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01 abril 2022

La Guerra Fría en los carteles de Occidente



por Tito Andino
Recopilación de textos y gráficos.

 

La Guerra Fría fue un conflicto geopolítico entre la Unión Soviética y los Estados Unidos que dio forma al pensamiento antagónico sobre un mundo dividido en bloques de aliados liderados por estas superpotencias. Cada nación profesaba su ideología sosteniendo un plan para la sociedad, la política, la economía, la ciencia, la cultura, el deporte, etc., que representaban polos opuestos. 

 

A pesar de las frías relaciones oficiales antes de la Segunda Guerra Mundial, los Estados Unidos y la Unión Soviética forjaron una alianza contra la Alemania nazi que acabó al final de la guerra en 1945. Cada bando consideró que sus intereses eran incompatibles con las acciones del otro, eso hizo que un nuevo conflicto mundial fuera altamente posible.

 

Arriba: Una clara muestra de la actual imitación de la propaganda nazi alemana anti bolchevique (arriba a la izquierda) para comparar al presidente Putin con los malignos tentáculos de la araña soviética apoderándose del mundo (arriba derecha) corresponde a la revista conservadora estadounidense "National Review" y, las de abajo son caricaturas publicada en el británico "The Guardian" (2018) y "The Economist".

No solamente a causa de la invasión rusa de Ucrania ha renacido o se ha forjado una nueva Guerra Fría, hay varios antecedentes que avalan esta perspectiva (conflictos armados, geopolíticos, económicos alrededor del mundo). Los rivales de antaño, bajo otro manto político, pero idéntica visión monetaria vuelven a desplegarse y enfrentarse a través de terceros. El fantasma de un conflicto nuclear resurge tras una pausa de tres décadas. (este post trata sobre carteles y propaganda, no entraremos en mayores detalles sobre política). 


Cartel anticomunista alemán de 1919, la Muerte vestida de rojo caminando sobre una ciudad arrasada, pero el mensaje es 'Únete a la Liga Anti-Bolchevique´.

Aunque nada tiene que ver entre sí, los carteles anticomunistas de antes de la segunda guerra mundial suelen relacionarse y mezclarse con la propaganda nazi e indistintamente con la propaganda estadounidense elaborada durante la Guerra Fría. Un error relacionado por la sobre-infundada propaganda de terror para "alejar a las masas de los peligros del bolchevismo".


"¡Moscú manda!" Inglaterra y Estados Unidos son títeres comunistas.    Propaganda nazi.



"La Troika está acelerando a través de Rusia..." Este cartel anti-Stalin fue producido por el departamento de propaganda del gobierno alemán en 1942 para la ocupación de Rusia y Ucrania durante la IIGM. Las letras en el látigo son "N-K-V-D" (Comisariado del Pueblo para Asuntos Internos) mientras que el carro las letras son "U.S.S.R." dentro de una Estrella de David. En el yugo está escrito "¡Trabajadores de todos los países, uníos!"


Esa mescolanza de carteles nazis, fascistas, europea de posguerra, hasta antisemita y propaganda estadounidense en la Guerra Fría, por alguna "extraña" razón guardan equivalentes estilos. Quizá puede explicarse porque reflejaban el persistente miedo del poderoso capital financiero e industrial amenazado por el avance de los trabajadores y movimientos sociales en la primera mitad del siglo XX (socialismo, comunismo, etc.) "Los rojos contra Europa"; "La amenaza roja en América"; "Terror bolchevique contra el mundo", etc., era el mensaje difundido.


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Por esa razón estamos obligados como antecedente a colocar algunos ejemplos de propaganda anticomunista en general junto a la nazi, luego revisaremos algunos carteles estadounidenses durante la Guerra Fría. 




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El articulista de la Revista "Jotdown", Javier Bilbao, en un esclarecedor reportaje, "La propaganda anticomunista como una de las bellas artes", escribe:  "Vista con la distancia que otorga el tiempo cierta propaganda anticomunista resulta incluso simpática en su empeño por aterrorizar a la audiencia como si del tren de la bruja se tratase. 




Terminaba siendo casi indistinguible del cine de terror y ciencia ficción con el que en no pocas ocasiones intercambió recursos. Tal vez el histrionismo de esas advertencias contribuyó a que luego ya nadie se las tomara en serio, o puede que permitieran contener la amenaza ante un público un poco sordete al que había que gritarle las cosas con mucho aspaviento para que se enterara. Quién sabe. 




En cualquier caso resultaba divertida y llamaba la atención, lo que es la regla número uno de la propaganda y el motivo por el que le echaremos un vistazo a ejemplos peculiares. Aquellos en los que no quedaba claro si estaban hablando de política o del próximo estreno en las salas".


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La propaganda anticomunista prácticamente arranca en Occidente desde la primera década del siglo XX. Nadie podría negar la popularidad del comunismo en toda Europa (de las fuerzas sociales de izquierda en general) antes, durante y después de la segunda guerra mundial. Al fin y al cabo fueron los "zurdos" quienes lideraron la Resistencia antinazi, la gente de naciones como la británica, francesa, italiana, griega, mostraron vivo interés por la lucha que libraba la URSS contra la invasión nazi. Si no es por la intervención estadounidense en Europa con su presencia militar e impulsando el "Plan Marshall", es ciertamente probable que la izquierda política europea haya dirigido Europa en la inmediata posguerra. 


        Dos carteles de posguerra franceses.

En 1948 Gran Bretaña puso riendas al asunto, se creó la IRD (Information Reseach Departament) para "oponerse a las incursiones del comunismo, tomando la iniciativa contra él". En Estados Unidos apareció el Psychological Strategy Board, para realizar operaciones de guerra psicológica, su trabajo era combatir ideológicamente al comunismo en Europa. Los carteles políticos anticomunistas resurgieron al mejor estilo de la propaganda de la Alemania nazi, como dato curioso a resaltar. 










En la década de 1950 surgió la "Campaña de la Verdad" en los Estados Unidos, "una campaña ideológica dirigida desde el Gobierno sobre sus propios ciudadanos termina siendo sospechosamente parecida a ese tipo de Estado totalitario que se pretende combatir", el "demonio rojo" apareció en casa, la caza de brujas del macartismo estaba en apogeo, la conspiración comunista se encontraba hasta en la sopa de los hogares estadounidenses. El cine, la radio, la prensa, también se involucran en la búsqueda de espías rojos. El  caso llegó al terreno espiritual, no hace falta decir quien encarnaba el Mal. 

 

"¡Mira detrás de la máscara! El comunismo es la muerte", 1950. - "El comunismo lleva una cara falsa. El rostro duro y vicioso del comunismo se esconde detrás de una máscara de paz", una publicidad de Bohn Aluminium & Brass Corporation.


Hasta se utiliza descaradamente en la posguerra el antisemitismo para denunciar al comunismo, ¿o es que nos hemos olvidado de la "gran conspiración judeo - masónica -comunista"?, en la que viejos partidarios del nazismo apoyan la lucha de Occidente con recursos literarios contra los movimientos de izquierda (una prolífera publicación de libros ha envenenado la mente de generaciones de jóvenes en la posguerra, sino fíjense en los miles de neonazis ucranianos que luchan contra los "comunistas" rusos). Según esta desquiciada propaganda, aun popular en España y América Latina y en países como Ucrania, los judíos controlan el comunismo... y de paso las altas finanzas de Occidente. En  los Estados Unidos se ríen de esto, pero ha sido un gran aporte para su guerra ideológica. 


Cartel antisemita de 1941 creado para la exposición antimasónica celebrada desde agosto de 1941 hasta enero de 1942 en Belgrado cuando Serbia estaba bajo ocupación de la Alemania nazi.  La exposición tenía la intención de deshumanizar e intensificar el odio a los judíos que "maniobran a la masonería, a la democracia y al capitalismo". Los diseñadores de estos carteles permanecieron en el anonimato. El cartel presenta una caricatura de un hombre judío que actúa como titiritero con Joseph Stalin y Winston Churchill como marionetas. La leyenda en serbio se traduce como "El judío sostiene los hilos en su mano, ¿de quién y cómo- Encontrarás respuestas en la exposición anti-masónica".


El General Dwight D. Eisenhower, como Presidente de los Estados Unidos (1953-1961) declaró: “Nuestro objetivo en la guerra fría no es conquistar o someter por la fuerza un territorio. Nuestro objetivo es más sutil, más penetrante, más completo. Estamos intentando, por medios pacíficos, que el mundo crea la verdad... A los medios que vamos a emplear para extender esta verdad se les suele llamar ‘guerra psicológica’. Es la lucha por ganar las mentes y las voluntades de los hombres”.

Pero la URSS no se quedó de brazos cruzados, J. Bilbao nos narra en otro articulo "La propaganda anticomunista durante la Guerra Fría" (JotDown), que "En abril de 1949, la URSS organizó en París el Congreso Internacional por la Paz, un evento de gran repercusión mediática que contó con el apoyo de numerosos intelectuales y artistas como Charlie Chaplin y Picasso, que cedió un dibujo de una paloma de la paz que pasaría a convertirse en uno de los símbolos del siglo XX. Una brillante jugada que mostraba ante la opinión pública a los Estados Unidos como el bando belicoso frente a ellos, que solo querían la paz mundial. Así que la respuesta americana se basó en negar a sus adversarios el monopolio de la palabra “paz”, que pasó a ser incesantemente repetida en toda clase de discursos y eventos internacionales... Con el fin de congregar a intelectuales excomunistas o al menos de una izquierda no marxista, la CIA organizó en Berlín el Congreso para la Libertad de la Cultura en junio de 1950. Se trataba de dar réplica al reciente Congreso Internacional por la Paz de París y la ciudad escogida no podía estar más cargada de simbolismo".



Otro hueso duro de roer para las fuerzas del "Bien" se encontraba en el campo intelectual. La culta Europa y los Estados Unidos no pudieron contrarrestar el hecho de que la intelectualidad se inclinara más hacia la izquierda. Para ello entraba en acción Hollywood y otros medios de difusión masiva. "Se trataba del ámbito de los artistas, académicos e intelectuales, a los que era preciso ganar para la causa. Aunque nos resulte difícil de imaginar en estos tiempos en los que la televisión glorifica a personajes que bordean el analfabetismo. A finales de los años 40 y durante las décadas de los 50 y 60, en Francia en particular y en el resto de Europa en general, los intelectuales gozaban de un inmenso prestigio. Figuras tan celebradas como Sartre y Camus eran las que toda persona culta debía imitar al posicionarse políticamente". 


Izquierda: "En caso de que los comunistas ganaran, nuestras mujeres estarían indefensas bajo las botas de los rusos asiáticos", 1953. Derecha: Póster del film "I-Married-a-Communist".

Recomendando dar lectura a los referidos artículos de Javier Bilbao (enlaces abajo) resumimos su investigación. 

"Si algo logró cautivar la atención de la población mundial, especialmente a partir de los años 60, fueron las nuevas formas de ocio de la emergente sociedad de consumo. Desde 1948 la emisora de la CIA Radio Europa Libre emitía música jazz y pop a los oyentes del Bloque Oriental, el MoMA de Nueva York también por iniciativa de la agencia promocionaba el expresionismo abstracto de autores como Pollock (considerado algo totalmente opuesto al realismo socialista), la Coca-Cola se extendía como la pólvora por Europa ante el pavor marxista y grupos como los Beatles causaban sensación también al otro lado del telón de acero. Tal como el cineasta de origen checo Milos Forman explicaba sobre su juventud antes de exiliarse, no eran solo las ansias de los jóvenes de Europa del Este por los pantalones vaqueros y la música occidental, sino el rechazo hacia estos por parte del régimen, lo que le hacía perder credibilidad: “los ideólogos estaban diciendo que esto es decadente, son cuatro monos que escapan de la selva…


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Respecto al cine, las autoridades americanas pronto supieron ver la extraordinaria influencia que puede llegar a tener y le concedieron una notable importancia. Había informativos sobre cómo reconocer a un comunista. Se advierte de que un comunista no se distingue en su aspecto físico de cualquier otra persona, muy necesaria aclaración. La CIA también quiso meterse en el negocio y financió y distribuyó por el mundo la adaptación en dibujos animados del clásico de Orwell "Rebelión en la granja". De forma un tanto paradójica hicieron también otra adaptación del mismo autor: "1984". Es decir, el Gobierno Federal produjo una película propagandística que trata sobre un Estado totalitario basado en la propaganda. El cine de Hollywood debía contener un mensaje en defensa del mundo libre y contra la tiranía comunista. La consigna del proyecto era “Militant Liberty”.


Un póster del film "The Red Menace", una película anticomunista y antisoviética estrenada en 1949 en EEUU.
 

Pero, siempre hay que tener presente que: "La propaganda pierde efectividad si es reconocida como tal". 

Aquí abajo hay cinco ejemplos de propaganda estadounidense durante la Guerra Fría, son posters casi desconocidos que fueron distribuidos en diferentes idiomas, principalmente para el Asia, Oriente Medio e incluso para América Latina.

 

    "La Federación Lobo", 1950-1951 



Stop criminal!



" La Mano Roja del Comunismo se extendió para destruir a todos los pueblos del sudeste asiático".



Servimos a la gente

Esta curiosa caricatura política muestra al mortero de la yihad aplastando a la Unión Soviética en Afganistán.



Para concluir otros ejemplos domésticos de la propaganda estadounidense.


"Cómo espera Stalin que destruyamos América" (Joe Lowe Co. 1951)


Un clásico muy popular, "Is this tomorrow" (Este es el futuro). Son portadas de la propaganda anticomunista del comic publicado en Estados Unidos por el gremio catequético en St. Paul - Minnesota, en 1947. En su interior decía que el estadounidense promedio era propenso a decir: " 'Esto no puede suceder aquí'. Millones de personas en otros países solían decir lo mismo…. Hoy están muertos o viviendo en la esclavitud comunista. ¡No debe suceder aquí! " 













Este artículo es continuación de: La Guerra de los Carteles...



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Lecturas recomendadas

22 marzo 2022

La Guerra de los Carteles...

...Durante la "Guerra Fría" 


V. Zhelobinsky. "Nuestro Objetivo - Paz!". 1967


por Tito Andino


Nuestra "Guerra de los Carteles" no se refiere a las luchas intestinas entre organizaciones criminales, ni se trata de telenovelas colombianas sobre "El Cartel", vamos a tratar una "corta" recopilación de carteles de propaganda de la guerra informativa o desinformativa -según la posición que adoptaron las partes en disputa- durante ese largo periodo conocido como "Guerra Fría".


Una nueva "Guerra Fría" se ha desatado en Europa, los protagonistas los mismos de hace 70 años, y para colmo, ayer como hoy, algo tiene que ver con NAZIonalismo, siendo otros factores como el económico los determinantes. Bueno, hoy no "hablaremos" de política.


¿Les recuerda algo de actualidad los colores de las caricaturas? Estos premonitorios trazos son de 1964 sobre la OTAN corresponden al artista ucraniano Mark Aleksandrovich Abramov, mundialmente conocido como MOA. Izquierda: "Dentro de la cocina de Berlín Occidental"; y derecha: "Curso Intensivo".  

Siempre me ha interesado la "moda" retro, el vintage artístico, evidentemente la sátira política es de mi preferencia, reflejado en muchos artículos como la serie de grandes batallas de la segunda guerra mundial en caricaturas. Sobre mis reflexiones y afectos "políticos" los he dejado plasmados en el artículo "Humor político de un ´belicoso´ bloguero".

No hay duda al respecto, los rusos o soviéticos del pasado fueron los supremos maestros del humor antinazi. El lector tenga la seguridad de que si los Estados Unidos y el Reino Unido hubiesen liderado la guerra de caricaturas también gozarían de la misma relevancia que damos a su mejor Aliado de aquellos días, la URSS. Y lo mismo ocurrió en la posguerra (Guerra Fría), los caricaturistas soviéticos fueron insuperables.

 

V. Menshikov, en "Quiere cruzar la frontera".1968

Y eso no quita que siga siendo de mi interés los artistas anglo-estadounidenses, aquí hemos publicado trabajos artísticos de Daniel Robert Fitzpatrick, se ha publicado bonitas series de tarjetas postales made in USA, hasta recopilamos el humor negro anti-japonés de "Tokio Kid Say", una colección de portadas de la revista canadiense "Star Weekly", ni que decir del maestro mexicano contratado por los USA para ridiculizar a Hitler, Antonio Arias Bernal, etc., y todavía están en carpeta los trabajos de los estadounidenses Anne Mergen y la voluminosa serie de caricaturas de guerra de Theodor Geisel, conocido como Dr. Seuss. Han aparecido publicados en algunos artículos del blog obras de los caricaturistas políticos británicos Leslie Gilbert Illingworth y David Low; del casi desconocido artista alemán en el exilio Robert Hans Olschwanger. etc, etc. 

Y para que no me odien tanto mis "amigos" neonazis también recopilamos el humor nazi anti Churchill de la revista "Lustige Blätter", y por ahí les tengo reservado otras sorpresitas a mis mejores "enemigos", haber si con eso la paliza que me tienen ofrecida por ridiculizar a su fuhrercillo se ablanda un poco. Eso si, advirtiendo que el "humor" nazi (salvo excepciones) puede producir aburrimiento por insípido y nefasto (hasta para eso eran muy serios los nazis).


La "Asistencia Económica" estadounidense a través de su existencia se refleja en este cartel de 1968. Nótese que el mensaje bien puede representar a las actuales "ayudas" económicas militares en países como Ucrania, Afganistán, Irak, etc. La obra corresponde al artista búlgaro Kirill Georgiev.

En fin, ¿no pretenderán que bote al tacho de la basura el inmenso catálogo de arte soviético antinazi, si son verdaderas obras de arte, por el hecho del conflicto político-militar entre Rusia contra Ucrania-OTAN? En serio, no me gustaría para nada la idea de visualizar un escenario de sátira política en que el fondo sea un negro panorama post-apocalíptico. Anhelo -como la mayoría- que esta locura (el conflicto en Ucrania) termine ya, no solo con el cese de hostilidades...

Mi interés por la sátira política viene desde la pubertad, tengo grabado en mi mente una caricatura del ya lejano 1982 publicada en un periódico de mi país de origen, refería al ex primer ministro israelí Menachem Begin, responsable de permitir la entrada de la milicia "Fuerzas Libanesas de la Falange" para perpetrar la masacre en los campamentos de refugiados palestinos de Sabra y Shatila (16 septiembre 1982). Dado que me es imposible encontrarla (solía recortar las viñetas publicadas en la prensa) he realizado una cercana recreación de como la guardo en mi disco duro (cerebro). Begin, mirando el retrato de Hitler, el texto si que no se me perdió, decía: "Maestro genocida, ya nada tenemos que envidiarte". 



Insisto, mi interés es artístico. Durante la Guerra Fría sin duda una obscura época de la política internacional, como también lo fue la segunda guerra mundial, el arte y humor político de las dos superpotencias nucleares (USA/URSS) fue una constante en la lucha contra el "terror rojo" o contra el "criminal sistema de explotación capitalista", como usted lo vea según su bando de preferencia.


Joseph Efimovsky, artista de Leningrado (San Petersburgo) presentó "Ignición" en 1968

¿Quién ganó la guerra de los carteles? El status quo se mantuvo, pero, sin duda, el bando soviético tanto por creatividad, producción y mensaje fue superior, igual como hizo trizas al nazismo con la ridiculización de Hitler y la invasión alemana de Europa. Los políticos en Washington tuvieron que recurrir al cine y a los noticieros para enderezar la balanza.

 


Esto también debe hacernos recordar la prolifera producción de carteles de la España Republicana, muy vistosa, arte en su sentido literal ante esa insulsa, sosa, desabrida, inexpresiva propaganda naZionalista. El arte popular no gana guerras claro está, no le sirvió a la República para ganarla, pero ese arte perdura en el presente como expresión de rebeldíaEn ese sentido, si que la caricatura soviética consiguió su objetivo: Ridiculizar a un formidable y terrible enemigo, hizo que la gente no tema a los nazis, se riera de ellos y los enfrentara con determinación.


Carteles de la España Republicana


Las bellas artes como instrumento de propaganda puede concienciar a sectores importantes de la sociedad, muchas veces no se necesita ser un docto en política para su comprensión. Si bien durante la Guerra Fría los bandos estigmatizaron y ridiculizaron a sujetos o símbolos nacionales o culturales, no cabe duda que dejó grandes enseñanzas y mensajes. 

Naturalmente, existe mucha gente que esto les resulta ridículo, horripilante (el arte satírico), trivial e infantil... para gustos y sabores.... Si continúo con este empeño es porque hay miles (sin exagerar) de lectores que les encanta estas "niñadas" (La entrada "La batalla de Stalingrado en caricaturas" ha sido visitada en más de cinco mil ocasiones). Cómo no seguir -a veces- "matando de aburrimiento" con caricaturas para explicar puntuales hechos históricos! Además, a mucha gente no le gusta leer pero se instruye a través de documentales y/o explicaciones gráficas de un episodio del pasado reciente y para ese público se dedica parte de nuestras publicaciones. 


Dos caricaturas que nos recuerda la actual crisis ucraniana. A la izquierda, Ernst Gelms: "Alimentando" (1954) y V. Fomichev en "Amigos" (1966)

Bonitas banderas de éstos integrantes del batallón "Azov". Se aprecia banderas de la OTAN, neonazis y nazis. ¿Ninguna bandera oficial de la República de Ucrania?. ¿Y el amor a la bandera patria? 

Occidente (OTAN) parece no tomar en serio que Ucrania adolece un serio problema con organizaciones neonazis, las ha tolerado y entrenado con un solo propósito: provocar a Rusia. Ahora resulta que Europa no quiere recordar que hicieron los nazis en sus países y en la propia Ucrania con los colaboracionistas locales, despreciando a quienes realizaron el mayor sacrificio para liberarla. Qué lástima, la política del Gran Hermano reescribiendo la historia.

El siguiente material satírico-humorístico de hace más de medio siglo refleja algo que a la gente de Europa pretenden hacernos olvidar o ignorar.


A. Krylov, "Beneficios operacionales",1961 y, B. Shirokorad, "Timbradores de la Guerra",1962



D. Oboznenko, "Nuevos crímenes", 1969; y, B. Semenov "Incensario",1961



D. Oboznenko, "Imperialismo",1962; y, M. Abramov, "Coqueteo atómico",1969



M. Abramov, "Esperando lo prometido", 1969; y, M. Abramov en "Desfachatez que traspasa fronteras",1969


E. Rabinovich, "Vigilancia de la democracia",1968

Dicho esto, quedan "advertidos" que la "Guerra de los Carteles en la Guerra Fría" continuará en este medio. Aparte de este artículo de introducción, se posteará al menos dos entradas más, una dedicada exclusivamente a los carteles de propaganda de EEUU y Occidente; y, otro, dedicado a los carteles soviéticos, con eso se intentará equilibrar la balanza y para que no me llamen hijo de Putin...


Qué la paz reine en sus espíritus en estos convulsos tiempos políticos. Todo indica que la única manera de que la paz reine es por medio de la disuasión nuclear. No hay de otra. Amén.


M. Mazrucho, "Caminantes de la cuerda" (OTAN), 1959

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