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17 noviembre 2022

¿Quiénes son los nacionalistas ucranianos?

 

     (RIA, foto archivo)

por Thierry Meyssan

RED VOLTAIRE / noviembre 2022


Nota del editor del blog

Puede ser que este tema ya está suficientemente desarrollado en el ciberespacio; sin embargo, debemos reconocer que una rigurosa investigación histórica como la que nos presenta el politólogo francés Thierry Meyssan no ha sido planteada. La vida del extremismo nacionalista ucraniano no es una novedad, empezó a revelarse con fuerza incluso antes del Maidán 2014 (golpe de estado contra el legítimo gobierno de Ucrania) que ha desencadenado el separatismo del Donbass y la actual guerra rusa- ucraniana/OTAN.

No es exageración, Ucrania Occidental -desde que se separó de la extinta URSS-  glorifica su pasado nazi, llegado a constituir una parte esencial de la cultura política de Kiev y nadie puede rebatir esta verdad. Es cierto que nadie -tampoco- puede negar el derecho de Ucrania de armarse y luchar contra Rusia, incuestionable. Pero, nuevamente, repitámonos la pregunta del millón: ¿Por qué Rusia invadió Ucrania? 

Además, como quedó sentado en el artículo anterior (ONU: A EEUU le "preocupa" la libertad de expresión, por eso vota por el nazismo) debemos ser contundentes en afirmar que las apelaciones políticas en contra de la invasión rusa no deben mezclarse con los principios del Derecho Internacional que condenan el racismo y otras expresiones intolerantes, entre ellas la ideología nazi y a los actuales neonazis.

Hemos sido muy claros, Ucrania, desde hace mucho que vota contra toda resolución de las Naciones Unidas que condena el racismo, el nazismo y otras formas de discriminación, eso tiene un nombre: afinidad con la ideología nazi, es tan simple como eso. Kiev emula el nazismo jurídicamente al emitir leyes raciales y discriminatorias que originaron la rebelión de la región rusa hablante del Donbass. 

Estados Unidos justifica ese accionar en la ONU alegando que está profundamente "preocupado" por la libertad de expresión... es que es el paladín mundial de la justicia y la democracia...

Demos paso a la ponencia del señor Meyssan.


*****

¿Quién conoce la historia de los “nacionalistas integrales” ucranianos?, los “nazis” según la terminología del Kremlin. Comienza durante la Primera Guerra Mundial, continúa durante la Segunda, la Guerra Fría y continúa hoy en día en la Ucrania moderna. Muchos documentos fueron destruidos y la Ucrania moderna prohíbe bajo pena de prisión evocar sus crímenes. Queda el hecho de que este pueblo masacró al menos a cuatro millones de sus compatriotas y diseñó la arquitectura de la solución final, es decir, el asesinato de millones de personas en razón de su pertenencia real o supuesta a las comunidades judía o gitana de Europa.


El agente alemán, pensador del “nacionalismo integral” ucraniano y criminal de lesa humanidad, Dmytro Dontsov (Metipol 1883 - Montreal 1973).


Como la mayoría de los analistas y comentaristas políticos occidentales, desconocía la existencia de los neonazis ucranianos hasta 2014. Cuando el presidente electo fue derrocado, yo vivía en Siria, creía que eran pequeños grupos violentos que habían irrumpido en la escena pública para echar una mano a los elementos europeístas. Sin embargo, desde la intervención militar rusa, he ido descubriendo una cantidad de documentos e información sobre este movimiento político que, en 2021, representaba un tercio de las fuerzas armadas ucranianas. Este artículo presenta un resumen.

Al comienzo mismo de esta historia, es decir, antes de la Primera Guerra Mundial, Ucrania era una gran llanura que siempre se había visto sacudida entre influencias alemanas y rusas. No era un estado independiente, sino una provincia del imperio zarista. Estaba poblada por alemanes, búlgaros, griegos, polacos, rumanos, rusos, checos, tártaros y una minoría judía muy grande que se creía descendía del antiguo pueblo jázaro.

Un joven poeta, Dmytro Dontsov, era un apasionado de las vanguardias artísticas, considerando que lograrían sacar a su país del atraso social. Estando inmóvil el imperio zarista desde la muerte de Catalina la Grande mientras el imperio alemán era el centro científico de Occidente, Dontsov eligió Berlín frente a Moscú.

Cuando estalló la Gran Guerra, se convirtió en un agente del servicio secreto alemán. Emigró a Suiza donde publicó, en nombre de sus amos, el Boletín de las nacionalidades rusas en varios idiomas llamando al levantamiento de las minorías étnicas del imperio zarista para lograr su derrota. Es este modelo el elegido por los servicios secretos occidentales para organizar el “Foro de los pueblos libres de Rusia”, este verano en Praga. (1. "Estrategia occidental para desmantelar la Federación Rusa”, Thierry Meyssan, Red Voltaire, 16 de agosto de 2022).

En 1917, la revolución bolchevique revirtió el trato. Los amigos de Dontsov asumieron la causa de la revolución rusa, pero él siguió siendo pro-alemán. En la anarquía que siguió, Ucrania quedó dividida de facto por tres regímenes diferentes: los nacionalistas de Symon Petliura (que prevalecieron en el área que ahora ocupa la administración de Zelensky), los anarquistas de Nestor Makhno (que se organizaron en Novorossia, la tierra que había sido desarrollado por el príncipe Potemkin y que nunca había conocido la servidumbre), y los bolcheviques (especialmente en el Donbass). El grito de batalla de los partidarios de Petliura fue "¡Muerte a judíos y bolcheviques!" Ellos perpetraron muchos pogromos mortales.

Dmytro Dontsov regresó a Ucrania antes de la derrota alemana y se convirtió en el protegido de Symon Petlyura. Participó brevemente en la Conferencia de Paz de París pero, por alguna razón desconocida, no permaneció en su delegación. En Ucrania, ayudó a Petliura a aliarse con Polonia para aplastar a los anarquistas y bolcheviques. Tras la toma de Kiev por los bolcheviques, Petliura y Dontsov negociaron el Tratado de Varsovia (22 de abril de 1920): el ejército polaco se comprometía a repeler a los bolcheviques y liberar Ucrania a cambio de Galicia y Volhynia (al igual que la administración Zelensky negocia hoy la de Polonia la entrada en guerra contra Rusia por las mismas tierras). Esta nueva guerra fue un fiasco. (2. “Polonia y Ucrania”, por Thierry Meyssan, Red Voltaire, 14 de junio de 2022).


Vladimir Jabotinsky, nacido en Odessa, pensador del sionismo revisionista. Para él Israel era una tierra sin pueblo, para un Pueblo sin tierra.


Para fortalecer su campo, Petlyura negoció en secreto con el fundador de los batallones judíos del ejército británico (la "Legión judía") con el administrador de la Organización Sionista Mundial (WSO), Vladimir Jabotinsky. En septiembre de 1921, los dos hombres acordaron unirse contra los bolcheviques a cambio del compromiso de Petliura de prohibir que sus tropas continuaran con sus pogromos. La Legión Judía se convertiría en la “Gendarmería Judía”. Sin embargo, a pesar de sus esfuerzos, Petliura no logró pacificar a sus tropas, especialmente porque su socio cercano Dontsov aún alentaba la masacre de judíos. Al final, habiéndose revelado el acuerdo, la Organización Sionista Mundial se rebeló contra el régimen de Petliura. El 17 de enero de 1923, la OSM creó una comisión de investigación sobre las actividades de Jabotinsky.


Simon Petliura se hizo cargo del norte de Ucrania. Protector de los nacionalistas integrales, sacrificó Galicia y Volhynia para luchar contra los rusos.


Petlioura huyó a Polonia, luego a Francia, donde fue asesinado por un judío anarquista de Besarabia (ahora Transnistria). Durante el juicio, este último asumió su crimen y abogó por haber vengado a los cientos de miles de judíos asesinados por las tropas de Petliura y Dontsov. El juicio tuvo un gran impacto. El tribunal absolvió al asesino. Fue en esta ocasión que se fundó la Liga Contra los Pogromos, futura Licra (Liga Internacional Contra el Racismo y el Antisemitismo).

No solo fueron derrotados los nacionalistas, sino también los anarquistas. En todas partes los bolcheviques triunfaron y eligieron, no sin debate, unirse a la Unión Soviética.

Dmytro Dontsov editaba revistas literarias que fascinaban a los jóvenes. Continuó promoviendo una Europa Central dominada por los alemanes y se acercó más al nazismo a medida que crecía. Pronto se refirió a su doctrina como “nacionalismo integral” ucraniano. Al hacerlo, se refería al poeta francés Charles Maurras. De hecho, al principio la lógica de los dos hombres era idéntica: buscaban en su propia cultura los medios para afirmar un nacionalismo moderno. Sin embargo, Maurras era germanofóbico, mientras que Dontsov era germanófilo


La expresión “nacionalismo integral” todavía es reivindicada hoy por los seguidores de Dontsov, quienes se cuidan, tras la caída del Tercer Reich, de refutar el término “nazismo” con el que los rusos lo califican, no sin razón.


Según Dontsov, el “nacionalismo ucraniano” se caracteriza por:

- "La afirmación de la voluntad de vivir, de poder, de expansión" (promueve "El derecho de las razas fuertes a organizar pueblos y naciones para fortalecer la cultura y la civilización existentes")

- "Las ganas de luchar y la conciencia de su extremismo" (elogia la "violencia creadora de la iniciativa minoritaria")

Sus cualidades son: El "fanatismo"; y, la "inmoralidad".

Al final, dando la espalda a su pasado, Dontsov se convirtió en un admirador incondicional del Führer, Adolf Hitler. Sus discípulos habían fundado, en 1929, la Organización de Nacionalistas Ucranianos (OUN) en torno al coronel Yevhen Konovalets. Este último calificó a Dontsov como "dictador espiritual de la juventud de Galitzia". Sin embargo, una riña opuso a Dontsov a otro intelectual por su extremismo que lo llevó a la guerra contra todos, cuando de repente Konovalets fue asesinado. La OUN, financiada por los servicios secretos alemanes, se dividió en dos. Los "nacionalistas integrales" reservaron la OUN-B para sí mismos del nombre del discípulo predilecto de Dontsov, Stepan Bandera.

Durante los años 1932-33, los comisarios políticos bolcheviques, en su mayoría judíos, impusieron un impuesto a las cosechas, como en otras regiones de la Unión Soviética. Combinada con peligros climáticos significativos e impredecibles, esta política provocó una hambruna gigantesca en varias regiones de la URSS, incluida Ucrania. Es conocido como el "Holodomor". Al contrario de lo que dice el historiador nacionalista integral Lev Dobrianski, no se trataba de un plan de exterminio de los ucranianos por parte de los rusos como sufrían otras regiones soviéticas, sino de una gestión inadecuada de los recursos públicos en tiempos de cambio climático. La hija de Lev Dobrianski, Paula Dobrianski, se convirtió en una de las asistentes del presidente George W. Bush (3. “El Holodomor, nuevo avatar del anticomunismo 'europeo'”. Extracto de "La elección de la derrota", Annie Lacroix-Riz (2010). Hambruna y Transformación Agrícola en la URSS, Mark Tauger, Delga (2017).

En 1934, Bandera, como miembro del servicio secreto nazi y jefe de la OUN-B, organizó el asesinato del ministro del Interior polaco, Bronisław Pieracki.

A partir de 1939, los miembros de la OUN-B, formaron una organización militar, la UPA, fueron entrenados en Alemania por el ejército alemán y por sus aliados japoneses. Stepan Bandera le ofreció a Dmytro Dontsov que se convirtiera en el jefe de su organización, pero el intelectual se negó y prefirió desempeñar un papel de liderazgo en lugar de un comandante operativo.

Los "nacionalistas integrales" celebraron la invasión de Polonia, en aplicación del pacto germano-soviético, como demostró Henry Kissinger, quien no puede ser sospechoso de ser prosoviético. Para la URSS no se trataba de anexar Polonia, sino de neutralizar parte de ella para preparar el enfrentamiento con el Reich. Por el contrario, para el canciller Hitler se trataba de iniciar la conquista de un “espacio vital” en Europa Central.


Desde el comienzo de la Segunda Guerra Mundial, bajo la dirección de Dmytro Dontsov, la OUN-B luchó junto a los ejércitos nazis contra los judíos y los soviéticos.


La colaboración entre los "nacionalistas integrales" ucranianos y los nazis continuó con masacres permanentes de la mayoría de la población ucraniana, acusada de ser judía o comunista, hasta la "liberación" de Ucrania por el Tercer Reich en el verano de 1941 al grito de “¡Slava Ukraїni! (Gloria a Ucrania), el grito de batalla usado hoy por la administración Zelensky y los demócratas estadounidenses. En ese momento, los "nacionalistas integrales" proclamaron la "independencia" de la Unión Soviética en presencia de representantes nazis y del clero ortodoxo griego, no en Kyiv, sino en Lviv, siguiendo el modelo de la Guardia Hlinka en Eslovaquia y Ustashas en Croacia. Formaron un gobierno bajo el liderazgo del Providnyk (guía) Stepan Bandera cuyo amigo Yaroslav Stetsko fue primer ministro. Se estima que 1,5 millones de personas los apoyan en Ucrania. Es decir que los "nacionalistas integrales" siempre han sido muy minoritarios.


Celebración de la independencia de Ucrania con dignatarios nazis. Detrás de los altavoces, los tres retratos expuestos son los de Stepan Bandera, Adolf Hitler y Yevhen Konovalets.


Los nazis estaban divididos entre, por un lado, el Comisario del Reich para Ucrania, Erich Koch, para quien los ucranianos eran infrahumanos, y, por otro, el Ministro para los Territorios Ocupados del Este, Alfred Rosenberg, para quien el "los nacionalistas integrales" eran verdaderos aliados. Finalmente, el 5 de julio de 1941, Bandera fue deportado a Berlín y colocado en ehrenhaft (cautiverio honorable), es decir, bajo arresto domiciliario como una alta personalidad. Sin embargo, habiendo asesinado los miembros de la OUN-B a los líderes de la facción rival, la OUN-M, los nazis sancionaron a Stepan Bandera y su organización el 13 de septiembre de 1941. 48 de sus líderes fueron deportados a un campo de prisioneros, en Auschwitz (que no era en ese tiempo un campo de exterminio, solo una prisión). La OUN-B se reorganizó bajo el mando alemán. Fue entonces cuando todos los nacionalistas ucranianos hicieron el siguiente juramento:


"Hijo fiel de mi Patria, me uno voluntariamente a las filas del Ejército de Liberación de Ucrania, y con alegría juro que lucharé fielmente contra el bolchevismo por el honor del pueblo. Estamos librando esta lucha junto a Alemania y sus aliados contra un enemigo común. Con lealtad y sumisión incondicional, creo en Adolf Hitler como líder y comandante supremo del Ejército Libertador. En cualquier momento, estoy dispuesto a dar mi vida por la verdad".


Juramento de lealtad de los miembros de la OUN al Führer Adolf Hitler.


Los nazis anunciaron que se habían descubierto muchos cuerpos en las cárceles, víctimas de "judíos bolcheviques". Asimismo, los "nacionalistas integrales" celebraron su "independencia" asesinando a más de 30.000 judíos y participando activamente en la conducción de los judíos de Kiev a Babi Yar, donde 33.771 de ellos fueron fusilados en dos días, el 29 y 30 de septiembre de 1941 por los Einsatzgruppen de las SS de Reinhard Heydrich.

En este tumulto, Dmytro Dontsov desapareció. En realidad, había ido a Praga y se había puesto al servicio del artífice de la solución final, Reinard Heydrich, que acababa de ser nombrado vicegobernador de Bohemia-Moravia. Heydrich organizó la Conferencia de Wannsee que planeó la "solución final de las cuestiones judía y gitana". Luego, creó el Instituto Reinard Heydrich en Praga para coordinar el exterminio sistemático de todas estas poblaciones en Europa. El ucraniano Dontsov, que ahora residía en Praga con gran lujo, se convirtió inmediatamente en su administrador. Es por tanto uno de los principales artífices de la mayor matanza de la historia. Heydrich fue asesinado en junio de 1942, pero Dontsov conservó su cargo y sus privilegios. (4. “La Conferencia de Wannsee en 1942 y la distopía del espacio vital nacionalsocialista”, Gerhard Wolf, Journal of Genocide Research, Vol 17 N°2 (2015). 


Reinhard Heydrich hablando en el Castillo de Praga. Estuvo a cargo de la gestión de Bohemia-Moravia. Sin embargo, su función real era la de coordinar la "solución final" de las cuestiones judías y gitanas. Dmytro Dontsov se unió a su equipo en 1942 y supervisó las masacres en toda Europa hasta la caída del Reich. El Castillo de Praga fue el escenario de la reunión de la Comunidad Política Europea contra Rusia el pasado mes de octubre.


Stepan Bandera y su lugarteniente Yaroslav Stetsko fueron puestos bajo arresto domiciliario en la sede de la Inspección General de Campos de Concentración, en Oranienburg-Sachsenhausen (a 30 kilómetros de Berlín). Dirigían cartas a sus partidarios y a los líderes del Reich con total libertad y sin sufrir privaciones. En septiembre de 1944, cuando el ejército del Reich se retiró y los partidarios de Bandera comenzaron a rebelarse contra él, los nazis liberaron a los dos líderes y los restauraron en sus posiciones anteriores. Bandera y Stetsko reanudaron la lucha armada, entre los nazis, contra los judíos y los bolcheviques.

Pero ya era demasiado tarde. El Reich se derrumbó. Los anglosajones recuperaron a Dontsov, Bandera y Stetsko. El teórico del nacionalismo integral fue trasladado a Canadá, mientras que los dos practicantes de la masacre fueron trasladados a Alemania. El MI6 y la OSS (antecesora de la CIA) reescribieron sus biografías, eliminando su implicación nazi y su responsabilidad en la “Solución Final”.


Stepan Bandera durante su exilio, celebrando la memoria de Yevhen Konovalets.


Bandera y Stetsko se instalaron en Munich para organizar las redes de apoyo anglosajonas en la Unión Soviética. A partir de 1950 tenían una importante emisora ​​de radio, Radio Free Europe, que compartían con la Hermandad Musulmana de Said Ramadan (padre de Tariq Ramadan). La radio fue financiada por el Comité Nacional para una Europa Libre, una rama de la CIA de la que era miembro su director Alan Dulles, así como el futuro presidente Dwight Eisenhower, el magnate de la prensa Henry Luce y el director Cecil B. DeMilles. El especialista en guerra psicológica y futuro protector de los straussianos, Charles D. Jackson, era el presidente.

Vladimir Jabotinsky, por su parte, tras vivir en Palestina se refugió en Nueva York. A él se unió Benzion Netanyahu (el padre del actual Primer Ministro israelí). Los dos hombres escribieron los textos doctrinales del "sionismo revisionista" y la Enciclopedia Judía.

Bandera y Stetsko se movían mucho. Organizaron operaciones de sabotaje en toda la Unión Soviética, y particularmente en Ucrania, así como lanzamientos aéreos de folletos. Para ello, crearon el Bloque de Naciones Antibolcheviques (ABN) que reunió a sus homólogos centroeuropeos  (5. Los boletines del Bloque de Naciones Antibolcheviques están disponibles en la Biblioteca de la Red Voltaire. ABN Korrespondenz (auf Deutsch), ABN Correspondencia (en inglés).

El agente doble británico, Kim Philby, informó a los soviéticos con anticipación de las acciones de los banderistas. Bandera se reunió con Dontsov en Canadá para pedirle que tomara la delantera en la pelea. Una vez más, el intelectual se negó, prefiriendo dedicarse a sus escritos. Luego se sumió en un delirio místico inspirado en los mitos vikingos de Varangian. Anunció la lucha final de los caballeros ucranianos contra el dragón ruso. Bandera, por su parte, se alió con el líder chino Chiang Kai-Shek a quien conoció en 1958, pero fue asesinado al año siguiente por la KGB en Munich.


Funeral del criminal de Lesa Humanidad, Stepan Bandera.

Chiang Kai-Shek y Yaroslav Stetsko en la fundación de la Liga Mundial Anticomunista.


Yaroslav Stetsko continuó la lucha a través de Radio Free Europe y ABN. Fue a los Estados Unidos para testificar ante el Comité de Actividades Antiamericanas del Senador Joseph MacCarthy. En 1967, fundó con Chiang Kai-Shek, la Liga Mundial Anticomunista (6. “La Liga Anticomunista Mundial, una Internacional del Crimen”, por Thierry Meyssan, Red Voltaire , 12 de mayo de 2004)

La Liga incluía a muchos dictadores pro estadounidenses de todo el mundo y dos escuelas de tortura, en Panamá y Taiwán. Klaus Barbie, quien asesinó a Jean Moulin en Francia y luego al Che Guevara en Bolivia, fue uno de ellos. En 1983, Stetsko fue recibido en la Casa Blanca por el presidente Ronald Reagan y participó, con el vicepresidente George Bush padre, en las ceremonias de las "Naciones cautivas" (es decir, pueblos ocupados por los soviéticos) de Lev Dobriansky. Finalmente murió en 1986.

Pero la historia no termina allí. Su esposa, Slava Stetsko, asumió la dirección de estas organizaciones. Ella también viajó por el mundo para apoyar cualquier lucha contra los "comunistas", o más bien, si uno se refiere a los escritos de Dontsov, contra los rusos y los chinos. Cuando se disolvió la URSS, la señora Stetsko, viuda, se contentó con cambiar el título de la Liga por el de Liga Mundial por la Libertad y la Democracia, el nombre que todavía tiene hoy. Luego se dedicó a recuperar su equilibrio en Ucrania.

Slava Stetsko se presentó a las primeras elecciones de la Ucrania independiente, en 1994. Fue elegida miembro de la Verjovna Rada, pero al haber sido despojada de su nacionalidad por los soviéticos, no pudo hacerlo. No importa, convocó al presidente ucraniano, Leonid Kuchma, a las instalaciones de la CIA en Munich y le dictó pasajes de la nueva Constitución. Incluso hoy, estipula en su artículo 16: “La preservación del patrimonio genético del pueblo ucraniano es responsabilidad del Estado”. Por lo tanto, la Ucrania moderna todavía proclama la discriminación racial nazi como en los peores momentos de la Segunda Guerra Mundial.


Slava Stetsko inaugurando la sesión de 2002 de la Verjovna Rada.


Slava Stetsko fue reelegido en los dos períodos siguientes. Presidió solemnemente las sesiones de apertura del 19 de marzo de 1998 y 14 de mayo de 2002.

En 2000, Lev Dobriansky organizó una gran conferencia en Washington con muchos funcionarios ucranianos. Allí invitó al straussiano Paul Wolfowitz (antiguo colaborador de Charles D. Jackson) Durante este encuentro, los “nacionalistas integrales” se pusieron al servicio de los straussianos para destruir Rusia  (7. “Ucrania: la Segunda Guerra Mundial nunca terminó”, por Thierry Meyssan, Red Voltaire , 26 de abril de 2022).


Dmitro Yarosh al fundar el Frente Antiimperialista contra Rusia con los yihadistas. Ahora es asesor especial del jefe de los ejércitos ucranianos.


El 8 de mayo de 2007, en Ternopol, por iniciativa de la CIA, los "nacionalistas integrales" de las Autodefensas Populares de Ucrania y los islamistas crearon un "Frente Antiimperialista" anti-ruso bajo la presidencia conjunta del Emir de Ichkérie, Dokka Umarov y Dmytro Yarosh (el actual asesor especial del jefe de los ejércitos ucranianos). En este encuentro participaron organizaciones de Lituania, Polonia, Ucrania y Rusia, incluidos separatistas islamistas de Crimea, Adygea, Daguestán, Ingushetia, Kabardino-Balkaria, Karachayevo-Cherkessia, Osetia, Chechenia. Al no poder ir allí debido a las sanciones internacionales, Dokka Umarov hizo leer su contribución allí. En retrospectiva, los tártaros de Crimea no explican su presencia en esta reunión, aparte de su pasado al servicio de la CIA contra los soviéticos.

El presidente proestadounidense, Viktor Yushchenko, creó un Instituto Dmytro Dontsov, siguiendo la “revolución naranja”. Yushchenko es un ejemplo de blanqueamiento anglosajón. Siempre afirmó no tener conexión con los nacionalistas, pero su padre, Andrei, era guardia en un campo de exterminio nazi  (8. Андрей Ющенко: "Персонаж и легенда" , Юрий Вильнер, Yuri Vilner (2007). El Instituto Dmytro Dontsov se cerró en 2010 y luego se reabrió después del golpe de Estado de 2014.

El presidente Viktor Yushchenko, poco antes de finalizar su mandato, elevó al criminal de lesa humanidad Stepan Bandera al título de “Héroe de la Nación”.

En 2011, los “nacionalistas integrales” lograron aprobar una ley que prohibía la conmemoración del fin de la Segunda Guerra Mundial porque había sido ganada por los soviéticos y perdida por los banderistas. Pero el presidente Viktor Yanukovych se negó a promulgarlo. Furiosos, los "nacionalistas integrales" atacaron la procesión de veteranos del Ejército Rojo, golpeando a los ancianos. Dos años después, las ciudades de Lviv e Ivano-Frankivsk abolieron las Ceremonias de la Victoria y prohibieron todas las manifestaciones de alegría.

En 2014, los ucranianos de Crimea y Donbass se negaron a reconocer al gobierno golpista. Crimea, que se había declarado independiente antes que el resto de Ucrania, lo reafirmó por segunda vez y se unió a la Federación Rusa. El Donbass buscó un compromiso. Los "nacionalistas ucranianos", encabezados por el presidente Petro Poroshenko, dejaron de mantener allí los servicios públicos y bombardearon a su población. En ocho años, asesinaron al menos a 16.000 de sus conciudadanos ante la indiferencia general.

Es también, a partir del golpe de 2014, que las milicias nacionalistas integrales se incorporaron a las Fuerzas Armadas de Ucrania. En sus reglas de procedimiento, ordenan a cada combatiente que lea las obras de Dmytro Dontsov, en particular su libro maestro, Націоналізм (Nacionalismo).

En abril de 2015, la Verjovna Rada declaró a los miembros de la Organización de Nacionalistas Ucranianos (OUN) “combatientes por la independencia”. La ley fue promulgada en diciembre de 2018 por el presidente Poroshenko. Los ex Waffen SS tenían derecho retrospectivamente a una pensión de jubilación y todo tipo de beneficios. La misma ley criminalizó cualquier afirmación de que los activistas de la OUN y los combatientes de la UPA colaboraron con los nazis y practicaron la limpieza étnica de judíos y polacos. (Publicando en Ucrania este artículo me enviarían a prisión por escribirlo y  a usted por leerlo).



Inauguración de una placa conmemorativa del criminal de Lesa Humanidad Dmytro Dontsov en la fachada de la agencia estatal de noticias Ukrinform. Durante la ceremonia, el director general de Ukrinform aseguró que Dontsov había fundado, en 1918, la primera agencia de prensa ucraniana, UTA, de la que Ukrinform es sucesora.


El 1 de julio de 2021, el presidente Volodymyr Zelensky promulgó la Ley de Pueblos Indígenas de Ucrania que los coloca bajo la protección de los derechos humanos. Por defecto, los ciudadanos de origen ruso ya no pueden invocarlos ante los tribunales.

En febrero de 2022, las milicias “nacionalistas integrales”, que formaban un tercio de las Fuerzas Armadas del país, planearon una invasión coordinada de Crimea y Donbass. Fueron detenidos por la operación militar rusa destinada a aplicar la resolución 2202 del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas para acortar el calvario de las poblaciones del Donbass.


La viceprimera ministra canadiense, Chrystia Freeland, demuestra su apoyo al presidente Zelensky con miembros de la rama canadiense de la OUN. Hoy, la Sra. Freeland es candidata a la Secretaría General de la OTAN.


En marzo de 2022, el primer ministro israelí, Nafatali Bennett, rompiendo con el “sionismo revisionista” de Benjamin Netanyahu (hijo del secretario de Jabotinsky), sugirió al presidente Volodymyr Zelensky que suscribiera las demandas rusas y desnazifique su país (9. “Israel aturdido por neonazis ucranianos”, por Thierry Meyssan, Red Voltaire , 8 de marzo de 2022). Ante las reacciones de indignación de sus aliados, desmintió sus palabras. Envalentonado por este apoyo inesperado, el ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Sergei Lavrov, se atrevió a sacar a relucir el caso del presidente judío de Ucrania y dijo: 

El pueblo judío en su sabiduría ha dicho que los antisemitas más ardientes suelen ser judíos. Cada familia tiene su oveja negra, como dicen. Fue demasiado para los israelíes que siempre se preocupan cuando tratamos de dividirlos. Su homólogo de entonces, Yaïr Lapid, recordó que los propios judíos nunca organizaron el holocausto del que fueron víctimas. Atrapado entre su conciencia y sus alianzas, el estado judío apoyó repetidamente a Ucrania, pero se negó a enviarle la más mínima arma. Finalmente, el Estado Mayor decidió y el Ministro de Defensa, Benny Gantz cerró cualquier posibilidad de apoyo a los sucesores de los masacradores de judíos". (NdelE del blog: No obstante hay constancia documental de presencia de vehículos blindados y personal israelí entrenando a miembros de las fuerzas armadas ucranianas)

 

Los ucranianos son los únicos nacionalistas que no luchan por su pueblo, ni por su tierra, sino por una sola idea: aniquilar a los judíos y a los rusos.

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Documento adjunto (video)

Según el informe IERES de la Universidad George Washington (2021), la Orden Centuria ya ha penetrado en los ejércitos de Alemania, Canadá, Francia, Polonia, Reino Unido y Estados Unidos.

VIDEO  (Haga click)


Fuentes principales:

El nacionalismo ucraniano en la era de los extremos. Una biografía intelectual de Dmytro Dontsov, Trevor Erlacher, Harvard University Press (2021).

Stepan Bandera, La vida y el más allá de un nacionalista ucraniano. Fascismo, genocidio y culto, Grzegorz Rossoliński-Liebe, Ibidem (2014).

Thierry Meyssan

Red Voltaire

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16 octubre 2022

Juicios de Moscú: la Edad Media estalinista



Introducción por el editor del blog

El artículo principal que daremos lectura es una publicación que proviene de un medio de Grecia (ξεκινημα - Primeros Pasos, definido como una organización socialista internacional, el texto ha sido traducido de la versión en inglés).

Los Juicios de Moscú, en realidad son tres juicios contra prominentes políticos y militares de la Unión Soviética (el militar de 1937 fue secreto) llevados entre 1936 y 1938. El de 1936 es materia central de este reportaje; el tercer juicio, "el juicio de los veintiuno", aconteció en marzo de 1938, destacando la conocida figura del político y filósofo marxista, Nikolai Bujarin. Hoy sabemos que esos juicios se basaron en declaraciones forzadas mediante intimidación y tortura, dirigidos tras bastidores por Stalin.

Mucho se ha escrito sobre el papel de Trotsky (traidor y cómplice de los nazis, según Stalin); y, por otro lado, de los servicios secretos nazis para conseguir -mediante la desinformación- que el sanguinario líder soviético decapite la cúpula política y, sobre todo, la militar, acción que habría conseguido el éxito inicial y arrollador de la blitzkrieg en el frente del Este. ¿Qué tan cierto es esto? Repasemos brevemente estos hechos.

Por lo mismo, es necesario algún repaso sobre el rol nazi en las purgas estalinistas. El objetivo de guerra más importante de la Alemania nazi fue la URSS, buscar la manera de infiltrar agentes secretos y ganarse a la población era tarea imposible, la nación de los soviets se hallaba protegida en cuanto a la influencia extranjera y con un severo control interno. Solo los arrebatos de Stalin facilitaron la tarea a los nazis porque planeaba eliminar a sus antiguos camaradas de lucha que, según él, podrían oponérsele, el Servicio de Seguridad de las SS (SD) tenía conocimiento de esas intenciones. Reinhard Heydrich exigió del Almirante Canaris, jefe del Abwehr, documentos originales de personajes rusos y alemanes para falsear una inexistente correspondencia entre oficiales de ambas naciones, "información" que se le haría llegar a Stalin. 

El dictador soviético, en el verano de 1937, desencadenó otra sangrienta purga contra sus colaboradores, destacando que sin la "ayuda" alemana la depuración se habría dado de todas formas, lo que no se cree es que hubiese llegado al terrible fin bajo influencia de los "documentos" nazis infiltrados que enviaron al verdugo a la élite militar que secundaba a Stalin. El enemigo número uno de los nazis quedó expuesto por un buen tiempo.


El mariscal Mihail Tukhachevsky y otros generales del Ejército Rojo, víctimas de la purga estalinista. El 11 de junio de 1937, la Corte Suprema soviética convocó un tribunal militar especial para juzgar a Tukhachevsky y otros generales por traición. El juicio se denominó el Caso de la Organización Militar Antisoviética Trotskista. 

La purga tuvo este resultado: Tres mariscales soviéticos; 13 jefes de Ejército, 57 comandantes de Cuerpo de Ejército; 110 comandantes de división; 220 comandantes de brigada; 11 Vicecomisarios de Guerra de la URSS, 75 miembros del Consejo Supremo Militar. Es decir, el 90% del generalato y el 80% de la oficialidad, tampoco se libraron en el servicio secreto, fueron liquidados el jefe, su sucesor y jefes delegados en Europa. Para rematar, el georgiano Lavrenty Beria fue nombrado jefe de la policía secreta e inició a ejecutar a los verdugos de 1937. 

Cuando se desató la guerra en 1939 Stalin contaba con escasos agentes en el exterior y en escaso número de países, y de quienes no se fiaba, incluso cuando alertaron de los movimientos de tropas alemanas vaticinando la próxima guerra contra la URSS, lo que acarreó el desastre militar inicial.

En lo que respecta a León Trotsky (nacido Lev Davidovich Bronstein), revolucionario y teórico marxista, fundador y primer líder del Ejército Rojo, Comisario del Pueblo para Asuntos Exteriores y de los primeros miembros del Politburó, se opuso desde la década de 1920 al ascenso de Josef Stalin. Trotsky fue depuesto ya en 1927 y expulsado del Partido Comunista, en el exilio fundó la Cuarta Internacional (se denomina trotkismo). Durante su exilio en México siguió oponiéndose a Stalin, alentó para que el Ejército Rojo se oponga al fascismo europeo, por lo mismo, lamentó el pacto de no agresión soviético - alemán, terminó asesinado en México (1940) por orden de Stalin.


Algunos ejemplares de la extensa investigación sobre Leon Trotsky

Algunos consideran controversial el rol jugado por Trotsky antes y durante la Segunda Guerra Mundial puesto que tras los juicios de Moscú de 1938 alentó un programa de transición una vez que se diera el derrocamiento del liderazgo soviético (Stalin), expresó que la nación de los soviets "debería centrarse en obras de utilidad pública en lugar de programas de armamento". Eso le valió más acusaciones por "traidor" al servicio de los intereses nazis contra la URSS y la consecuente propaganda en su contra.

Las siguientes líneas, aunque no siguen la secuencia de la cronografía de esta nota de introducción (purgas militares en la URSS, 1937 y proceso de 1938) confirman la paranoia política (temor, por ser suaves) de Stalin hacia sus camaradas. Y eso nos lleva al campo especulativo, ¿qué habría sido de la URSS sin Stalin? Y, a pesar de todo, ¿habría sobrevivido el estado soviético a la segunda guerra mundial sin el férreo liderazgo de Stalin?


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Juicios de Moscú: la Edad Media estalinista

 

Estado Mayor de Lenin en 1917. Solo Stalin, el verdugo, permanecía en 1940 entre los lideres que habían dirigido la Revolución 


por Panagiotis Vogiatzis

Titulo traducido al inglés del original en griego:

"Moscow trials: the Stalinist Middle Ages"

ξεκινημα - Primeros Pasos 

* Todo el material gráfico es añadido por el editor del blog (detectives de guerra)


El primero de los Juicios de Moscú comenzó el 19 de agosto de 1936. 

En agosto de 1936, la opinión pública mundial se sorprendió al descubrir que se había revelado una vasta conspiración en la Unión Soviética. Los viejos camaradas y colaboradores cercanos de Lenin, Zinoviev y Kamenev, así como varios militantes bolcheviques conocidos, fueron acusados de haber colaborado con el exiliado L. Trotsky en la organización para asesinar al miembro de Politburó S. Kirov en 1934. Supuestamente planeaban ejecutar a los miembros restantes del gobierno, sabotear la producción y el transporte del país y, en cooperación con la Gestapo, ¡prepararse para la victoria de Hitler en la próxima guerra! Lo más sorprendente es que los propios acusados se declararon culpables de la mayoría de los delitos de los que fueron acusados y fueron llevados inmediatamente al pelotón de fusilamiento.

Los hechos causaron una gran sensación. Los acusados eran figuras políticas conocidas que solo dos décadas antes habían derrocado al zar y habían desempeñado un papel decisivo en el establecimiento del primer estado obrero del mundo. ¿Qué había pasado? ¿Se habían convertido en enemigos jurados del movimiento obrero?


Pese a su amistad con Trotsky, el artista soviético Boris Efimov se vio forzado a ridiculizarlo en las caricaturas políticas de los periódicos de los años 30, satirizándolo como sirviente de los nazis. El propio hermano de Boris Efimov sucumbió en las purgas estalinistas.


Asfixiando la revolución

El "Juicio de los 16", en 1936, marcó el comienzo del acto final en un drama que había comenzado a desarrollarse una década antes. El aislamiento de la revolución en un solo país y el auge de la burocracia fueron llevando gradualmente a la Unión Soviética a una situación de completa asfixia, que ya no era posible ocultar. El liderazgo estalinista había implementado internamente una colectivización forzada de tierras agrícolas, que devastó regiones enteras y condujo a la inanición de millones de personas y, finalmente, a su muerte. La producción industrial estaba creciendo rápidamente, pero a un costo enorme. Las condiciones de vida de los trabajadores eran aún peores que a principios de la revolución industrial en Occidente. Enormes proyectos, construidos apresuradamente y sin una planificación elaborada, quedaron inacabados. Las explosiones y los desastres en fábricas y minas ocurrieron con demasiada frecuencia. Las cosas no fueron mejores en el campo de la política exterior. Las desastrosas teorías del "tercer período" y el "socialfascismo" condujeron a la derrota de la revolución en varios países; en Alemania estas teorías eran prácticamente responsables de entregar el poder a Hitler sin luchar. Era una cuestión de vida o muerte para la burocracia encontrar un chivo expiatorio para todos estos desastres.


Líderes revolucionarios soviéticos: Josef Stalin, Vladimir Lenin y Leon Trotsky en 1919. (otras fuentes dicen que no es Trotsky, sino Mihail Kalinin, quien tenía un asombroso parecido físico con Trotsky, como se aprecia abajo en una fotografía de 1938 (Fotografía: Universal History Archive/UIG)




Leon Trotsky y la Oposición de Izquierda a su alrededor habían previsto este desarrollo en una etapa temprana. Ya en 1926, en una reunión del Politburó, Trotsky acusó abiertamente a Stalin de "prepararse para cavar la tumba de la revolución". Tres años después, y ante la consiguiente ola de terror interno, Trotsky predijo que "la burocracia está destinada a cortar un río de sangre que la separará definitivamente del verdadero Partido". Esto estaba a punto de hacerse realidad de la manera más dolorosa.

En el momento de alcanzar el clímax de 1936-38, Stalin procedió de una manera implacable pero cautelosa. Aunque había logrado dominar completamente la vida interna del partido, las tradiciones bolcheviques seguían siendo fuertes. A principios de la década de 1930, aún no había logrado imponer su dominio personal absoluto sobre el Partido: este último resistía constantemente cada vez que surgía la cuestión de exterminar físicamente a los "enemigos del pueblo". Así, en una serie de juicios públicos, comenzando con el "Juicio Shakhty" en 1928, y pasando a los casos del "Partido Industrial" y los mencheviques en 1930 y la "Plataforma Ryutin" en 1932, todos los elementos que prevalecerían en los juicios posteriores, a saber, la completa falta de pruebas y pruebas reales, las confesiones imaginarias de los acusados, etc. estaban allí. Sin embargo, no había logrado, a pesar de sus esfuerzos, llevar a cabo ejecuciones. El punto de inflexión en este proceso fue el asesinato de Kirov en diciembre de 1934.

Kirov

Hoy sabemos que Kirov no era "un burócrata de tercera categoría" como Trotsky lo calificó en sus escritos de aquellos tiempos. Por el contrario, era la estrella en ascenso del grupo de liderazgo, miembro del Politburó y a cargo de Leningrado, la organización más importante del partido. Como había introducido algunas pepitas de liberalismo en su región, algunos sintieron que podía ser un contrapeso al propio Stalin. De hecho, fue el primero en votar para el Comité Central en el congreso de 1934 y un pequeño grupo de delegados consideró nominarlo para Secretario General. Por lo tanto, es obvio quién se beneficiaría de su muerte ...

Aunque no se han encontrado pruebas contundentes, es seguro concluir que, incluso si los servicios secretos, a saber, el propio Stalin, no participaron activamente en el asesinato de Kirov, ciertamente lo sabían y lo toleraron. Su asesino había sido arrestado armado frente a las oficinas del partido en Leningrado unos días antes, pero fue liberado de inmediato. ¡El guardia personal de Kirov murió dos días después en un accidente automovilístico en el que nadie más a bordo resultó herido! En cualquier caso, la muerte de Kirov marcó el comienzo de la mayor operación de terrorismo de Estado que haya tenido lugar en todo el mundo.


Josef Stalin y Nikita Khrushchev, 1936

Cientos de personas fueron condenadas en procedimientos sumarios y fusiladas durante los dos meses siguientes. Zinoviev y Kamenev, así como otros ex miembros de la oposición, que habían estado en el exilio durante más de dos años, fueron juzgados de nuevo (pero los juicios aún se celebraron a puerta cerrada) y los acusados se vieron obligados a asumir la "responsabilidad moral" por el asesinato. Las sentencias seguían siendo comparativamente leves: de 5 a 10 años de prisión. El terror se estaba organizando lenta y cautelosamente. Pero pronto los desarrollos se convertirían en una bola de nieve.

El clímax

Durante los siguientes tres años, entre 1936 y 1938, se celebraron tres grandes juicios abiertos. La primera tuvo lugar en agosto de 1936, la segunda en enero de 1937 y la tercera en marzo de 1938. En el medio, el juicio de los generales tuvo lugar en mayo de 1937. En estos procedimientos, toda la vieja generación de bolcheviques fue exterminada y el Ejército Rojo fue decapitado. Entre sus víctimas estaban todos los antiguos miembros del Politburó, desde 1917 en adelante: Zinoviev, Kamenev, Bujarin, Rykov, Tomsky – que logró suicidarse justo antes de ser arrestado, Pyatakov – a quien se refiere en el "testamento" de Lenin como uno de los bolcheviques más competentes de la nueva generación, I. N. Smirnov – apodado "la conciencia del Partido" por su valentía y carácter impecable, Rakovsky, que fue el pionero en la construcción de partidos comunistas en Bulgaria, Rumania y Ucrania, Krestinsky y Serebryakov, secretarios del Comité Central en la época de Lenin, Mrachkovsky, un trabajador nacido en prisión de padres revolucionarios, Drobnish, que casi fue asesinado por los blancos durante la guerra civil, pero sobrevivió por accidente, y docenas de otros.


Juicios de Moscú, (diseño realizado por la página IzquierdaWeb)

Pero esto fue solo la punta del iceberg. Una masacre sin precedentes estaba teniendo lugar al mismo tiempo en toda la sociedad, destrozando el país. Solo en los años 1937-1938, según cifras oficiales de la época, 1,3 millones de personas fueron deportadas y muchas ejecutadas. Aún más fueron condenados a sentencias algo más leves. El terror reinaba en todas partes, paralizando cualquier iniciativa creativa y cualquier apetito por el trabajo. Cada segunda familia tenía un miembro en el exilio, en la cárcel o en la tumba. Siberia estaba llena de campos de trabajo forzado, los "gulags", donde los prisioneros morían la mayoría de las veces trabajando en proyectos de construcción que inmediatamente caían en desuso. Los supervivientes describen en sus memorias, condiciones increíbles incluso para la imaginación más morbosa.

Muchos se preguntaron qué sucedió cuando el terror parece detenerse "repentinamente" alrededor de 1939. Pero la razón es extremadamente simple y se basa en las matemáticas, ya que cada persona arrestada debía entregar al menos 3-4 más. Entonces, a principios de 1939, el 5% de la población estaba atrapada en la red de este horrible absurdo. Si esta situación hubiera continuado durante unos meses más, no habría quedado nadie detenido. Por espeluznante y paradójico que parezca, la "liberalización" de 1939 se debió en gran medida al número limitado de víctimas potenciales.

El terror, por supuesto, nunca se detuvo por completo, ni durante la guerra ni siquiera inmediatamente después, cuando el país estaba experimentando la euforia de la victoria. Solo los objetivos se volvieron más específicos (desplazamiento de grupos étnicos enteros, los casos de los Médicos, los Judíos, Leningrado y tantos otros). Los gulags continuaron existiendo después de la muerte de Stalin.

Pero, ¿por qué confesaron?

El mayor "misterio" que rodeó los juicios de Moscú desde el primer momento fueron precisamente las confesiones de los acusados. Los juicios se basaron enteramente en sus confesiones. En los casos en que miles de conspiradores estuvieron presuntamente involucrados, no se presentó ni una sola pieza de evidencia tangible, ni un solo documento incriminatorio. Cada vez que se intentaba esto, la burocracia era ridiculizada. En un caso, se suponía que una reunión había tenido lugar en un hotel de Copenhague, pero este hotel había sido demolido 15 años antes; en otro caso, Pyatakov supuestamente había viajado a Oslo en avión para reunirse con Trotsky, pero en ese momento ningún avión extranjero había aterrizado en Oslo durante meses. Entonces, ¿cómo fue posible que los revolucionarios experimentados y endurecidos se calumniaran a sí mismos y a sus compañeros de prisión con acusaciones tan escandalosas? Había demasiado humo, ¿cómo era posible que no hubiera fuego?

Este es otro de los decenas de mitos con los que la falsificación estalinista ha alimentado la historia. Cuando miramos de cerca estas "confesiones", el misterio ya no parece tan grande. En primer lugar, debemos tener en cuenta que este no fue un proceso de una sola vez. Por el contrario, fue un largo descenso, que para la mayoría de los acusados duró toda una década. A partir de 1927, cuando el grupo de Zinoviev decidió separarse de la Oposición, para que se les permitiera volver a unirse al Partido, comenzó un proceso casi irreversible. Al principio se les pidió a los opositores que proclamaran en términos políticos que la burocracia estalinista tenía razón y que estaban equivocados. Poco después se les pidió que admitieran que "sus posiciones ayudaban objetivamente al enemigo de clase", a pesar de que estaban políticamente desarmados. Poco después tuvieron que reconocer que tenían "responsabilidad moral" por las acciones de otros, presuntos terroristas y saboteadores. Luego se les pidió que denunciaran a Trotsky, que supuestamente estaba moviendo los hilos desde el exilio, y así sucesivamente. Si en algún momento los acusados decidían que no podían ir más allá, la burocracia los atacaba: "¿Te niegas a confesar? ¿Significa eso que todas sus proclamaciones anteriores eran falsas? Realmente no quieres ayudar a nuestra patria socialista", etc. Al mismo tiempo, un montón de confesiones de colaboradores, asistentes o familiares cayeron sobre ellos. En estas condiciones, y por supuesto porque los acusados también fueron torturados físicamente y sus familiares fueron amenazados, es natural que muchos de ellos no pudieron hacer frente a la presión.


Miembros del gobierno soviético en 1937. De izquierda a derecha: L. P. Beria, A. I. Mikoyan, A. A. Andreev, V. M. Molotov, M. I. Kalinin, K. E. Voroshilov, I. V. Stalin, L. M. Kaganovich, N. I. Ezhov. Moscú, Kremlin, 1937

Por el contrario, el círculo de opositores alrededor de Trotsky entendió a tiempo que no era posible capitular ante el régimen estalinista, por lo que lograron hacer frente a la presión, pagando un precio aún más alto, por supuesto. Mientras los acusados en Moscú confesaban crímenes imaginarios, los prisioneros trotskistas en los peores campos siberianos estaban en huelgas y huelgas de hambre, exigiendo mejores condiciones de vida y a menudo caían muertos bajo el fuego de armas. Cuando se concedió la amnistía, después de la muerte de Stalin, miles de prisioneros regresaron a sus hogares, pero no había un solo trotskista entre ellos. Todos habían sido exterminados hasta el último...

Algunos ejemplos

Pero las confesiones mismas, si se leen detenidamente, son muy reveladoras sobre su sinceridad y, sobre todo, sobre los límites que eran imposibles de cruzar para los prisioneros. Aquí encontramos algunos ejemplos de las transcripciones oficiales: En el primer juicio, el fiscal Vyshinsky le pregunta a Smirnov:

- Vyshinsky: ¿Cuándo dejaste el centro (terrorista)?

- Smirnov: No tuve que dejarlo, no había nada que pudiera haber dejado.

- Vyshinsky: ¿Existía el centro?

- Smirnov: ¿Pero qué centro...? 

El Fiscal pregunta a otros acusados, todos los cuales admiten la existencia de este "centro" y se vuelve hacia Smirnov, quien irónicamente afirma:

- "Ya que absolutamente quieres un líder para este Centro, entonces desempeñaré ese papel".

Al comienzo del tercer juicio, Krestinsky hizo la siguiente declaración:

"No reconozco que soy culpable. No soy trotskista. Nunca fui miembro del "bloque derechista y trotskista" (esta fue la acusación contra el acusado en ese juicio), que no sabía que existía. Tampoco he cometido ni uno solo de los delitos que se me imputan, personalmente; y en particular no soy culpable de haber mantenido relaciones con el Servicio Secreto Alemán".

Se necesitó una interrupción nocturna del juicio y esfuerzos de toda la noche por parte de la GPU (policía secreta) para que regresara a la corte al día siguiente completamente destrozado y declarara lo escandaloso:

"Ayer, un impulso pasajero pero agudo de falsa vergüenza, creado por este entorno y por el hecho de que estoy siendo juzgado, y también por la dura impresión que causó la lista de cargos y mi estado de salud, me impidió decir la verdad, decir que era culpable".

La evidencia más reveladora de la "validez" de los juicios, sin embargo, se incluye en el testimonio de Radek en el segundo juicio. Durante una de las maldiciones habituales de Vyshinsky (perros rabiosos, serpientes, escoria, etc.), el extremadamente inteligente e ingenioso Radek regresa a su antiguo yo por última vez y lo ataca:

"¿Qué pruebas hay en apoyo de este hecho? En apoyo de este hecho está la evidencia de dos personas: el testimonio de mí mismo, que recibí las directivas y las cartas de Trotsky (que, desafortunadamente, quemé), y el testimonio de Pyatakov, que habló con Trotsky. Todo el testimonio de los otros acusados se basa en nuestro testimonio. Si se trata de meros criminales y espías, ¿en qué puede basar su convicción de que lo que hemos dicho es la verdad, la verdad firme? "

Vyshinsky prefirió cambiar de tema de inmediato.

Finalmente, también es una mentira que "todos confesaron". Lo cierto es que solo los acusados que quedaron completamente destrozados se presentaron en los juicios abiertos (aunque ellos, como hemos visto, intentaron mantener algunos jirones de dignidad). Todos los demás recibieron disparos en secreto, la mayoría de las veces sin siquiera un juicio, o con "juicios" que duraron unos minutos. La burocracia misma, siendo tan meticulosa, tuvo que ser vista para proporcionarnos una prueba irrefutable. Los expedientes de los acusados del primer Juicio, numerados y por orden alfabético, llegan al menos hasta el número 38. Sin embargo, solo 16 acusados estaban presentes en la corte, por lo que al menos otros 22 estaban destinados a ser juzgados, pero nunca llegaron a la corte ...

¿La revolución devora a sus propios hijos?

Ya nadie puede creer que hubo siquiera una pizca de verdad en estas pruebas. Incluso la propia burocracia se vio obligada a refutarlos parcialmente en las décadas siguientes y rehabilitar a la mayoría de sus víctimas (excepto, por supuesto, el principal acusado, Trotsky, que siguió siendo un "enemigo" hasta el final). Sin embargo, el daño de estos juicios fue enorme. Aparte del monstruoso exterminio de millones de inocentes, la Revolución misma fue desacreditada en grado extremo. Muchas personas hicieron un juicio superficial y se apresuraron a culparlo en su conjunto. ¿Qué valor puede tener una revolución si termina de esta manera? Y, sin embargo, como hemos explicado anteriormente, la vergüenza no debe atribuirse a la revolución sino a la casta burocrática que la usurpó y tuvo que aniquilarla por completo, convertirla en su opuesto, antes de que pudiera avanzar en sus planes de consolidar su dominación. Todo lo que quedaba de la revolución de octubre, 20 años después, era el cambio en las fuerzas productivas que había implementado. Más allá de eso, también quedó un puñado de usurpadores, con Stalin a la cabeza, y algunos dichos huecos. El Partido Bolchevique de 1939 ciertamente no tenía nada que ver con el partido de la revolución, y hay pruebas numéricas de esto; ¡sólo el 0,3% había sido miembro del Partido antes de 1917! Los principales pilares del comunismo, la igualdad y el internacionalismo, habían sido completamente borrados por la política de la burocracia. Solo recordaban estas palabras prohibidas en los aniversarios y las usaban para justificar su propia existencia. De hecho, Stalin cavó la tumba de la revolución y pasó a la historia como la persona más estigmatizada en ella.

Horror en números


Derecha: Stalin visto por la pluma de Boris Efimov, 1924. Fue un acto suicida, el propio dictador le pidió a Efimov que la destruyera, pero no lo hizo, el dibujo sobrevive en el presente. Izquierda, una esclarecedora caricatura de Boris Efimov datada en 1987, se refiere a la absurda negación de los estalinistas que siguen expresando que "Stalin no sabía nada de las ejecuciones y ni siquiera sospechaba".


Si el horror y la paranoia se pueden describir en números, el período estalinista tiene innumerables de ellos para nosotros:

En 1940, todos los miembros del Comité Central de 1917 que no tenían la edad suficiente para morir por una causa natural, habían sido ejecutados o desaparecidos en el aire.

El 70% de los miembros del Comité Central de 1934 (que eran todos estalinistas leales) también habían muerto en 1940. Lo mismo ocurre con el Comité Central juvenil del Partido, el Komsomol.

Durante las purgas del Ejército Rojo, unos 35-40 mil oficiales fueron exterminados, incluido el 80% de los que tenían el rango de Coronel y superiores. No hay otro caso en la historia, en el que una conspiración que involucró al 80% de los oficiales más altos, no solo fue expuesta y derrotada, sino que no se libró ni una sola batalla. ¿Fue esto gracias a la determinación de la dirigencia política? ¿Cómo es esto posible cuando el 70% de este liderazgo también fue acusado de estar involucrado en la conspiración?

Podemos presenciar una situación similar en el servicio diplomático: mientras que solo 30 países habían reconocido a la URSS, 48 embajadores fueron ejecutados en las purgas. Como resultado, en la víspera de la guerra no había embajador soviético en Washington, Tokio, Varsovia y otras capitales.

A partir de cierto momento, eliminar a los conspiradores se convirtió en una especie de "tarea", ¡con la obligación de entregar una cierta cantidad dentro de un período de tiempo específico! Un telegrama típico de Yezov, jefe de la policía secreta, al jefe de la GPU kirguisa dice en pocas palabras: "Se le ha encargado la tarea de eliminar a 10.000 enemigos del pueblo. ¡Ejecución del informe"!

La fuerza laboral de la Unión Soviética en 1939 incluía: 600,000 trabajadores mineros, 900,000 trabajadores ferroviarios y ... 2,1 millones de guardias, guardias de prisiones y agentes de la policía secreta, sin incluir las tropas especiales del NKVD (Ministerio del Interior). Cuando estalló la guerra y las tropas de Hitler rodearon Moscú y Leningrado, 250.000 soldados de élite de la NKVD fueron bloqueados en los campos de concentración que custodiaban a los prisioneros.

En 1935, la pena de muerte para los niños de 12 años (!) se incluyó en el código penal. ¡Los sirvientes de Stalin justificaron esto en Occidente afirmando que "bajo el socialismo los niños crecen más rápido"! De hecho, debe haber sido el caso, ya que se han encontrado en los archivos declaraciones de niños de esa edad confesando que "habían formado una banda que operaba espiaba y saboteaba y tenían vínculos con la Gestapo"...

Cabe mencionar finalmente que los Juicios han sido descritos por algunos abogados occidentales sobornados como "joyas de la ciencia jurídica". Deben remitirse al discurso de clausura del abogado defensor en el juicio de Bujarin:

"Camaradas jueces, los hechos en este juicio son tan claros, ... que la defensa no encuentra ninguna razón para estar en desacuerdo con el camarada fiscal... En cuanto a las conclusiones políticas y morales, el discurso del Fiscal fue tan amplio que la Defensa siente la necesidad de respaldarlo de todo corazón..."


ξεκινημα - Primeros Pasos

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