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30 marzo 2025

Tragedia en Siria. Terrorismo de estado del nuevo régimen contra los alauitas



por Tito Andino 

Resumen de textos de este blog 

y notas de actualidad.


Este artículo es una continuación del anterior post: ¿Terrorismo?... ¿Quién fomenta el terrorismo?


La prensa comercial occidental, sobre todo los medios de habla inglesa comprometidos con los intereses de Estados Unidos/OTAN, serán siempre la fuente de desinformación a nivel global, con un guion prefabricado, al estilo “Hollywood”, no han guardado el más mínimo grado de justicia para la extinta República Árabe Siria que desde 2011 resistió una invasión extranjera maquillada de “oposición” interna.


Esa prensa comprometida con los poderes fácticos elogiará cada vez que pueda al verdadero terrorismo internacional, negaron, por obvias razones, dar crédito al verdadero y resistente pueblo sirio. Es cierto que muchos sirios estaban hartos de Bashar al-Assad y su familia gobernando los destinos del país; pero, los sirios no quisieron terroristas asesinos de al-Nusra, del  Estado Islámico (ISIS) o del ficticio Ejército Sirio Libre como sus defensores contra el “tirano”. Miles de veces prefirieron al “tirano” que a un montón de dementes criminales que cortan cabezas y comen hígados humanos, que matan impunemente a sencillos ciudadanos musulmanes por no saber recitar de memoria su tergiversada corriente islámica, que masacran a los cristianos y les cobran impuestos por el simple hecho de ser cristianos y/o son expulsados de sus tierras, o que destruyeron a tiro de artillería las mezquitas que no eran de la corriente que ellos profesan.

La población siria, desde el más humilde habitante de los desérticos parajes, miles de veces preferirán al ‘tirano’ contra esas hordas genocidas. Miles de veces elegirán a los Assad porque representaron la lucha y protesta contra las acciones genocidas de Israel que impunemente sigue asesinando a musulmanes, mientras los ‘rebeldes’ -hoy gobernantes- de al- Nusra (HTS - Hay'at Tahrir al-Sham) y Estado Islámico no se pronunciarán nunca al respecto.

Desde 2011, muchos nos habremos preguntado, ¿qué extraño, por qué esos “rebeldes” son socios de Israel? ¿cuál será la razón para que Israel les haya proporcionado armamento y hospitales para sanar sus heridos? Esos “rebeldes” que hacen el trabajo sucio para Israel desde 2011, lograron destruir a los únicos países árabes que pueden oponerse al sionismo internacional, no son otros que las milicias terroristas del Frente al-Nusra, hoy HTS, organización calificada de terrorista por las Naciones Unidas y los Estados Unidos. Para nadie es desconocido que los orígenes del HTS es una historia siniestra, surgido de Jabhat al-Nusra, la rama oficial de Al-Qaeda en Siria, HTS es solo el cambio de etiqueta, más la fusión con otros grupos islamistas en 2017, para obtener reconocimiento internacional, sigue siendo lo mismo, una red terrorista notoria en el mundo islámico, apadrinada por las democracias occidentales, sus métodos nunca han dejado de ser aplicados: masacres, limpieza étnica y exterminio de quienes no se ciñen a su radical ideología.

Muchos deben recordar como esos “rebeldes” se entregaron en cuerpo y alma a Israel, vendiendo su alma y conciencia por un ridículo puñado de dólares a las verdaderas tiranías, ofreciendo entregar definitivamente la soberanía del territorio sirio del Golán a cambio de que Israel ayude a destruir al “tirano” (Assad), hoy están cumpliendo ese compromiso, su silencio ante la invasión de Israel a los Altos del Golán es elocuente.

Deberíamos cuestionarnos si el sufrido ciudadano sirio preferirá al ‘tirano’ al-Assad o a la aborrecible masa de psicópatas -en gran parte extranjeros- que, en vez de hacer su yihad contra el verdadero enemigo de los estados islámicos se alía con éste (Israel). Tampoco es propaganda el hecho de que el ex presidente sirio defendiera desde el inicio de la invasión el derecho de las minorías religiosas y la prerrogativa innegociable de un estado laico y multicultural, apostando (tardíamente) por reformas constitucionales (ajenas a la cultura árabe) para satisfacer las demandas de cambio reclamado desde Occidente por “los amigos de Siria” y sus portavoces de la “oposición” siria. Estos cambios en la política interna del gobierno sirio contrapusieron el deseo oculto de una pseudo oposición radical y fundamentalista que proclamó el surgimiento de caducos regímenes de gobierno como los emiratos y califatos regidos por la sharia.


Tropas del legítimo Ejército Árabe Sirio durante la guerra anti-yihadista

En pocas partes del mundo, donde la religión es parte de la política, como en las sociedades islámicas, un pueblo como el sirio, luchó por defender la libertad de cultos, a costa, incluso del sacrificio de miles de soldados sirios. Debemos tener muy presente que el Ejército Árabe Sirio del “tirano” fue uno de los pocos ejércitos (al igual que el libanés) donde combatieron codo a codo, en una verdadera hermandad, musulmanes chiíes y suníes, cristianos, alauitas, drusos, judíos y otras pequeñas confesiones religiosas en defensa de la patria siria. Se debe insistir en esto, Siria era un estado laico, sin privilegios por razones por creencias religiosas. La Constitución de Siria desde 1920 (non nata) declaró la división de poderes y la libertad de cultos, estableció que todos los sirios tenían los mismos derechos y obligaciones por ser iguales ante la ley en contraparte a las tradiciones jurídicas islámicas. Eso ya no existe más en la “nueva” Siria de los yihadistas apoyados por la “democracia” occidental.

La comunidad internacional no despierta del asombro de enterarse (tras más de 15 años de guerra) que  salvo escasos grupos, no fueron los sirios quienes proclamaron el alzamiento y la “revolución” contra el “tirano”. Pretenden seguir ignorando que de la noche a la mañana aparecieron en Siria decenas de miles de “rebeldes” y “revolucionarios” que en nada se parecían a los habitantes sirios y que ni siquiera hablaban árabe, ni tenían sus costumbres. Eran las bandas de yihadistas mercenarios provenientes del extranjero, grupos radicales que venían de sembrar la “democracia” en Libia. No pueden apreciar como los líderes de los “revolucionarios sirios” no eran sirios, sino expertos combatientes chechenos, saudíes, qataríes, argelinos, turcos, libios y muchos agentes encubiertos franceses, israelíes, británicos, etc.

Tras la caída de al-Assad en diciembre 2024, nos quieren obligar a que “sonriamos” y aprobemos el genocidio de HTS, los nuevos amos de la extinta Siria, ese parece ser el único consenso en que coinciden “nuestros” líderes, justificando la violencia vengativa del nuevo régimen, la situación en Siria es horrible. Vinieron por los alauitas y los cristianos y nadie en la “democrática” Europa dice nada, peor pensar que intervendrán para detener el genocidio. “Cuando vinieron por nosotros, no quedaba nadie a quien pedir ayuda”.


Al-Sharaa, en una conferencia tras tomar Damasco (2025),  derecha, al-Sharaa en la cima del Monte Qasioun observa Damasco mientras sus fuerzas toman el control


Estamos hablando hoy -evidentemente- de la masacre contra la resistencia alauita y cristiana en Siria que resisten a un régimen terrorista financiado por Occidente. Cientos, probablemente, miles de sirios alauitas, cristianos y drusos están siendo masacrados por el nuevo régimen “reformado” de Damasco, ¿dónde están los medios internacionales?

Es verdad que se ha dado cierta resistencia armada de sectores alauitas contra las incursiones "policiales" de las milicias HTS, pero la brutal represión colectiva es inaceptable. A inicios del mes de marzo actos de violencia se concentraron principalmente en las regiones de Latakia y Tartús, costa mediterránea de Siria, donde se concentra gran parte de la población alauita del país. Hubo un incipiente brote insurgente, probablemente de ex miembros del ejército de al-Assad y/o miembros de la corriente alauita del derrocado líder sirio. Los enfrentamientos se produjeron cuando las fuerzas de seguridad del nuevo Gobierno fueron emboscadas por grupos de hombres armados. Ahmed al-Sharaa ordenó un operativo para acabar con el supuesto intento de insurgencia a costa de centenares de vidas civiles "ejecutados por las nuevas fuerzas de seguridad", por sentado los civiles ejecutados pertenecen a la comunidad alauita. Fuentes dentro de la comunidad alauita siria citadas por Reuters lo confirmaron, mencionando que los perpetradores fueron "hombres armados afiliados con el nuevo régimen" sirio, no al personal del ejército. Al-Sharaa sentenció que su Gobierno buscará acabar con todos los "restos" del régimen de al-Assad.

El medio France24 planteó la pregunta. ¿Es la comunidad alauita parte de los "restos" de al-Assad que el nuevo Gobierno busca eliminar? Los alauitas de Siria son una minoría religiosa, constituyen alrededor del 12% de la población nacional, su culto religioso es una escisión de la corriente chiita, surgido en la costa de Siria hace muchos siglos, el alauismo nace a partir de una mezcla de creencias de la época, con prácticas islámicas, otomanas y hasta cristianas. Con la independencia de Siria y el surgimiento de la familia Al-Assad cambiaron radicalmente el poder político de las comunidades religiosas en el país, los alauitas predominaron en la administración del Gobierno de los Assad.

La guerra desatada desde 2011 trajo el caos a toda la nación y los alauitas fueron un sector muy afectado, se dice que “en algunas localidades de mayoría alauita, alrededor del 60% de los hombres en edad de reclutamiento militar murieron o resultaron heridos en los 13 años de guerra” (France24). Ahora son el enemigo del nuevo régimen, objetivo de la persecución, por ello algunos de ellos se rebelaron y alzaron las armas en la primera semana de marzo de este año.


 Protesta en Colonia, Alemania, contra las masacres alauitas en Siria, marzo de 2025

A pesar del horror, los sobrevivientes insisten en que nunca lucharon por el poder político, sino solo por sobrevivir. “No tomábamos las armas para reclamar tierras ni gobernar a nadie. Solo intentábamos impedir que mataran a nuestros hijos en sus camas”.

Es un hecho sabido de antemano que el nuevo régimen sirio dirigido por el autoproclamado gobernante Ahmed al-Sharaa, alias Abu Mohammad al-Jolani, como prefieren nombrarlo sus seguidores, no iba a comprometerse -a pesar del discurso- a respetar a las minorías religiosas y étnicas del país, peor aún dialogar con las distintas comunidades para una transición de poder, su pasado terrorista, como miembro de al-Qaeda y fundador de su filial siria, Jabhat al-Nusra o Frente al Nusra, evidentemente preocupa a los alauitas. Inicialmente, con el fin de los Assad las poblaciones alauitas se mantuvieron en calma, sin acoso, ni revanchas religiosas; de a poco, comenzaron “a registrarse ataques, desplazamientos y amenazas en contra de barrios alauitas sirios, usualmente protagonizados por miembros externos al Gobierno, pero afines a él”. Al-Sharaa siempre será visto como terrorista, así está fichado en Occidente, por cuya cabeza se ofrecía, incluso días después de la caída de al-Assad, 10 millones de dólares; más, ahora en Occidente lo califican de nuevo “faro” de la libertad, tras la caída de Damasco.

Jamás debemos olvidar que fueron los democráticos europeos y los Estados Unidos, junto a Israel y las monarquías del Golfo quienes crearon al-Qaeda, Estado Islámico y otras organizaciones que hoy se dedican a eliminar a la población alauita en Siria, emulando el genocidio de Israel en Palestina siempre apoyados por los fascistas cristianos de Estados Unidos. Estados Unidos y Europa financiaron a la “oposición” siria con miles de millones de dólares (igual que a Ucrania) para que puedan “defenderse” … ¿de qué o de quién?, Así controlan los conflictos, justifican el destino de cientos de miles de millones de dólares en armas, nada nuevo, el rearme de Europa está justificado por la aparición de nuevos “peligros”. Esa es la política de Occidente, de la “democracia”, ¡de los “amantes de la libertad”! ¡Qué barbaridad! “Cobardes incapaces de llamarse hombres! Pero cuando tu dios es el dinero, la avaricia y el materialismo, ¡puedes llamarte Judas!” (comentario anónimo, en comillas).


Ahmed al-Sharaa, alias Abu Mohammad al-Jolani, como Jefe del Frente al-Nusra, una filial de al-Qaeda


En un reciente artículo de Mohamed Salah para RT en inglés (15 de marzo de 2025), “Esto no es una guerra. Es un genocidio: Por qué el mundo guarda silencio sobre las masacres en Siria”, describe como el grupo militante Hay'at Tahrir al-Sham (HTS) -supuestamente- se ha disuelto para integrarse al Ministerio de Defensa sirio, el nuevo ejército,

El nuevo “ejército sirio” -HTS-, donde sobresalen numerosos reclutas extranjeros iniciaron “una ola de violencia atroz contra las comunidades alauita, cristiana y drusa. Aldeas enteras han sido arrasadas, sus habitantes masacrados en plena noche. Sin embargo, mientras estos horrores se desarrollan, el mundo permanece indiferente, y el silencio de las potencias internacionales solo envalentona a los perpetradores.

En una de las noches más oscuras de la historia reciente de Siria, los ataques coordinados en la zona rural de Latakia resultaron en ejecuciones masivas. Los sobrevivientes hablan de hombres enmascarados que asaltaron sus aldeas, sacaron a las familias de sus hogares y llevaron a cabo ejecuciones públicas. Quienes se resistieron fueron quemados dentro de sus casas, dejando atrás barrios enteros reducidos a ruinas humeantes.

Los testimonios de los sobrevivientes sugieren que muchos de los perpetradores eran combatientes extranjeros, traídos de regiones lejanas de Oriente Medio. Esos “soldados” del “nuevo ejército” no hablan árabe, abundan los uzbekos, los uigures, los chechenos y árabes del norte de África, muchos son asesinos entrenados en otros lugares y enviados a Siria, es lógico pensar que no tenían motivos para odiar a los pobladores, simplemente acatan lo que se les incita hacer. “Aldeas enteras han sido abandonadas, sus poblaciones masacradas o desplazadas. Las imágenes satelitales confirman lo que describen los sobrevivientes: hileras de casas incendiadas, fosas comunes cubiertas a toda prisa y pueblos fantasmas donde antes la vida prosperaba”.

La ciudad de Tartus es ahora otro cementerio, perpetrándose masacres puerta a puerta bajo la acusación a familias enteras de haber apoyado al gobierno de los Assad o incluso de practicar la fe "equivocada", quienes no fueron ejecutados en el acto fueron encerrados en edificios que luego fueron incendiados, corrobora el informe periodístico de Salah. Tras la matanza, no los enterraron, simplemente los arrojaron a zanjas; y, son esos combatientes extranjeros los que desempeñan la tarea papel fundamental de asesinar a los pobladores sirios.

En la comunidad de Jableh la violencia y destrucción fue espantosa. “Cientos de hombres fueron acorralados, ejecutados y arrojados a fosas comunes. Mujeres y niños fueron secuestrados, sin que se supiera su paradero. Testigos informaron haber escuchado disparos durante horas mientras la masacre continuaba sin control. Alinearon a todos los hombres y se los llevaron. Más tarde, encontraron sus cuerpos apilados uno sobre otro, como si los hubieran fusilado”. Los sobrevivientes insisten que los ejecutores eran extranjeros, algunos eran árabes.


Ahmed al-Sharaa, alias Abu Mohammad al-Jolani, el nuevo gobernante de la extinta República Árabe Siria


Salah resalta que “lo que hace de estas masacres aún más horrorosas es la gran cantidad de combatientes extranjeros involucrados. Testigos y sobrevivientes reportan constantemente haber escuchado diferentes idiomas entre los atacantes, a veces incluso lenguas occidentales”. Esa participación de yihadistas extranjeros sugiere una operación bien coordinada y con apoyo externo, diseñada no solo para librar una guerra, sino para erradicar sistemáticamente comunidades. Fuentes de inteligencia indican que estos combatientes fueron canalizados a Siria a través de países vecinos, entrenados en campamentos antes de ser desplegados para masacrar civiles. La huida de los pobladores de esas regiones costeras hacia las bases militares rusas son la evidencia de la persecución y genocidio de la que vienen siendo objeto bajo la sonrisa cómplice de Occidente con los terroristas del HTS, hoy amos y señores de Siria.

Hay un silencio global -señala Salah- a pesar de la abrumadora evidencia del genocidio, los medios occidentales y de la región presentan esas atrocidades como "enfrentamientos" entre HTS y las fuerzas antigubernamentales del nuevo régimen, negándose -deliberadamente- a llamar las cosas por su nombre, el exterminio masivo de la comunidad alauita siria.

Estos días en Siria no hay una guerra, hay un genocidio en desarrollo; no obstante, la prensa “libre” occidental, del mundo entero evitan usar el término genocidio porque simplemente no encaja con su narrativa política. “Los gobiernos occidentales que en su día respaldaron a las fuerzas de la oposición ahora se resisten a reconocer la pesadilla que contribuyeron a desatar. Al hacer la vista gorda, permiten la continuación de estos crímenes, y su silencio se convierte en cómplice de las atrocidades”.

Salah es lacónico, “Para los habitantes de Latakia, Tartus y Jableh, el mensaje es claro: No llegará ayuda. El mundo no intervendrá. Pero la historia recordará. Y el silencio de la comunidad internacional será para siempre su acusación más contundente”.

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Fuentes: 

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‘This isn’t war. It’s genocide’: Why the world is silent about massacres in Syria

Massacre in Syria - Terrorist Regime Brutally Suppresses Alawite Resistance

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