recurrir a la historia alternativa para analizar algunas hipótesis que los historiadores han planteado en algunas ocasiones durante sus investigaciones.
El Reino de Italia tuvo esa denominación oficial entre 1861 y 1946. Desde 1922 hasta 1943 era conocida como Italia fascista, es decir, la etapa en que gobernó el Partido Nacional Fascista con Benito Mussolini como jefe de gobierno y subordinado al Rey de Italia.
Italia al finalizar la segunda guerra mundial estuvo a poco de ser dirigida por movimientos de carácter socialista-comunista, solo la presencia militar de los tropas estadounidenses impidieron tal suceso.
Los Aliados occidentales no estaban para aventuras revolucionarias, la guerra fría había iniciado y exigieron que los convenios entre los triunfantes Aliados debían ser respetados, lo que incluía a la Unión Soviética como potencia victoriosa, nos referimos básicamente a los Acuerdos de Yalta y Potsdam en que se trazaron y delimitaron las zonas de influencia en Europa, las grandes potencias llegaron al compromiso de respetar esa invisible delimitación.
Italia, naturalmente, al haber sido liberada del yugo nazi quedaba dentro de la esfera de influencia de los Aliados occidentales. De esa manera el poderoso ejército partisano -por así denominar a los diversos grupos de combatientes de izquierda- que incluso habían capturado y ejecutado al Duce, se vieron enfrentados a la realidad, en otras palabras:
El ejército de ocupación estadounidense no permitiría que movimientos socialistas, comunistas, anarquistas o de cualquier inclinación de izquierdas se haga con el poder, tal acontecimiento no sería tolerado. Caso de que llegaran a triunfar en los eventos de elección popular, lo cual era factible ante el poder y la popularidad de la izquierda italiana que sostuvo la resistencia contra el fascismo de Mussolini y la invasión alemana, se fueron creando incipientes organizaciones de ultra derecha que con el transcurso de los años conformaron las tristemente célebres organizaciones stand behind y la futura "Operación Gladio".
Recordemos que el referéndum italiano del 2 de junio de 1946 proclamó la República de Italia que ya tácitamente había nacido tras el final de la segunda guerra mundial. El resultado fue muy claro en cuanto a la decisión ciudadana que se pronunció por poner fin a la monarquía de la Casa de Saboya, beneficiaria directa en pleno siglo XX (1922-1943) de la dictadura fascista y sus guerras coloniales de conquista en el África (imperio colonial), junto a la desastrosa participación bélica como aliada de la Alemania nazi.
En 1948 entró en vigor una nueva Constitución, se revisaron las fronteras en beneficio de Francia y Yugoslavia, la pérdida del imperio colonial, así como la definitiva configuración del territorio italiano. El camino fue duro para la democracia, los primeros comicios electorales demostraron la inmensa popularidad de los Partidos Socialista y Comunistas italianos, que, por supuesto, estaban respaldados por la URSS, frente a estos movimientos los Estados Unidos con su visión de "democracia" impulsó a la Democracia Cristiana.
La injerencia de Truman y las veladas amenazas de las fuerzas militares aliadas en territorio italiano consiguieron la exclusión de los comunistas del gobierno, logrando lo que no habrían podido conseguir de otro modo en las elecciones legislativas de 1946, una holgada victoria de la Democracia Cristiana que controlaría la política del país durante décadas.
Los comunistas italianos, al igual que los de toda Europa, comprendieron que su país solo disponía en aquella época de una soberanía limitada, estaban conscientes que Estados Unidos nunca concedería a un gobierno de izquierda los beneficios del Plan Marshall para la reconstrucción económica que tanto necesitaban.
Pero, ¿qué hubiese pasado si las fuerzas populares italianas asumían el poder?. Como hemos dicho tal escenario hubiese provocado una sangrienta guerra civil respaldada por las fuerzas de ocupación estadounidenses; el otro escenario hubiese sido la división de Italia durante la Guerra Fría; y, es precisamente este último escenario el que es analizado por Nick Ottens en Never Was Magazine.
Buena lectura
T. Andino
*****
¿Y si Italia se hubiera dividido durante la Guerra Fría?
El artista conocido como “Dom-Bul” imagina qué pasaría si, en lugar de Alemania, Italia se hubiera dividido entre Oriente y Occidente durante la Guerra Fría. Mapa ficticio de una Italia dividida durante la Guerra Fría ( Dom-Bul )
Hay dos posibles puntos de divergencia:
Los soviéticos, en lugar de los aliados occidentales, invaden el sur de Italia durante la Segunda Guerra Mundial. Las fuerzas estadounidenses y británicas aterrizan en el sur de Francia (ver Cómo cambiar la Segunda Guerra Mundial) e invaden Italia desde el norte. Se encuentran en el centro de la península las tropas occidentales y el Ejército Rojo, al igual que se reunieron en el centro de Alemania en 1945.
La guerra civil estalla en Italia, no en Grecia, en 1947. Es la primera batalla por poderes de la Guerra Fría. El Partido Comunista Italiano respaldado por los soviéticos, el más grande de su tipo en Europa Occidental con más de dos millones de miembros, prevalece en el sur. Los demócratas cristianos pro occidentales defienden el norte. El país está dividido como lo estaba Corea en 1953.
Se crea una República Democrática de Italia en el sur y se adhiere al Pacto de Varsovia. Una República Federal en el norte se une a la OTAN y a la Comunidad Europea del Carbón y del Acero. Roma se divide a lo largo del río Tíber con un puesto de control en el puente Garibaldi.
Ruggero Grieco, en el mundo real el jefe de propaganda del Partido Comunista Italiano, se convierte en el primer líder de la república y pide a Stalin el regreso de la Marcha Juliana de Yugoslavia. Stalin acepta pero Tito se resiste. El líder yugoslavo solo acepta cuando Stalin acepta incorporar a Bulgaria a la República Federativa Socialista de Yugoslavia, lo que acerca un paso más el sueño de Tito de una Federación Balcánica. (El líder comunista búlgaro Georgi Dimitrov realmente accedió a fusionar su país con Yugoslavia, pero fue detenido por Stalin. Vea Países que casi existían) Gorizia, en la frontera con lo que ahora es Eslovenia, está dividida en dos, como Roma.
Grieco muere de un infarto en 1955 y es sucedido por Palmiro Togliatti, en el mundo real secretario general del Partido Comunista Italiano de 1934 a 1938, viceprimer ministro en el primer gobierno democrático italiano de posguerra y admirador de Stalin. Su gobierno adopta una línea dura contra el crimen organizado, que en las comunidades rurales pobres del sur de Italia, especialmente Sicilia, es a menudo la única fuente de empleo para los hombres jóvenes. Muchos abandonan la República Democrática (no existe un equivalente al Muro de Berlín que lo impida), instalándose en el norte, donde la economía está en auge en la década de 1960, o en Estados Unidos.
Togliatti muere de vacaciones en Crimea en 1964 y es sucedido por Enrico Berlinguer, quien en el mundo real dirigió al Partido Comunista Italiano de 1972 a 1984 y lo alejó de Moscú para trazar una "tercera vía" entre el capitalismo y la versión soviética del socialismo. En esta línea de tiempo Berlinguer permanece en el poder hasta su muerte en 1984 y relaja tanto el régimen en el sur como las relaciones con Occidente, allanando el camino para la reunificación bajo su sucesor, Alessandro Natta.
En el mundo real, Natta dirigió el Partido Comunista Italiano de 1984 a 1988. Aquí es el líder de la República Democrática cuando la Unión Soviética implosiona en 1991. Los otros estados comunistas de Europa no se quedan atrás. Se levantan los controles fronterizos en Roma y Gorizia. El Tratado de Roma de 1992 reúne a Italia bajo el liderazgo del norte. Todo el país se convierte en una república federal. Natta se convierte en senador vitalicio.
Nota explicativa (N.d.E.)
Eso podía haber sido plausible, si los soviéticos hubiesen entrado desde el norte, a través de Yugoslavia, tenían mucha mayor capacidad para movilizarse en tierra y establecer en el norte de Italia un estado. La URSS no tenía la capacidad ni la logistica anfibia para atacar desde el sur y nunca la tuvieron, ni siquiera en el apogeo de su poder durante la Guerra Fría. Por otro lado, los comunistas italianos (entre los más exitosos electoralmente de cualquier país occidental) no fueron tan efectivos y populares en el sur donde existía (aun hoy) una fuerte influencia de la mafia (conservadora). La fuerza electoral de los comunistas estaba concentrada en el centro de Italia, la ubicación menos sostenible militarmente (no cerca de ninguna frontera).