por Tito Andino Recopilación de ilustraciones
"Lustige Blätter" (Hojas divertidas) fue la denominación de esta revista alemana dedicada a la sátira política. Fundada y publicada durante el Imperio Alemán de Guillermo II por el escritor Alexander Moszkowski quien laboraba para una revista satírica "Berliner Wespen" desde 1877 hasta 1886, tras una disputa con su editor fundó "Lustige Blätter" con Otto Eysler en 1886, inicialmente en Hamburgo. Al poco, el equipo editorial se trasladó a Berlín y la revista apareció como semanario entre 1886 hasta su desaparición en 1944. Las ediciones también se caracterizaron por ilustraciones eróticas y reveladoras, inusuales para esa época.
Moszkowski dirigió la revista junto con Paul von Schönthan hasta octubre de 1914 y nuevamente después de la Primera Guerra Mundial. Sus números continuaron publicándose durante la Gran Guerra con contenido patriótico atacando a los Aliados y su continuidad en la República de Weimar y el Nacionalsocialismo.
En su historia, "Lustige Blätter" de 1887 a 1891 era un suplemento gratuito del "Berliner Börsen-Courier" con un tiraje de 20.000 copias, para luego volverse una revista independiente. Durante la República de Weimar alcanzó una tirada de hasta 60.000 ejemplares.
Con la llegada al poder por los nazis en 1933, la revista tuvo que aceptar y adaptarse a las leyes sobre propaganda y cultura en el Tercer Reich, estaba prohibido publicar caricaturas y humor, ni siquiera amistoso, sobre los líderes nazis, el estilo satírico de la revista solo podían merecerse países extranjeros y los judíos.
Básicamente "Lustige Blätter" fue desde su inicio una revista de humor, la decadencia y su sepultura llegó con el nazismo. Grandes artistas alemanes de la ilustración gráfica, escritores y hasta directores de cine pasaron por su sede.
En general hubo un blanco predilecto para la sátira de la revista al iniciarse el conflicto mundial. Los británicos eran la "especialidad" de "Lustige Blätter", el registro de caricaturas de Winston Churchill es interminable, y las portadas no fueron la excepción. Franklin Roosevelt y Joseph Stalin, lógicamente, le seguían muy por detrás. El tema antisemita también fue recurrente.
Los números publicados durante la Segunda Guerra Mundial poseen una combinación de propaganda y sátira, así como bromas y caricaturas relativamente apolíticas. Las caricaturas eran fuertemente anti-bolcheviques, anti-estadounidenses, anti-británicos y antisemitas ridiculizando la relación entre los Aliados: Unión Soviética - Inglaterra - Estados Unidos.
Revisemos otras caricaturas de Winston Churchill en los lápices de los artistas alemanes.
La alianza entre las potencias mundiales para enfrentar a la Alemania nazi fue una constante obsesión reflejada en las múltiples portadas de la revista alemana. Su temática pretendía demostrar la supuesta influencia del capital financiero del "judaísmo internacional", cliché muy de moda en el tiempo de la dominación fascista de Europa, hablamos de la tristemente célebre "conspiración judeo-masónica-comunista". Veamos algunos ejemplos:
¿Pero, por qué detestaban los nazis a Churchill, incluso más que al "diabólico" Stalin? La respuesta en una frase. Churchill asumió el poder para enfrentar a Chamberlain y los "apaciguadores" que querían negociar con los nazis para conservar el título -hasta entonces- de primera potencia mundial: imperialismo colonial y financiero. Churchill a pesar de ser un ferviente anti-comunista intuyó el real peligro del nazismo.
Muchas cosas que expresaba la propaganda nazi era verdad, Churchill actuaba como un desalmado rufián en asuntos políticos. Pocos años atrás se planteó un polémico debate "entre la opinión pública británica sobre si se ha de examinar la posibilidad de retirar ciertas estatuas o monumentos de las calles que honran a personajes acusados de tener un pasado racista o de abusos", entre ellos destacaba el nombre del señor Churchill, que tuvo el privilegio en 2002 de ser considerado el personaje histórico más importante del país (encuesta de la BBC).
Churchill nunca ocultó sus creencias supremacistas de la raza blanca ante razas inferiores. Churchill decía que los blancos eran la "raza más fuerte y una raza de mayor grado" (eso no quería decir que pensara siempre tratar a las personas no blancas de manera inhumana). Como muchos de su generación, tenía puntos de vista antisemitas. Se le acusa de ser el responsable de empeorar los efectos de una gran hambruna que mató en 1943 a unas tres millones de personas en Bengala - India. "Odio a los indios", se dice que le dijo al secretario de Estado para India, Leopold Amery. "Son un pueblo repugnante con una religión repugnante". Churchill incluso pareció culpar a los indios de la hambruna, diciendo que se reproducían "como conejos".
Churchill defendió el uso de "gas envenenado" contra los kurdos, los afganos y las "tribus incivilizadas" y hasta el gas mostaza contra las tropas otomanas. En el Parlamento británico se ha recordado que Churchill ordenó tácticas de mano dura contra los separatistas irlandeses y que envió soldados para aplacar un motín entre los mineros en huelga en Gales en 1910, cuando era secretario del Interior.
Sin embargo, el liderazgo de Churchill durante la Segunda Guerra Mundial fue vital para conservar la moral y conducir al país a la victoria sobre la Alemania nazi. "Es bastante evidente que durante la guerra, cuando todos tenían que unirse para tratar de vencer a los nazis y a los japoneses, cambió su opinión sobre la supremacía de la raza blanca. Se le ha citado en varias ocasiones diciendo que no se puede considerar al hombre blanco como superior", dijo una historiadora a la BBC.
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