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11 junio 2024

La Corte Penal Internacional y su inaceptable teoría del buenismo



 

Introducción por el editor del blog


Partamos por identificar al fiscal jefe de la Corte Penal Internacional (CPI), Karim Asad Ahmad Khan (abogado británico, nacido en Edimburgo - Escocia), especializado en derecho penal internacional y su aplicación para los derechos humanos. Khan acusa no solo a Israel de cometer crímenes de guerra; también señala a Palestina por librar una guerra contra Israel usando tácticas terroristas. No queremos debatir esto, porque no hay comparación entre las acciones del estado israelí que emanan de los órganos de gobierno y la resistencia armada palestina ante la ocupación. Evidentemente, los crímenes de Israel son cuantitativa y cualitativamente mucho peores que los del movimiento Hamás.


Karim Khan y la fiscalía de la Corte Penal Internacional (CPI) en La Haya solicita órdenes de arresto en "un conflicto armado internacional entre Israel y Palestina, y un conflicto armado no internacional entre Israel y Hamas que corre en paralelo". Hay que acotar que conforme el Derecho Internacional, la lucha armada de Palestina legítimamente se encuadra en la resistencia armada ante una potencia con fuerzas de ocupación. Los palestinos -de cualquier facción- tienen derecho a defenderse, incuestionable; y esa ha sido la característica de todo legítimo movimiento de liberación nacional en el mundo.

¿A quién solicita las ordenes de arresto? La solicitud de órdenes de arresto debe ser evaluado por tres jueces en una sala de cuestiones preliminares de la CPI, quienes emitirán las respectivas medidas cautelares (órdenes de arresto), sería inverosímil, un escándalo si no lo hicieran.


Benjamin Netanyahu, retratado como criminal de guerra en un cartel de origen británico que circulaba en 2014 (rs21.org.uk)


El fiscal Khan acusa al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu y al ministro de Defensa, Yoav Galant, de un conjunto de crímenes contra la humanidad y crímenes de guerra: inanición de civiles como método de guerra, causar deliberadamente grandes sufrimientos o lesiones graves, trato cruel, homicidio intencionado, dirigir intencionadamente ataques contra una población civil, exterminio y/o asesinato, persecución, etc., entre otros actos inhumanos. 


Pregunta: ¿Por qué no se acusa a todo el Gabinete de Guerra, además, de políticos, militares y colonos que abiertamente incitan al genocidio? Los crímenes que Israel perpetra están establecidos en la Convención contra el Genocidio, aunque Khan se ha negado acusar de genocidio, estamos ante un inequívoco caso de genocidio.


La acusación no queda allí. Acusa a los altos dirigentes de Hamás Yahya Sinwar, Mohammed Al-Masri (alias Deif) e Ismail Haniyeh de crímenes contra la humanidad y crímenes de guerra: exterminio, asesinato, toma de rehenes, violencia sexual (incluida la violación), tortura, tratos crueles, ultrajes a la dignidad personal y otros actos inhumanos. Las acciones violentas de Hamás (al parecer permitidas por Israel) tiene algunos indicios criminales peculiares que ameritan un proceso como es la toma de rehenes o la presunta violencia sexual (no comprobada). Es un hecho que Hamás cometió crímenes en el marco de su legítima lucha por la liberación, lo cual no significa que perdió legitimidad ante el Derecho Internacional y, en un marco contrario, la guerra de Israel es un crimen en todo sentido.

En el mundo real, esta acción jurídica para el caso Israel no será más que un recordatorio político, ¿contradictorio?. Lo explico, "legalmente", la CPI (Estatuto de Roma 1998), es el único tribunal internacional facultado para perseguir personas por delitos de genocidio, crímenes de guerra y crímenes de lesa humanidad. La Corte Internacional de Justicia (CIJ), es decir, otro órgano de las Naciones Unidas, tiene potestad por crímenes similares, pero cuando la acusación se dirige a los Estados y no a individuos en particular. Israel está sujeto ya a un proceso ante la CIJ e Israel se niega a cumplir el último fallo de la CIJ, el asedio a Rafah debe terminar inmediatamente.




Ciertamente, lo único que trascenderá a nivel mundial es que la perpetua inmunidad de la que gozaba Israel ha llegado a su fin, o al menos ha sufrido resquebrajos. Sin embargo, el Policía Mundial -Estados Unidos- que actúa según sus intereses geopolíticos, para este caso particular (defensa de Israel) ha rechazado el concepto del derecho internacional; el presidente de la Cámara de Representantes de EEUU, Mike Johnson, ha señalado: "No ponemos a ningún organismo internacional por encima de nuestra soberanía" (lo que implica que Israel es parte de su soberanía). Se comprende que la definición misma del Derecho Internacional establece su supremacía sobre la soberanía nacional. A lo largo de los años, muchos han expresado que el Derecho Internacional no existe (según las circunstancias del momento), así que oficialmente el promotor del derecho internacional y de la ONU -Estados Unidos de América- rechaza el concepto mismo de derecho internacional.

Las órdenes de arresto contra los israelíes no se efectivizarán (aunque se emitan), la CPI carece de fuerza policial para hacer cumplir sus resoluciones (detener a los sospechosos); solo puede confiarse en la voluntad de los 124 estados que firmaron el Estatuto de Roma. ¿Quién se atreverá a poner el cascabel al gato israelí...?, para los "gatos" palestinos habrá voluntarios. 

El historiador alemán y experto en política internacional, Tarik Cyril Amar (Historia Moderna de la Universidad de Oxford, máster en Historia Internacional por la LSE, doctor en Historia por la Universidad de Princeton y otros títulos como becario en el Museo Conmemorativo del Holocausto), en su artículo "Israel's immunity has finally cracked: The ICC goes after Netanyahu", describe que, "Israel está tan fundamentalmente equivocado como la resistencia palestina está fundamentalmente en lo correcto. En realidad, Israel no puede reclamar el derecho a la ´autodefensa´ contra una población que ocupa. En realidad, como potencia ocupante (sí, también para Gaza, a pesar de su engañosa "retirada" de 2005), tiene obligaciones para con esa población en virtud del derecho internacional, todo lo cual pervierte en su opuesto grotescamente vicioso. Por ejemplo, cuando debe, según el Comité Internacional de la Cruz Roja, garantizar que se satisfagan las necesidades básicas de la población de Gaza, suministro de alimentos, medicinas, atención médica y otros bienes básicos necesarios para que la población pueda vivir en condiciones materiales adecuadas", Israel ha bloqueado, matado de hambre y masacrado, incluso antes...".

El gobierno de Netanyahu ha logrado que la administración Biden -que dice oponerse a sus acciones- no siga oponiéndose a su política genocida, así como se niega a obedecer al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas y, con más descaro, se burla de la Corte Internacional de Justicia. Nadie puede hacer nada para detener los crímenes en Gaza y Cisjordania, la limpieza étnica continuará imperturbable.

Con estas reflexiones político - jurídicas bien merece transcribir un estudio sobre esta realidad. Pablo Jofré Leal, destacado periodista y analista internacional, tiene la palabra.


*****

La Corte Penal Internacional y su inaceptable teoría del buenismo 

 


 Pablo Jofré Leal

Articulo escrito para HispanTV

mayo 2024


I

 

La decisión de CPI del 20 de mayo pasado equipara a los genocidas israelíes con la Resistencia palestina que lucha por la liberación de pueblo.


La conducta de sumisión de la Corte Penal Internacional (CPI) a las presiones, chantajes y definiciones de qué hacer o no hacer, a que situaciones poner atención, a tratar de equilibrar políticamente determinados hechos y en otros tratar de minimizarlo es parte de la conducta de una institución que el lunes 20 de mayo de 2024 mediante su fiscal jefe, Karim Khan, solicitó órdenes de arresto contra el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, el ministro de guerra Yoav Gallant “el dúo genocida” con cargos que incluyen provocar hambruna como método de guerra, causar intencionalmente grandes sufrimientos, dirigir intencionalmente ataques contra la población civil y persecución.


Entidad israelí - genocidas

Evidentemente los cargos más plausibles y evidentes contra los dirigentes sionistas no están presente en esta solicitud de Khan, como son los de crímenes de guerra, lesa humanidad, genocidio y agresión. ¿Por qué? Considero que esta decisión muestra esa política tan propia de aquellos que practican la teoría del buenismo que se concreta con enfocar toda su acción en tratar de no incomodar a aquellos que han sido parte de los poderes hegemónicos de las últimas décadas, en específico Estados Unidos y los suyos

Como el sólo hecho de generar solicitudes de detención contra dirigentes civiles y militares del régimen nacionalsionista israelí podría generar una oposición frontal, la CPI lo que realizó es temperar dicha disposición generando, igualmente, solicitudes de órdenes de arresto contra los líderes del Movimiento de Resistencia islámica de Palestina -HAMAS- en los nombres de Yahya Sinwar, Mohammed Diab Ibrahim al-Masri e Ismail Haniya. Una determinación que echa en saco roto el valor y la legalidad de la lucha de la resistencia frente a un usurpador como es el régimen infanticida israelí y por ende minimiza el combate contra esa entidad que durante 76 años ha ocupado y colonizado el territorio palestino y exterminado a su población. Aquí evidentemente se equipara al victimario con la víctima y eso genera un inmediato rechazo a estos intentos de presentar este exterminio como una especie de guerra equilibrada




Esto sólo propicia mayores grados de impunidad de la entidad israelí y el incremento de su política de solución final al estilo del Tercer Reich contra el pueblo palestino. Para la CPI la operación Diluvio de Al Aqsa llevada a cabo por la resistencia palestina desde el 7 de octubre del año 2023 es equiparable a siete décadas de usurpación, expolio, genocidio, masacres, de hombres, mujeres y entre ellos decenas de miles de niños. La destrucción de ciudades y pueblos palestinos y la modificación de sus nombres originales, la invisibilización de su historia, su vestuario, comidas, la tergiversación de la historia milenaria del pueblo palestino. Los crímenes atroces cometidos contra su población, la realidad de dos enormes campos de concentración como son la Franja de Gaza y Cisjordania, la construcción de asentamientos poblados por cientos de miles de colonos sionistas de los más extremistas de una sociedad violenta y racista como es la israelí. Usurpación del territorio palestino haciendo imposible pensar en la idea y realidad de un estado palestino autodeterminado. 

Sumemos la generación de autopistas exclusivas para colonos sionistas, el impedir el retorno de los refugiados palestinos, el despojo de viviendas, la demolición de ellas, el robo de sus riquezas y recurso naturales. La instalación de su sistema de apartheid, la incitación y realidad de un genocidio. Todo ello ha sido minimizado por la CPI con la necesaria solicitud de detención de los criminales sionistas, sumando a los lideres de la resistencia palestina en una compensación inaceptable y avalando la idea de la falsa autodefensa del sionismo frente a Diluvio de Al Aqsa cuando bien saben los fiscales de la CPI que una potencia ocupante no puede argumentar autodefensa y cuya realidad solo es posible aceptar del pueblo ocupado con toda la legalidad que tal hecho determina, en aras de su proceso de liberación.

No extraña la decisión del Fiscal jefe de la CPI, pues en general esta institución no ha mostrado una conducta que propicie el juzgamiento de los criminales de países que han ejecutado políticas de exterminio, desestabilización, agresiones, invasiones y ocupación de diversos países. Líderes políticos y militares de Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, Alemania, como también otros miembros de la OTAN y por ende partícipes de políticas genocidas como ha sucedió en Libia, Siria, Afganistán, Yemen, El Líbano, Irak, entre otros países con resultados que han significado la muerte de seres humanos y la destrucción de sus países. No vamos a encontrar órdenes de detención contra personajes que han ocupado altos cargos en sus países y han llevado a cabo esas políticas que merecían órdenes de detención internacional y su juzgamiento por crímenes de guerra, lesa humanidad y crímenes de agresión.

 



¿Dónde están las órdenes de detención para el ex Primer ministro inglés Tony Blair o el actual Richi Sunak? ¿Dónde está la solicitud de detención para el expresidente español José María Aznar o el exmandatario estadounidense George W. Bush? ¿Dónde están las órdenes de aprehensión del secretario general de la OTAN, del expresidente francés Nicolas Sarkozy o del actual Emmanuel Macron? ¿Dónde las órdenes de arresto para cada uno de los ex primeros ministros que han ocupado ese cargo en la entidad sionista antes que Netanyahu? ¿Dónde está la determinación que llame a detener a los líderes de la monarquía saudita en especial a Mohammad bin Salman por su agresión a Yemen y el apoyo a la creación de grupos terroristas, que han agredido por 13 años a Siria generando más de 600 mil muertos? Pura y despreciable hipocresía, en ese actuar medroso e interesado, en no afectar los intereses políticos que agreden, asesinan y después rasgan vestiduras con relación al respeto de los derechos humanos

En esta línea de acción, tan favorable a las potencias occidentales influye, indudablemente, el hecho que el funcionamiento de la CPI depende de una financiación de los estados que la componen, recibiendo donaciones de gobiernos, organizaciones internacionales, particulares y sociedades -generalmente a través del llamado Fondo Fiduciario de la Fiscalía de la Corte Penal Internacional- que la hacen susceptibles a presiones de aquellos, principalmente países aliados de Estados Unidos, que más aportan bajo la vieja máxima orquestal “quien pone la plata pone la música” como es el caso de Japón y Alemania, cuyos países en los últimos años son los que más aportan a la CPI. La consiguiente dependencia de esta institución respecto de la voluntad de los Estados a cooperar se encuentra en una evidente y constante tensión con su independencia, como órgano jurisdiccional basado en un tratado. Cada año, la Corte Penal Internacional envía una solicitud a los estados parte para su presupuesto programático del año siguiente

Un órgano subsidiario de experto/as de la Asamblea de los Estados Parte (AEP), el Comité de Presupuesto y Finanzas, ayuda con este complejo proceso presupuestario durante todo el año. La AEP luego da la aprobación final del presupuesto de la Corte en su sesión anual, generalmente en noviembre o diciembre. Los estados partes de la CPI pagan una contribución anual basada en su ingreso nacional bruto. Para el año 2023 el presupuesto de esta institución internacional fue de 187 millones de euros. Recordemos que son 124 los países que forman parte del Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional. De ellos, 33 son Estados africanos, 19 de Asia y el Pacífico, 18 de Europa oriental, 28 de América Latina y el Caribe, y 25 de Europa occidental y otros Estados. Pero, sólo 31 estados han firmado el Estatuto de Roma, pero aún no lo han ratificado. Dos Estados se han retirado de este Estatuto: Burundi y Filipinas.

Las presiones contra la CPI -con su determinación de solicitar la detención del criminal primer ministro del régimen israelí y su ministro de la guerra, comenzaron a los pocos minutos de la declaración dada por el Fiscal jefe Karim Khan y desde la boca del presidente de Estados Unidos, Joe Biden. Este reaccionó a la petición de las órdenes de arresto vociferando que “La solicitud del fiscal de la CPI de órdenes de arresto contra líderes israelíes es escandalosa. Y permítanme ser claro: independientemente de lo que este fiscal pueda implicar, no hay equivalencia -ninguna- entre "Israel" y Hamás. Siempre estaremos junto a "Israel" contra las amenazas a su seguridad” sostuvo el mandatario estadounidense quien el año 2016 se autodefinió como sionista.


Joe Biden, vicepresidente de Estados Unidos en Jerusalén, 9 de marzo 2010, foto ANP

La Corte Penal Internacional, con sede en Los Países Bajos -en la ciudad de La Haya- es una institución de índole internacional, permanente, establecida para investigar y perseguir a todas aquellas personas que hayan cometido delitos graves de transcendencia mundial como son: el genocidio, los crímenes de lesa humanidad, y los crímenes relacionados con la guerra. El año 2020 se incorporó en el campo de acción de esta CPI los crímenes de agresión. La CPI es un órgano judicial independiente, que se rige por el mencionado Estatuto de Roma (A/CONF.183/9) que fue adoptado el 17 de julio de 1998 por la denominada Conferencia Diplomática de Plenipotenciarios de las Naciones Unidas sobre el establecimiento de una Corte Penal Internacional y entró en vigor el 1º de julio de 2002. Según su propia definición la CPI participa en una lucha global “para poner fin a la impunidad y, a través de la justicia penal internacional, pretende responsabilizar a los culpables por sus crímenes y ayudar a evitar que vuelvan a ocurrir. La Corte no puede alcanzar estos objetivos por sí sola. Como tribunal de última instancia, busca complementar, no reemplazar, a los tribunales nacionales. La CPI es la primera Corte Penal Internacional permanente del mundo”.


II

La Corte Penal Internacional desempeña su misión, además de lo mencionado con anterioridad, en dos aspectos: primero, el arreglo conforme al derecho internacional de controversias que le sean sometidas por los Estados y en segundo lugar la emisión de dictámenes sobre cuestiones jurídicas que le sometan los órganos u organismos del sistema de Naciones Unidas que tengan autorización para hacerlo.

Es fundamental no confundir esta CPI con la Corte Internacional de Justicia que depende de la Organización de las Naciones Unidas y por tanto es un órgano subordinado que juzga aquellas controversias y litigios entre los Estados. Sin embargo, existe una relación estrecha entre la CPI y la ONU aprobada por la resolución 58/318 de la Asamblea General. La Corte Penal Internacional es un tribunal de última instancia, que interviene únicamente cuando las autoridades nacionales no tienen la disposición o la capacidad para hacerlo.

Las principales críticas a la CPI radican en el doble estándar exhibido cuando se trata de tomar ciertas decisiones, sobre todo cuando se trata de aquellos sindicados como “enemigos de occidente”. Una muestra evidente de lo que afirmo, es  la orden de detención emitida en marzo del año 2023 contra el presidente de Rusia Vladímir Putin y la comisionada presidencial para los derechos de los niños, María Lvova-Belova acusados del presunto crimen de guerra respecto al traslado forzoso de niños desde los territorios ucranianos haciendo caso omiso de la defensa rusa - no firmante del estatuto de Roma - que afirmó en el Consejo de seguridad de la ONU que su país había acogido a más de 5 millones de ucranianos, de los cuales 700 mil son niños, varios miles de ellos provenientes de orfanatos y casas de acogida. La opinión sobre esta medida era que la CPI trataba, bajo orientación occidental de “desgastar” y demonizar la figura del presidente ruso.




Los niños mencionados en la investigación de la CPI efectivamente han estado en establecimientos rusos, pues aquellos que estaban ubicados en la zona del Donbás sufrían constante bombardeos a manos del régimen kievita y ello implicaba un evidente peligro a la vida de estos menores. 1300 de eso pequeños ya ha sido devueltos a sus orfanatos de origen, 400 están en orfanatos rusos en diversas regiones y 358 niños fueron asignados a hogares, con guardianes en el marco de la denominada custodia tutelada. Aquí simplemente se tomaron las afirmaciones de Kiev y no las de autoridades rusas en un claro ejemplo de parcialidad de afinidad y exigida por las potencias occidentales aliadas de Ucrania, que ha sido el ente que ha bombardeado los hogares y establecimientos del cual tuvieron que ser evacuados estos menores fuera de las Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk.

Hablo de doble rasero pues esta misma Corte, que ha recibido las denuncias por genocidio contra el régimen sionista israelí no llevó adelante ninguna acción previa al 20 de mayo del 2024, que obligue a la entidad nacionalsionista israelí a cesar sus crímenes de guerra, lesa humanidad, genocidio y de agresión. En la búsqueda de la justicia internacional, la rendición de cuentas, la sanción de los responsables, la no repetición y la reparación de las víctimas, 620 abogados chilenos presentaron una denuncia penal ante la CPI en diciembre del 2023 y ratificada en marzo de este 2024 en contra del primer ministro sionista Benjamín Netanyahu. Esa acción y aquellas establecidas por gobiernos y entidades internacionales determinaron, recién 225 días después del proceso de exterminio del nacionalsionismo, que la CPI diera curso a una solicitud de detención a cuyos destinatarios son el primer ministro nacionalsionista Benjamín Netanyahu y su ministro de la guerra Yoav Gallant, componentes del régimen civil-militar israelí que en poco más de siete meses y medio ha asesinado a 35 mil palestinos, hombres, mujeres y entre ellos 16 mil niños. Más de 10 mil palestinos se hallan bajo los escombros. La destrucción de gran parte -el 75% de la infraestructura sanitaria, industrial, servicios básicos, viviendas, carreteras, escuelas, universidades, mezquitas.


Palestinos cautivos en Palestina 


Recordemos, además, que un panel de tres jueces decidirá ahora si emitirán las órdenes y permitirán que proceda el caso. Estas decisiones suelen tardar algunas semanas por tanto viviremos una etapa de enormes presiones contra la CPI y contra cada uno de sus miembros. Ya en estos días, países aliados del sionismo ponen en duda que la CPI pongan en el mismo nivel, sostienen, a los miembros de HAMAS y a dirigentes de un gobierno que denominan democrático y aliado. Países como Alemania y Austria se encuentran en este grupo. “Es muy extraño que se mencione aquí al primer ministro de un Estado democrático al mismo tiempo que a los terroristas de Hamás, que han causado una masacre sin parangón en la historia” sostuvo la ministra federal austríaca para la UE, Karoline Edtstadler. “Está por ver cómo reacciona el Tribunal Penal Internacional a la petición del fiscal” argumentó la ministra, una velada amenaza que la temporada de presiones ha comenzado.

Si embargo aquellos que cuestionan a la CPI no han dudado en demonizar al presidente ruso ¿Por qué Putin y no Netanyahu? solíamos preguntarnos antes de la solicitud del Fiscal jefe de la CPI considerando además los 76 años de crímenes cometidos por el sionismo contra el pueblo palestino. ¿Por qué Rusia y el señalamiento constante a su gobierno como enemigo principal de occidente y sin embargo el ente israelí es permanentemente protegido por sus aliados occidentales y en el seno de los organismos internacionales? Ya se ha iniciado una andanada de ataques y críticas a la CPI por parte de Washington y los suyos frente a la orden de detener al criminal Netanyahu y Gallant, que seguramente implicará presiones para países como Japón, Alemania u otros, para quitar el apoyo financiero e incluso generar una política para tratar de eliminar este organismo internacional. 

Con lo positivo que puede ser la solicitud de detención del dúo criminal Netanyahu y Gallant también hay que emitir una orden internacional de detención a otros miembros del régimen civil-militar nacionalsionista entre ellos:

- Isaac Herzog. Presidente del régimen sionista. De padre irlandés y madre egipcia. 
- Itamar ben Gvir. Ministro de seguridad nacional. De familia originaria de Irak. 
- Bezalel Smotrich. Ministro de finanzas de familia originaria de Ucrania. 
- Ayelet Shaked, de origen iraquí, ex diputada y ministra de recientes gobiernos sionistas, que incita permanentemente al genocidio del pueblo palestino. 
- Avigdor Lieberman. Ex ministro de guerra y colono de origen moldavo, que ha llamado a lanzar una bomba nuclear contra el pueblo palestino. 
- El ex jefe del estado mayor del ejército sionista Benny Gantz, con padre de origen rumano, que llama a la destrucción de la Franja de Gaza y la eliminación total de la resistencia, con el asesinato de miles de niños. 
- El ex primer ministro Yair Lapid de origen yugoeslavo como también el ex primer ministro de origen estadounidense Naftali Bennett.

 


Tres extremistas políticos que integran el gobierno de Israel. Izq. Bezalel Smotrich. Ministro de finanzas. Medio, Benjamin Netanyahu, primer ministro; der. Itamar ben Gvir. Ministro de seguridad nacional.
 

Frente a los llamados a exterminar a la población palestina por parte de políticos como Ben Gvir y Smotrich, el legislador árabe israelí Ahmad Tibi, de la alianza Hadash-Ta’al (que ha sufrido la muerte de tres de sus familiares por bombardeos del ejército israelí en la Franja de Gaza) sostiene que ambos ministros extremistas están “incitando al genocidio”, comparando sus propuestas con los llamados nazis a un expansionismo bajo el concepto de “Lebensraum” o “espacio vital”. Para los nazis, ese concepto incluía la idea de que había una raza superior con derecho a expandirse en el territorio y desplazar a sus habitantes originarios, como es exactamente lo que hace el nacionalsionismo israelí con el pueblo palestino. Igualmente tengamos presente que Sudáfrica, que presentó una acusación ante la Corte internacional de Justicia (dependiente de la ONU) a través de su representante Tembeka Ngcukaitobi defiende que “la incitación al genocidio emana del más alto nivel” del Gobierno israelí, por lo que no puede presentarse como frases aisladas de “grupos fuera de control”. Y esta realidad es fundamental para darse cuenta que se trata de crímenes de una entidad no de individuos o soldados que no obedecen órdenes. Es lo que se denomina “terrorismo de estadouna política de solución final emanada desde los niveles más altos de la sociedad extremista israelí.


Perturbadora fotografía en Gaza (2023), prisioneros civiles palestinos son fichados por miembros del ejército israelí. 


La Corte Penal Internacional debe dejar de ser rehén de los chantajes y presiones de Estados unidos y los suyos, dejar de tratar de equiparar aquello que no es posible equilibrar como es la acción del victimario y la víctima. ¿Se imagina usted solicitar la detención - si hubiese existido en la segunda guerra mundial la CPI - la detención de los jerarcas nazis y al mismo tiempo a los líderes de la resistencia partisana o los maquis franceses o a los guerrilleros soviéticos tras las líneas del ocupante nazi? No es posible aceptar ese equilibrio falso y oportunista, de solicitar órdenes de detención de Netanyahu y Gallant y al mismo tiempo meter en este saco a líderes de la resistencia de miembros de HAMAS para así satisfacer a los que ponen la plata para la música de la CPI. La CPI debe ser apoyada en su trabajo por el Consejo de Seguridad de las ONU e incluso la propia fiscalía de la CPI usar de oficio informaciones que reciba, para iniciar investigaciones sobre la base de la información que reciba de fuentes fidedignas y esas fuentes existen y de absoluta confianza como son los propios relatores de derechos humanos de las Naciones Unidas, Organismos defensores de los derechos humanos, Organizaciones No gubernamentales sobre los crímenes cometidos por el ente israelí.

Los crímenes del nacionalsionismo se ejecutan, no sólo desde octubre del año 2023 (recordemos que la ocupación, colonización y exterminio del pueblo palestino tiene más de siete décadas) o aquellos que el régimen de Zelenski y anteriores cometen contra los habitantes del Donbás. Crímenes ejecutados desde el momento mismo que los sectores neonazis ucranianos, avalados por Washington y la Unión Europea derrocaron al ex presidente Víctor Yanukovich el año 2014. Tanto el régimen sionista como el kievita gozan de impunidad y protección, que imposibilitan un trabajo imparcial de la CPI. Tengamos presente que la CPI no ha emitido orden alguna contra los líderes ucranianos sean estos civiles y militares por los crímenes contra el mundo ruso parlante del este ucraniano. Ese doble rasero, esa hipocresía condenable hace sospechar que la justicia, que debería ser igual para todos sin que este pensamiento pueda ser calificado de ingenuo, simplemente se convierte en una justicia parcial, orientada por intereses hegemónicos y no de respeto a los derechos humanos.

Cuando algún funcionario de la Corte Penal Internacional se atreve a emitir una opinión y una acusación de crímenes cometidos por los “amigos de los poderosos” suele ser amenazado con las penas del infierno. A Washington y los suyos no les complace la justicia independiente. Así ha acontecido cuando se ha acusado a fuerza militares estacionadas en el extranjero o en la ocupación e invasión de territorios cometen crímenes durante sus operaciones militares. Recordemos las opiniones y decisiones de los gobiernos estadounidenses con sus amenazas y sanciones a los fiscales de la CPI cuando estos acusaron por crímenes de guerra y lesa humanidad, genocidio y agresión a militares y agentes de la CIA de las fuerzas estadounidenses en Afganistán. En septiembre del año 2020, en una polémica decisión, el gobierno de Estados Unidos sancionó a la fiscal general de la CPI, Fatou Bensouda, así como a otro alto funcionario de la CPI.

El ex secretario de estado del gobierno de Donald Trump, Mike Pompeo, quien acusó a la CPI de “intentos ilegítimos de someter a ciudadanos estadounidenses a su jurisdicción” teniendo en cuenta que la CPI investigaba si las fuerzas militares de Estados Unidos han cometido crímenes de guerra en Afganistán. A pesar de mis intentos de ver el vaso lleno respecto a lo que la CPI ha definido con relación a Netanyahu y Gallant mi pesimismo es extremo. No es posible confiar en un organismo tan coartado y sujeto a presiones de los mismos que han alentado genocidios en nuestros países.


Viñeta "mordazas" de Luiso Garcia


La teoría del buenismo es estéril frente al sionismo y el nazismo y eso bien lo saben los propios funcionarios de organismos internacionales como la ONU. Tal es el caso de Craig Mokhiber, director de la oficina en Nueva York del alto comisionado de la ONU para los derechos humanos, quien dimitió el día 28 de octubre del 2023 tras acusar públicamente a la organización de no abordar lo que llamó un “caso clásico de genocidio de manual” en Gaza. Misma acusación que debería hacerse extensiva a múltiples organismos, incluyendo a la CPI que no menciona, en la solicitud de detención contra Netanyahu el concepto de genocidio. No hay que temer las palabras cuando ellas reflejan la realidad de los crímenes cometidos por el nacionalsionismo israelí y sus mandos civiles y militares contra millones de palestinos.

Existen personas que superan esa teoría del buenismo y sus palabras influyen positivamente en decir las cosas como son “Cuando la intención genocida es tan conspicua, tan ostentosa, como lo es en Gaza, no podemos apartar la vista, debemos hacer frente al genocidio; debemos prevenirlo y debemos castigarlo” declaró la relatora especial sobre la situación de los derechos humanos, en los Territorios Palestinos Ocupados, Francesca Albanese durante la presentación de su informe Anatomía de un genocidio. Esto, durante la sesión ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, celebrado en marzo de este año 2024. Allí, Francesca Albanese sostuvo que “hay motivos razonables" para creer que se ha alcanzado el umbral que indica la comisión del delito de genocidio contra los palestinos como grupo en Gaza. "En concreto, Israel ha cometido tres actos de genocidio con la intención requerida: causar graves daños físicos o mentales a miembros del grupo; infringir deliberadamente al grupo condiciones de vida calculadas para provocar su destrucción física total o parcial; imponer medidas destinadas a impedir los nacimientos dentro del grupo". Claro y preciso, el régimen israelí es genocida y la Corte Penal Internacional debe dejar de lado su cobardía política y llamar a parar los crímenes que como Netanyahu y su sociedad cada día devienen en una entidad nazisionista que debe ser detenida y eliminada.

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