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22 enero 2023

Charlie Hebdo - Irán ¿Quién siembra odio?



por Tito Andino


Este artículo es una recopilación de una serie de tres artículos que pusimos a vuestra disposición en el ya lejano 2015, su título es elocuente: "De las viñetas de Mahoma 2005 a las viñetas de Charlie Hebdo 2015", el tema sigue siendo de actualidad. En recientes días el medio satírico "Charlie Hebdo" ha vuelto a dirigir sus polémicas caricaturas en contra de los fieles del Islam, en concreto, ahora la mira está puesta en el líder de la revolución iraní, "pura coincidencia" ya que EEUU/OTAN/Israel tienen mismo objetivo pero sin sátira, las armas apuntan a Irán si se opone con alguna represalia a la cacareada "libertad de expresión".

Los disturbios de organizaciones terroristas fuera de Irán son apoyados desde el exterior y tienen el propósito de derrocar a la República Islámica, el mundo entero sabe dónde se refugian los integrantes de esos grupos radicales y quienes los patrocinan, la tentativa fracasó. Por esta razón Estados Unidos, promotor del terrorismo que atribuye a Irán,  ahora vuelve a recurrir al campo de las sanciones e intenta con la Unión Europa declarar como organización terrorista al Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica de Irán, el Parlamento Europeo se suma a ese esfuerzo acusándola de liderar la represión de las recientes protestas en Irán. 

Las potencias occidentales persisten en la ansiada búsqueda del “choque de civilizaciones”, una anterior fase del terrorismo islámico parece estar cediendo protagonismo al "terrorismo" iraní, con la diferencia que los iraníes son musulmanes chiíes y el resto sunníes (donde destacan los wahabíes sauditas, el salafismo y otros). Otra diferencia es que el terrorismo extremista sunní es controlado por los servicios secretos de Occidente.

El patrón o modus operandi de las conspiraciones criminales para socavar a las naciones soberanas en el mundo se rescriben con mucha frecuencia en el escenario internacional. Ese objetivo desde hace décadas permanece inalterable, incitar la violencia en las comunidades musulmanas diseminadas en Europa, dentro del gran escenario del proyecto “choque de civilizaciones”. Como consecuencia, hoy un nuevo "enemigo" islámico "amenaza" el mundo: Irán "desestabiliza" la región al oponerse a las imposiciones estadounidenses y de sus aliados, en especial Israel, por ello recurren a sutiles formas de manipulación y provocación armada. Burlándose de los líderes religiosos iraníes se intenta incitar una reacción violenta que será el ansiado pretexto para declarar una guerra a la República Islámica de Irán.



¿Recuerda a la revista satírica francesa "Charlie Hebdo"?... ¿No?. 

Aquí le refrescamos la memoria.

El trillado caso de las viñetas de Mahoma del año 2005 publicadas por el diario "Jyllands-Posten" de Dinamarca atrajo la atención mundial por unas caricaturas que buscaban provocar una gran campaña de incitación al odio contra los musulmanes y el anhelo de que éstos últimos reaccionen violentamente. 

En "Viñetas de Mahoma y Operación Gladio: Hermanos en Armas" (2007), Daniel Estulin, expresaba que "en septiembre del 2005, bajo apariencia de libertad de expresión, Jyllands-Posten, uno de los principales periódicos daneses publicó una docena de viñetas provocativas en contra de Islam hechas claramente para ofender a los musulmanes". Siempre los redactores detrás de las viñetas anteislámicas afirman ejercer su libertad de expresión. 

El creador de esas viñetas fue Flemming Rose, editor cultural de Jyllands-Posten, con lazos estrechos con los neoconservadores y la teoría del "choque de las civilizaciones" promovido por el Proyecto por el Nuevo Siglo Americano (PNAC), va de la mano con el concepto de “destrucción creativa”, también doctrina del movimiento neoconservador del filósofo Leo Strauss y sus adeptos discípulos como Donald Rumsfeld (anterior Secretario de Defensa), Dick Cheney (ex vicepresidente de EEUU), John Bolton (ex asesor de seguridad nacional), Richard Perle (ex subsecretario de defensa), Paul Wolfowitz (ex presidente del Banco Mundial), Benyamin Netanyahu (primer ministro israelí) y unos cuantos más. Son "la pandilla que clamó por un acontecimiento como Pearl Harbor para iniciar una guerra mundial contra el mundo musulmán".


Dinamarca 2005

Estulin recuerda que: "La famosa Estrategia de la Tensión tiene tres elementos integrantes, los grupos terroristas neo-fascistas, los servicios de inteligencia y la oligarquía financiera que, bajo condiciones necesarias de grave crisis económica, intenta establecer un permanente “estado de emergencia” administrado por un gobierno autoritario o, en el mejor de los casos, abiertamente fascista".  

Hay razones siniestras por las que el ex primer ministro danés, Anders Fogh Rasmuss y ex Secretario General de la OTAN, miembro del Club Bilderberg, rechazó disculparse según lo exigido por los gobiernos del mundo árabe y musulmán. 

¿Quién saca la máxima ventaja de los disturbios?, en América y Europa es norma periódica la necesidad de aplicar el "choque de civilizaciones" (Guerra Santa Cristiana) "aterrados" por la violencia que aumenta a lo largo del Oriente Medio convenciéndose que todos los musulmanes son fanáticos enloquecidos que solo entienden la ley de la fuerza militar aplastante de Occidente.

La incitación a la violencia, no se ha dado solo a través de horrorosas y obscenas viñetas. El cine también ha incursionado en el “choque de civilizaciones”, alimentando las brasas hirvientes, en septiembre del 2012 se desató otra oleada de protestas, está vez contra un video difundido en los Estados Unidos en que se denigra al Profeta Mahoma. La cólera fue sentida con fuerza en Pakistán y Afganistán. El film 'La inocencia de los musulmanes', fue un nuevo intento por prender fuego, el mismo título del film es ofensivo, no se diga el insulto y ridiculización del profeta, usando el término religioso, raya en la blasfemia (como comparación, en alguna ocasión Paquistán solicitó la misma pena por blasfemia que por negar el Holocausto).

Por favor, eso no es libertad de expresión! Eso no es otra cosa que provocación, incitación a la violencia, que es justamente el propósito oculto de quienes difunden esa propaganda.


Charlie Hebdo en acción 


Una mujer pasa junto a un cartel de Charlie Hebdo expuesto en un quiosco de Montpellier en enero de 2015, tras el ataque al semanario.

El 7 de febrero de 2007 comenzó en París el juicio contra el semanario satírico francés "Charlie Hebdo" por el llamado escándalo de las «caricaturas de Mahoma» (las caricaturas aparecen no solo en "Charlie Hebdo", pero este semanario satírico viene concentrándose, desde 2003 en la denuncia del "peligro" musulmán). Importantes personalidades comparecieron para ofrecer su testimonio a favor del laicismo y de la libertad de expresión. El “Charlie Hebdo” siguió obsesionado por una reacción más digna de ellos, también publicó "El manifiesto de los doce", denunciando el islamismo como el nuevo totalitarismo que se opone a la libertad de expresión. 

La provocación daría frutos... ¿Realmente esa provocación causó los acontecimientos de enero del 2015? Muchas hipótesis conducen a una manipulación de los servicios secretos. Las investigaciones “oficiales” nos han detallado como un  grupúsculo de fanáticos extremistas islámicos perpetraron la masacre en el semanario satírico. Pero, ¿realmente, actuaron por su propia iniciativa o fueron manipulados para tal cometido? ¿Por qué dibujos cuyo objetivo es ridiculizar una religión tratan de hacerlo vinculándola al terrorismo?

Francia enero 2015, la propaganda anti-musulmana desata una furia de protestas en Europa, la islamofobia vuelve a resurgir. El modus operandi es el mismo de las viñetas de Mahoma del 2005. Provocación pura!: “Je suis Charlie” corearon las masas histéricas, absortos por la repugnante desinformación de los medios e ignorando que son usados como cobayos humanos para provocar el conflicto




Una bloguera argentina, Ximena Krasnaya dijo sobre el caso del “Charlie Hebdo” que todo se trató de un grupo de idiotas -supuestos yihadistas adoctrinados- disparando a otros idiotas dibujantes de mal gusto del Charlie Hebdo.

 

Unos idiotas entran a la redacción de una revista y masacran a otros idiotas. Y el mundo entero los hace mártires y héroes. «Je suis Charlie» (Yo soy Charlie) se ve aquí y allá. En el mundo entero llevan flores y condolencias a la embajada de Francia. También en Buenos Aires. Pero yo, «Je ne suis pas Charlie» (Yo no soy Charlie)….”

Escribe Ximena, naturalmente rechazando todo tipo de terrorismo:

Intolerancia no hay solo de parte de los idiotas que realizaron la masacre. Intolerancia también hubo de parte de Charlie Hebdo.... Sería importante que las personas comprendieran que los periodistas de Charlie Hebdo no son mártires de la libertad de expresión, sino provocadores. Estadounidenses y europeos aplauden a Charlie Hebdo por tener el "valor" de ridiculizar al profeta Mahoma y a los musulmanes… Llamemos las cosas por su nombre, ninguno de nosotros practicamos esa clase de humor deliberadamente ofensivo en que se especializa Charlie. ¿Entonces por qué decir que todos somos Charlie?”. 


La rápida muerte de los presuntos atacantes del “Charlie Hebdo” garantizó el silencio definitivo de los actores, más el método utilizado para los atentados demuestra un viejo patrón de procedimiento.

¿Alguna vez han reflexionado que muchos de esos extremistas wahabíes / takfiris / salafistas, "por casualidad" suelen tener contactos con todo tipo de servicios de seguridad occidentales? 


"Es como el Congreso del Ku Klux Klan en los EE.UU, de diez participantes, dos son idiotas y ocho son agentes federales de trabajo encubierto. Lo mismo se aplica a los grupos takfiris. Así que cuando los dos imbéciles hacen algo realmente malo, los ocho agentes federales se desvanecen "sin dejar rastro". ¿Y esto no tiene nada que ver con el Islam?. Por supuesto que no, solo tiene que ver con el estado profundo y la manipulación por parte de los agentes encubiertos, probablemente en todos los grupos terroristas en acción en el planeta.

La pregunta que realmente tiene más sentido es: ¿debe uno  temer a la mayoría de los musulmanes o debería temer a la mayoría de los servicios de seguridad occidentales que manipulan con cuidado al “loco” takfir? La verdad es que las mismas agencias de seguridad occidentales que controlan al takfir loco consiguen que todos nosotros odiemos a los musulmanes. ¿Cómo? Con el simple hecho de crear una atmósfera de caos social, el enfrentamiento entre civiles y hasta la guerra civil. Así, mientras que todos se ocupan en la búsqueda de "musulmanes malvados", las mismas agencias de seguridad occidentales pueden continuar su  obra...” (“Que desfilem. Zumbis decérebros esvaziados e hipócritas”.- Marcha Verde, 13 enero 2015).

 




Lo que nos lleve a otra pregunta: ¿Fue la masacre de París de enero del 2015 otro ataque de falsa bandera? Algo que comenté en mi artículo: "Masacre en París. Cosas “raras” de los justicieros yihadistas". Lo más intrigante es la velocidad de identificar a los presuntos autores materiales de la matanza. Y, es que, ya es el colmo, una y otra vez, reiteradamente, los fanáticos terroristas siempre, por una maldita coincidencia o, quizá no, tienen la “costumbre”  de “olvidar” sus pasaportes u otro documento de identidad en el lugar de los hechos o en los sitios a los que escapan. De allí a ser eliminados es juego de niños.

El diario estadounidense ‘McClatchy’ asegura que los atacantes del "Charlie Hebdo" fueron reclutados por el francés David Drugeon, que según el Pentágono era miembro de “Khorasan”, una presunta rama de al-Qaeda. La publicación americana va más allá, afirma que ese individuo fue integrante de los servicios secretos franceses. En ese mismo sentido, la cadena ‘Fox News’, el 6 de noviembre del 2015 lo reconfirma, pero siempre fue negado por las autoridades francesas. Manlio Dinucci, en el diario italiano ‘Il Manifesto’ ve los atentados de París como una manipulación orquestada por los servicios secretos occidentales.


Algo más sobre el semanario Charlie Hebdo




"Je suis Charlie" ("Yo soy Charlie") fue el eslogan de moda en 2015 para "defender" la libertad de expresión. Pero, ¿quién sabe qué es o a quién representa el semanario “Charlie Hebdo?. 

Red Voltaire nos aclara (enero 2015): 

“Oficialmente, el semanario francés Charlie Hebdo fue creado en 1992 por el periodista Philippe Val, los dibujantes Gébé y Cabu y el cantante Renaud. Lo que nunca se dice es que fue financiado en secreto por el entonces presidente de Francia Francois Mitterrand con sumas provenientes de los fondos secretos de la presidencia de la República.

Charlie Hebdo fue administrador de la Red Voltaire, de la que se retiró en 1997 por estar en desacuerdo con la asociación. El semanario satírico militaba entonces por la ilegalización del partido de extrema derecha Frente Nacional (FN) mientras que la Red Voltaire defendía el derecho de asociación del FN pero reclamaba la prohibición de su rama armada, conocida bajo las siglas DPS. Las relaciones empeoraron posteriormente cuando Charlie Hebdo atribuyó los atentados del 11 de septiembre de 2001 a al-Qaeda mientras que la Red Voltaire demostraba la inconsistencia de la versión oficial sobre esos hechos y acusaba a una facción del grupo de presión militar-industrial de Estados Unidos. Finalmente, en 2007, el director de Charlie Hebdo se acercaba al entonces presidente de Francia Nicolas Sarkozy mientras este último ordenaba la eliminación del presidente de la Red Voltaire (Thierry Meyssan), quien se vio obligado a exilarse”.


Es un acto hipócrita y cínico que con apoyo de la prensa comercial se considere a las personas sacrificadas en el "Charlie Hebdo" como emblemas combativos que defendían la libertad de prensa, es decir, intentando avalar el “derecho” a ofender a cualquier persona o creencia como lo hace el semanario.


Foto de archivo, Bagdad, abril 2007 

El director de "Charlie Hebdo", Philippe Val, en 1999 apoyó con una serie de editoriales y caricaturas la guerra de la OTAN contra Yugoslavia, comparó a Milosevic con Hitler. En 2011, se impuso la misma línea editorial cuando "Charlie Hebdo" –a pesar de que Philippe Val ya no estaba en la dirección– contribuyó a justificar la guerra de la OTAN contra Libia dibujando a Kadhafi como un feroz dictador que aplasta a su pueblo bajo su bota y que se baña en una tina llena de sangre. Misma línea editorial en 2012, sobre Siria cuando representó al presidente Assad como un cínico dictador que aplasta mujeres y niños bajo las esteras de sus tanques, "Charlie Hebdo" justifica la operación militar de Estados Unidos y la OTAN contra la República Árabe Siria.

Es falso que otros medios noticiosos franceses, en solidaridad con el semanario, hayan apoyado y financiado nuevas publicaciones después de los atentados de 2015, fue el gobierno francés quien inyectó los fondos para seguir echando leña al fuego, con la escalofriante cifra de siete millones de ejemplares ante la normal tirada de sesenta mil, el "Charlie Hebdo" volvió a elegir a Mahoma para su portada. 


Esto no tiene otra explicación, estamos ante la propaganda e incitación al odio, la prensa occidental está allanando el camino para convencer a la población que la guerra es la única solución. El “choque de civilizaciones” sigue siendo inevitable.




Y "Charlie" lo volvió a hacer en días recientes. La revista “satírica” francesa publicó unas caricaturas del Líder de la Revolución Islámica Iraní, ayatolá Seyed Ali Jamenei, ofensivas para los iraníes. Objetivo cumplido: Las caricaturas desataron una nueva crisis diplomática y manifestaciones en Irán frente a la embajada de Francia en Teherán.

Ya vimos que los editores de "Charlie Hebdo" fueron sacrificados en un brutal ataque terrorista, pero no se puede ocultar que esos mismos editores formaron y continúan siendo parte del discurso de odio. La antropóloga, Mayanthi L. Fernando, en su libro “The Republic Unsettled: Muslim French and the Contradictions of Secularism”, “asimetrías de la tolerancia”, señala que "el liberalismo puede rechazar prácticas consideradas como ajenas en base a una supuesta comunidad que comparte ciertos valores morales"; por otro lado, si los musulmanes rechazan las caricaturas de "Charlie Hebdo", son acusados de falta de objetividad, y reconstruidos como sujetos aún por civilizar o no suficientemente civilizados. Si el sujeto musulmán insiste en continuar criticando las caricaturas, se le construye como “extremista”, “violento” o con “simpatías terroristas”. Estos elementos discursivos disciplinarios no se quedan en puro lenguaje. Este lenguaje sirve para desatar procesos de racialización mediante los cuales esos musulmanes considerados como “extremistas” son identificados y castigados -desde el “simple” control y monitorización de lugares de culto, al encarcelamiento, la tortura y la muerte-".

Por otro lado, el periodista Xavier Villar (Hispantv) concuerda que "Charlie Hebdo" es parte de un entramado político conocido como islamofobia. "Charlie Hebdo mantiene, mediante su supuesta sátira, el modelo hegemónico social. Para que fuese una auténtica sátira, el humor debería ir de abajo-arriba y no de arriba-abajo. Este último -los chistes y caricaturas sobre negros, musulmanes y otras minorías-, solo hace gracia a quienes se encuentran en situación de privilegio. Charlie Hebdo mantiene todo el sistema de opresión racial contra los musulmanes porque es parte del mismo sistema discursivo".

Respetar a "Charlie Hebdo" en nombre del valor supremo de la “libertad de expresión” debe ser entendido desde ese discurso que identifica a los musulmanes como intolerantes y los construye como población desechable, concluye Villar.


Odio sembrado



El caso del “Charlie Hebdo” 2015 logró cultivar parte de la siembra de odio en la población de Occidente, la gente expresó su rechazo a todos los males que se achaca al Islam. Las potencias imperialistas justificaron ante sus ciudadanos las razones para sus proyectadas guerras. El pueblo está literalmente lavado el cerebro para que las guerras de aniquilación cultural que se siguen dando sean aceptadas como un mal menor en defensa de la “civilización”

Luego de los trágicos acontecimientos de París (enero 2015) la población gala se movilizó espontáneamente ante el llamamiento a protestar contra los asesinatos, dicha convocatoria vino como anillo al dedo a la ya delicada política exterior francesa y del mundo occidental alineado en la OTAN-Israel. Dadas las circunstancias, sería digno señalar que una actitud de ese tipo es loable y deseable para los estamentos sociales cansados de la violencia y radicalización extremista, sea de izquierda o de derecha, sea de corte religioso fundamentalista o simplemente por intereses político económicos.

Lamentablemente la realidad es otra, la marcha de millares de ciudadanos franceses fue aprovechada para continuar con el programa de la élite globalizadora. Que gran oportunidad para resaltar los valores de la democracia, la libertad de expresión, la libertad de culto, la  igualdad y la fraternidad ¡ Nada más lejos de la verdad. En nombre de esos principios se dio un paso adelante para la consolidación de sus planes de dominio global económico mediante el sometimiento de las naciones que se oponen a su política. Por ejemplo: Nicolás Sarkozy, ex presidente de Francia, fue uno de los promotores de utilizar a las organizaciones yihadistas para destruir Libia. Posteriormente éste caballero describió el atentado en París como "guerra declarada contra la civilización, cuya responsabilidad es defender". 

En aras de la “libertad de expresión” nos acostumbramos a nuevas intervenciones bélicas en Medio Oriente para combatir el "terrorismo" (auspiciado por los mismos líderes de Occidente). Miles de millones de dólares siguen fluyendo a manos de grupos fundamentalistas como Daesh y todas las organizaciones que asolan Siria e Irak, miles de toneladas de armas de todo tipo han llegado a los yihadistas provenientes de los países representados en la OTAN. ¿Quién recordó en esa marcha por la libertad  los millones de victimas en el desangrado continente africano en secreto beneficio del mundo occidental y sus transnacionales? Nadie se acordó de Afganistán, Pakistán, Libia, Líbano, Siria, Irak, Yemen, Palestina...


¿Blasfemia o incitación al odio?

En "La historia oculta de las «caricaturas de Mahoma»", el politólogo francés Thierry Meyssan afirma que la gente ignora la realidad sobre esa operación de propaganda que promueve la "guerra de civilizaciones". De hecho, ninguna de esas caricaturas representa a Mahoma. Una incoherencia que señala Meyssan es que al ser las caricaturas tan espantosamente mediocres, al principio, suscitaron más desprecio que cólera. Entonces, ¿cómo es posible que las caricaturas provocaran en el mundo musulmán más cólera que la ocupación de Palestina, la invasión de Afganistán y los bombardeos contra el Líbano?


A la izquierda una caricatura polémica. En ella aparece un hombre que lleva un turbante que en realidad es una bomba. Según el Jyllands-Posten, el personaje es Mahoma y la caricatura ridiculiza a los extremistas que invocan al Profeta en la práctica del terrorismo. Sin embargo, el turbante del personaje lleva inscrita la profesión de fe de los musulmanes: «Dios es grande y Mahoma es su profeta». Por consiguiente, el personaje no es Mahoma sino un musulmán emblemático. El objetivo del turbante-bomba es asociar su imagen con la de un terrorista. Este mensaje estigmatiza a los musulmanes en su conjunto y constituye una instigación al odio castigada por la ley en cualquier sociedad democrática (se habla indebidamente de las «caricaturas de Mahoma» cuando en realidad se trata de caricaturas sobre los musulmanes).


El mismo representante de la iglesia católica, el Papa Francisco, en esos días condenó cualquier crimen cometido en el nombre de Dios, nada lo justifica, "no hay que mofarse o insultar las creencias de otras personas". Afirmó que asesinar en nombre de Dios es una "aberración" y que "la libertad de expresión" no da derecho a "insultar" la religión del prójimo "todas las religiones tienen su dignidad" y "hay límites". "No se puede provocar, no se puede insultar la fe de la gente, reírse de ella… la libertad de expresión es un derecho y una obligación que debe utilizarse sin ofender", resaltó.

¿Qué tipo de sátira realiza el Charlie Hebdo “amparado” en la libertad de prensa y expresión? El analista Adrian Salbuche  dice:

 

“Miremos más de cerca algunas de esas caricaturas que aparecieron en las portadas de Charlie Hebdo: un clérigo musulmán muerto por balas que atraviesan un Corán (que es descrito como “Merde”); una caricatura de Mahoma desde atrás con sus genitales al aire portando una estrella en el trasero (diciendo “nace una estrella”); un dibujo de Stephan Charbonnier (“Charbo”) el caricaturista estrella de Charlie Hebdo dándole un beso baboso gay a un clérigo musulmán… ¿Se supone que esto ha de parecerle gracioso a los millones de musulmanes franceses? ¿Ha caído tanto Francia que su pueblo considera estos groseros insultos religiosos y burda discriminación como ejemplos de “humor”?. ¿Cómo puede esta mugre nacida de la cloaca de mentes enfermas considerarse como “sentido del humor”?. Seguramente, muchos lectores creerán que esto está bien y dirán que aún semejantes caricaturas burdas deben ser toleradas en nombre de la “libertad de prensa”...


Esas "bromas" de un comediante, para muchos de mal gusto como las sátiras del "Charles Hebdo" son consideradas por las autoridades francesas "humor".

Proteger la libertad de expresión es "característica" de los mandos militares y políticos occidentales al destruir las estaciones de televisión en Serbia, "no hubo manifestaciones o gritos de indignación, no hubo gritos de 'Somos RTV', no hubo investigaciones sobre las raíces del ataque contra la cultura y la historia cristiana. Por el contrario, el ataque fue alabado por la prensa"  (Noam Chomsky)

La OTAN utilizó esa misma táctica terrorista contra la libertad de prensa en su guerra contra Libia atacando a la radiotelevisión en Trípoli en el 2011. Siria pasó por la misma desgracia en el 2012, terroristas entrenados por la CIA asesinaron a personal técnico y comunicadores sociales en Damasco y Alepo que laboraban en sus redacciones. No hubo marchas, no hubo lamento por los asesinados, la prensa mundial no rechazó esos ataques a la libertad de expresión y de prensa, la gente apenas habrá escuchado de esos alevosos atentados. 

Repetimos, no es precisamente el semanario atacado quien provoca la ira musulmana, el "Charlie Hebdo" es solo un instrumento de las “democracias” occidentales en permanente “guerra de civilizaciones” contra los pueblos árabes y sus riquezas. Una primera fase de esa lucha excluye, por el momento, a sus socios de las monarquías wahabitas - takfires del Medio Oriente (básicamente Arabia Saudita, Qatar y los Emiratos). Las verdaderas victimas: las naciones árabes de tendencia laica: Siria, Irak, Líbano, Libia, que luchan contra invasiones patrocinadas por las poderosas billeteras de los reinos intolerantes de Medio Oriente cumpliendo las órdenes de sus socios occidentales: Francia, Reino Unido, Estados Unidos, Israel, la OTAN en general.




El mundo “conoce” la verdad gracias a la libertad de expresión y de prensa del mundo civilizado occidental, los defensores de la democracia en el mundo tienen el derecho a intervenir; sin embargo, NO tienen problema en reclutar, entrenar y armar a millares de yihadistas, fundamentalistas, terroristas, asesinos, mercenarios extranjeros, psicópatas, etc., todos son bienvenidos, como en Francia invitados para que ataquen el "Charlie Hebdo", de ese modo se abre las puertas para que los libertadores occidentales lleven la “democracia” al mundo árabe.

El mundo civilizado de Occidente debe dar las gracias a los cretinos yihadistas que “inconscientemente” provocaron, tras el  11-S, se declare la guerra al terrorismo y se invada Afganistán e Irak. Libia fue considerado un país auspiciante del terrorismo y de nada le sirvió a Gadafi ir besando las mejillas de los líderes occidentales y ofrecer su petróleo, tenía que desaparecer, su ejecución fue llevada a cabo por los mismos valerosos “revolucionarios” que hoy siguen combatiendo a otro “líder terrorista”, el Presidente sirio Bashar el Assad. Todo nos indica que Irán será el próximo “estado terrorista” en la lista de objetivos, y "Charlie Hebdo" tiene la tarea de alterar a los ayatollás iraníes.

En resumen, EEUU/OTAN en "defensa" de la "libertad de expresión" utilizan a fanáticos religiosos para sembrar el pánico en el mundo con atentados, coches bomba, suicidas, protestas radicales, ingobernabilidad, caos total. Esos radicales constituyen la infantería del Imperio, la punta de lanza del proyecto americano del rediseño del “Medio Oriente Ampliado”, división de las nacionalidades, surgimiento de otros estados según obra y gracia de los Estados Unidos, atacando a las naciones musulmanes que se oponen al  establecimiento de su concepción del mundo. Las organizaciones terroristas cumplen su tarea al impulsar la decadente economía occidental fomentando conflictos bélicos  e inseguridad, las naciones involucradas en la trama se ven obligadas a incrementar sus presupuestos para gastos militares en beneficio del complejo industrial.

Esta claro que nosotros -los occidentales “civilizados”- debemos prepararnos ante el peligro representado por aquellos que quieren destruir la “civilización”, ante ese acoso hay que defenderse enviando ejércitos contra las fuerzas obscurantistas de corte medieval cuya “amenaza” es tan grande que pone en riego toda nuestra evolución y cultura.

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08 febrero 2021

La Guerra del Golfo. Orígenes (1991)




por Nafeez Mosaddeq Ahmed

octubre 2009


EL CONTEXTO HISTÓRICO Y ESTRATÉGICO DEL TERRORISMO OCCIDENTAL EN EL GOLFO

(Parte I) 


De una de las principales autoridades mundiales en terrorismo y análisis de conflictos, este magistral estudio, publicado por la Red Voltaire, versión en inglés en octubre - noviembre de 2009 (en dos partes), analiza la estructura de la política occidental en Oriente Medio. Basado en una perspectiva histórica de los casos de Irán e Irak, Nafeez Mosaddeq Ahmed proporciona la clave para comprender adecuadamente la matriz del juego de poder de Oriente Medio y señala las políticas y métodos que continúan alimentando los eventos en la región hasta el día de hoy. Esta primera parte analiza la historia que condujo a la Guerra del Golfo de 1991, cuyas circunstancias se considerarán con mayor detalle en la segunda parte.

 

Un equipo de combate estadounidense pasa junto a un pozo de petróleo en llamas cerca de la ciudad de Kuwait, fecha estimada marzo de 1991.
 

Introducción

Las políticas occidentales hacia Irak proporcionan una visión esclarecedora de la estructura del orden contemporáneo y los motivos detrás de su construcción. En 1991, las potencias occidentales se unieron para atacar a Irak en lo que se conoció como la primera Guerra del Golfo. Al mismo tiempo, la comunidad internacional impuso devastadoras sanciones y embargos al país, que a estas alturas prácticamente lo ha destruido. Para 1998-99, Estados Unidos y el Reino Unido iniciaron una nueva campaña de bombardeos contra Irak y desde entonces han continuado manteniendo una presencia militar sustancial allí.

Para comprender las razones y realidades detrás de las políticas occidentales hacia Irak en la década de 1990, es esencial comprender la dirección general de los intereses y la estrategia occidentales en el Medio Oriente como tal. Este documento analiza el contexto histórico y estratégico de las políticas occidentales en el Medio Oriente en general, utilizando el ejemplo de Irán como estudio de caso, y también intenta relacionar este contexto con los desarrollos contemporáneos, esta vez utilizando el ejemplo de Irak como estudio de caso. El objetivo de este artículo es analizar los dos casos en relación con la comprensión de los intereses básicos de Occidente en Oriente Medio, para aclarar los principios y estrategias básicos que constituyen la política exterior occidental.


1. La manipulación del Oriente Medio


El tenor general de los intereses occidentales en el Medio Oriente puede deducirse de varios documentos secretos desclasificados. En 1945, Estados Unidos había confirmado explícitamente su deseo de mantener el control sobre Oriente Medio en coordinación conjunta con su socio, el Reino Unido:


“(Nuestra) política petrolera hacia el Reino Unido se basa en el reconocimiento mutuo de un interés conjunto muy extenso y en el control, al menos por el momento, de la mayor parte de los recursos petrolíferos libres del mundo ... EE.UU.- El acuerdo del Reino Unido sobre el patrón amplio y prospectivo para el desarrollo y la utilización de los recursos petroleros bajo el control de ciudadanos de los dos países es de la más alta importancia estratégica y comercial".


Se entendieron las implicaciones a largo plazo de tal influencia en el Medio Oriente. Por ejemplo, dos años más tarde, Gran Bretaña señaló expresamente que Oriente Medio era "un premio vital para cualquier potencia interesada en la influencia o dominación mundial", ya que el control de las reservas mundiales de petróleo también significa el control de la economía mundial. En consecuencia, un documento interno de Estados Unidos de 1953 articula los objetivos estadounidenses en el Medio Oriente sin ambigüedad: "La política de Estados Unidos es mantener las fuentes de petróleo en el Medio Oriente en manos estadounidenses".

Entonces, claramente, Estados Unidos pretendía dominar y controlar los asuntos de Oriente Medio para garantizar su monopolio sobre los recursos regionales, a saber, el petróleo. Dentro de este esquema estadounidense, se preveía que el Reino Unido desempeñaría el papel de "socio menor en una órbita de poder predominantemente bajo la égida estadounidense", mientras que las otras potencias de Europa Occidental serían incorporadas como colaboradoras en este proceso: “(Es) esencial que aumentemos nuestra fuerza no solo en el ámbito diplomático, sino también en el económico y militar. Esto se puede hacer mejor inscribiendo a Francia y las potencias menores de Europa Occidental y, por supuesto, también a los Dominios, como colaboradores con nosotros”. Esto se lograría oponiéndose a cualquier movimiento que amenace la dominación occidental de la región, particularmente lo que se conoce como "nacionalismo árabe", un término que se refiere al deseo de las poblaciones indígenas de determinar sus propios destinos políticos y económicos, particularmente sus propios recursos. Así, en 1958, un documento secreto británico describía los principales objetivos de la política occidental en Oriente Medio:


“Los principales intereses británicos y occidentales en el Golfo Pérsico [son] (a) garantizar el libre acceso de Gran Bretaña y otros países occidentales al petróleo producido en los estados que bordean el Golfo; b) asegurar la disponibilidad continua de ese petróleo en condiciones favorables y para el excedente de ingresos de Kuwait; (c) impedir la propagación del comunismo y el pseudocomunismo en el área y, posteriormente, defender el área contra el tipo de nacionalismo árabe". 


El Imperio Otomano


Así, encontramos que poco después de la Primera Guerra Mundial, volviendo la mirada hacia Oriente Medio, las potencias occidentales pretendían desmantelar la Turquía otomana, que había sido el califato musulmán durante cuatro siglos. La región abarcada por el califato otomano incluía e integraba las áreas de Siria, Irak, Líbano, Palestina, Jordania y gran parte de Arabia Saudita. El Islam fue, naturalmente, la base de la unidad del califato, y para contrarrestar esta unidad, las potencias occidentales perpetuaron las divisiones locales entre los árabes. Esto se logró confiando en líderes árabes pro-occidentales con seguidores tribales o religiosos locales para promover la división del imperio otomano. Ninguno de estos líderes, sin embargo, tenía derecho a un liderazgo popular.

Los planes de cómo patrocinar los levantamientos fueron improvisados ​​por oficiales británicos en la Oficina Árabe en El Cairo. Según Sir Arthur Hirtzel, de la Oficina de la India, los objetivos británicos eran dividir a los árabes, no unificarlos. Así, a pesar de las pretensiones esenciales publicitadas de apoyar la unidad árabe, los británicos firmaron en secreto el Acuerdo Sykes-Pikot de 1916 con Francia, oficializando así la tarea de fabricar pequeños estados impotentes en el Medio Oriente y compartir su control. El contenido de este acuerdo se reveló en 1921 cuando los bolcheviques recuperaron una copia. El petróleo fue, por supuesto, un determinante importante en la creación, división, control y apoyo de Occidente a los regímenes de Oriente Medio, y este factor fue reconocido oficialmente en el Tratado de San Remo de 1920 y en el ilegal Acuerdo de la Línea Roja de 1928, que involucró a británicos y la Compartición francesa de la riqueza petrolera de los antiguos territorios turcos. Aquí, los porcentajes de la producción futura de petróleo se asignaron a compañías petroleras británicas, francesas y estadounidenses.

Al crear así divisiones ficticias y utilizar las existentes, Occidente fabricó estados y nacionalidades falsos, y los enfrentó entre sí, mientras que los explotaba a todos. Después de la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos, de acuerdo con sus planes de política estratégica, reemplazó al Reino Unido para convertirse en la potencia dominante en el Medio Oriente. En la década de 1970, la CIA había establecido con éxito lazos políticos y económicos estrechos con regímenes como Arabia Saudita, Irán, Marruecos, Jordania e Irak, a pesar de sus atroces antecedentes de represión.

Hasta el día de hoy, las potencias occidentales bajo el liderazgo de los Estados Unidos continúan apoyando los mismos regímenes ilegítimos creados en el siglo XX en contradicción con los principios humanitarios básicos, para satisfacer intereses estratégicos y económicos. El especialista en Oriente Medio, Mamoun Fandy, del Centro de Estudios Árabes Contemporáneos de la Universidad de Georgetown observa que:


“Asegurar el flujo de petróleo asequible es una piedra angular de la política de Estados Unidos en Oriente Medio. La estrategia estadounidense de doble contención de Irán e Irak, diseñada para garantizar que ni Irak ni Irán sean capaces de amenazar a los países vecinos del Golfo, está indisolublemente vinculada a la política petrolera de Washington... El apoyo acrítico de Estados Unidos a las monarquías autocráticas del Golfo y sus abusos contra los derechos humanos han debilitado a ambos, socava la política de Estados Unidos al demostrar la hipocresía en la retórica estadounidense sobre la democracia y los derechos humanos y debilita los regímenes al crear la percepción entre los súbditos del Golfo de que sus países están siendo gobernados en interés de una potencia externa".


Las nefastas implicaciones de esta hipócrita política anti-humanitaria han sido duramente criticadas por académicos y especialistas estadounidenses en Oriente Medio, el Comité sobre Oriente Medio (COME):


“Las políticas estadounidenses en Oriente Medio han estado determinadas durante demasiado tiempo por el poder y el dinero de grupos de intereses especiales, así como por una estrecha explotación económica nacionalista. Esto ha llevado a una situación tremendamente hipócrita en la política exterior estadounidense, al tratar con las naciones y pueblos del Medio Oriente. Mientras que el gobierno de Estados Unidos profesa constantemente una firme creencia y compromiso con la democracia, los derechos humanos y la autodeterminación nacional, con demasiada frecuencia el mismo gobierno de Estados Unidos apoya la tiranía, la represión, la venta masiva de armas, el despotismo y la subyugación continua”.


2. Defender los valores occidentales en Irán


2.1 El Shah

El caso de Irán ofrece una clara ilustración de la naturaleza orientada a las ganancias de la política exterior occidental y su constante oposición a los principios humanitarios básicos, principalmente porque durante la era en la que Occidente mantuvo estrechos vínculos con el país, fue gobernado por un dictador brutal. Durante este período en la década de 1970, Irán estuvo bajo el reinado de la monarquía del Sha Mohammad Reza Pahlevi. El Sha había sido instalado directamente por las potencias occidentales en una operación encubierta dirigida por la CIA y el MI6 a través de un golpe militar.


Izq. El Sha Mohammad Reza Pahlevi. A la derecha: el Dr. Mohammed Mossadegh elegido primer ministro de Irán en 1951.


El Sha se había instalado en lugar del líder iraní elegido democráticamente, Mussadeq, cuyas políticas eran desfavorables para los intereses occidentales; Mussadeq, por ejemplo, había planeado nacionalizar las operaciones petroleras en Irán, es decir, emplear los recursos internos en beneficio de la población indígena, en lugar del control y beneficio de los inversores extranjeros. La Federación de Científicos Estadounidenses proporciona una descripción lúcida de este proceso: “Shah-an-Shah (Rey de Reyes) Mohammad Reza Pahlevi fue restaurado al Trono del Pavo Real de Irán con la ayuda de la Agencia Central de Inteligencia en 1953”, y posteriormente brindó asistencia organizativa y de capacitación para el establecimiento de una organización de inteligencia para el Sha. Con capacitación enfocada en seguridad doméstica e interrogatorio, el propósito principal de la unidad de inteligencia, encabezada por el general Teymur Bakhtiar, era eliminar las amenazas al Sha de parte de la población autóctona".

Todo este episodio tuvo lugar durante la Guerra Fría. En consecuencia, fue legitimado bajo el disfraz de la lucha contra el comunismo, supuestamente para evitar que elementos comunistas dentro de Irán tomaran el poder. El quid de la cuestión, sin embargo, era que había un peligro insignificante de una toma de poder comunista. De hecho, esto fue reconocido en privado por los Estados Unidos y el Reino Unido, como se desprende de los documentos secretos ahora desclasificados. Por ejemplo, el embajador del Reino Unido había observado en septiembre de 1952 que "los comunistas han desempeñado un papel en gran medida pasivo"; de manera similar, la embajada de Estados Unidos señaló en marzo de 1953 que “había poca evidencia de que en los últimos meses el Tudeh (Partido Comunista de Irán, que tenía estrechos contactos con la Unión Soviética) hubiera ganado fuerza popular”.

Por lo tanto, el golpe patrocinado por Occidente fue en realidad un intento por eliminar "la marca de nacionalismo Musaddeq", que había incluido el plan para nacionalizar el petróleo iraní, sacándolo a él y al resto de los recursos de Irán del control de Occidente, en particular de los inversores británicos y estadounidenses. Una vez que se instaló el Sha, un títere occidental dócil, se pudieron reanudar las políticas normales de saqueo de los recursos iraníes. En un informe sincero, el New York Times (6 agosto 1954) reveló los sentimientos de la élite estadounidense / occidental hacia la restauración violenta del Sha: 


"Los países subdesarrollados con ricos recursos ahora tienen una lección objetiva sobre el alto costo que debe pagar uno de ellos que se vuelve loco con el nacionalismo fanático con el fin de traer ricos recursos fuera del control occidental, de modo que la población en general pueda beneficiarse. Quizás sea demasiado esperar que la experiencia de Irán evite el surgimiento de Mossadeghs en otros países, quienes de manera similar pueden desear eliminar la pobreza masiva, pero esa experiencia puede al menos fortalecer las manos de líderes más razonables y con más visión de futuro, que en adelante se mantendrá en su casilla del Tercer Mundo, desempeñando su papel subordinado de reprimir a su pueblo, mientras proporcionaba mano de obra barata y recursos a sus amos occidentales. 


El Sha implementó políticas económicas de acuerdo con los intereses de los inversionistas occidentales, asegurando así que la represión política resultó en el desvío de la riqueza del país a una élite minoritaria. Las ganancias derivadas del petróleo y el gas natural no se utilizaron de manera eficiente, sino que se gastaron en proyectos llamativos y lo último en tecnología militar ”. El historiador británico Mark Curtis, ex investigador del Real Instituto de Asuntos Internacionales de Londres, observa que el año siguiente del golpe se firmó un acuerdo por el que se establece un nuevo consorcio petrolero en el que Estados Unidos y el Reino Unido tienen una participación del 40%. El consorcio controlaba la producción, el precio y la exportación del petróleo iraní. Aunque la participación de Gran Bretaña se redujo del nivel de control total que tenía antes de Musaddeq, fue mucho mayor de lo que hubiera sido bajo los planes de nacionalización de este último. Sin embargo, EE.UU. había logrado el mayor interés económico e influencia política sustancial en el país, incluida una participación significativa en el petróleo.

Los inversores estadounidenses y la élite iraní por igual se beneficiaron enormemente de la "Revolución Blanca" del Sha. Sin embargo, mientras los inversores occidentales se enriquecían así con los recursos iraníes, la propia población del país sufría terriblemente. A medida que el estado se hizo más rico, la gente se volvió más pobre. La historiadora británica y comentarista de asuntos religiosos Karen Armstrong informa que:

“Había un consumismo desenfrenado en las altas esferas de la sociedad, y corrupción y privaciones entre la pequeña burguesía y los pobres urbanos. Después del aumento del precio del petróleo en 1973-4, hubo una inflación tremenda, muchos de los comerciantes más pequeños habían sido arruinados por la afluencia de bienes extranjeros, y en 1977 la inflación incluso había comenzado a afectar a los ricos... Durante estos años, el régimen del sha se volvió más tiránico y autocrático que nunca”. 

John Foran, profesor asistente de sociología en la Universidad de California, en su galardonado estudio Frágil Resistencia“El sistema estaba repleto de corrupción, aceptación de sobornos y codicia oficialmente sancionados, desde el Sha hasta su hermana Ashraf, el ministro de la corte Assadullah 'Alam, pasando por el cuerpo de oficiales y la élite económica, y cada uno mantenía una mini corte de la suya propia, rodeándose de clientes y adjuntando una parte de todos los principales contratos de la economía".

Para la poblaciónn iraní si el Sha quería mantener el poder tenía que controlar a una población cada vez más agitada y resentida, eso implicaba seguir políticas de represión brutal, políticas que fueron apoyadas y, de hecho, dirigidas por Estados Unidos y Gran Bretaña. Según Amnistía Internacional (AI), el régimen del Sha masacró a más de 10.000 iraníes, estimando que había entre 25 y 100.000 prisioneros políticos en 1976. AI observó así que: “El Sha de Irán conserva su imagen benevolente a pesar de las tasa de condenas a muerte en el mundo, ningún sistema válido de tribunales civiles y una historia de tortura que es increíble. Ningún país del mundo tiene peor historial en derechos humanos que Irán". Barry Rubin señaló que “toda la población estaba sometida a un terror constante y omnipresente”. Esto no solo no fue motivo de preocupación para las potencias occidentales, sino que fue motivo de cercanía entre el Sha y Occidente. Como informa el especialista estadounidense en Irán Eric Hooglund: "Cuanto más dictatorial se volvía su régimen, más estrecha se volvía la relación entre Estados Unidos e Irán".


Multitud en vehículo del SAVAK incautado después del triunfo de la revolución de 1979.


Los Estados Unidos y el Reino Unido, sin embargo, fueron directamente responsables de la represión cometida bajo el régimen del Sha, no solo por establecer su poder mientras alentaba y consintía sus políticas, sino también por crear y guiar la policía secreta SAVAK bajo el mando del Sha. El SAVAK fue creado por los Estados Unidos y entrenado principalmente por Israel con una importante aportación británica, incluso fue instruido en técnicas de tortura por la CIA. El SAS británico también fue responsable del entrenamiento de las Fuerzas Especiales del Sha. 

El alcance de aterrorización de la población civil se desprende del hecho que incluso tenía a tiempo completo una red de informantes e infiltrados que cubría a 30.000 estudiantes iraníes en los campus universitarios de Estados Unidos ... El jefe de los agentes del SAVAK en los Estados Unidos operó bajo la cobertura de un agregado en la Misión de Irán ante las Naciones Unidas, con el FBI, la CIA y el Departamento de Estado plenamente al tanto de estas actividades". El régimen de "tortura e intimidación" del Sha hizo que la gente se sintiera prisionera en su propio país.

El exsecretario de Estado de Estados Unidos, Henry Kissinger, por ejemplo, se refirió al Sha como "el más raro de los líderes, un aliado incondicional". Kissinger describió al tirano como "un pilar de estabilidad en una región turbulenta y vital", un "reformador dedicado" con las más "nobles aspiraciones". En una cena ceremonial que acogió al Sha en noviembre de 1977, el presidente Jimmy Carter pronunció un discurso conmovedor en el que describió al régimen iraní como "una isla de estabilidad en un rincón turbulento del mundo".


El presidente de Estados Unidos Dwight D. Eisenhower visitó Teherán en 1959 reuniéndose con el Sha de Irán


En un informe presentado al Consejo de Seguridad Nacional del presidente Eisenhower en 1953, los legisladores estadounidenses resumieron su aprobación de la dictadura: “A largo plazo, el instrumento más eficaz para mantener la orientación de Irán hacia Occidente es la monarquía, que a su vez tiene al ejército como su única fuente real de poder. La ayuda militar estadounidense sirve para mejorar la moral del ejército, cimentar la lealtad del ejército al Sha, y así consolidar el régimen actual y proporcionar alguna seguridad de que la orientación actual de Irán hacia Occidente será perpetua".


Las potencias occidentales explotaron a otros países de Oriente Medio y otras áreas del mundo  de la misma manera, desarrollando estrechos lazos políticos y utilizándolos para asegurar relaciones económicas que son favorables a Occidente y a los dictadores orientales con los que están trabajando. 


Los países que han sido o siguen estado sujetos regularmente a tales procedimientos occidentales antidemocráticos incluyen Arabia Saudita, Jordania, Líbano, Egipto, Irak, Siria y Baréin, entre muchos otros. Su objetivo es promover la dominación estadounidense / occidental en el Medio Oriente y asegurar un rico suministro de petróleo a un precio adecuado, control efectivo de la economía mundial, ordenar los asuntos de naciones y regiones clave, a menudo con violencia, una característica constante de la era que siguió a la Segunda Guerra Mundial, garantizando que no se desarrolle lo que Occidente describe como `nacionalismo radical´, un término técnico que significa fuerzas nacionalistas que se niegan a actuar. obedecer las órdenes occidentales. En años anteriores, Occidente pudo intervenir directamente para garantizar ese control; sin embargo, a medida que el mundo se ha vuelto más complejo y la capacidad occidental para intervenir directamente se ha reducido, Occidente busca sustitutos con la doctrina Nixon-Kissinger, Estados Unidos, está comprometido a mantener lo que el infame estadista y criminal de guerra estadounidense Henry Kissinger llamó el "marco general de orden". Con respecto a la extremadamente crucial región de Oriente Medio, principalmente el Golfo Pérsico y la Península Arábiga, donde se encuentra la mayor parte del petróleo, el plan general era que Israel e Irán bajo el Sha desempeñarían el papel de "guardianes del Golfo", los principales sustitutos regionales. Este plan fue delineado por el senador Henry Jackson, en mayo de 1973. Jackson enfatizó que Israel e Irán eran "amigos confiables de los Estados Unidos" que, junto con Arabia Saudita "han servido para inhibir y contener a esos elementos irresponsables y radicales en ciertos estados árabes... amenaza de hecho para nuestras principales fuentes de petróleo en el Golfo Pérsico", reserva y palanca para el control de la economía global.


2.2. La revolución iraní


Teherán, 1 febrero 1979. El Ayatolá Jomeini se dirige a la multitud

En la década de 1960, la oposición abierta al régimen del Sha comenzó a crecer enormemente. Cada vez más estudiantes asistían al curso de ética islámica impartido por el Ayatolá Jomeini en la Fayziyah Madrasah en Qum. A menudo se sentaba en el suelo junto a sus estudiantes y criticaba abiertamente al gobierno. En 1963, Jomeini habló desde su púlpito en su capacidad oficial contra el régimen del Sha. Karen Armstrong registra que:

“En un momento en que nadie más se atrevía a hablar en contra del régimen, Jomeini protestó contra la crueldad e injusticia del gobierno del sha, su inconstitucional destitución del Majlis, la tortura, la perversa represión de toda oposición, la cobarde servidumbre del sha al Estados Unidos y su apoyo a Israel, que ha privado a los palestinos de sus hogares. Estaba particularmente preocupado por la difícil situación de los pobres: el sha debería dejar su espléndido palacio e ir a ver las villas miseria en el sur de Teherán ... Las represalias eran rápidas e inevitables. El 22 de marzo de 1963… las fuerzas de SAVAK rodearon la madraza y la atacaron, matando a varios estudiantes. Jomeini fue arrestado y puesto bajo custodia". 

Algunos ingenuos comentaristas atribuyen el desarrollo del movimiento islámico dentro de Irán encabezado por el ayatolá Jomeini, así como por muchos otros eruditos religiosos, intelectuales y escritores, a un deseo insincero de ganar poder y establecer un régimen islámico autocrático. Este punto de vista surge de la total ignorancia de los complejos desarrollos dentro de Irán en ese momento, particularmente las nuevas ideas y visiones del Islam político que están siendo exploradas incluso por filósofos iraníes de educación occidental como el Dr. Ali Shariati (1933-77). De hecho, la abierta oposición de Jomeini al régimen del Sha casi lo llevó a la muerte. Solo escapó por poco de la ejecución porque un mujtahid ayatolá Muhammad Kazim Shariatmadari (1904-85) lo salvó de este destino al promoverlo al rango de Gran Ayatullah (ayatolá), por lo que era demasiado arriesgado para el régimen matarlo sin provocar protestas masivas. Su tesis radical sobre el gobierno islámico, por lo tanto, no fue escrita simplemente para legitimar su propio ascenso al poder, sino más bien para proporcionar una alternativa política islámica que fuera relevante y significativa para las masas musulmanas de Irán. Cuando escribió por primera vez su libro histórico, Hokomat-e-eslami -Gobierno islámico-, no había previsto una revolución inminente. Por el contrario, pensó que pasarían otros doscientos años antes de que Irán fuera capaz de implementar tal sistema.


El líder religioso, ayatolá Jomeini, regresa a Irán después de 14 años en el exilio. 1 de febrero de 1979.


La revolución entró en una nueva etapa el 9 de enero de 1978, cuando cuatro mil estudiantes salieron a las calles de Qum, exigiendo el regreso a la Constitución de 1906, libertad de expresión, liberación de los presos políticos, reapertura de la madraza de Fayziyyah y el permiso para Jomeini, exiliado desde 1964, para regresar a Irán. La policía del Sha abrió fuego contra la multitud de manifestantes desarmados y mató a 70 estudiantes. Para el Sha, este fue el principio del fin. Millones de iraníes respondieron a la masacre con indignación y el levantamiento contra su régimen se intensificó. En diferentes marchas posteriores, cientos de manifestantes fueron asesinados en los meses siguientes mientras el pueblo iraní protestaba contra su reinado. El viernes 8 de septiembre en una reunión en la plaza Jaleh con alrededor de 20.000 personas se declaró la ley marcial y se prohibieron todas las grandes reuniones. Los manifestantes no tenían conocimiento de la prohibición que se declaró a las 6 de la mañana de ese día. Los soldados del Sha respondieron a su negativa a dispersarse con disparos de rifles, lo que provocó la muerte de hasta 900 civiles. La masacre solo encendió aún más la ira del pueblo iraní cuando las multitudes comenzaron a arrasar en las calles en protesta mientras las fuerzas del Sha continuaban disparándoles desde tanques.

La respuesta estadounidense a tales eventos es instructiva. A las 8 de la mañana del 10 de septiembre, el presidente Jimmy Carter llamó al Sha desde Camp David para asegurarle el apoyo de Estados Unidos. Varias horas después, la Casa Blanca confirmó oficialmente la conversación y afirmó la "relación especial" en curso entre Estados Unidos e Irán. La Casa Blanca agregó su pesar por la pérdida de vidas, expresando su esperanza de que continuara la campaña de liberalización política que acababa de comenzar el Sha. Apenas se puede imaginar una declaración más clara de apoyo al terrorismo de Estado. Washington Post, según informe del periodista estadounidense Scott Armstrong, informa que el asesor de seguridad nacional de Estados Unidos, Zbigniew Brzezinski, instó continuamente al Shah a emplear la fuerza militar para aplastar la creciente oposición popular contra su dictadura.


El Sha de Irán en una reunión de 1977 con el presidente Carter y los miembros de su gabinete Alfred Atherton, William Sullivan, Cyrus Vance y Zbigniew Brzezinski.


Fuentes del Departamento de Estado de Estados Unidos indican que Brzezinski incluso redactó una carta para el Sha "en la que lo instaba sin ambigüedades a usar la fuerza para sofocar las manifestaciones", aunque los funcionarios del Departamento de Estado reconocieron que esto provocaría la muerte de decenas de miles de iraníes. Después de la masacre de manifestantes en septiembre de 1978 en el 'Viernes Negro', "los legisladores estadounidenses vieron la voluntad del Sha de usar la fuerza como una buena señal", informa Armstrong. La admiración de Estados Unidos por el tipo de políticas brutales, dictatoriales y anti-humanitarias empleadas habitualmente por las juntas militares para imponer la hegemonía regional de Estados Unidos fue reconfirmada por el entonces embajador estadounidense William H. Sullivan, quien objetó cuando las fuerzas del Sha redujeron sus abusos de derechos humanos contra el pueblo iraní. Descubrió que “las nuevas directivas del Sha a sus fuerzas de seguridad, tales como las instrucciones para desistir de la tortura... son desorientadoras”, claramente porque la práctica de la tortura por parte de los regímenes cliente de Estados Unidos sirve bien para subyugar a las masas y, por lo tanto, es 'orientadora'. Sullivan expresó su consternación por los resultados de la orden de abstenerse de torturar, ya que las fuerzas de seguridad del Sha estaban "impedidas de usar los métodos tradicionales de arresto, encarcelamiento prolongado y maltrato, si no peor, para enfrentar la amenaza" (informe de 1 de junio de 1978). De hecho, Estados Unidos claramente desempeñó un papel que apoyó inequívocamente las violaciones de los derechos humanos. El general estadounidense Robert Huyser, por ejemplo, fue enviado a Teherán para instar a los generales iraníes "a que los militares deberían ser empujados a la acción" y deberían emplear la fuerza militar para capturar los campos petroleros. 

A mediados de enero, la revolución había triunfado. El Sha había huido y las protestas masivas obligaron a su primer ministro designado, Shahpour Bhaktiar, a permitir que Jomeini regresara. A partir de aquí, comenzó un nuevo proceso complejo de desarrollo político y agitación, Jomeini fue elegido como el nuevo líder de Irán casi unánimemente por la población iraní en elecciones democráticas cuya autenticidad, como toda la revolución, conmocionó a las potencias occidentales. Como observa Karen Armstrong, "los occidentales también se vieron obligados a notar que Jomeini nunca perdió el amor de las masas iraníes, especialmente los bazaaris, los estudiantes de la madraza, los ulemas menos eminentes y los pobres".

Todos los esfuerzos habían sido contrarrestados por la guerra con Irak, que no era obra de Jomeini.


3. La guerra Irán-Irak: Todavía defendiendo los valores occidentales


Prisioneros de guerra iraníes.


Las potencias occidentales estaban horrorizadas por la revolución de 1979, independientemente de su popularidad interna. Implicaba su expulsión del territorio iraní y la consiguiente inseguridad de los intereses de la élite en esa región, incluida la designación estratégica de Irán de Estados Unidos como un "guardián del Golfo" subordinado a las órdenes estadounidenses. La naturaleza islámica de la revolución dio a Occidente más motivos para temer. Las potencias occidentales anticiparon que los eventos en Irán podrían representar un modelo para otras naciones musulmanas en la región, cuya gente sufrió de manera similar bajo dictaduras respaldadas por Occidente. A este respecto, la revolución iraní tenía el potencial de dañar gravemente la hegemonía estadounidense en el Medio Oriente. Como comenta el profesor John Keane:


“Para sorpresa de la mayoría de los observadores, el Islam hizo lo impensable. Demostró que un tirano de finales del siglo XX, armado hasta los dientes y respaldado por inversores y gobiernos occidentales, podría ser derrocado por la presión popular, y que el nuevo régimen islámico instalado por tal presión podría interponerse políticamente entre las dos superpotencias sin comprometerse con ninguna de las dos..."


La solución fue intentar aplastar la revolución de Irán antes de que diera frutos. El objetivo era ilustrar a otros países de la región lo que es probable que les ocurra a quienes intentan seguir un rumbo independiente; en este caso, construyendo el mismo régimen iraquí que hoy se condena sin piedad y empujando la nueva máquina de guerra a una confrontación devastadora con Irán que paralizaría a la recién formada República Islámica. Con la caída del represivo régimen amistoso de Estados Unidos del Sha se perdió un “pilar” de la política estadounidense. Por lo tanto, se requería un nuevo "guardián del Golfo" para mantener el petróleo de Oriente Medio "en manos estadounidenses". Irak representaba muchas posibilidades a este respecto. Existía la posibilidad de infiltrarse en Irak; de derrocar al nuevo gobierno de Irán; de que Irak se convierta en un reemplazo del ex "guardián del Golfo" iraní; y, por supuesto, las lucrativas oportunidades de inversión. Una vez que el Irak de Saddam fuera eliminado de la lista de terrorismo, el nuevo plan estadounidense podría comenzar a actualizarse. A lo largo de este período, el desprecio por los derechos humanos, la democracia y la paz se manifestó constantemente de la manera tradicional. The  Guardian de Londres informa que la guerra "que inició Saddam Hussein" continuó con "el estímulo de los estadounidenses, que querían que destruyera a su gran enemigo, el ayatolá Jomeini". Cuando terminó, al menos un millón de vidas se habían perdido por la causa de la nada, impulsadas por las industrias de armas de Gran Bretaña y el resto de Europa, la Unión Soviética y los Estados Unidos”.


3.1  Me hice amigo de la tiranía

Antes del inicio de la guerra Irán-Irak, Estados Unidos había tomado medidas para extender la mano de las relaciones amistosas al régimen iraquí bajo el gobierno de Saddam Hussein. En una entrevista televisiva, el entonces asesor de seguridad nacional Zbigniew Brzezinski declaró: "No vemos ninguna incompatibilidad fundamental de intereses entre Estados Unidos e Irak". Hizo hincapié en que: “No creemos que las relaciones entre Estados Unidos e Irak deban congelarse en el antagonismo”. El 22 de septiembre de 1980, Saddam Hussein inició su ofensiva contra Irán con el consentimiento de Estados Unidos. Refiriéndose a la influencia tácita de Estados Unidos a este respecto, el ex asistente del Consejo de Seguridad Nacional, Gary Sick, informa que hubo una estrategia para "dejar que Saddam asumiera que había luz verde de Estados Unidos porque no había luz roja explícita". Otros informes son aún más reveladores, refiriéndose a la participación de Estados Unidos en una operación encubierta para una "guerra relámpago" contra Irán, lanzada desde Irak. Esto iba a ser dirigido por varios de los ex generales del Sha "para formar un gobierno provisional (en Irán) bajo la tutela iraquí". El 26 de febrero de 1982, la relación especial entre Estados Unidos e Irak se selló oficialmente: Irak fue eliminado de la lista de terrorismo estadounidense. Como admitió más tarde el principal funcionario antiterrorista del Departamento de Defensa, “nadie tenía ninguna duda sobre la continua participación de Saddam en el terrorismo ... La verdadera razón (para sacar a Irak de la lista de terrorismo) era ayudarlos a tener éxito en la guerra contra Irán".


Un soldado iraní protegiéndose con máscara y traje especial contra los gases tóxicos. Irak usó armas químicas contra las tropas iraníes en diversas batallas.


Esto fue seguido por un apoyo intensivo a Irak durante su devastadora guerra con Irán, incluido el uso de armas químicas y biológicas (y otras) de destrucción masiva, entrenamiento e instrucción militares y el suministro de inteligencia. De acuerdo con la Los Angeles Times, "Estados Unidos hizo la vista gorda cuando Irak usó la inteligencia estadounidense para operaciones contra Irán haciendo uso desenfrenado de armas químicas y misiles balísticos, según altos funcionarios de la administración y de inteligencia", mientras que la "combinación de armas de destrucción masiva de Irak y la Inteligencia estadounidense finalmente ayudaron a cambiar el rumbo de la guerra de ocho años a favor de Bagdad". Un ex funcionario de inteligencia estadounidense familiarizado con el papel estadounidense admitió que Estados Unidos era consciente de que Irak “utilizó sustancias químicas en cualquier campaña importante... Aunque nos opusimos públicamente al uso de armas químicas en cualquier parte del mundo, sabíamos que la inteligencia que les dimos a los iraquíes se utilizaría para desarrollar propios planes operativos para armas químicas". Otro funcionario de la administración declaró: “Ellos (los estadounidenses) construyeron a este tipo y lo dejaron hacer lo que fuera necesario para ganar. Y eso incluyó el uso de armas químicas y misiles balísticos". Las fuentes de inteligencia estadounidenses llegaron incluso a proporcionar datos a Irak sobre el equipo y la fuerza de las tropas de Irán. Ex funcionarios de inteligencia han declarado claramente que Washington era muy consciente de que Irak comenzó a usar armas químicas en 1983 e intensificó su uso en 1986. Para 1988, el uso de gases por parte de Irak también había sido documentado repetidamente por especialistas de la ONU. El uso de gases por parte de Irak también ha sido documentado repetidamente por especialistas de la ONU.

Según otro exfuncionario de inteligencia de Estados Unidos: "Todo se hizo con un guiño y un asentimiento... Sabíamos exactamente a dónde iba todo esto, aunque hicimos todo lo posible para mirar hacia otro lado". Washington sabía que Irak estaba “arrojando barcos cargados” de armas químicas sobre posiciones iraníes, agregó. La política de la época, según otro ex funcionario de Reagan, reconoció que: “Hussein es un bastardo. Pero en ese momento, él era nuestro bastardo". En 1986, cuando la guerra Irán-Irak comenzó a girar decisivamente a favor de Irán, el ritmo de la información de inteligencia estadounidense a Irak aumentó como parte de un intento por restaurar la ventaja de Irak. Estados Unidos no estaba solo en este esfuerzo. Antes de la contraofensiva de Faw, Francia, Egipto y Jordania proporcionaron ayuda para reorganizar y reentrenar al ejército iraquí.

El Reino Unido también estuvo muy involucrado. A lo largo de la devastadora guerra de ocho años, el gobierno británico aseguró a su público que no estaba vendiendo "equipo letal" a ninguno de los bandos. Sin embargo, las pruebas aportadas a la investigación por Lord Justice Scott sobre la venta de armas a Irak han revelado que esta supuesta política tenía como único objetivo el engaño público. En realidad, Gran Bretaña fue uno de los 26 países, incluidos Estados Unidos, Francia y otras naciones occidentales junto con sus regímenes clientes de Medio Oriente, que vendieron la mayor parte de las armas al régimen genocida de Saddam

El especialista estadounidense en armas William D. Hartung, investigador principal del World Policy Institute, observa que, a pesar de los recientes esfuerzos de la industria de defensa estadounidense y la administración Clinton para argumentar que Estados Unidos no armó a Irak en el período previo a la Guerra del Golfo de 1991, existe una amplia documentación (parte de la cual se discutirá aquí) que demuestra que las administraciones Reagan y Bush suministraron tecnologías militares críticas que se utilizaron directamente en la construcción de la máquina de guerra iraquí. Además, "la incapacidad para tomar medidas enérgicas contra los traficantes de armas ilegales o realizar un seguimiento de las transferencias de armas estadounidenses por parte de terceros permitió que un flujo sustancial de equipo militar y componentes militares de origen estadounidense llegara a Irak".


3.2  Armando Irak

Se vertieron enormes cantidades de ayuda militar en Irak ya fuera de la lista de terrorismo y la exportación de tecnologías de doble uso (es decir, aplicaciones civiles y militares), menos restrictivas, los helicópteros Hughes MD-500 'Defender', y luego los Bell fueron vendidos al régimen de Saddam, algunos eran para fines de "recreación", posteriormente se utilizaron para bombardear y gasificar a civiles kurdos.

Se aprobaron un total de 241 licencias para exportaciones de doble uso a Irak en los dos últimos años de la administración de Reagan. La naturaleza de estas exportaciones era notoriamente tal que podían utilizarse militarmente. Bruce Jentleson señala, por ejemplo, que las herramientas de precisión para la "reparación militar general" terminaron siendo utilizadas para actualizar los misiles SCUD para disparos de mayor alcance. Se utilizaron cristales de cuarzo y sintetizadores de frecuencia como "componentes de un sistema de radar terrestre" para los sistemas de guía de misiles. Se exportó tecnología explosiva de aire combustible, aunque era capaz de producir bombas diez veces más letales que las bombas convencionales. De hecho, las exportaciones "se enviaron a sabiendas a instalaciones nucleares iraquíes", según un ex funcionario de la Casa Blanca.

El Ministerio de Industria e Industrialización Militar de Irak -MIMI- fue un ejemplo notorio de esto. Habiendo sido creado en abril de 1988 para unir proyectos civiles y militares, Estados Unidos era plenamente consciente de que MIMI estaba vinculado a programas de armas nucleares, químicas y biológicas. Sin embargo, fue inundado regularmente con docenas de tecnologías de doble uso, licenciadas para la exportación por los EE. UU. Otro ejemplo típico fue NASSR (Nassr State Establishment for Mechanical Industries), que desde la década de 1970 en adelante era bien conocido por ser una importante instalación militar. En 1987, Estados Unidos sabía de un programa de misiles balísticos en funcionamiento allí. Sin embargo, el Departamento de Comercio continuó otorgando licencias de exportación para tecnologías de doble uso para esta instalación. Las tecnologías de doble uso suministradas a instalaciones militares como MIMI y otras, así como directamente al ejército iraquí, incluyeron: equipo para la Compañía Árabe de Detergentes Químicos (un frente de armas químicas); muestras de bacterias para la Comisión de Energía Atómica iraquí y la Universidad de Bagdad (ambas vinculadas a "guerra biológica, apoyo y otras numerosas actividades militares" de la CIA); y así.

Douglas Frantz y Murray Waas de Los Angeles Times informan que en 410 de 526 casos con posibles aplicaciones nucleares, se aprobaron licencias de exportación. Según el congresista estadounidense Henry González, dos de cada siete exportaciones estadounidenses no agrícolas a Irak entre 1985 y 1990 se destinaron a su complejo industrial militar en expansión. Los equipos de inspección de la Comisión Especial de las Naciones Unidas para Irak (UNSCOM) y la Agencia Internacional de Energía Atómica (OIEA) confirmaron que la tecnología estadounidense fue utilizada por Irak en su programa de armas, lo que no es una sorpresa considerando que las tecnologías estadounidenses de doble uso estaban siendo licenciadas de manera sistemática y consciente a las instalaciones militares que emprenden exactamente este tipo de programas. Según el inspector jefe de la ONU / OIEA: “La respuesta simple a la pregunta de si se ha descubierto que los equipos y la tecnología producidos en Estados Unidos forman parte del programa de armas nucleares iraquí es sí”.  Ejemplos de esto incluyen el equipo descubierto por UNSCOM de 11 compañías estadounidenses en plantas iraquíes de misiles y armas químicas. Algunos de los 17 cultivos bacterianos y virales autorizados por los EE. UU. También se encontraron en el sitio de Salman Pak que fue parte de “un importante programa de investigación militar ... concentrado en el ántrax y el botulismo”.

Mientras el torrente de ayuda militar y financiera continuaba llegando a Irak, Saddam estaba ocupado aplicando esta ayuda - que le llegó no solo de Estados Unidos, sino de Francia, Alemania, Gran Bretaña, entre otros - en abusos sistemáticos de derechos humanos. Según el exsecretario de Estado estadounidense Shultz, los primeros informes sobre el uso de armas químicas por parte de Irak contra Irán "llegaron". Como fue el caso de las otras violaciones flagrantes de Saddam del Protocolo de Ginebra de 1925 que prohíbe el uso de armas químicas en la guerra, su uso de armas químicas contra Irán fue ampliamente documentado por la ONU. La ONU encontró evidencia de que Saddam había usado armas químicas cuatro veces durante la guerra Irán-Irak. Los otros tres fueron en abril de 1985, febrero-marzo de 1986 y abril-mayo de 1987. Saddam también estaba ocupado oprimiendo violentamente a su propio pueblo, tomando medidas enérgicas particularmente contra los kurdos del norte de Irak, incluido, por ejemplo, según Amnistía Internacional, el secuestro y tortura de unos trescientos niños de familias kurdas. 

En febrero de 1988, Saddam instigó una campaña aún más masiva contra los kurdos. Sus tropas emplearon los métodos tradicionales de destrucción. El 16 de marzo de 1988, las fuerzas aéreas iraquíes bombardearon Halabja con gas mostaza y toxinas nerviosas. “Familias enteras fueron arrasadas y las calles se llenaron de cadáveres de hombres, mujeres y niños”, informó el Washington Post. Se estima que unas 5.000 personas fueron masacradas. Como observa el profesor Jentleson, este número de muertos es proporcional a más de medio millón de muertes en una ciudad del tamaño de Nueva York. La respuesta de Estados Unidos a todo lo anterior es instructiva. No fueron suficientes para que Estados Unidos y sus aliados occidentales detuvieran la asistencia militar al régimen. Incluso las atrocidades de Halabja solo llevaron al endurecimiento simbólico de algunos controles de exportación relacionados con la fabricación de armas químicas y la producción de lo que equivalía a una resolución de condena sin sentido en el Consejo de Seguridad de la ONU. Estos gestos aparentemente tenían un propósito propagandístico, ya que, lamentablemente, no supusieron una reducción significativa de la ayuda militar estadounidense / occidental al régimen de Saddam.


El ataque con gas venenoso de Halabja se produjo entre el 15 y el 19 de marzo de 1988 durante una importante batalla en la guerra entre Irán e Irak cuando se utilizaron armas químicas, presuntamente por las fuerzas gubernamentales iraquíes, contra la ciudad kurda iraquí de Halabja. Las estimaciones de víctimas oscilan entre varios cientos y 5.000 personas.


De hecho, la posibilidad de que se impongan sanciones a Irak debido a las masacres fue deliberadamente bloqueada por la Administración de Estados Unidos, porque "socavarían las relaciones y reducirían la influencia de Estados Unidos en un país que ha emergido de la Guerra del Golfo Pérsico como uno de los países árabes más poderosos". En lugar de imponer sanciones, se hizo todo lo contrario. Entre septiembre y diciembre de 1988, se otorgaron sesenta y cinco licencias para la exportación de tecnología de doble uso, lo que representa un promedio anual de 260 licencias: más del doble de la tasa entre enero y agosto de 1988. Los inspectores del Servicio de Aduanas de Estados Unidos habían “detectado un marcado aumento en los niveles de actividad de las redes de compras de Irak,  particularmente notables en las áreas de tecnología de misiles, guerra químico-biológica y tecnología de espoletas”.

En enero de 1988, surgieron informes sobre las capacidades de guerra bacteriológica iraquí en la prensa especializada abierta. Según un respetado analista estadounidense, "a finales de 1988, había cada vez más indicios de que Irak estaba produciendo una toxina botulínica en cantidades militares, o algún agente similar". Un funcionario del gobierno de Estados Unidos fue más comunicativo: "Todo el mundo sabe que los iraquíes están intentando desarrollar armas biológicas". Esto ocurrió a pesar de un llamamiento de derechos humanos a la Subcomisión de Prevención de Discriminaciones y Protección a las Minorías de la ONU, emitido por Amnistía Internacional, que señala claramente los “graves temores de que, tras la guerra [Irán-Irak] el deterioro de los derechos humanos podría ocurrir en Irak”. Amnistía señaló que el régimen de Saddam estaba llevando a cabo "una política sistemática y deliberada ... para eliminar un gran número de civiles kurdos". Este informe de Amnistía Internacional se publicó sólo tres días antes del alto el fuego Irán-Irak del 20 de agosto de 1988. Saddam inició otros ataques químicos domésticos a una escala sin precedentes sólo unos días después. Sin embargo, como se señaló anteriormente, las secuelas de estos ataques no resultaron en una reducción de las exportaciones estadounidenses de tecnologías de doble uso con licencia, sino que, por el contrario, dieron como resultado su aumento.


3.3  Relaciones amistosas


Saddam, un "joven presentable" con "sonrisa cautivadora", "hagamos negocios", dijo la embajada británica en 1969.


Estados Unidos no solo proporcionó al régimen de Saddam ayuda militar, sino también ayuda financiera, grandes inversiones y abundante comercio. Por ejemplo, los créditos CCC estadounidenses habían crecido hasta superar los mil millones de dólares por año. Estados Unidos se había convertido en un importante cliente de petróleo iraquí, importando en 1987, 30 millones de barriles. Esto aún era mínimo en comparación con las importaciones posteriores: en 1988, el año de las atrocidades internas más conspicuas instigadas por las fuerzas de Saddam, las importaciones estadounidenses de petróleo iraquí se dispararon a 126 millones de barriles. Esta cifra debería compararse con las cifras de 1981 cuando Estados Unidos no había importado ni un solo barril de petróleo iraquí. La disparidad constituyó un aumento trascendental de más del 400 por ciento, y las compras estadounidenses aportaron 1.600 millones de dólares. Estados Unidos estaba comprando esencialmente uno de cada cuatro barriles de exportaciones de petróleo iraquí. Jentleson señala que las compañías petroleras estadounidenses también comenzaron a recibir un descuento de 1 dólar por barril por debajo de los precios que se cobran a las compañías petroleras europeas. Esto ascendió a aproximadamente $ 37 millones en el último trimestre de 1988 y otros $ 123 millones durante los primeros tres trimestres de 1989. El descuento por barril se incrementó posteriormente a $ 1,24 en enero de 1990, lo que resultó en ahorros de otros considerables $ 241 millones en importaciones. Estados Unidos estaba tan entusiasmado con estos que continuaron durante más de un mes después de la invasión de Kuwait por Irak.

Irak se convirtió en el duodécimo mercado más grande para las exportaciones agrícolas estadounidenses en la década de 1980; para algunos cultivos (por ejemplo, arroz) el país se convirtió en el mercado de exportación número uno. De hecho, Iraq ocupaba el segundo lugar después de México como beneficiario de las garantías de crédito a la exportación de la CCC. Como era de esperar, el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos se mostró optimista sobre "el enorme potencial de mercado de Irak para las exportaciones agrícolas de Estados Unidos". Como ya se ha visto, el negocio también prosperaba en el frente de la exportación de tecnología de fabricación y de doble uso. Jentleson informa que en sectores como el petróleo, la generación de electricidad, los petroquímicos, el acero y el transporte, se firmaron fervientemente miles de millones de dólares en contratos.

Uno de los grupos que fue particularmente activo para garantizar que Estados Unidos no imponga sanciones a Irak fue el Foro Empresarial Estados Unidos-Irak, establecido en 1985, cuyo presidente Marshall Wiley era abogado y ex embajador de Estados Unidos en Omán, así como ex alto rango diplomático de Estados Unidos en Bagdad. Según Bruce Jentleson, las empresas que eran miembros de este grupo, cuya influencia fue crucial en la prevención de sanciones, incluían a las involucradas en la importación de descuentos. Petróleo iraquí: (Amoco, Mobil, Exxon, Texaco, Occidental). Contratistas de defensa: (Lockheed, Bell Helicopter-Textron, United Technologies) y otros (AT&T, General Motors, Bechtel, Caterpillar). 


Esto ilustra claramente que los Estados Unidos están influenciados más significativamente en sus políticas por los intereses de las élites corporativas - el complejo militar-industrial y las corporaciones multinacionales - a expensas de los derechos humanos y las decisiones de las masas en todo el mundo. Estos sectores de élite poseen la influencia más poderosa sobre la política; y los resultados, como ahora es bastante evidente, son catastróficos a nivel mundial.


Phyllis Bennis, miembro del Instituto de Estudios Políticos, experta en Oriente Medio con sede en Washington, describe la naturaleza antihumanitaria de la alianza Estados Unidos-Irak, una alianza basada únicamente en intereses estratégicos y económicos:

Mucho antes de la invasión de Kuwait, uno podría haberse preguntado acerca de la alianza entre Estados Unidos e Irak. Ciertamente fue en parte táctico, destinado a evitar la victoria absoluta de la República Islámica de Irán en ascenso en la guerra Irán-Irak. Sin duda, reflejaba los tres objetivos de larga data de la política estadounidense en Oriente Medio: protección de Israel, control del acceso al petróleo y estabilidad. Uno podría haberse preguntado por qué los funcionarios estadounidenses voluntariamente, si no con entusiasmo, hicieron la vista gorda ante los crímenes del régimen iraquí. No era como si no supieran del gobierno represivo de Irak, su campaña de Anfal para despoblar las aldeas kurdas y su uso de gas venenoso ilegalizado internacionalmente contra civiles y soldados iraníes. Las violaciones de derechos humanos son comunes en toda la región:  detenciones arbitrarias, tortura, demolición de viviendas, represión de disidentes, persecución de los comunistas, el gobierno de Irak estaba entre los mejores. Washington sabía de las violaciones de Irak, pero expresó poca preocupación oficial”.


La política estadounidense / occidental simplemente no se basa en la preocupación por los derechos humanos. Por el contrario, los intereses económicos y estratégicos occidentales son la fuerza motriz de políticas exteriores que son sistemáticamente anti-humanitarias y contra-democráticas.

 

Continuaremos con la GUERRA...

Nafeez Mosaddeq Ahmed


Nota final del editor del blog:
Sobre el autor: Nafeez Mosaddeq Ahmed es una autoridad mundial sobre análisis de terrorismo y conflictos. Es Director Ejecutivo del Instituto de Investigación y Desarrollo de Políticas (IPRD) en Londres y Tutor Asociado en la Escuela de Ciencias Sociales y Estudios Culturales de la Universidad de Sussex, Brighton. Es el afamado autor de "The War on Freedom: How & Why America was Attacked: September 11, 2001", galadornado en Italia con el más prestigioso reconocimiento en el campo literario, el Premio Nápoles (2003)
El artículo original de Nafeez Mosaddeq Ahmed, en inglés no tiene traducción a otros idiomas, titula: "The 1991 Gulf Massacre", fue publicado por Red Voltaire (Voltaire Network, London, United Kingdom el 28 de octubre y 8 de noviembre del 2009, respectivamente). Las dos profusas partes son esclarecedoras. Por la cantidad de información y fuentes que contiene hemos optado por no colocar las notas a pie de página que en la primera parte suman 88 y 90 en la segunda, las cuales pueden ser revisadas en su versión original. Así como también se ha retirado algunos párrafos referentes a estadísticas y declaraciones adicionales que reconfirman un suceso histórico; esto tiene la finalidad de no saturar con abundante información al lector ya que la versión original en inglés, evidentemente, tiene un estilo académico. 

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