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12 abril 2023

Diplomacia Secreta: Estados Unidos - Cuba, 1963



Por Peter Kornbluh / The Nation

Título original en inglés: US-Cuban Diplomacy, ‘Nation’ Style


Nota previa del editor del blog

El siguiente artículo de investigación originalmente apareció en abril de 2013 y demuestra que aún en las peores crisis internacionales la diplomacia secreta cumple su función -cuando es posible- de evitar conflictos bélicos. Existen varios casos en que el mundo ha estado al borde de la catástrofe y una solución pacífica de las controversias se ha logrado gracias al esfuerzo de personalidades diplomáticas mediante duras negociaciones. 

Pero, no siempre es así, también hay que señalar que se ha evitado la guerra ante la disuasión armada; es decir, cuando el potencial rival es lo suficientemente fuerte en el ámbito militar imposibilitando que la parte contraria actúe en su contra, sentarse a dialogar y resolver amistosamente las controversias es el camino. Pero, tampoco disuadir al "enemigo" es garantía de que no habrá guerra. Hoy por hoy el mundo se rige por la disuasión nuclear. Las grandes potencias nucleares mantienen la "garantía" atómica como seguro de que nadie pueda atreverse a atacarlo. Pero, tampoco nadie puede asegurar de que se cumpla irrestrictamente... algún perturbado político podría desatar un Apocalipsis nuclear sobre la Tierra sin previa advertencia.

Suena trillado, mas, la única opción para el futuro humano es la paz, pero otro tipo de paz.

El ex presidente Richard Nixon en su libro "La verdadera paz. Una estrategia para Occidente", afirmaba: "El sostener una paz verdadera no es una carga sino un desafío en la era atómica. Es el material bélico quien representa fundamental papel como garante de la paz, paradójico, pero cierto. La disuasión militar, incluido las armas nucleares son parte esencial de una paz duradera; cuando cada bando tiene en su poder medios coercitivos poderosos, lo más probable es que los potenciales contrincantes se mantengan estables".

Para Nixon "la verdadera paz no significa el final de la pugna sino más bien un modo de vivir dentro de dicha pugna, y, una vez establecida, requiere constante atención o de lo contrario no sobrevivirá". No hay que confundir la paz verdadera, real, con una paz perfecta, es un peligroso error común, sueño de cierto idealistas que claman un mundo sin antagonismos, ese mundo nunca ha existido, ni existirá. "Si ha de vivirse una paz verdadera, ésta deberá coexistir con las ambiciones, el orgullo y los odios del hombre. Una paz que no tome en cuenta estos factores no podrá perdurar". (A propósito de estas reflexiones sobre la "paz armada", vale la pena repasar la temática del artículo: La paz de nuestro tiempo: Paz armada, disuasión y distensión ).

No quiero desviarme del tema que hoy ponemos sobre el tapete, así que revisemos la "Diplomacia cubano-estadounidense, estilo The Nation", escrita por Peter Kornbluh en 2013 y complementado con referencias a documentos originales archivados por el mismo Kornbluh en "National Security Archive" de la Biblioteca George Washington University (Washington, DC)

Buena lectura.

T. Andino

*****

Sesenta años después, la “metadiplomacia” de James Donovan muestra que las relaciones normales son posibles.

por Peter Kornbluh 

El autor es colaborador desde hace mucho tiempo de The Nation on Cuba, es coautor con William M. LeoGrande, de  "Back Channel to Cuba: The Hidden History of Negotiations Between Washington and Havana". Kornbluh también es autor de "The Pinochet File: A Declassified Dossier on Atrocity and Accountability".


Diplomacia cubana - estadounidense


Fidel Castro y James Donovan pescando en Bahía de Cochinos, 8 de abril de 1963. Castro lleva un reloj de buceo que le obsequió Donovan


A principios de abril de 1963, un abogado neoyorquino llamado James Donovan viajó a La Habana para negociar la liberación de ciudadanos estadounidenses detenidos en cárceles cubanas. Llevaba consigo las páginas de un artículo titulado “Cómo funciona la metadiplomacia: James Donovan y Castro”, que se publicó en la edición del 13 de abril de 2013 en The Nation. En una conversación con Fidel Castro que duró de 2:15 a 6:30 am, Donovan leyó el artículo en voz alta y lo discutió extensamente con el comandante cubano y su principal ayudante. "Le expliqué la gran tradición de The Nation", relató Donovan más tarde, y Castro estaba "enormemente interesado". Según Donovan, Castro “pensó que este artículo era excelente, que mostraba sabiduría. Esa fue su palabra: "sabiduría".  "El primer ministro cubano ordenó de inmediato que se tradujera al ruso y se compartiera con el embajador soviético, quien se pronunció “muy satisfecho con todo el tenor del artículo” y dijo que esperaba que fuera un “paso constructivo hacia una solución del problema sobre Cuba".

Escrito por la reconocida escritora de la revista New York Times, Gertrude Samuels para The Nation el artículo examinó el primer diálogo real entre Washington y La Habana después de la ruptura de relaciones oficiales en enero de 1961. Donovan “ha sido el único canal directo entre Estados Unidos y Cuba”, informó Samuels. "Aparentemente un ciudadano privado" y un "voluntario" sin estatus diplomático (no se sabía públicamente en ese momento que las misiones de Donovan estaban supervisadas por el Fiscal General Robert Kennedy y la CIA), había negociado la liberación y el regreso a los Estados Unidos de 1.163 miembros de la brigada de exiliados liderada por la CIA capturados por las fuerzas cubanas en Bahía de Cochinos en 1961. Además, había asegurado la salida de unos 3.500 de sus familiares después de la crisis de los misiles de 1962. El artículo también detallaba el esfuerzo continuo de Donovan para obtener la liberación de treinta y un ciudadanos estadounidenses a quienes Castro había encarcelado como espías y saboteadores.


El Comandante Fidel Castro dirigiendo las operaciones en Playa Girón (Bahía de Cochinos), 17-20 abril de 1961

Sesenta años después de la redacción del artículo, la “metadiplomacia” sigue dando lecciones para el enfoque de Washington hacia Cuba. Donovan "tiene la obstinada esperanza de que su misión actual se amplíe más allá de los rescates inmediatos, que está preparando el escenario para algún tipo de conciliación entre el pueblo estadounidense y el cubano", informó Samuels. “Creo que en estas negociaciones existe la mayor esperanza de crear una solución equitativa a los problemas que ahora afectan las relaciones entre los dos países”, le dijo. Su esfuerzo diplomático único sigue siendo relevante para la búsqueda de una "solución equitativa" a los problemas que continúan plagando las relaciones entre Estados Unidos y Cuba.


(Nota intercalada al artículo original. El film nominado a mejor película en los premios Oscar (2016) "Bridge Of Spies. The Sequel" (Puente de Espías, la secuela), dirigido por Steven Spielberg tuvo nominaciones a "Mejor Película", "Mejor Actor de Reparto", "Mejor Guión Original" y a otros tres premios Oscar. "Bridge of Spies" describe la historia de la Guerra Fría y los grandes esfuerzos del abogado de  New York, James Donovan, por negociar el intercambio de prisioneros, entre otros detalles sobre el dramático intercambio de prisioneros -febrero de 1962- en el puente Glienicke entre Berlín Occidental y un suburbio de Potsdam, del capturado piloto estadounidense del avión U-2, Francis Gary Powers por el agente de inteligencia soviético, Rudolf Abel. Eso le valió a James Donovan, interpretado en la película por el actor Tom Hanks, la designación de “metadiplomático”. Donovan con apoyo encubierto de la CIA llevó a cabo las primeras negociaciones secretas con Fidel Castro, según la Casa Blanca y los registros de la CIA publicados en el Archivo de Seguridad Nacional (febrero 2016), proporcionándonos una historia poco conocida. 


James Donovan se hizo conocido como "el negociador" por organizar en secreto el famoso intercambio de prisioneros de la Guerra Fría del coronel espía soviético Rudolf Abel por el piloto estadounidense del avión espía U-2 Francis Gary Powers, que había sido derribado sobre la Unión Soviética en 1960. Después de varias semanas de diplomacia clandestina, el intercambio tuvo lugar en febrero de 1962 en el puente Glienicke de Berlín. Seis meses después, el presidente Kennedy recurrió a Donovan para obtener la libertad de los prisioneros de Bahía de Cochinos. Representando oficialmente al Comité de Familias Cubanas para la Liberación de los Prisioneros de Guerra, Donovan viajó de ida y vuelta entre Nueva York y La Habana a principios y finales del otoño de 1962 (las negociaciones fueron interrumpidas por el dramático descubrimiento de misiles soviéticos en la isla), asegurando su libertad en Nochebuena a cambio de 62 millones de dólares en envíos estadounidenses de alimentos, productos farmacéuticos y equipos médicos. Cuando esas intensas negociaciones culminaron a fines de diciembre, la CIA le pidió a Donovan que obtuviera un “bono” navideño de Castro: la liberación adicional de veintidós ciudadanos estadounidenses encarcelados en Cuba como espías. (Tres de ellos eran miembros de un equipo de técnicos de audio de la CIA capturados en septiembre de 1960 colocando dispositivos de escucha en las oficinas de la Agencia de Noticias Nueva China en La Habana). “Ya hice los panes y los pescados”, dijo Donovan a sus colegas. "Ahora quieren que yo también camine sobre el agua". 


Back Channel to Cuba: The Hidden History of Negotiations between Washington and Havana, por William M. LeoGrande y Peter Kornbluh. UNC Press, noviembre de 2015.


Basándose en la buena voluntad y la estrecha confianza que había establecido con Castro, Donovan regresó a La Habana el 26 de enero 1963. Llevaba una propuesta de canje de prisioneros: los ciudadanos estadounidenses por cuatro cubanos en cárceles estadounidenses. Entre ellos había un agregado cubano en la misión de la ONU y dos cubanos residentes en Nueva York que estaban acusados ​​de planear actos de sabotaje allí; el cuarto era un cubano condenado por asesinato en segundo grado por matar a una niña de 9 años. (Fue alcanzada por una bala perdida durante una pelea con cubanos anticastristas cuando Castro habló en la ONU en septiembre de 1960). Castro parecía interesado. Sin embargo, mientras Donovan abordaba su avión para Estados Unidos, el edecán de Castro, el Dr. René Vallejo, lo llevó aparte y le expresó un interés cubano adicional: el restablecimiento de relaciones diplomáticas con Washington.

Cuando Donovan regresó a La Habana el 14 de marzo, nueve ciudadanos estadounidenses adicionales formaron parte del trato: desafortunados buceadores cuya balsa salvavidas había llegado a una playa cubana después de que su bote se hundiera. Si Donovan podía convencerlo de que no eran saboteadores, dijo Castro, los dejaría ir. En sus negociaciones, acordaron evitar definir el canje como un canje de prisioneros. Castro concedería el indulto a los prisioneros estadounidenses en reconocimiento del trato de Bahía de Cochinos y de los últimos envíos de medicamentos de abril; Estados Unidos posteriormente liberaría a los prisioneros cubanos, también como un acto de clemencia. Como un gesto de buena voluntad, Castro permitió que Donovan se llevara con él a su partida a dos mujeres estadounidenses: Geraldine Shamma, una socialité reclutada por la CIA para espiar a Castro y Martha O'Neal.

Donovan voló a La Habana el 5 de abril para finalizar el intercambio, traía la prueba de la página del artículo de The Nation, una cámara Polaroid como regalo para Castro y llevó consigo a su joven hijo. Su hijo era "lo último en habilidad para el juego", señaló Donovan más tarde, según la biografía de Phillip Bigger, Negotiator. “Castro tiene un niño de catorce años. Esperaba que la presencia de mi hijo de dieciocho años inspirara confianza y causara una impresión favorable en Castro”. De hecho lo hizo. Castro llevó a Donovan y a su hijo en una expedición de pesca de un día a Bahía de Cochinos (Fidel personalmente atravesó quince peces, uno de ellos de cuarenta libras) les dio un recorrido por una nueva granja de cocodrilos y un cercano complejo vacacional  de trabajadores, y los llevó a un juego de béisbol para niños. Fidel estaba "muy contento" de que "yo trajera a mi único hijo", como informó el Dr. Vallejo a Donovan. Castro "quería asegurarse de que a mi único hijo se le mostrara todo y se le tratara bien", y el líder de Cuba se sintió "muy feliz de que yo tuviera tanta confianza en él para hacer esto".


Fidel Castro pesca con arpón en Bahía de Cochinos durante el viaje con Donovan

En sus negociaciones, Donovan usó hábilmente el artículo de The Nation para plantear la perspectiva de mejores relaciones con Washington si la liberación de prisioneros tenía éxito. El perfil en The Nation, junto con una gran cobertura en Look, Life y The Saturday Evening Post, sugirió, reflejaba un cambio en las actitudes estadounidenses hacia la Revolución Cubana a raíz de la crisis de los misiles. El ciudadano medio, dijo Donovan a Castro, “simplemente no podía ver involucrar a Estados Unidos en una guerra nuclear para restaurar vagamente a Cuba en Batistaville”, una referencia a la era de Fulgencio Batista, el dictador respaldado por Estados Unidos y derrocado por la Revolución Cubana. El público estadounidense no quería que Cuba se convirtiera en un satélite soviético, dijo, pero “tampoco pensé que la gente de Estados Unidos tuviera la intención de que fuera un satélite de Estados Unidos; que se respetaría la integridad de la revolución siempre y cuando todos sus esfuerzos estuvieran dedicados al mejoramiento del pueblo cubano”.

Cuando Castro preguntó cuál sería el impacto del artículo de The Nation, Donovan le dijo: “Pensé que sería estudiado de inmediato por intelectuales, liberales, redactores y diversos moldeadores de la opinión pública; que también se estudiaría en los círculos gubernamentales". Según una transcripción de un interrogatorio de la CIA con Donovan después de su regreso, él le dio el último cumplido a la revista: “Dije que pensaba que mientras que los artículos de Life y Look reflejaban la opinión pública en general, el artículo de The Nation era uno intentando liderar la opinión pública".

Su discusión del artículo condujo directamente a la primera conversación seria entre Castro y un representante de Estados Unidos sobre cómo normalizar las relaciones entre Washington y La Habana. Como Donovan relató más tarde en el informe de la CIA, "Dijo bien, en vista de la historia pasada de ambos lados, aquí el problema de cómo iniciar cualquier relación era muy difícil". A lo que Donovan respondió: "¿Estás familiarizado con los puercoespines?" Castro dijo que sí. “Entonces dije, ¿ahora sabes cómo hacen el amor los puercoespines? Y él dijo que no. Y dije, bueno, la respuesta es 'con mucho cuidado', y así es como usted y los EE. UU. tendrían que entrar en esto, pero sobre los detalles, esto tendría que dejarse a discusiones diplomáticas de sentido común".


El Fiscal General Robert Kennedy y Donovan

Cuando Donovan voló de regreso a Florida el 9 de abril, estaba acompañado por los nueve buzos y un misionero que Castro determinó que podían ser liberados. El líder cubano pareció persuadido por los argumentos de Donovan de que los prisioneros eran un obstáculo para mejorar las relaciones con Estados Unidos. "Ahora que me ha mostrado el artículo en The Nation", le dijo Castro a Donovan, "estoy preparado para arriesgarme en su análisis de la situación y sus profecías sobre lo que debería suceder". Considerar a los estadounidenses como "un activo de negociación" no le interesaba a Cuba, admitió, porque "quizás está impidiendo que se logre algo más constructivo". Castro prometió que si Donovan regresaba el 22 de abril, "se los entregaré todos".

Dos semanas después, Donovan regresó a La Habana por última vez. Como prometió, Castro liberó a veintisiete ciudadanos estadounidenses más; veintiuno, incluidos los tres agentes de la CIA, regresaron con el negociador estadounidense a una base de la Fuerza Aérea cerca de Miami. El mismo día, el Departamento de Justicia de Kennedy liberó a los cuatro cubanos en Nueva York "por el interés nacional". Fueron trasladados en avión a Florida y luego repatriados a La Habana.

Castro esperaba claramente que la cooperación entre Estados Unidos y Cuba sobre los prisioneros allanara el camino para mejores lazos. “Pensó que los Kennedy estaban tratando de adoptar una política aquí y que tal vez la detención de estos prisioneros estaba impidiendo la formulación de una política clara”, informó Donovan a sus encargados de la CIA. Una vez que se haya resuelto el problema de los prisioneros, agregó, el gobierno cubano creía que la administración Kennedy desarrollaría un enfoque que sería "constructivo y en (sus) mejores intereses".


El Presidente John F. Kennedy con el candidato al Senado por New York, James Donovan (1962)


En la primavera de 1963, la Casa Blanca de Kennedy comenzó a reconsiderar los méritos de un enfoque más constructivo de Cuba. Aunque Donovan no participó como negociador, como esperaban tanto él como Castro, en el otoño la administración utilizó a otros intermediarios para entablar un diálogo secreto con Cuba. En una cruel coincidencia de la historia, el mismo día en que Kennedy fue asesinado, uno de sus emisarios se reunía con Castro en la playa de Varadero, cerca de La Habana, “en una misión de paz” para las futuras relaciones entre Estados Unidos y Cuba.

Sesenta años después, el legado de la diplomacia del "sentido común" de Donovan continúa resonando. De hecho, en 2023 Washington y La Habana todavía necesitan un “metadiplomático” para resolver sus diferencias. Las circunstancias son similares: Cuba, bajo el liderazgo de Raúl Castro, ha manifestado reiteradamente su interés por el diálogo; el apoyo público estadounidense a las relaciones normalizadas ha aumentado considerablemente; y, al igual que Kennedy, el presidente Obama pareció estar “buscando a tientas” una mejor política. Pero una vez más, los presos en ambos países demostraron ser un obstáculo para las negociaciones. Los cubanos retenían al subcontratista estadounidense Alan Gross, ahora en su cuarto año de encarcelamiento por intentar ilegalmente establecer una red de comunicaciones por satélite en Cuba como parte del Programa de Planificación de Contingencias y Democracia en Cuba de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (NdelE: recuerden que este artículo fue escrito en 2013) y Estados Unidos retiene a los "Cinco Cubanos", que incluyen a cuatro espías cubanos, ahora en su decimoquinto año de prisión por realizar operaciones de espionaje, en su mayoría contra grupos de exiliados con pasado violento, y un agente que ha sido puesto en libertad condicional pero permanece legalmente confinado en Florida. Así como Fidel Castro enfatizó el concepto de clemencia en el canje de prisioneros de 1963, Raúl Castro ha pedido “gestos humanitarios” mutuos para resolver estos obstáculos para mejorar las relaciones bilaterales.

La lección de historia de Donovan sobre “cómo funciona la metadiplomacia” demuestra que, con creatividad y perseverancia, un acuerdo entre Estados Unidos y Cuba es factible. Un diálogo que incluya el tema de los presos sigue siendo “de interés nacional” en ambos países y podría generar más amplios y mejores vínculos. Sesenta años después, es posible cumplir la "obstinada esperanza" de Donovan de tener relaciones normales. Como le dijo a The Nation en 1963, "Este es un trabajo que requiere mucha paciencia".


Peter Kornbluh


Resumen de Peter Kornbluh de los documentos que se conservan en National Security Archive de la Biblioteca de la George Washington University (Washington, DC, Libro informativo N° 542, editado por el mismo Peter Kornbluh). 


- "Los documentos muestran que después de la crisis de los misiles cubanos, Donovan involucró a Castro en discusiones sobre la mejora de las relaciones de Estados Unidos con Cuba y predijo que, eventualmente, "se podría lograr un ajuste de opiniones".

- El fiscal general Robert Kennedy logró reclutar en secreto a Donovan para emprender una misión clasificada como "Proyecto Misericordia" que se relatan en "Back Channel to Cuba: The Hidden History of Negotiations between Washington and Havana". "En la naturaleza respetuosa de sus conversaciones", según el libro, "Castro encontró al primer representante estadounidense de confianza con quien pudo discutir seriamente cómo La Habana y Washington podrían avanzar hacia la restauración de la civilidad y la normalidad en la oscura estela de Bahía de Cochinos y la crisis de los misiles cubanos”.

- La CIA, el Departamento de Estado y el NSC intentaron influir en el presidente Kennedy en la respuesta de Estados Unidos al interés de Castro en un acercamiento, establecer condiciones previas no negociables: cortar los lazos de Cuba con la URSS y poner fin a la interferencia cubana en otras partes de América Latina. 

- Un memorando de la CIA: "Instrucciones para James Donovan" dice que Castro "debería ser persuadido para que expulse a los comunistas de su gobierno". Si Castro no estaba de acuerdo las instrucciones de la CIA decían que Donovan debía "pintar para Castro ... el cuadro permanentemente negro que prevalecerá, con un solo resultado final, si Cuba continúa haciendo de Estados Unidos su enemigo".

- Kennedy adoptó una posición mucho más discreta, “no queremos presentarle a Castro una condición que obviamente no puede cumplir".

- El director de la CIA, John McCone, se reunió en secreto con Donovan varias veces para brindarle apoyo encubierto, le proporcionó una hoja de códigos para las comunicaciones telefónicas y de texto mientras estaba en Cuba y Florida. 

- La CIA actuó como intermediaria con el Congreso y las empresas farmacéuticas que aportaron los medicamentos, creando una cuenta especial secreta de varios millones de dólares para los medicamentos, se dice que finalmente no se utilizó fondos de la CIA para pagar las medicinas y alimentos. 

- Se desestimaron los pedidos del jefe de la "Operación Mangosta", Edward Lansdale, para una operación de propaganda negra contra Castro. 

- Un equipo de oficiales de la división de operaciones encubiertas de la CIA decidió que podían usar el acceso de Donovan a Castro para asesinar al líder cubano. "idearon un plan para que Donovan fuera el proveedor involuntario de un traje de buceo y un respirador contaminado". A principios de abril de 1963, Donovan le dio a Castro el traje de neopreno y un reloj de buceo, como un generador de confianza. 

- La crisis de los misiles en octubre de 1962, obligó a suspender los viajes secretos de Donovan a Cuba.


National Security Archive

Peter Kornbluh

* En esta publicación se encuentran ANEXOS varios documentos 

13 marzo 2023

La paz de nuestro tiempo: Paz armada, disuasión y distensión.


El miedo hace que el lobo parezca más grande (graffiti)

por  Tito Andino 

Este artículo, salvo notas de actualización, es reproducción de parte del epílogo de mi tesis doctoral en jurisprudencia sobre los crímenes de guerra en el Derecho Internacional, vale la pena recordarlo en estos tiempos de amenaza a la paz y una hipotética guerra mundial en la que imperiosamente se hará uso del arsenal nuclear.


Las guerras son una práctica humana constante a través de milenios con las que se han zanjado diferencias y disputas de toda índole. Quedará flotando en el ámbito de la ciencia ese obscuro origen de tendencia destructiva y hasta autodestructora que acompaña a la humanidad, quién sabe hasta el fin de los días. Los datos científicos así lo demuestran; de los 3.400 años (más o menos) que corresponde a la época histórica registrada, solo 234 años abrían transcurrido sin que hubiere ninguna guerra.  


Vivimos en un mundo en permanente lucha. Desde el año 1500 antes de nuestra era hasta el 1860 se habrían firmado alrededor de ocho mil tratados de paz, el promedio de duración de estos no es superior a los dos años. 

En el siglo XX y en lo que va del siglo XXI han muerto más de ciento cincuenta millones de personas en diversos conflictos. En los últimos ochenta años, la supuesta "más larga paz mundial" que conoció el orbe, no hubo un solo año con menos de cuatro guerras, desde 1945 se ha desencadenado unos doscientos conflictos bélicos de trascendencia mundial y millones de víctimas, muchos de esos enfrentamientos fueron guerras civiles en el "Tercer Mundo" influenciados por intereses económicos de las grandes potencias. 

La humanidad está en constante lucha armada, aunque pocas veces nos percatamos que somos manipulados por intereses económicos del complejo militar industrial.

En el siglo XIX el estratega militar von Clausewitz consideró la guerra como la "continuación de la actividad política pero por otros medios". En esa época los jefes nacionales utilizaban la guerra o la amenaza con ella como recurso "legítimo" para obtener concesiones de sus adversarios. Esa política ha ido desapareciendo desde que surgió la era del armamento nuclear, utilizar tales recursos resulta suicida, llevar las diferencias políticas de las grandes potencias al área militar significa guerra nuclear. Por ello, la guerra convencional es un medio cuya fase de "validez" transcurre en su momento oportuno. 

Reflexionemos sobre las palabras que escribió el ex presidente norteamericano Richard Nixon en su libro "LA VERDADERA PAZ. Una estrategia para Occidente": (Nixon no es precisamente un estadista digno de emular por su comprobada corrupción, pero sus razonamientos sobre la "paz armada" son correctas en el presente). Además de esa referencia, sobre este tema destacamos un libro didáctico, lleva por título “Disuasión nuclear: La Guerra Fría. Un estudio profundo y visual sobre una de las etapas más difíciles del siglo XX”, escrito por Juan Vázquez García, publicado en 2018. En síntesis, la Guerra Fría es la crónica del enfrentamiento de dos bloques militares y sus movimientos tácticos y estratégicos para ampliar sus respectivas zonas de influencia o para consolidar las que ya estaban bajo su control.

Antes de repasar algunos importantes puntos de vista de Nixon, es necesario conceptualizar ciertos términos muy frecuentes en el argot de las relaciones interestatales: disuasión y distensión.



La disuasión es el resultado de disuadir, es decir, hacer que alguien desista de algo o modifique su idea. Es una acción que se desarrolla con la intención de evitar otra considerada dañina o peligrosa.

En política exterior la teoría de la disuasión está siempre vigente, se aplica el postulado como "una estrategia para conseguir que un rival no inicie una determinada acción". Es muy común que la disuasión quede vinculada a la existencia de armas nucleares por la simple razón de que funciona como elemento disuasorio ante un eventual ataque enemigo. Suele decirse que "las armas nucleares siempre deben estar disponibles, pero nunca tienen que utilizarse". Conforme la teoría de la disuasión, "si un estado tiene la capacidad militar de destruir a otro sirve como disuasión para que otro país no realice ciertas acciones, aún cuando el primer estado no haga uso de su fuerza".

La disuasión nuclear apareció como estrategia militar inmediatamente finalizada la segunda guerra mundial, la Guerra Fría (1945–1991), sus repercusiones en la población estadounidense y europea por un lado, y soviética por otro, fue dramática, sobre todo en la conocida era del Macartismo y la caza de brujas "comunistas" en los Estados Unidos, imponiéndose infamemente el miedo a la población con alegorías escenificadas sobre el apocalipsis proveniente del "Imperio del Mal" (URSS).


En el ámbito de las relaciones entre superpotencias es común escuchar que las armas nucleares funcionan como un recurso de disuasión.

La distensión es otro término conocido en política internacional. Comprende rebajar el grado de tensión de las disputas entre estados o bloques de estados y eso se logra por medio de negociaciones, acuerdos o tratados entre estados o en conferencias internacionales. Generalmente creemos que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) es un eficaz instrumento de distensión, lo cual hoy ponemos en tela de juicio debido al desmesurado control que ejerce Estados Unidos sobre la Asamblea General y parte del Consejo de Seguridad. No obstante, la presencia de la ONU en el mundo ha evitado el innecesario derramamiento de sangre en pequeñas disputas regionales, mediante la formación de mesas de negociación. 

El mejor ejemplo de distensión entre Este-Oeste (URSS-EEUU) fue el giro fundamental  de Mijail Gorbachov a la política soviética por medio de la "perestroika", que a la postre condujo al fin de la Unión Soviética y de la Guerra Fría. El Pacto de Varsovia se desintegró, no así la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) que mantiene vigente el programa estadounidense de expansión hacia el Este de Europa lo que ha obligado la Federación Rusa a desarrollar una nueva política de disuasión (ya hemos desarrollado ese tema en otras ponencias, VER las notas a pie de página).

Volvamos a lo planteado.

 

La única opción para el futuro humano es la paz... pero no la paz idealizada por nosotros, los soñadores, sino la única que podemos aspirar como seres humanos en un mundo dividido.


Decía Nixon que "la paz es como una planta delicada. Ha de ser atendida y fertilizada constantemente si queremos que sobreviva. Si la abandonamos se agotará y morirá". La paz sobrevivió a duras penas en el siglo XX, se ha mantenido, pero está lejos de ser segura. El sostener una paz verdadera no es una carga sino un desafío en la era atómica. Es el material bélico quien representa fundamental papel como garante de la paz, paradójico, pero cierto. La disuasión militar, incluida las armas nucleares son parte esencial de una paz duradera; cuando cada bando tiene en su poder medios coercitivos poderosos, lo más probable es que los potenciales contrincantes se mantengan estables.

Una paz verdadera, al estilo de nuestra humanidad, permanece atenta a todo conflicto regional en cualquier parte del mundo, teniendo en cuenta además todas las tensiones políticas, sociales y económicas que originan diferencias. Nixon aseguró que "la verdadera paz involucra un proceso, un proceso continuado para fiscalizar y reprimir conflictos entre naciones en pugna, sistemas antagónicos y ambiciones internacionales conflictivas. La paz no significa el final de la pugna sino más bien un modo de vivir dentro de dicha pugna, y, una vez establecida, requiere constante atención o de lo contrario no sobrevivirá".


No hay que confundir la paz verdadera, real, con una paz perfecta, es un común y peligroso error, sueño de cierto idealistas que claman un mundo sin antagonismos, ese mundo nunca ha existido, ni existirá. 


La paz perfecta solo existe en el papel, añorando un mundo sin diferencias entre los pueblos, esta no tiene antecedentes, en la práctica carece de significado por persistentes y profundas contradicciones entre los hombres. "Si ha de vivirse una paz verdadera, ésta deberá coexistir con las ambiciones, el orgullo y los odios del hombre. Una paz que no tome en cuenta estos factores no podrá perdurar".

Una paz realista como consecuencia del momento actual, será conseguida por líderes coherentes y calculadores, buscando el interés de su propio estado, laborando por la paz en la mesa de negociaciones, debatiendo complejos temas en la diplomacia internacional. Ciertos idealistas sostienen que esta forma de liderazgo impide la paz, mantienen la esperanza que cuando llegue la paz perfecta, la fuerza, que ha impulsado la historia, desaparecerá.

Si queremos una paz verdadera debemos tener en cuenta que la condición humana demuestra insatisfacción de lo que tiene,  desea obtener otros réditos por cualquier medio, actuando así se terminará en un nuevo conflicto, si no somos capaces de dirimir las diferencias de manera pacífica. Los Estados recurren a la agresión cuando están seguros de lograr éxitos, contrariamente, eluden agredir si razonan que van a sufrir más pérdidas que beneficios. Consecuentemente, no debemos pretender cambiar el natural instinto del hombre, la única forma de tener una paz digna en este conflictivo mundo, es eliminando toda posibilidad de obtener beneficios de una guerra.


La paz armada es la única condición que prevalece en la actualidad entre las grandes potencias, el balance y equilibrio de fuerzas impide todo intento expansionista (aunque los beneficios de mantenerla enriquecen brutalmente al complejo militar-industrial).




Los partidarios del desarme creen que el mayor peligro es la carrera armamentista, dicen que la existencia de las armas es la causa de las guerras y no las tensiones políticas que conducen a su uso. Si queremos avanzar hacia una paz verdadera hay que aceptar que la guerra es el resultado de políticas no resueltas, nunca de la existencia de armamento. No es dable que se discuta sobre control de armas y desarme sin discutir a la vez los problemas existentes entre los estados.   

La segunda guerra mundial no fue producto de la carrera armamentista sino de las ambiciones territoriales; el rearme fue resultado de esas ambiciones no la causa de ellas. Igual acontece hoy, siendo el único medio de impedir una guerra nuclear el suprimir los arsenales atómicos, pero es imposible ese desarme total, por ser la fuerza disuasiva actual.  

Los partidarios del desarme siguen soñando con un 'gobierno mundial' que prohíba las armas atómicas, es utópico creer que una autoridad internacional va a solucionar los problemas entre las grandes potencias. Ese mito se propagó terminada la segunda guerra mundial, con las Naciones Unidas, pero al igual que la Sociedad de Naciones, las expectativas quedan en ilusiones. Es muy cierto que mientras más representaciones ante la ONU más grande es la arbitrariedad de criterios y ninguna potencia mundial va a discutir un tema que afecte sus intereses ante un foro en que puede ser derrotado por pequeños estados.

"El fracaso de la ONU demuestra que los problemas internacionales deben ser solucionados mediante negociaciones entre países soberanos, o de lo contrario nunca se solucionarán".

Se cree que se obtendrá una paz por medio del intercambio comercial, llevando a una coexistencia pacífica, nada más falso. Una paz por medio del comercio jamás ha logrado resultados ni antes ni ahora; los estados mantienen relaciones comerciales para obtener beneficios, un estado agresivo utiliza tales medios para cumplir sus objetivos, veamos el caso de las guerras mundiales en que lucharon entre sí estados que mantenían grandes relaciones comerciales, fueron más poderosas sus pretensiones territoriales que la paz sostenida por el intercambio comercial, estaban convencidos que se obtendría más provecho de la guerra que de la paz.

Se cree que la paz se alcanza por medio de la amistad y buenas relaciones entre líderes nacionales, que si los dirigentes se reúnen, se conocen mejor entre ellos, la paz se logra como lógica consecuencia, así como se obtiene la amistad entre los pueblos con tratados y convenios, esta es otra falsa premisa, afirmaba Nixon.

"La historia es un patético desecho de tratados rotos. Sin embargo, los ingenuos idealistas persisten en creer que las reuniones de alto nivel, las cenas oficiales, los pomposos brindis, los lagrimosos apretones, los abrazos y las solemnes ceremonias de firma de documentos son la esencia básica de la diplomacia. Depositan una gran fe en las buenas relaciones entre los jefes de estado y sus corazones se inflaman cuando, al leer las noticias de la noche, ven a dos 'antiguos' adversarios sonriendo y chocando sus copas". Frente al público, tales dirigentes aparecen como amigos unidos con el propósito de obtener la paz, pero tras las puertas cerradas deciden si el acontecimiento ha resultado un éxito o fracaso, vuelven a su verdadero papel de agresores y víctimas, vencedores y vencidos.

Los tratados de amistad no hacen variar los intereses de los estados, no expresan amistad permanente, no entregan nada sin recibir algo a cambio. Las buenas relaciones personales no significa buenas relaciones entre los estados. Entre los tratados de amistad y no agresión conocidos son pocos los que han perdurado, eso prueba la inmensa dificultad de conseguir acuerdos coherentes entre rivales.


Hoy debemos aprender a convivir con el arsenal nuclear, que existirá siempre, no hay que ignorarlos o pedir su destrucción total, es imposible que ello suceda, pero si podemos coadyuvar impidiendo que sean utilizadas. Hay que aprender a vivir con nuestros adversarios.


Han transcurrido un par de milenios y se esperaba, también, que la religión cambiaría la naturaleza humana reduciendo los conflictos, pero la historia lo desmiente, las más sangrientas guerras han sido las religiosas, hombres que oran al mismo Dios se han combatido y matado entre sí, produciendo millones de muertes en fratricidas guerras.


©Matt Chase  The Atlantic; Getty

En conclusión. La paz mundial resulta la mayor de las utopías, es posible conservarla si la tomamos como un compromiso, debemos evitar que la guerra sea más poderosa que la paz, se debe buscar reducción de la carrera armamentista a términos tolerables para no descuidar la salud, educación, vivienda y alimento de los pueblos.

 

No debemos jugar con la guerra, pero tampoco debemos dejarnos seducir por la idea de una paz absoluta. Una verdadera paz supone algo más que ausencia de guerra, una paz con justicia, en la que se adopte políticas sujetas a la realidad del momento, una combinación de disuasión y distensión.


La distensión sin disuasión conduce a confrontar la voluntad de los pueblos. El balance y equilibrio de fuerzas es la única perspectiva visible para la humanidad, para una real y verdadera paz, esto se refleja en la política de las grandes potencias, aunque hubo cierto periodo de desbalance tras la desaparición de la URSS.

Y ya que estamos en pleno siglo XXI, teniendo como los mayores antagonistas económicos mundiales a los Estados Unidos, China y Rusia, es evidente que nos aprestamos o ya estamos contemplando -sin darnos cuenta- una GUERRA ECONÓMICA GLOBAL. Sin embargo, en 1979 Jimmy Carter y el líder chino, Deng Xiaoping, firmaron un acuerdo secreto de no intervención militar que se ha ido renovando hasta 2021. Ese pacto es la base de toda esta dinámica que estamos viviendo y la famosa "Guerra de Aranceles" entre esas potencias no ha afectado el status quo. Lo mismo sucedió con los Acuerdos con Rusia. Pero... todo está cambiando en el gran tablero geopolítico mundial

Los miles de tratados de paz, cuyo promedio de duración no es superior a los dos años, se hacen y deshacen según las conveniencias del momento. Y el cambio de hoy se debe a que EEUU está perdiendo la guerra económica con China, y las duras medidas para revertirlo está privando a China el acceso a los mercados exteriores, sin los cuales China no podrá sobrevivir. Iguales medidas acontecen con el bloqueo económico a Rusia, negándosele el derecho a expandir sus bienes o libre comercio en el ámbito internacional. ¿Por qué? se preguntarán, la guerra rusa - ucraniana es el pretexto. La razón única es que Estados Unidos ya no puede manejarse como la única superpotencia económica y para volver a estar en la cúspide mundial debe enfrentarse a la competencia, primero mediante sanciones financieras, segundo a través de otros actores (Ucrania), luego... quien sabe...

Y hasta tenemos el irrefutable caso de la pugna económica entre los propios socios de la OTAN: estadounidenses, ingleses, franceses, alemanes y otros compiten hasta deslealmente por los mercados (auspician a diferentes bandos en guerra en África). Además, Occidente (Europa/EEUU), chinos y rusos disputan entre sí y tienen bien puesto el ojo en los recursos naturales africanos, que son la clave de este proceso (no pretendo salirme del  contexto de este artículo, además sobre lo dicho lo hemos discutido en otras entradas).

Reafirmando: Estados Unidos es quien verdaderamente amenaza la paz mundial con su intervencionismo financiero - militar a lo largo del planeta. La única forma para que opere la distensión dentro de la disuasión, manteniendo la "paz mundial", será posible si conseguimos que Estados Unidos (y sus socios europeos) se dignen permitir el libre desarrollo de China y Rusia en los mercados globales

Caso contrario, recuerden, la Tercera Guerra Mundial será económica (el resto es cuento para falsos patrioteros y saludos a la bandera).


"A menos que el hombre evolucione, una paz verdadera solo podrá constituirse reconociendo que lo más que podemos hacer es aprender a vivir con nuestras diferencias en vez de morir por su causa". (Nixon)

 

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Artículos de referencia en este blog

La negación de la historia. ¿Por qué la OTAN no cumple sus compromisos con Rusia?

La prensa "libre" apoya la estrategia militar occidental para la guerra

Invasión rusa de Ucrania... sí, pero, ¿por qué?

Descifrando la crisis chino-estadounidense

Estados Unidos, Rusia, China: La nueva guerra económica

25 febrero 2023

Mitos de la lucha nazi contra el tabaco. Verdades y mentiras


     Guerra relámpago contra el cáncer 
 

Parte I

por Tito Andino


Reflexiones generales 

Debemos iniciar puntualizando que no debe haber cabida para "glorificar" a Hitler y al nazismo por cuestiones de "higiene racial" debido a la campaña de oposición al consumo de tabaco ya que obedeció primordialmente a eso, causas raciales y no estrictamente a razones de salud pública. Por diversas causas tal fue el fracaso de ese impulso propagandístico que citaremos algunas:

- La propaganda antitabaco debía convencer a la población de lo insalubre que resultaba su consumo, hasta ahí bien; pero, entre otras cosas debía culpar a los judíos de ser los que introdujeron y fomentaron el vicio de fumar en Alemania, llegando a comparar ese hábito como algo común entre gente degenerada..., como los negros procedentes de África (según los nazis).




- Por experiencia humana, de poco suelen servir las prohibiciones, la Alemania nazi no fue la excepción. En la práctica, la gente estaba enganchada al tabaco, mientras más restricciones más aumentó el consumo. Los impuestos y el incremento de su precio no intimidaron al consumidor. Se habrán fijado en las películas ambientadas a la época de la República de Weimar como la totalidad de locales públicos, bares, restaurantes, discotecas, oficinas públicas, transporte eran una nube de humo provocada por el alto consumo de tabaco, y la gente ya era consciente del daño que producía.

- Los nazis no fueron el primer buen ejemplo para combatir el tabaquismo (cuyo "éxito" es más que dudoso). En los años de la "lucha por el poder", las Secciones de Asalto hitlerianas (SA) se financiaban, en parte, de la propaganda de las empresas tabacaleras alemanas.


Carteles de cigarrillos Trommler, la marca oficial de Sturmabteilung (SA), el brazo paramilitar del NSDAP. Los anuncios de estos productos eran elaborados por Sturm Cigarette Company de Dresde, fabricante de los cigarrillos Trommler, Alarm, Sturm y Fancy Neue Front. Después de la purga del Jefe de las SA Ernst Röhm en junio de 1934, el fabricante de Trommler and Sturmzigaretten, Dressler, perdió el favor y bajo su nuevo liderazgo, la SA firmó un acuerdo de comercialización con la firma Reemtsma, que comenzó a producir SA-Zigaretten en 1935, por el cual pagó a la SA 250.000 RM anuales.


- El efecto nocivo del consumo del tabaco ya era conocido desde la década de 1910, como las campañas del movimiento de reforma de vida en el estado industrial de Sajonia, "los opositores al tabaco intentaron frenar el tabaquismo o eliminarlo por completo. La prueba más antigua de los efectos del consumo de tabaco en el organismo humano se encontró en la fundación del Museo Alemán de Higiene y en la sede de la Asociación de Oponentes Alemanes del Tabaco. En la "Primera Exposición Internacional de Higiene", Dresde, 1911.

- Paradójicamente, en la Alemania nazi hubo restricciones a la publicidad del tabaco, podía anunciarse el producto, pero no fumar en sí mismo. Puede ser que la campaña antitabaco tuvo algún resultado positivo, pero, en general no fue tan bien recibida como se esperaba, gran parte de la población siguió fumando a escondidas al verse obligados a adquirir el tabaco de forma ilegal.

- Por sentado, no existió prohibición por razones de salud pública (restricciones), más bien eran recomendaciones de índole "higiénico racial" -para "arios", para germánicos puros-. No era nada raro encontrarse en restaurantes con carteles: "¡Las mujeres alemanas no fuman!"; o, "¡Se ruega a las mujeres que no fumen!". En teoría se "combatió" el fumar en el Tercer Reich


El tabaco, "oficialmente", no tenía cabida en el Tercer Reich. Aquí un cartel de propaganda nazi prohibiendo fumar en oficinas públicas estando de servicio.

- Joseph Goebbels, ministro de propaganda, cultura, etc., siempre reconoció que el consumo de tabaco (y café) era bueno para el estado de ánimo de la gente. Y, a pesar de los deseos de Hitler no existió un control rígido en lo político y de bienestar social referente a una "prohibición" del tabaco. Cuando la economía alemana mejoró, el régimen nazi permitió el consumo de diversos tipos de tabaco de mejor calidad

- Nicole Petrick-Felber en su libro "Kriegswichtiger Genuss. Tabak und Kaffee im Dritten Reich" (Disfrute de la guerra. Tabaco y café en el 'Tercer Reich') observó que la política de menos café y menos cigarrillos se hacía realidad entre los alemanes... por efecto de la guerra, las importaciones y la calidad del tabaco cayeron abruptamente y los cigarrillos se repartían de forma desigual, las fuerzas armadas tenían prioridad y, productos como el café solo se podía encontrar en la Wehrmacht.

- Para muchos opositores al nazismo el fumar fue un verdadero reto antifascista, ya que Hitler y Himmler eran confesos no fumadores. Un valioso artículo del medio español "La Vanguardia", "La cruzada nazi contra el tabaco", señala que la principal figura de la campaña era Hitler: “Nuestro Führer no fuma”. Se distribuyeron panfletos con el mensaje: “Hermano nacionalsocialista, ¿Sabes que tu Führer está en contra del hábito de fumar y piensa que cada alemán es responsable de sus actos y misiones frente a todas las personas, y que no tiene el derecho de dañar su cuerpo con drogas?”. Hitler era un buen ejemplo para dejar el cigarrillo, él lo había hecho durante su juventud, llegó a afirmar "que el nazismo podría no haber triunfado si no hubiera dejado de fumar".

- Pero, la triste realidad es que Hitler, a pesar de rechazar el tabaco, se transformó en un contumaz consumidor de otras drogas preparadas en "cocteles" del famoso Dr. Theo Morell (médico de cabecera de Hitler). Y, por otro lado, la metanfetamina Pervitin era repartida masivamente a las tropas de la Werhmacht.

“Hitler era antitabaco y solía decir que los nazis ganarían la guerra porque Hitler, Franco y Mussolini no fumaban mientras que Roosevelt, Churchill y Stalin eran grandes fumadores. Pensaba que el liderazgo de las potencias aliadas se debilitaría y permitiría a las potencias del Eje salir victoriosas”, apunta Robert Proctor, profesor de la Universidad de Stanford y autor de los libros "The Nazi War on Cancer" y "Golden Holocaust: Origins of the Cigarette Catastrophe and the Case for Abolition" (citado en La Vanguardia)  De ahí la preocupación para que los militares dejaran de fumar. “Los militares no debían fumar. Hitler en un momento dado dice que pueden perder la guerra por no impedir que los militares fumen”, expresa Proctor.


Soldados alemanes durante la Segunda Guerra Mundial, en una celebración con bebidas y tabaco (Corbis vía Getty Imagen, reproducida en La Vanguardia, artículo citado)


- Y es que los militares (y civiles) eran incorregibles. La campaña antitabaco de 1933 a 1937 fue un fracaso; al contrario, el consumo de tabaco en Alemania tuvo un rápido incremento, la tasa de fumadores en Alemania aumentó más rápido que en la vecina Francia, por ejemplo. Las empresas fabricantes de cigarrillos en Alemania no bailaban el mismo son que el führer, los industriales, muy a pesar de Hitler y algunos de sus secuaces, sabotearon la campaña antitabaco y calificaron al movimiento antitabaco como "fanático" y "no científico" (Robert Proctor). Desafiantes al führer la industria tabacalera utilizó a mujeres como modelos en sus avisos publicitarios​, las regulaciones gubernamentales parecían importarles poco. (Daunton y Hilton, 2001, p. 169, citados por Proctor)

- Las mismas SS fueron otro ejemplo del fracaso nazi para "educar" a sus reclutas en las leyes de "higiene racial". Heinrich Himmler se disilucionó muy temprano al observar repetidamente que sus jóvenes "arios" SS preferían la cerveza en grandes cantidades que la recomendación de beber agua mineral que enseñaban en las napolas y centros de formación de la élite SS.

- La misma orden personal de Hitler de prohibir fumar en las oficinas del NSDAP fue pasada por alto. Si un "camarada" adulto sano quería fumar o no, en última instancia dependía de él. ¿Por qué el pueblo debería practicar la renuncia mientras el fumador Joseph Goebbels y su mujer, el morfinómano Hermann Goering y el "borracho imperial" Robert Ley, jefe del Frente del Trabajo Alemán, se entregaban a sus conocidos vicios?


Cartel retocado de una campaña antitabaco de 1939 (se retocó la esvástica después de 1945, en el original estaba pintando la esvástica sobre la camiseta deportiva). Supuestamente, no se permitía hablar con mujeres, ni mostrar modelos a seguir para los jóvenes fumadores (Reproducción de La fiebre del tabaco en el Elba)


Hasta aquí algunas reflexiones sobre el tema. Demos paso al interesante artículo de Tracy Brown Hamilton.


Parte II

La olvidada campaña antitabaco de los nazis

El Tercer Reich veía el tabaco como una amenaza para la salud del "pueblo elegido".

por Tracy Brown Hamilton

Periodista con base en Amsterdam.




La conocida obsesión de la Alemania nazi por crear una raza aria superior condujo a muchas atrocidades. Pero de estos mismos motivos siniestros surgieron investigaciones que pueden haber tenido beneficios para la salud del pueblo alemán durante la Segunda Guerra Mundial: estudios sobre los peligros de fumar que llevaron a la campaña antitabaco más avanzada de su tiempo. Desafortunadamente, la campaña solo se preocupó por proteger la salud de los alemanes arios.


Portada del libro de Robert Proctor, en su versión alemana, traducido sería "Guerra relámpago contra el cáncer"

"La Alemania nazi estaba gobernada por una élite política consciente de la salud empeñada en la conquista europea y el exterminio genocida", escribe el investigador de Stanford Robert Proctor en su libro, The Nazi War on Cancer (La guerra nazi contra el cáncer), "y el tabaco en ese momento era visto como una de las muchas 'amenazas' para la salud de la gente elegida".

En 1939, el científico alemán Franz Müller presentó el primer estudio epidemiológico que vinculaba el consumo de tabaco y el cáncer. En 1943, un artículo preparado por los científicos alemanes Eberhard Schairer y Erich Schöniger en la Universidad de Jena confirmó ese estudio y estableció convincentemente por primera vez que fumar cigarrillos es una causa directa de cáncer de pulmón.

La investigación realizada por médicos alemanes también sacó a la luz los efectos nocivos del humo de segunda mano por primera vez, y acuñó el término "tabaquismo pasivo". Pero Proctor dice que los hallazgos no pueden separarse del contexto en el que se realizaron.

Según Proctor, el artículo de Schairer y Schöniger debe ser visto como "un documento político, un producto del enfoque ideológico nazi en el tabaco como una fuerza corruptora cuya eliminación serviría a la causa de la 'higiene racial'". La agenda nazi se centró en la idea de establecer y mantener una raza superior aria alemana que estuviera libre de enfermedades o impurezas, y el tabaco era solo una de las muchas influencias que podrían debilitar al llamado Übermensch.

"El nazismo era un movimiento de jóvenes musculosos y conscientes de la salud preocupados por cosas como la influencia de los judíos en la cultura alemana y los males del comunismo", dice Proctor, "pero también por los efectos perjudiciales del pan blanco, el asbesto y los colorantes alimentarios artificiales".


«No devoras -los cigarrillos- sino que ellos te devoran a tí». Cartel de propaganda en la Alemania nazi.


Según un artículo en Toxicological Sciences, antes de 1900, el cáncer de pulmón era extremadamente raro en todo el mundo, pero los incidentes de la enfermedad aumentaron dramáticamente en la década de 1930. Esto coincidió con la creciente popularidad del tabaquismo a partir de finales de la década de 1920, pero nunca se identificó un vínculo entre el cáncer de pulmón y el tabaquismo hasta que los científicos de la era nazi hicieron la conexión.

La investigación sobre los efectos nocivos del tabaco fue financiada por el Instituto para la Lucha contra el Tabaco, que fue establecido en 1941 y financiado por la Cancillería del Reich de Hitler. El Instituto fue dirigido por Karl Astel, un médico, oficial de alto rango de las SS y ferviente antisemita, según Proctor.


Una lata de tabaco Unser Kaiser de Tabalfabrik Yenidze Dresden. 1909-1915. (Fuente Stadtmuseum Dresden); y, un paquete de cigarrillos Flieger ("Airman"), una marca comercializada para los miembros de la nueva fuerza aérea alemana, la Luftwaffe. 

Entre otras cosas, el instituto de Astel financió y distribuyó folletos y artículos sobre los efectos nocivos del tabaco, incluida una colección de opiniones de Goethe sobre el tema. El instituto realizó una investigación sobre el daño potencial o las mutaciones que la nicotina podría causar al material genético de la raza superior.

Astel y sus científicos realizaron experimentos en humanos y animales, y entrevistaron a las familias de los fumadores que murieron de cáncer de pulmón. Pero las medidas antitabaco no se limitaron a universidades y laboratorios de investigación.


Sturm Zigaretten. El cliente del aire. (Luftwaffe)

Bajo el dominio nazi, Alemania lanzó la primera y más amplia campaña antitabaco de los tiempos modernos. Se desalentó fumar en el lugar de trabajo y se prohibió en los cines y en las escuelas. Los policías y militares no podían fumar en uniforme, y no estaba permitido vender cigarrillos a las mujeres en cafés y otros lugares públicos. La publicidad de los productos de tabaco estaba restringida.

"Los funcionarios nazis se movieron agresivamente en una campaña total contra el tabaquismo en la que el tabaco fue proclamado "un enemigo del pueblo", según Proctor. Hitler señaló con frecuencia que había dejado de fumar en 1919, y que sus compañeros fascistas Mussolini y Franco también eran no fumadores, a diferencia de los enemigos aliados Churchill, Stalin y Roosevelt.

De manera verdaderamente fascista, las advertencias contra fumar a menudo presentaban al propio Hitler, según Proctor, con declaraciones como:

"Hermano nacionalsocialista, ¿sabe que su Führer está en contra de fumar y piensa que cada alemán es responsable ante todo el pueblo por todos sus actos y omisiones, y no tiene derecho a dañar su cuerpo con drogas?" Según Proctor, la campaña también incluyó "asesoramiento psicológico, chicles de nicotina, métodos para hacer que los cigarrillos sean desagradables con enjuague bucal de nitrato de plata e inyecciones (de un químico) que se unió con compuestos en el tabaco para producir una sensación desagradable".


El favorito de las SA, Trommler zigaretten

Al mismo tiempo, el tabaco nunca fue prohibido en la Alemania nazi. Era una fuente de ingresos demasiado importante. Según Proctor, en 1941 los impuestos al tabaco constituían la friolera de una doceava parte de los ingresos del gobierno. En tiempos de guerra, esta fue una financiación importante.

La campaña contra el tabaco terminó con la derrota del Tercer Reich, y la investigación que vinculaba el tabaquismo con el cáncer se agrupó con las atrocidades de la Alemania nazi. En 1945, Astel se suicidó, temiendo que sus crímenes de guerra lo alcanzaran. (Según Proctor, Astel ayudó a organizar el programa de eutanasia que asesinó a 200.000 personas, además de participar en la "Solución final a la cuestión judía").

El Instituto para la Lucha contra el Tabaco fue cerrado después de la muerte de su fundador. Fumar en Alemania aumentó significativamente al final de la guerra, con cigarrillos estadounidenses y suizos inundando el mercado negro. Estados Unidos incluso envió cigarrillos a Alemania como parte del Plan Marshall.

Pero según Proctor, la prohibición nazi logró hacer algo bueno para un subconjunto de la población: las mujeres alemanas. Proctor estima que unas 20.000 mujeres alemanas evitaron las muertes por cáncer de pulmón, gracias al "paternalismo nazi, que desalentó a las mujeres a fumar, a menudo con la fuerza policial".

Según la investigación de Proctor, el documento preparado por Schairer y Schöniger fue ignorado en su mayoría por los científicos de la posguerra. Fue citado solo un puñado de veces en los años posteriores a la guerra. Incluso en Alemania, escribe Proctor, el documento era en gran parte desconocido.


Trommler zigaretten, financistas de las SA

Pasó casi una década después del final de la Segunda Guerra Mundial antes de que la Sociedad Americana del Cáncer publicara estudios que confirmaran el vínculo entre el cáncer de pulmón y el tabaquismo, y el riesgo de humo de segunda mano. En 1971, el epidemiólogo británico Sir Richard Doll fue acreditado y nombrado caballero por su investigación haciendo descubrimientos similares sobre el cáncer y el consumo de tabaco.

Aunque investigaciones posteriores indican que hubo alguna práctica válida en la ciencia nazi del tabaco, Proctor se apresura a decir que no pretende argumentar que debería celebrarse de ninguna manera. "El temor puede ser que al reconocer tal trabajo, uno podría de alguna manera dar crédito a los ideales o políticas nazis", dice: "Mi intención no es argumentar que los esfuerzos antitabaco de hoy tienen raíces fascistas, o que las medidas de salud pública son en principio totalitarias". Sin embargo, concluye que "la campaña nazi contra el tabaco fue tan fascista como las estrellas amarillas y los campos de exterminio".




NOTA del editor: Siempre será interesante profundizar en el escamoso tema del tabaco, por esa razón, apartándonos del contexto básico de este blog, propongo al lector continuar la lectura con un reflexivo análisis que topa desde aspectos científicos hasta cultura ancestral y misticismo. "La corrupción del espíritu del tabaco" es un aspecto conocido pero pocas veces discutido a cabalidad (en la siguiente entrega).

Lecturas recomendadas:

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