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21 febrero 2020

ARGELIA: la historia no tan secreta del colonialismo francés (2)




Neocolonialismo francés, "Argelia Libre", los "años de sangre", la nueva dictadura, la amenaza islamista.


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Introducción por el redactor del blog.

Para quienes se interesan por la historia del colonialismo europeo en África, sin duda, Argelia tiene un significado especial. Durante el periodo de independencia, precisamente Argelia experimentó uno de los procesos más violentos en el continente, el grado de represión llegó a límites insospechados. Francia se negó a concederles independencia, los EEUU y la OTAN se alinearon con París, temían por el advenimiento de un régimen de corte comunista. Pero tras la proclamación de independencia en 1962, nada cambió, Francia siguió manejando los hilos del destino del país magrebí a través de los testaferros de la política, la clase militar y usando una de las armas favoritas de la OTAN, la violencia islamista.

Argelia se "liberó" en 1962, pero en la práctica nunca han experimentado una verdadera democracia, mucho menos libertad, otras fuerzas coaccionadas con la Metrópolis francesa formaron una nueva casta de poder, una dictadura (a veces civil,  a veces militar) que ha sembrado lo mismo de la etapa independentista, un "baño de sangre", pero esta vez con la irrupción en el escenario de grupos yihadistas.

Y eso sucedió no solo en Argelia, la mayor parte del Sahel (norte y centro de África) sigue siendo llamado la "Francáfrica", donde antes y ahora se mantiene -con las excepcionalidades de la época- el colonialismo imperial francés. Francia nunca ha dejado de manejar el destino de la región, es la "autoridad" a la que se consulta en caso de disputas en la zona. Aquí entra en juego un aliado valioso para los intereses de París, el yihadismo, el terrorismo islámico garantiza que Francia despliegue miles de efectivos militares en la región para "contener" a los radicales. Sensacionalistas notas de prensa, por ejemplo: "Francia arma un muro de contención al terrorismo islámico del norte de África" (Infobae, 9 feb. 2020) coadyuban al objetivo único: controlar económica, política y militarmente el Sahel por encontrarse bajo "amenaza del ISIS y otras fuerzas yihadistas". Como un acto de "bondad", el gobierno francés (Macron) "asume un incómodo liderazgo en sus ex colonias". El pretexto del gobierno galo es evitar la expansión del yihadismo en el Sahel; defender sus antiguas colonias de ultramar y la frontera sur de Europa; velar por su seguridad interna porque en el Sahel "está el origen de algunos de los terroristas que atentaron en Francia en los últimos años". Son más de cinco mil los militares desplegados en la zona, como centro de operaciones está Mali. Qué tan cierto son esas afirmaciones del estado francés que la prensa atlantista hace eco?. Lo comprenderemos a continuación. 

En una notable ENTREVISTA el historiador y periodista francés Lounis Aggoun (nacido en Argelia), autor del libro "La Colonie française en Algérie. 200 ans d’inavouable" (Argelia, colonia francesa. 200 años de algo inconfesable; editorial Demi Lune, 2010), denuncia "las nefastas implicaciones de personalidades mediáticas y políticas francesas en los asuntos argelinos, su apoyo a las facciones que boicotearon el proceso democrático en Argelia, con todas las violencias y sufrimientos que ha generado". Aggoun es coautor, junto a Jean-Baptiste Rivoire de Françalgérie, del libro "Crimes et mensonges d’États, La Découverte" (2004) que relata los pormenores de la guerra sucia en Argelia. 

Bien cabe recordar a nuestros lectores, las ponencias y entrevistas que publicamos en este blog sobre las investigaciones de Daniele Ganser, el paralelismo es el mismo; mejor dicho, la Guerra Secreta de Francia en Argelia era parte de la estrategia de la tensión, de la lucha de los ejércitos secretos de la OTAN contra un enemigo invisible -el comunismo-. Era la época de la "Guerra Fría" y la caza de brujas estaba en pleno auge.

Silvia Cattori, de quien también hemos publicado algunos de sus trabajos, entrevistó a Lounis Aggoun. He intentado realizar un compendio, preciso y sustancial de aquella larga entrevista realizada en 2010, ya que el material es amplio respecto a esa dura etapa histórica para lograr la independencia de Argelia y la posterior "guerra" contra el yihadismo.  

La entrevista original, conforme su formato, fue presentada en dos partes tituladas: "Argelia, los años de sangre y las complicidades de Francia"; y, "Argelia, los años de sangre y el papel de los agentes de influencia". Evidentemente el francés fue el idioma de las publicaciones, la entrevista fue traducida al castellano en octubre de 2010 por Beatriz Morales Bastos. También es necesario señalar que prestigiosas redes alternativas de noticias acogieron este esclarecedor documento: Rebelión, Red Voltaire, Global Research, Webislam, entre otras. 

Entonces, el lector se preguntará para qué reeditarla nuevamente? La respuesta es sencilla, ha transcurrido una década de la aparición del libro de Aggoun, sin que hayamos tenido la suerte de tenerla en castellano; y, sobre todo, porque Francia (y la UE) decidieron volver al ataque para "reconquistar" sus ex colonias africanas, tal como lo analizamos en "La Unión Europea, África y el neocolonialismo". 

En realidad,  la imposición colonial bajo la denominación común de "neocolonialismo" nunca ha dejado de estar vigente en África. El último proceso electoral en Argelia lo demuestra, Francia se inmiscuyó tratando de evitar que Abdel Mayid Tebbún sea electo presidente de Argelia en diciembre 2019 (tal como dejamos sentado en el artículo anterior). 

Respecto a la entrevista, tomamos las notas de presentación de Red Voltaire (2010) que resume esta entrevista: 

La independencia no permitió a Argelia salir de la violencia, lejos de eso. No se devolvió el poder al pueblo, sino que un grupo inicialmente elegido por Francia para proteger sus intereses lo acaparó. Para mantenerse, este grupo no dudó en manipular a unos islamistas y en sumir al país en un nuevo ciclo de violencia. En una documentada obra, «Argelia, colonia francesa. 200 años de algo inconfesable», Lounis Aggoun denuncia un sistema elaborado por unos argelinos con el apoyo de Francia y después de Estados Unidos en detrimento de todo un pueblo (Argelia, los años de sangre y las complicidades de Francia)

Los crímenes cometidos por el régimen militar que gobierna Argelia han sido tapados bajo la etiqueta de lucha contra el terrorismo, crímenes que han sido blanqueados o ignorados en la prensa internacional por los agentes de influencia. En el corazón de este dispositivo podemos distinguir quiénes son esos marionetistas (Jacques Attali, Bernard-Henry Lévy, etc.) y sus espadones mayordomos menos escrupulosos (Yasmina Khadra, Daniel Leconte, Xavier Raufer, Mohamed Sifaoui etc.). (Argelia, los años de sangre y el papel de los agentes de influencia)

T. Andino



Entrevista con Lounis Aggoun
por Silvia  Cattori

"Argelia, los años de sangre y las complicidades de Francia"

Lounis Aggoun y su libro

➤  Sivia Cattori: "Argelia, colonia francesa. 200 años de algo inconfesable" es impresionante. 600 páginas densas y cautivantes que se basan en una amplia documentación y que hablan con empatía de un pueblo maltratado, al que se ha puesto de rodilllas. Se comprende que es el relato de un hombre herido por el sufrimiento de su pueblo y decidido a enfrentarse a esta realidad brutal, a la realidad. ¿Es así como lo vive usted?

Lounis Aggoun: No quiero mezclar mis escritos con el desbordante raudal de contrasentidos y controversias en los que consisten las obras sobre Argelia. ¿Cómo no sentirse herido cuando se es testigo permanente del espectáculo de su pueblo martirizado? ¿Cómo no sentirse indignado después de ver al tirano investirse de virtud y presentarse como el garante de la libertad, de ver al violador, al ladrón, al canalla, en suma, todo lo que hace el Estado argelino, venir cotidianamente a asestarnos lecciones de moral? En el drama argelino no hay término medio. Por una parte está el territorio de los colonos (los nuevos, se entiende) y por otro el de los colonizados, que viven una realidad espantosa. ¿Podemos dedicarnos simplemente a nuestras obligaciones una vez que se ha tomado conciencia de esto? Por más que lo intento no lo logro.

➤ Silvia Cattori : Usted afirma en el libro que la historia reciente de Argelia, de sus relaciones con Francia, es muestra de una permanente mentira. Al querer preservar a cualquier precio sus intereses estratégicos en Argelia, ¿verdaderamente obró Francia de manera que después de 1962 Argelia no pudiera acceder a la plena posesión de su soberanía? ¿Para Francia, Argelia valía más que otras ex-colonias?

Lounis Aggoun : Las cosas no se presentan de una manera tan maniquea. Dicho esto, es conocida la obra falsamente liberadora del general de Gaulle en África. ¿Cómo creer que haya concebido en Argelia el proyecto contrario al que era el suyo en el resto del continente? Esto no quiere decir que les deseara el mal a los argelinos, lejos de eso. Pero entre su proyecto de una Argelia independiente pero en manos de un poder garante de los intereses franceses (sus propias palabras dan testimonio de ello) y la concretización de ello (una abominable dictadura que exacerbó todas las ignominias de la ex-colonia) hay un margen y un río de sangre. Los argelinos son responsables de los abusos del gobierno tras el alto el fuego del 19 de marzo de 1962 (sean cuales sean las influencias externas, que son reales). Pero la mentira original (que difunden los mismos que pretenden militar por la verdad y la historia) consiste, medio siglo después, en negar que en el punto de partida está la voluntad por parte del poder francés de infiltrarse en la administración argelina. Después es trivial afirmar que el aprendiz de brujo perdió el control de su diabólica criatura.

Los creadores de opinión podrán seguir pretendiendo (no me hago ilusiones) que Francia no tienen nada que ver en el desastre argelino tras la independencia y que quienes afirman lo contrario no son sino unos excitados inmaduros; los hechos son abrumadores y prevalecerá la demostración.

➤ Silvia Cattori : ¿ La afirmación de que la Independencia vino seguida «de una primera década de eliminación de las elites y de infiltración» deja en mal lugar la visión romántica que vigente durante las décadas de 1960 y 1970 de una Argelia socialista triunfante, admirable, completamente comprometida con los movimientos de liberación, dotada de brillantes diplomáticos, avalada por una destacable política exterior? ¿Era una visión completamente equivocada? ¿Puede explicitarlo?

Lounis Aggoun : En la escena internacional y la realidad que se imponía al pueblo argelino hay una diferencia como de la noche al día. Y como en toda ilusión, la desilusión es tanto más dolorosa cuanto más hermoso es el sueño. Por lo que se refiere a los brillantes diplomáticos (y no se trata de decir que no los hubo), sólo sirvieron de apoyo a unos políticos que estarían implicados en crímenes contra la humanidad si la justicia internacional pudiera estudiar la cuestión. Por lo demás, la respuesta a su pregunta es simple: se puede medir fácilmente la calidad de esta administración con el hecho de que uno de sus miembros más eminentes, Abdelaziz Buteflika, se convirtió en presidente en 1999, casi cuarenta años después de abonar el terreno para la dictadura argelina y que en este mismo momento prosigue su obra devastadora. Siempre hay que desconfiar de las historias románticas. La vocación de la elite es no sumirse en ellas. Ahora bien, observadores y comentaristas de todo tipo siguen propalando las sandeces que justifican el mantenimiento en el poder del que pretende ser la oposición.

➤ Silvia Cattori : Sin duda usted tiene razones que le permiten asociar a Ahmed Ben Bella con Boumédiène y Bouteflika. Ben Bella, invitado a la tribuna principal y muy aplaudido, como pude constatar en el Foro Social Europeo (FSE) en Florencia, Italia, en noviembre de 2002, sigue siendo muy apreciado. ¿Qué tiene en común con ellos?

Lounis Aggoun : Ben Bella es el hombre que confiscó a los argelinos la libertad. A ese título, asume la mayor responsabilidad en la desgracia de su pueblo. No recuerdo haber oído de su boca un inicio de autocrítica desde que fue destituido, al contrario, cada vez que interviene es para agobiar a los mejores cuadros políticos de la revolución y para justificar la suerte que les ha sido reservada (con frecuencia sus asesinatos). Son muchos en la esfera de influencia comunista quienes tras haber sido engañados apoyando a Stalin (antes de resituarse en la Resistencia) después de 1956 votaron a favor de otorgar poderes especiales al ejército (para actuar en Argelia, de la misma manera apoyarán otra guerra sucia en 1992 pretendiendo querer salvar a los argelinos de sí mismos y tomando el relevo de una política completamente genocida, llamada sin complejos "erradicación"), creyeron rehacerse una virginidad apoyando al poder totalitario que se instalaba en Argelia. Convirtieron este apoyo en la obra positiva de sus vidas. Por mucho que ahora se les ponga en evidencia, prefieren mirar a otra parte.

Su pregunta merece ser ampliada. Cuando se descubren los horrores del actual poder, en comparación los crímenes del anterior parecen veniales (los 200.000 muertos de la década de 1990 son un crimen de masas imborrable, pero las vías destructivas en funcionamiento en aquel momento tendrán a largo plazo las más graves consecuencias). A fin de cuentas, viendo la década de 1990, considerada en perspectiva la de 1980 con Chadli parece bastante suave. Y si se tienen en cuenta los horrores de la década de 1980 de Chadli, el reino de Bumedian parece ser muestra de la edad de oro de la independencia argelina. Por lo tanto, conociendo las abominaciones del régimen de Bumedian, la era de Ben Bella (en la que, sin embargo, se fundó la dictadura) parece ser muestra de una época de ensueño. Además de que el tiempo calma los horrores engendrados por los sucesivos poderes, esto traduce el inexorable descenso a los infiernos de los argelinos



Ex gobernantes argelinos, de izquierda a derecha: Ahmed Ben Bella, el primer presidente de la República Argelina Democrática y Popular tras su independencia en 1962 (al final del gobierno provisional de Ferhat Abbas), el 15 de septiembre de 1963 - depuesto por un golpe de estado el 19 de junio de 1965. Houari Boumédiène, su nombre real es Mohamed Ben Brahim Bou Kharouba, en castellano lo conocemos como Houari Boumedian. Presidente de Argelia entre 1965-1978. Chadli Bendjedid, Presidente entre el 9 de febrero de 1979 y el 11 de enero de 1992. Fue oficial del Ejército francés, desertó para unirse al FNL (Frente Nacional de Liberación), guerra de independencia. Fue Ministro de Defensa de Boumedian entre noviembre de 1978 a febrero de 1979, nombrado Presidente del país a la muerte de Houari Boumedian.


➤ Silvia Cattori : Todos los capítulos de su libro son apasionantes y merecen ser debatidos. En particular me gustaría hablar con usted de estos acontecimientos que usted describe con precisión y que desde 1988 preparan lo peor. Creo que pocas personas saben lo que ocurrió verdaderamente durante estos «años de sangre». Todo esto es extremadamente abrumador. ¿Hasta qué punto el rosto de Argelia ha quedado trastornado para siempre? ¿Cuando se podrá decir que todo esto pertenece al pasado?

Lounis Aggoun : Un pueblo enjaulado, eso es lo que son los argelinos hoy. Para escapar, hombres y mujeres liquidan todos sus bienes para poder comprar un hipotético pasaje a Europa en barcos destartalados que se hunden en alta mar o en barcos en los que corren el riesgo de ser arrojados por la borda por unas tripulaciones que no desean tener problemas con los servicios de inmigración de los países en los que atracan. Si el alma del pueblo argelino se desvive por escapar de la furia, el paisaje en el que evoluciona la población ha sido totalmente destruido.

Los argelinos deseaban la libertad, se les ha sumido en la dictadura. Quisieron imponer la democracia en 1988 y se les sumió en el horror. Hoy sólo conocen enemigos: quienes se pelean a las puertas de su casa para acaparar las riquezas (petróleo, gas, minerales …) que oculta su subsuelo. Hay también quienes venden armas al régimen que los asesina. Quienes querrían salvarles de su supuesta propensión a la barbarie y que experimentan con ellos el arsenal del terror. Quienes les acusan de todas las desgracias del mundo y que en nombre de ello se arrogan el derecho a machacarlos. No olvidemos a los medios de comunicación y a las elites occidentales que desinforman al respecto cuando hablan sobre ellos y que se volatilizan cuando se vuelve imperativo defenderles.

En diez años se descubrirá que las operaciones que se llevan a cabo hoy (por parte de un gobierno al que se recibe con gran pompa en los salones occidentales) son muestra de crímenes contra la humanidad. Y entonces se asistirá no a la condena de estos crímenes sino a la elaboración de nuevos crímenes aún más abominables que impedirán a la opinión pública occidental abordar en detalle los de hoy. Y, por consiguiente, hoy en día, naturalmente, para evitar que se traten los crímenes de la década de 1990, el poder está tratando de corromper a la población en lo que ésta tiene de más íntimo, sus engranajes sociales. Y en las columnas de los medios de comunicación franceses se retrata a este país que le estoy describiendo como El dorado económico, un ejemplo de democracia.

➤ Silvia Cattori : Hoy ha quedado claro que el Grupo Islámico Armado (GIA) era una emanación de los servicios de seguridad argelinos, una «organización tapadera». ¿Estaba claro para usted en la década de 1990?

Lounis Aggoun : Estaba claro para quienes habían escapado de las masacres desde el mismo momento en que enterraban a sus allegados. Pero, ¿qué vale la palabra de un torturado cuando nadie consiente en escucharlo, ni siquiera en entenderlo? Basta con no perder lo que es propio del ser humano, la facultad de razonar, para saber que si ciertos atentados eran, efectivamente, obra de islamistas radicales, los más emblemáticos, los que tuvieron mayor repercusión en Occidente, eran demasiado beneficiosos para el régimen y sólo para él como para no ser sospechosos: era esencial que no se hicieran preguntas sobre la identidad de quienes verdaderamente los habían ordenado. Pero, para qué sirve saber, para qué sirve incluso que todo el mundo lo sepa si las únicas palabras que se oyen en los medios de comunicación franceses hoy, diez o veinte años después de los hechos, repiten la misma cantinela falsa. Quienes hace quince años afirmaban ya que los emires más sanguinarios, por ejemplo, Djamel Zitouni y Ali Touchent, eran agentes del DRS (siglas en francés de Departamento de Información y de Seguridad) son algunos de los grandes responsables de los servicios de seguridad franceses. Es un secreto a voces. Esto no impide a los medios de comunicación hacer como si nadie lo supiera y soltar contrasentidos en todo el periódico.

➤ Silvia Cattori : Quienes están al corriente de estas prácticas secretas que son muestra de la «estrategia de la tensión» que utilizan los Estados a espaldas de sus ciudadanos saben o pueden comprender inmediatamente que todo lo que usted describe y que parece pertenecer a lo inimaginable, por desgracia es muy real, a saber, que un puñado de generales argelinos sumieron deliberadamente a su propio país en el caos con el objetivo de acusar al Frente Islámico de Salvación (FIS) y que la «guerra de erradicación» contra los islamistas tenía unos móviles ocultos. Pero, ¿cómo podría imaginar el gran público, que está desinformado e ignora todo de estas maquivélicas estrategias, que los culpables no son islamistas sino los generales que los manipulan? ¿Sabe el pueblo argelino lo que verdaderamente se trama?

Lounis Aggoun : En primer lugar, para que una gran mentira sea viable debe basarse en una parte de verdad. En Argelia siempre ha habido y hay islamistas radicales. Hay islamistas que desean sumir al país en el terror. Hay islamistas que desearían reeditar las «hazañas» de la generación de 1954 contra el colono interior. Pero, como en toda sociedad, son una ínfima minoría a la que los resortes democráticos existentes habrían podido confinar en esta dimensión marginal. El poder, cuyas detestables intenciones se han confirmado, planificó (se trata de una premeditación y no de algo descontrolado) injertarse en esta minoría, a la que hizo crecer con sus propios efectivos, para empujar a los islamistas no a la moderación sino al radicalismo. A título de ejemplo, el " majliss echoura " del FIS, su instancia dirigente, pasó a estar en un momento dado bajo el control absoluto del DRS; algunos de sus dirigentes son hoy ministros de Buteflika o diputados y ofrecen el país al saqueo internacional. De todos los dirigentes de primera fila sólo Ali Benhadj era sin lugar a dudas un hombre sincero.

¿Cómo escapar a esta desinformación? Los argelinos lo saben y no se dejan engañar. Evidentemente, no hablo de los argelinos que frecuentan los periodistas u hombres de negocios franceses en los bares de Alleti o Aurassi y para los que la vida es bella. Hablo de la Argelia profunda, de la Argelia de tercera fila. Por lo que se refiere a los europeos que desean librarse de la ceguera saben que hay que leer y escuchar. Yo añadiría que «los franceses de la Francia profunda» padecen hoy los mismos ataques por parte del Estado francés y son víctimas al mismo título que los argelinos. Por ello, decir la verdad, toda la verdad, cuando se la conoce y siempre que se presente la ocasión es una operación de higiene pública que supera el marco de Argelia. 

Pero hay que examinar su pregunta con más perspectiva. En una manipulación no haya que confundir manipulador y manipulado(s), lo mismo que hay que distinguir al desinformador de las personas a las que engaña. No hay que caer en este defecto argelino que consiste en acusar a la víctima de ser víctima. No creo que al pueblo le guste que le mientan. La mayoría de los «guardianes de las líneas editoriales» que me han llamado para escribir se han apresurado a ponerme salvaguardas. Me han reprochado decir demasiado, describir una verdad demasiado cruda. En definitiva, me piden maquillar la verdad para, según creen ellos, no asustar al lector. ¿Acaso ignoran que la menor brecha en una verdad la envenena y mata?


Logos de El Grupo Islámico Armado (GIA) y del Frente Islámico de Salvación (FIS). El GIA se formó tras el golpe militar de 1992 e internamiento de miles de funcionarios del FIS, luego que ganara las elecciones parlamentarias en diciembre de 1991. El GIA fue dirigido por diferentes emires que iban siendo arrestados o asesinados uno tras otro. El GIA perseguía desestabilizar al gobierno y su lema era: "sin acuerdo, sin tregua, sin diálogo". El grupo creó la inseguridad general mediante secuestros, asesinatos y bombas contra  fuerzas de seguridad y civiles. Hizo presencia fuera de Argelia (Francia, Bélgica, Gran Bretaña, Italia, Estados Unidos). El Frente Islámico de Salvación FIS fue un partido político islamista argelino, con dos líderes principales. Abbassi Madani y Ali Belhadj. En las elecciones de gobierno locales (1990) obtuvo más de la mitad de los votos válidos. Cuando parecía ser el ganador de las elecciones generales en enero de 1992, un golpe militar desmanteló al partido e internaba a miles de sus funcionarios en el Sahara. Algunos líderes del FIS querían establecer un Estado Islámico y eliminar la lengua y la cultura francesa. Por un lado, Madani condenaba la violencia "de donde sea que viniera", partidario de la democracia y respeto de las minorías. Belhadj, por su parte, expresaba: "No hay democracia en el Islam"  y "Si la gente vota en contra de la Ley de Dios ... esto no es otra cosa que blasfemia. El ulama ordenará la muerte de los delincuentes que han sustituido su autoridad por eso". Aclarando que en la actualidad Argelia cuenta con otras organizaciones yihadistas como el al "Qaeda en el Magreb Islámico" (AQMI)


➤ Silvia Cattori : Durante estos años de represión salvaje François Mitterrand estaba en el poder en Francia. No parece que usted haya apreciado las implicaciones de su gobierno en este asunto. ¿Favoreció este gobierno la política de estos generales argelinos que multiplicaban las operaciones sangrientas contra su pueblo? ¿Las consideró realmente "la muralla defensiva contra el islamismo radical del FIS"?

Lounis Aggoun : La coartada de la "muralla defensiva contra el terrorismo" es cómoda. Es una burda artimaña para enmascarar secuestros a gran escala. La responsabilidad de François Mitterrand es monumental. Lo he demostrado. Pero Mitterrand es un hombre y la política es obra colegiada. Presidió gobiernos de izquierda y de derecha: de todos los políticos que le han rodeado no son muchos los que pueden jactarse de haber mostrado un sentido del honor concerniente a las relaciones con Argelia. Si la responsabilidad es compartida, la de François Mitterrand rebasa todos los límites en el sentido de que él tenía el poder de actuar en un sentido noble y sistemáticamente actuó de forma detestable. 

Dicho esto, no hay que minimizar los peligros del islamismo radical. Y muchos de los ex-dirigentes del FIS (aquellos que aspiraban a devolver al pueblo argelino su dignidad) tienen una enorme responsabilidad por haber contribuido, por descuido, a sumir al país en el caos. Pero, veinte años después de los hechos se siguen parapetando en el silencio y se niegan a aportar el testimonio que podría ayudar a los observadores a comprender mejor la historia reciente de su país. En otras palabras, se niegan deliberadamente a ayudar a su pueblo a conocer la verdad que les permitiría librarse de los tiranos que padece. Ejemplo entre otros, es más que evidente que su jefe, Abassi Madani, trabajaba hombro con hombro con el DRS

 Silvia Cattori : El Eliseo no podía ignorar que los atentados que causaban miles de muertos estaban controlados por los servicios secretos argelinos. ¿Qué interés tenía Francia en acabar con el proceso de democratización en Argelia y en utilizar la instrumentalización de la amenaza islamista?

Lounis Aggoun : La respuesta a su pregunta daría para escribir un libro, es el que acabo de publicar. El interés de Francia y de François Mitterrand no es algo a lo que se pueda responder puntualmente por medio de una afirmación o una negación. Es cuestión de dinámicas, de engranajes, de realpolitik, de depredaciones económicas, de chantajes, de prejuicios, de un espíritu de revancha mal consumido, a veces de miedo, etc. Además, no hay que confundir el interés de Francia con el de sus gobernantes. Cada día que pasa se demuestra que son incluso antinómicos.

➤ Silvia Cattori : Por consiguiente, ¿las potencias occidentales permitieron a los generales argelinos abrir las puertas del infierno por no haber aceptado que prosiguiera el proceso democrático en Argelia y haber aprobado la irrupción por la fuerza del acceso al poder del Frente Islámico de Salvación (FIS)?

Lounis Aggoun : Una vez más, las dinámicas y los engranajes en funcionamiento se extienden durante años, durante décadas. Si se hubiera explicado a los dirigentes franceses que la interrupción de la democracia en Argelia en 1991 engendraría la década mórbida que se produjo después, sin lugar a dudas se lo habrían pensado dos veces. Pero el arte de un manipulador es hacer que las decisiones y los actos que pide ratificar o apoyar oculten las consecuencias que se desprenderían de ellos. Una vez que se revelan las consecuencias es demasiado tarde, hay que arreglárselas con la realidad y evitar que las cosas empeoren y, por consiguiente, apoyar a una dictadura a la que basta con presentar como una muralla defensiva contra lo peor.

Desde hace 20 años se pretende que la democracia en Argelia va a llevar a los islamistas al poder. Nada es más falso. Cuando su movilización era más fuerte, es decir, en el momento en que el régimen neutralizó a todas las fuerzas democráticas y ayudó al FIS a estructurarse, la popularidad que gozaban los islamistas no superaba el 30 %. En junio de 1991 unas elecciones legislativas deberían haber llevado al poder a una coalición democrática. Los generales argelinos simularon una guerra civil que duró una noche para acabar con el proceso democrático y eliminar al único gobierno que había actuado en interés del pueblo argelino, el gobierno Hamrouche. En cuanto se interrumpió el proceso democrático (con la aprobación del poder francés), el DRS designó un gobierno que tenía el objetivo de lanzar otro proceso electoral con el fin de que ganara el FIS y justificar el final de la democracia que no merecía el pueblo. Después de seis meses de una manipulación gigantesca el general Larbi Belkheir, artífice de esta operación, anuncia esta victoria cuidadosamente planificada de los islamistas. Sabemos lo que ocurrió después.

➤ Silvia Cattori : Después de la desaparición de Larbi Belkheir y Smaïn Lamari, ¿qué ocurrió con las relaciones entre el régimen de Buteflika y el Eliseo? ¿Y con las actas que se han atribuido a Al-Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI)? ¿Qué se oculta tras este nombre?

Lounis Aggoun : La respuesta a su pregunta se reduce a una frase: el AQMI y el DRS son una misma organización y todo lo demás es literatura. Los sinsabores de Francia con el poder argelino provienen de que sus agentes más fieles (Larbi Belkheir y Smaïn Lamari) murieran respectivamente en 2010 y en 2007. Por lo tanto, Francia se encuentra con un interlocutor que no tiene la misma disposición respecto a ella. El actual amo del régimen, Tufik Mediene, prefiere jugar otras bazas, estadounidense, china, etc. Esta guerra subterránea es lo que en el terreno se traduce en secuestros y en las continuas humillaciones infligidas por el AQMI (el DRS) a Francia. Lo peor es que ni los políticos ni los periodistas, que han practicado permanentemente la mentira, pueden explicar los verdaderos entresijos. Y lo que encontramos en todos los platós de televisión es a los expertos-impostores de siempre, manipuladores para los que la vida de los rehenes tiene un valor ínfimo.


ARRIBA: Logo del DRS (Département du Renseignement et de la Sécurité) Departamento de Inteligencia y Seguridad de Argelia. Su existencia data desde la lucha por la independencia. En 2016 fue disuelto por el presidente Abdelaziz Bouteflika y reemplazado por la Dirección de Servicios de Seguridad. Vendría a ser el equivalente francés de la Dirección General de la ‎Seguridad Externa (DGSE - Direction Générale de la Sécurité Extérieure; o de la Dirección General de Seguridad Interna (DGSI - Direction Générale de la Sécurité Intérieure). El AQMI o Al-Qaeda en el Magreb Islámico es una organización islamista de Argelia (filial de al -Qaeda ) su objetivo es luchar contra el gobierno argelino e instituir un estado islámico. Tuvo su origen como Grupo Salafista de Predicación y Combate (GSPC). Sus actividades se han expandido a países fronterizos con Argelia. ABAJOLarbi Belkheir, Mayor General del ejército y político argelino, colaborador del presidente Chadli Bendjedid del cual fue Jefe del Consejo Superior de Seguridad, Secretario General de la Presidencia y Jefe del Gabinete, entre octubre de 1991 a julio de 1992 fue Ministro del Interior. En 1992 ayudó a liderar el golpe militar que depuso a Chadli Bendjedid, iniciándose la Guerra Civil. En 1999, ayudó a Bouteflika a convertirse en presidente, en octubre de 2000 fue designado Jefe de Gabinete (murió el 28 de enero de 2010); Mayor General Smain Lamari, fue jefe del servicio de inteligencia argelino, del Departamento de Contraespionaje y Seguridad Interna. (Smain Lamari murió en 2007).  Los generales Mohamed Lamari, Khaled Nezzar, Larbi Belkheir, Smain Lamari y "Tufik" Mediene fueron los generales argelinos más influyentes en la política argelina, junto a otros militares han sido llamados la "Mafia de los generales argelinos". 

➤ Silvia Cattori : En muchas ocasiones usted vuelve sobre el papel de Jack Lang, Hubert Védrine, Jean-Louis Bianco, Jacques Attali. ¿Por qué son particularmente censurables estos personajes, tan presentes todavía hoy en los medios de comunicación?

Lounis Aggoun : Algunos de estos hombres son buenos consejeros del poder en la sombra en Argelia, en torno a Larbi Belkheir. Por lo tanto, en diferentes grados son los arquitectos de la obra de este hombre: la destrucción de Argelia y de que se haya devuelto a su pueblo a los tormentos de una colonización peor que la colonización y que no osa decir lo que es…


"Argelia, los años de sangre y el papel de los agentes de influencia".


Al Qaida en el Magreb Islámico (AQMI), es un seudo grupo islámico controlado por el DRS argelino, es decir los servicios de inteligencia de Argelia y que sirve a justificar la guerra al terrorismo y conceder una razón de existir y ejercer plenos poderes al régimen militar argelino.
➤ Silvia Cattori : En 1999 los telespectadores francófonos pudieron ver horrorizados “Bentalha, autopsia de una masacre”; este reportaje mostraba que la noche del 22 al 23 de septiembre de 1997 el ejército argelino mató salvajemente a unos doscientos habitantes del pueblo. Leyendo su libro se comprende que estas revelaciones no lograran entonces desvelar los crímenes de Estado, sobre todo a causa de “la influencia de Bernard-Henri Lévy y de una banda de intelectuales negativos (André Glucksmann, Denis Jeambar, Daniel Leconte, etc.), bien secundados por políticos influyentes”, entre ellos Jack Lang y Hubert Védrine. ¿Puede explicitar cómo se manifestó esta “influencia”?

Lounis Aggoun : En primer lugar, hay que saludar a la redacción de France 2 que tuvo el valor de presentar este documento; en aquel momento estaban Paul Nahon y Bernard Benyamin. No se han atrevido a repetir la experiencia, sobre todo desde que se nombró directora a Arlette Chabot y desde que la cultura de la mentira alcanzó su apogeo.

Por lo que se refiere a Bernard-Henri Lévy (apodado BHL), es conocido su papel habitual en la galaxia mediática y la nefasta influencia que ejerció en 1998 publicando en Le Monde (tras una visita de dos días a Argelia con escolta militar) un texto en el que exoneraba a los generales argelinos de todos sus crímenes, excepto quizá, decía él, el de incompetencia. Bernard-Henri Lévy, este pensador mediocre al que se presenta en todas partes como un intelectual, este ensayista comprometido con los poderosos (en este caso con criminales de masas) logró ocultar un movimiento de opinión naciente en Francia, favorable al pueblo argelino.

Esto ocurría unos meses antes de la masacre de Bentalha en la que, recordémoslo, los militares a los que él exoneraba de toda responsabilidad habían planificado y ejecutado (dirigiendo unos escuadrones de la muerte formados por terroristas “islamistas” que estaban a sueldo de ellos) la masacre indecible de mil personas en unas horas de la noche, en un sector cuidadosamente balizado por el ejército, el cual por toda actuación se limitó a impedir a la población de los pueblos vecinos ayudar a quienes estaban asediados y a cerrar el paso a las víctimas para obligarlas a volver al escenario de la masacre.

El día en que los medios de comunicación admitan esta verdad, que sólo discuten estos “agentes” de la desinformación, aparecerá el verdadero rostro de Bernard-Henri Lévy: el de un cómplice de muchos crímenes de masas, de muchos crímenes contra la humanidad y el encubridor de muchos crímenes que se desprenden de ello. Mientras, se le considera el filósofo contemporáneo con más talento del mundo.

La verdad, las elucubraciones de Bernard-Henri Lévy sólo hacen ilusión en el microcosmos mediático-político francés que contra toda evidencia y de manera deliberada trata de imponer una visión binaria del mundo en la que hay por un lado los buenos demócratas, ellos, el Bien, y por otro los “islamoterroristas” y sus cómplices, es decir, todos aquellos que no toman lo que ellos profesan por dinero en efectivo, el Mal. Y si Bernard-Henri Lévy tiene esta influencia es porque puede contar con sólidos apoyos en los medios.


Bernard-Henri Lévy, magnate y neoconservador francés. Controla con una mano de hierro el contenido ideológico de una gran parte de los medios de comunicación y de la edición en Francia.

En Arte, una cadena de televisión en la que, sin embargo, no faltan expertos, periodistas e historiadores íntegros, Daniel Leconte hace estragos como un déspota y parece tener un poder exorbitante. También es copropietario (con Bernard-Henri Lévy) de una productora, Docs en stock, en la que hace películas muy discutibles desde el punto de vista de la deontología y el rigor. BHL y Daniel Leconte juegan sobre seguro, Arte organizó un programa Thema en el que BHL y Leconte escupieron su hiel en el plató a través de reportajes en los que la imparcialidad era el menor de sus defectos. A continuación el bombardeo mediático hizo su trabajo ya que el dogma que defendía esta maléfica cohorte era el siguiente: ¡los asesinos que actuaron en Argelia eran, de manera evidente, únicamente fanáticos islamistas como afirmaban los generales en el poder! Decretados así inocentes por esencia, los verdaderos criminales, esencialmente agentes del DRS, escuadrones de la muerte, ninjas y milicias, pudieron seguir su obra con total impunidad. Y si había que deplorar algunos deslices, según él eran perfectamente excusables porque tenían como misión pionera cerrar el paso a la “barbarie islamista” que amenazaba a Francia y Occidente.



Bernard- Henri Lévy y Daniel Leconte


Hacer pasar a los generales genocidas por salvadores del mundo, ésta fue la obra en Argelia de Bernard-Henri Lévy, este “Mickey Mouse” del pensamiento intelectual (la comparación es de Emir Kusturica, con ocasión del conflicto de los Balcanes en el que Tartarin-BHL había tenido compromisos similares). Es conocido su compromiso a favor de la política israelí contra el pueblo palestino, su ensañamiento con Irán, con la Venezuela de Chávez y no me detengo más en ello.

El efecto inmediato fue detener de golpe el naciente movimiento de opinión, lo cual no dejó de tener consecuencias para el pueblo argelino que continuó sufriendo asesinatos masivos sin que ninguna persona en el mundo pudiera protestar so pena de ser acusada de apoyar al fanatismo islámico. Concretamente el régimen, que estaba a punto de ser denunciado a escala mundial, salió de ello blanqueado, reforzado y legitimado para proseguir con su acción asesina.

Bernard-Henri Lévy y Daniel Leconte, como ángeles del terror, tienen una enorme responsabilidad en la muerte violenta de decenas de miles de inocentes masacrados después de su intervención, ya que el ejército gozaba de una impunidad adquirida gracias a esta carta blanca.

Si Argelia fuera hoy independiente, estaría capacitada para llevarlos ante los tribunales internacionales por complicidad en crímenes contra la humanidad. En vez de ello, Bernard-Henri Lévy sigue siendo el embajador de la postura francesa en el mundo y Daniel Leconte sigue arrojando en la televisión su veneno sobre los magrebíes y los inmigrantes musulmanes, ya que ve bárbaros en todos los banlieues desfavorecidos que rodean París.



Mohamed Sifaoui, periodista argelino neo-conservador.

➤ Silvia Cattori : ¡Es asombroso todo esto! La “banda” de personalidades a las que usted incrimina en su libro se amplia al hilo de las páginas: Jack Lang, Hubert Védrine, Jean-Louis Bianco, Jacques Attali, Jean-Louis Bruguière, Antoine Sfeir, Daniel Leconte, Franz-Olivier Giesbert, Guillaume Durand, Yves Calvi, Mohamed Sifaoui, Yasmina Khadra. ¿Qué tienen en común estas personas a las que usted agrupa? ¿Tienen la misma responsabiliad en la colaboración con “este simulacro de Estado” argelino, en el curso de estos “años de sangre” y de esta “guerra sucia” que ha causado más de 200.000 muertos? Según usted, ¿qué lugar ocupan precisamente Mohamed Sifaoui y Yasmina Khadra ?

Lounis Aggoun : Mohamed Sifaoui es un hombre dispuesto a “erradicar” a un pueblo si esto puede aportarle un minuto de “gloria” en la televisión. Es una bendición para un medio al que hacía falta un “moro de turno”. Tiene un perfil ideal para profesar el odio al musulmán, el odio al joven de la banlieue que, según la dialéctica de Sifaoui, sueña con aterrorizar a Francia; el odio de los argelinos, que desde su punto de vista son indignos de la democracia y lo único que saben hacer es elegir a terroristas para que los dirijan; el odio de los emigrantes que, según él, no pararán hasta que no hayan islamizado Francia. Si se comporta de este modo no es en absoluto por convicción sino porque en este momento lo que paga es la isalmofobia; profesaría el mismo odio al francés si estuviera en Argelia, el odio al Satán judeo-estadounidense si estuviera en Irán, odio que se preocupa de verter ante sus invitados elegidos, cuidadosamente seleccionados y tan encarnizados como él. Los medios franceses y hombres como Jean-François Kahn o Paul Amar promueven a un Mohamed Sifaoui que, si llegara al poder, los enviaría a la hoguera sin la menor duda.


Mohammed Moulessehoul (alias Yasmina Khadra), oficial argelino encargado de la represión contra los islamistas en la región de Orán (Oeste de Argelia). Se retira repentinamente del ejército argelino. escribe novelas y encarna una falsa oposición al régimen militar en el país.

El caso de Yasmina Khadra (pseudónimo de Mohammed Moulessehoul) pretende ser más sutil. Habiendo aniquilado a la oposición, los generales argelinos necesitaban a alguien que los encarnara en los medios franceses y de ahí la pseudo-retirada del ejército de este hombre para personificar una oposición en un universo en el que está prohibido cualquier desvío de la versión oficial. Un supuesto oponente, cuyo papel es subestimar la amenaza o negarla cuando existe, e inventarla cuando no existe. Un “intelectual” al que le sopla una brigada de redactores del DRS. 

Pero la ambición de Moulessehoul (Khadra) tropieza contra una realidad ineludible: no sabe expresarse, lo que obliga a restringir sus intervenciones en la televisión a las operaciones de promoción de “sus” obras donde un discurso pobre viene a contradecir sistemáticamente la supuesta erudición de los textos que firma. Sifaoui y Khadra son enemigos del pueblo argelino, enemigos de la democracia, aliados del terrorismo internacional, aliados de las estrategias de tensión, en resumen, todo lo que constituye un buen agente del DRS.

➤ Silvia Cattori : Un pasaje de su libro (página 535) también me parece que aclara las manipulaciones que ha rodeado la guerra contra el pueblo de Afganistán y siguen alimentando la propaganda contra Irán, propagada bajo mano por Israel: “Quienes han apoyado deliberadamente un programa que proclama abiertamente la erradicación de una parte de la población, aquéllos que han ofrecido su ayuda a una tiranía a punto de ser desenmascarada y han asegurado el relevo de su propaganda a un régimen mafioso no son simples espectadores sino cómplices. El periodista, el experto mediático y el político pueden bloquear esta máquina y, sin embargo, han contribuido a engrasar sus mecanismos. Se trata del estadio supremo de la complicidad. (…) Esta innoble tarea es la que en 1998 cumplieron fríamente Bernard-Henri Lévy y André Glucksmann, bien secundados por Daniel Leconte y algunos otros líderes de opinión. (…) No contentos con no hacer nada en beneficio de las víctimas, han militado activamente para impedir que se organice la movilización para frenar a los verdugos…”. Este pasaje produce inquietud acerca de las complicidades que contribuyen a asegurar una audiencia a estos personajes maquiavélicos. Con lo que se sabe hoy de su alineamiento con Israel y los neoconservadores ¡se deduce que no han llegado ahí por casualidad, por error! ¿Están vinculados a semejante aparato?

Lounis Aggoun : Me guardo de enunciar cosas sobre las que no sé nada y me esfuerzo por no escribir nada que no sea capaz de defender ante un tribunal. Me contento con dar por cierto lo que sé y esto es ya suficientemente abrumador para esta comunidad de parásitos. Sin embargo, las redes financieras, industriales, mediáticas, intelectuales, etc., están bien documentadas por muchas obras publicadas en los últimos años y los delitos que Bernard-Henri Lévy atribuye al pueblo argelino son lo suficientemente graves para que sea inútil añadir más. Cada una de sus intervenciones ha sido un atentado contra la simple razón, un atentado contra la humanidad.

 Silvia Cattori : “Resulta penoso escuchar a los medios tratar temas concernientes a los argelinos”, escribe usted al final del libro. ¿En qué son especialmente censurables las cadenas de televisión TF1 y France 2, que usted pide que no se vean? ¿Cree que su redacciones sabían que las masacres atribuidas al Frente Islámico de Salvación (FIS) o al Grupo Islámico Armado (GIA) formaban parte de una “estrategia de la tensión” mantenida por las grandes potencias, entre ellas Francia? ¿Siguen solicitando, para sofocar lo “inconfesable”, a Alain Bauer y Xavier Raufer, que según usted pertenecen a una “nueva clase de expertos, de agentes de influencia que han hecho carrera en los servicios”?

Lounis Aggoun : Cuando se ha comprendido que TF1 fabrica mentiras, que su telediario no hace información sino propaganda machacona hay que ser lógico con uno mismo y no contribuir a engordar las audiencias que legitiman sus agresiones a la verdad. Siendo así, TF1 es una empresa privada que no tiene vocación de informar sino de ayudar a su jefe a ganar contratos para llenar el mundo de hormigón y, a fin de cuentas, lo hace bien. El caso de France 2 es mucho más grave porque su ambición declarada es informar y porque tiene una misión de servicio público que le debería prohibir jugar con la verdad. Ahora bien, su redacción hace el tour de force de hacerlo peor que TF1


Christian de Bongain (alias Xavier Raufer), periodista y criminólogo francés. Ha trabajado y rendido servicio a diversas coberturas de la CIA, especialmente a la National Strategy Information Center de Bush padre.

➤ Silvia Cattori : ¿Nos llevó esta “segunda” guerra de Argelia al clima de desconfianza y de rechazo que hoy conocen los árabes musulmanes, sobre todo en Francia? ¿Y al hecho de que ahí donde se encuentren los argelinos tienen razones para estar inquientos? En resumen, ¿todo se desarrolló como querían los estrategas del Estado?

Lounis Aggoun : La estrategia del miedo no es nueva. Los generales argelinos querían conservar el poder, aún a riesgo de “eliminar a dos millones de argelinos”. Y se ha hecho.

➤ Silvia Cattori : En Argelia la verdad es peligrosa para aquellos dirigentes que no tienen la conciencia tranquila, pero, ¿es también el caso de Francia?

Lounis Aggoun : El hecho de que la verdad sea peligrosa no impide que los argelinos la reclamen, poniendo en peligro sus vidas. El valor de las familias de las víctimas del terrorismo y de sus comités de defensa es infinitamente más meritorio que todos los libros que se pueden publicar al abrigo de la represión inmediata. Los medios de comunicación franceses ocultan sistemáticamente los incesantes esfuerzos de los argelinos para recuperar un poco de dignidad y de soberanía de su propia tierra. Por desgracia, una gran parte del drama argelino se vive en Francia. Pero los medios franceses han llegado a tal grado de compromiso que practican la omerta en una medida aún más importante que en Argelia. 

➤ Silvia Cattori : Hay personas que tienen una exigencia de verdad, pero el gran público casi nunca tiene acceso a esas personas, no es a ellas a quienes se suele invitar a expresarse. Usted les hace honor en su libro. Pienso en este importante testimonio de la connivencia franco-argelina: Lucile Schmid. ¿Existe una autoridad que se le oponga?

Lounis Aggoun : Todo el mundo puede constatar a diario, hasta el punto de que resulta caricaturesco, que cada vez que alguien está dispuesto a denigrar al pueblo argelino y a elogiar los méritos del poder militar es acogido entre cumplidos en todos los platós de televisión. Por el contrario, cualquiera que adopte la defensa del pueblo y critique al régimen se le prohibe en seguida. Anne Dissez estaba presente en las oficinas del FIS en diciembre de 1991 y cuando se anunciaron los resultados de las elecciones fue testigo directa de cómo empalideció el entonces dirigente del FIS, Abdelkader Hachani (un intelectual, vinculado a la democracia y al interés de su país, y no menos islamista), que no deseaba en absoluto la victoria. Después el DRS asesinó a Hachani porque no cuadraba bien con la imagen del islamista degollador de bebés que querían presentar los generales... podría citarle una larga lista de periodistas capaces de hablar inteligentemente de Argelia y a los que no se puede acusar de ser fanáticos del Islam. 

La exterminación mediática de todos los intelectuales argelinos del paísaje audiovisual francés ha sustituido al genocidio físico. Para nadie es un secreto que el poder francés, los medios franceses, están bajo la influencia directa de los servicios secretos argelinos. De hecho, en el estado actual de cosas no hay nada que el poder argelino no pueda permitirse en Francia. Puede hacer estallar bombas, asesinar, sembrar el terror y los medios y politicos franceses vendrán en su ayuda para proclamar que está libre de toda sospecha. El poder que ejerce Argel sobre París es exorbitante. Los generales compraron a cualquiera que detentara un poder o una influencia en el año 2003, hermosamente bautizado “año de Argelia en Francia”; por su parte, se fue apartando gradualmente a los refractarios. Durante todo un año se dieron millones a todos aquellos que se declaraban dispuestos a promover al régimen, a “colaborar” con Argelia, como repetía entoces el representante de Bouteflika, Cheb Mami. El escándalo Khalifa y sus 7.000 millones de euros de fondos dilapidados (que no son sino la parte emergente de la espoliación) no es un asunto entre argelinos, es casi un asunto entre franceses; lo único que ha hecho Argelia, como siempre, es poner la pasta.

➤ Silvia Cattori : Me gustaría volver sobre las relaciones entre el régimen de Bouteflika y el Eliseo, y sobre las acciones que se atribuyen a al-Qaeda en el Magreb islámico (AQMI) evocadas durante la anterior entrevista. En efecto, la entrevista provocó muchos correos de los lectores que, para mi sorpresa, parecían convencidos de que los actos atribuidos por los diversos poderes al AQMI están manipulados por el Estado argelino con la complicidad, sobre todo, de los servicios de inteligencia franceses.

Lounis Aggoun : Se lo decía anteriormente, el AQMI, es el DRS. Dése usted cuenta de que en un momento en que el mundo occidental proclama unánimemente que el terrorismo es el azote promordial que hay que combatir, los interesados se conceden como condición previa a sus investigaciones el excluir de la lista de sospechosos al principal culpable. Por más que el DRS firmara sus actos terroristas, los jueces, los políticos y los medios franceses concernidos organizan unas mascaradas para disculparle y para tratar de identificar a un culpable por esencia imposible de confundir porque, por decreto, estaba libre de toda sospecha. Quedan los subalternos, quienes tienen los pies atrapados en la red, aceptan como los perfectos chivos expiatorios para eliminar el problema creándose buena conciencia, mientras que quienes han ordenado estos actos son recibidos fastuosamenbte en el Eliseo para organizar el saqueo de los recursos de Argelia.


Amari Saïfi (alias Abderazak el Para o Abou Haydara), llamado «el Bin Laden del Sahara», líder del GSPC. Este «terrorista islámico» es en realidad un antiguo comandante de la guardia del Ministerio de la Defensa de Argelia y un agente del Departamento de la Inteligencia y la Seguridad Estatal argelina (antigua Seguridad Militar).

AQMI tiene ante sí una buena época. Pero el nombre de esta organización es en sí mismo una obra maestra de la manipulación. En dos palabras, se les margina de la humanidad, sin otra justificación que la de ver estas palabras así unidas, el Islam y todos los pueblos del Magreb, uniéndolos a al-Qaeda y Osama Ben Laden. En una declaración se pretende que al-Qaeda apoya a la organización y la financian países y organizaciones muy ricos, y en la misma frase que necesita secuestrar a europeos para financiarse. En un momento se afirma que está sobreequipada (sin que nunca, nunca jamás, se pongan en peligro los intereses del régimen argelino contra el que se supone que lucha) y en el siguiente que es un ejército de mendigos. Se otorga a la organización el propósito de llevar a cabo una guerra total contra los invasores y los occidentales, y todo el mundo encuentra normal que nunca haya atentado contra sus intereses (y, sobre todo, contra los estadounidenses que pululan por la zona) cuando el desierto, en el que se supone que vive “como pez en el agua”, oculta miles de kilómetros de oleoductos que sería muy fácil hacer estallar.

Se afirma que la organización está decimada y sin transición que el medio millar de sus soldados controla un territorio tan grande como Europa del este, en un terreno que es de los más hostiles del planeta, donde, sin embargo, se concentran las fuerzas armadas de cuatro países que oficialmente las acosan con el apoyo de las fuerzas especiales de Francia, de la OTAN, de Estados Unidos, etc. Se proclama que estos terrorista pueden atacar donde quieran, cuando quieran y cada vez que atacan es con una finalidad turbia aunque tarde o temprano se descubre que sirve a objetivos puramente crapulosos que, en todo caso, en absoluto tienen nada que ver con ningún móvil religioso. Se pretende que estos hombres son irreductibles y regularmente se difunden sus avisos contra tal o cual país que no se conforma a sus exigencias, como por ejemplo, abrogar la ley sobre el burka en Francia. ¿Quiere esto decir que si Francia se plegara a esta exigencia el AQMI aceptaría dejarla saquear los recursos de los países del Sahel?


Combatientes de Al-Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI)


¿Cómo conciliar esto con el propósito incial de al-Qaeda, que es llevar a cabo una guerra total contra los occidentales? Nunca el AQMI (y antes de él el GSPC (Grupo Salafista para la Predicación y el Combate) o siquiera el GIA) ha cometido en 20 años de existencia un acto que haya contribuido a debilitar al régimen y a servir al pueblo. Se puede probar fácilmente que cada una de sus acciones de envergadura ha ocurrido en un momento clave que ha tenido como consecuencia perjudicar al pueblo argelino y reforzar al régimen.

En las abundantes obras sobre el AQMI, ¿quién recuerda que Amara Saïfi, alias Abderazak El-Para, alias “el Bin Laden del Sahara”, vive apaciblemente en el Club de los Pinos de Argel tras haber sido presentado como la persona que llevó a la adhesión del GSPC a al-Qaeda? Todo esto podría ser alucinante, pero “expertos”, “especialistas”, “directores de institutos”, de “centros de investigación”, de “observatorios” se turnan en los platós de televisión para contarnos, sin reirse, una patraña que sólo se mantiene porque la dicen sin que nadie la contradiga, unos individuos que tiene dificultades para ocultar su afiliación a los servicios secretos. Por ello se impone la prohibición de cualquier palabra que se desmarque de la historia oficial.

La lucha antiterrorista a escala mundial es un fracaso evidente. No tiene como consecuencia difundir la democracia ahí donde no existe sino que la ha destruido ahí donde existía. Es exactamente el objetivo de los terroristas. La única respuesta concreta de los poderes occidentales consiste en proponer medidas de fichaje de la población, la multiplicación de los sistemas de vigilancia, de biometría y, por consiguiente, aniquilar todo lo que las democracias tienen de democrático. ¿Y con qué resultado “pragmático”?

A la larga la presencia de franceses en el Sahel corre el riesgo de ser indefendible. Sin embargo, si se aborda la cuestión desde el punto de vista puramente cínico del interés francés, el interés estratégico es vital. Roland Jacquard, Xavier Raufer, Antoine Sfeir, Louis Caprioli, Jean-Louis Bruguière, Mohamed Sifaoui, estos son los enemigos de Francia porque son los cómplices directos del terrorismo internacional ya que su discurso se articula para disculpar a los verdaderos responsables y echarles la culpa de todo a los subalternos.

Entonces, el AQMI es el DRS.  Quienes pretenden lo contrario son peligrosos falsificadores.  Desafío a cualquiera de todos aquellos que detentan estos poderes (medios, policía, justicia, política, investigación de todo tipo) a aportarme el menor elemento que no sea un chisme inverificable, supuestos atentados desbaratados, confidencias de agentes secretos que no aportan el menor esbozo de prueba.

Desafío a todos estos “expertos” juntos a presentar un solo elemento tangible de lo que ellos afirman sobre el AQMI, si no mensajes virturales enviados por terroristas virtuales que sostienen unas tesis grotescas, que se desarrollan según unos escenarios rocambolescos y se enuncian ante periodistas que parece tener por pliego de condiciones solo tragarse tanto más encantados la mentira cuanto mayores sea, no tienen ambición de acabar con el terrorismo, favorecen la diseminacióm y legitiman la instauración de la dictadura en las sociedades occidentales.

A finales de noviembre de 2010 Nicolas Sarkozy participa en una reunión de la Unión por el Mediterráneo. Cuando se vea en la televisión a los jefes de Estado así reunidos podemos estar seguros de tener ante nosotros a algunos de los claros responsables y organizadores del terrorismo internacional y a sus cómplices, así como a los encubridores de sus acciones. Así es como un puñado de depredadores ejercen su férula sobre la casi totalidad de la humanidad, atribuyéndole las fechorías de las que ellos son instigadores y luego imponiéndole aportar la prueba de su inocencia tras haberle quitado todos los medios que le permitían reunirla.

Es el momento de que esto acabe. Se puede hacer no permitiendo más que pase la mentira, poniendo ante la evidencia a los propagandistas, ahí donde se expresan, en un plató de la televisión o en un bar: ellos son los cómplices indiscutibles del terrorismo. Tendrían muchas dificultades para demostrarles a ustedes lo contrario a pesar de los poderes y de los infinitos medios de los que disponen. 

 Silvia Cattori : Los grandes medios ocultaron su anterior libro, que tuvo una amplia acogida. ¿Cree usted que éste tiene posibilidades de ser mejor acogido mediáticamente?

Lounis Aggoun : Cuando se pretende alinear la crónica insostenible de doscientos años de hechos incofesables no se puede esperar ver a los intermediarios de la mentira permanente promover una obra que describe su propio fracaso...   La “guerra sucia” empezó en 1999, salpicó incluso a Francia y continúa hoy a pesar de las apariencias es la consecuencia directa de esta obsesión argelina de François Mitterrand. 

Cuando se publicó Françalgérie, crimes et mensonges d’Etats, simplemente hemos demostrado por A+B que es patente la mano del DRS a propósito de varias cuestiones sobre las que circulan tesis mentirosas. Nunca se ha hecho el menor desmentido de ninguna de las acusaciones muy graves y con el nombre de los culpables que hay en el libro; la historia nos ha dado la razón sobre muchas cuestiones. Con todo, perdura la mentira y la verdad oficial que harán de los argelinos un pueblo de terroristas en potencia y de los generales asesinos los guardianes de la libertad, los parangones de la democracia.

En resumen, cuando la verdad histórica no es una mentira debe ser calibrada para ser “comercializable”. La historia se ha convertido en un fondo de comercio que gestionan con erudición sus propietarios “legítimos”. A cuenta gotas conceden una verdad molesta, a ese ritmo haría falta un siglo de éxitos de ventas para esperar ver emerger finalemente toda la verdad recontruida a base de retazos. Mientras tanto un pueblo se muere. Es consentir un sacrificio demasiado grande para no cometer un crimen de lesa-autoridad mediática.


Jacques Attali, francés, economista y escritor de ensayos políticos, nacido en la ciudad de Orán (Argelia). Fue escriba del ex presidente François Mitterrand, juega un rol central en las relaciones franco-argelinas y el desarrollo del poder militar.

 Silvia Cattori : En conclusión, ¿qué perspectivas tiene Argelia?

Lounis Aggoun : El problema de Argelia no se resolverá mientras Francia esté bajo influencia argelina y viceversa. El problema principal es de orden mediático, vinculado directamente a la información. No es casual que quien ayudó a Larbi Belkheir y a su gobierno negro a apropiarse de Argelia en la década de 1980, el arquitecto de la descomposición del país, quien concibió el liberalismo salvaje y bárbaro (la forma moderna de tiranía) que arruinó a Argelia sea la misma persona a la que Nicolas Sarkozy confia la tarea de hacer la lista de las “reformas” que hay que llevar a cabo en Francia, el arsenal de la expoliación del pueblo por parte de los poderosos: Jacques Attali, un hombre omnipresente en los medios franceses.

He respondido que hacía falta una revolución y que ésta consiste en no caer en la trampa de la violencia (de la que sólo se benefician los poderosos, los dictadores, las fuerzas ocultas, los aprendices de brujo, los traficantes de armas, los depredadores de toda calaña, los manipuladores, los garantes de la mentira oficial y los terroristas), sino simplemente en exigir la verdad. La revolución pude ser tan simple como una postal enviada asiduamente, una vez al mes (a coste de un sello y hasta que se restablezca la equidad) a la redacción de France 2, a David Pujadas, a Arlette Chabot, para recordarles su misión de informar; a un diputado, a un presidente, a todos aquellos que han traicionado para hacerles saber que no se les votará la próxima vez, ¡y mantener la promesa!


***

Silvia Cattori
Lounis Aggoun

Traducción del francés para Rebelión:
Beatriz Morales Bastos (15.11.2010)

Enlaces originales:
Rebelión

Parte de las fotografías y notas a pie de foto de la entrevista corresponde a Red Voltaire (2010); otras son adiciones del editor del blog.

12 febrero 2020

La interpretación de la Shoah





por Thierry Meyssan 


Breve nota del editor del blog 

Fines de enero fue muy agitado en cuanto a la memoria histórica conmemorativa de la liberación del principal campo de concentración de la Alemania nazi fuera de sus fronteras (Auschwitz - Polonia). Hemos esperado un razonable tiempo para presentar esta publicación, debido a que los medios de comunicación de todo tipo se hallaban cubriendo los actos. 

No cabe duda que en muchos aspectos y dadas las recientes declaraciones oficiales de la Unión Europea, este tipo de conmemoraciones vienen cubiertas con un matiz de corte político que intentan reinterpretar la historia con fines nada nobles y minimizando el recuerdo de las víctimas, a las que, sin embargo, no se cansan de homenajear en diversos actos públicos.

El presente ensayo del internacionalista francés Thierry Meyssan abarca cuestiones tanto del pasado como del presente en el complejo mundo de la política internacional. Solo acotar que esa memoria atávica, primitiva, del ser humano nos recuerda que los humanos preferimos la violencia, la muerte, la guerra sobre otras cosas como forma de demostrar nuestra superioridad ante otro semejante. Esa es una de las reflexiones que obtenemos analizando los anales de la historia. 

Quisiera explicar más detalles de ese trágico episodio, pero dado el contenido de la siguiente investigación no es conveniente, por el momento... La siguente no es una historia de guerra, ni de genocidios, es el análisis de los antecedentes de un crimen que no es solo fruto de la mentalidad nazi, es parte de la "cultura" colonialista de los imperios europeos y sus "instintos" de superioridad, en fin, es algo que ha existido a lo largo de la historia.


***

El «deber de memoria» u «obligación de recordar»


Los seres humanos siempre prefieren hacer todo lo posible por olvidar tanto las desgracias que ‎los hicieron sufrir como las desgracias que ellos mismos provocaron. Esa es la lógica que siguen ‎los romaníes, cuyas familias fueron masacradas junto a las familias judías, y les va mucho mejor.
Por supuesto, para los descendientes es importante rendir homenaje a la memoria de sus ‎familiares muertos. Pero no será eso lo que logre evitar nuevos genocidios. Esto último ‎no tiene nada que ver con la identidad ni con la condición de las víctimas, ni con ‎las de los verdugos. Sólo se trata de la condición humana y ninguno de nosotros está al abrigo ‎de convertirse en monstruo. La civilización nunca es innata.             
 T. Meyssan


Hacia el final de la Segunda Guerra Mundial, los nazis perpetraron masacres contra los ‎judíos de Europa y los romaníes. La interpretación de uno de esos genocidios se basa ‎en un desconocimiento de la condición humana y agitan una cantidad de pasiones que, ‎lejos de evitar nuevos genocidios, más bien los propicia.‎


Está conmemorándose el 75º aniversario de la liberación del campo de concentración de ‎Auschwitz, donde perecieron más de un millón de prisioneros. Hoy se ha convertido a Auschwitz en el ‎símbolo de los campos de exterminio, de los crímenes perpetrados por los nazis y de la Shoah. 
Algunos negacionistas han tratado de rehabilitar la Alemania nazi poniendo en duda su intención ‎de proceder al exterminio de poblaciones, cuestionando que haya asesinado realmente millones ‎de personas y que haya asesinado prisioneros en cámaras de gas. Esa abyecta polémica ha ‎relegado a un segundo plano la cuestión de la comprensión de los hechos. Desde el juicio de ‎Adolf Eichmann, en 1962, la interpretación prevaleciente es la que adoptó la Agencia Judía ‎en aquella época: a partir de la conferencia de Wansee, el antisemitismo nazi se tradujo en un ‎plan de exterminiola Shoah– contra las poblaciones judías de Europa, lo cual marca un punto de ‎ruptura en la Historia. Los judíos, eternos perseguidos, sólo estarán definitivamente protegidos en ‎el Estado de Israel. ‎

Pero, como demostraré aquí, esa interpretación contemporánea ignora toda una serie de hechos ‎relacionados con la cuestión. ‎


En 1994, unas 800.000 personas fueran masacradas a machetazos en Ruanda, en sólo varias semanas.‎ 


La larga historia de los genocidios
Durante los cuatro siglos de colonización del mundo por parte de los europeos occidentales, ‎numerosos Estados supuestamente civilizados perpetraron genocidios.
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Por ejemplo, cuando el presidente del consejo de ministros del Reino de Italia, Benito Mussolini, ‎proclamó el Segundo Imperio Colonial Italiano, decidió fundar una colonia italiana en Etiopía. ‎Ante la resistencia de los etíopes, Mussolini concibió un plan de «limpieza étnica» que abarcaría ‎toda una región de Etiopía cuya población sería exterminada para sustituirla por colonos italianos. ‎En el marco de ese plan, Mussolini hizo que el virrey Rodolfo Graziani utilizara aviones para regar ‎gas mostaza sobre las aldeas etíopes rebeldes.‎

El uso extensivo de las masacres no es una exclusividad de los europeos occidentales ni de la ‎ideología colonial. Bajo el Imperio Otomano, el sultán Abdul Hamid II organizó la masacre ‎contra los no musulmanes (desde 1894 hasta 1896). El sultán Abdul Hamid II fue derrocado ‎en 1909 por los «Jóvenes Turcos», movimiento militar que reactivó la masacre contra las ‎poblaciones no musulmanas, principalmente en 1915 y 1916. Ambos regímenes compartían la ‎misma ideología –el panislamismo–, según la cual la identidad turca es exclusivamente ‎musulmana. Los armenios fueron los más afectados pero todas las confesiones no musulmanas ‎fueron perseguidas por ambos regímenes. Aquellas masacres no fueron perpetradas en los ‎territorios conquistados por el Imperio Otomano sino en los territorios que hoy forman parte de ‎Turquía [1].‎

Así que existen al menos 2 motivos diferentes para tales masacres:‎ 

- un objetivo militar: la eliminación de poblaciones que oponen resistencia;‎ 
- un objetivo ideológico: la eliminación de poblaciones consideradas extranjeras. 

La política nazi perseguía ambos objetivos pero el exterminio de los judíos en Europa en particular, solo respondía ‎a un objetivo ideológico.‎

Los genocidios tampoco son una exclusividad de los más fuertes contra los más débiles, como ‎queda demostrado por el genocidio perpetrado en Rwanda por los hutus contra la etnia tutsi. ‎Ambos pueblos eran numéricamente similares y la masacre no fue perpetrada por milicias sino ‎principalmente por la población hutu y con machetes. ‎

Estas masacres de masas constituyen «crímenes contra la humanidad». Fue única y ‎exclusivamente bajo esa denominación que el Tribunal Internacional de Nuremberg juzgó a los ‎responsables del genocidio perpetrado contra los judíos de Europa. La noción de «genocidio» ‎fue incorporada al derecho tiempo después de los juicios de Nuremberg. ‎

Bajo la influencia de Raphael Lemkin, se consideró después el genocidio como un crimen aparte ‎entre los crímenes contra la humanidad. Pero también se introdujo una noción de culpabilidad ‎colectiva, lo cual contradice el principio básico de la responsabilidad personal y es contrario al ‎objetivo que se busca. La evolución del concepto ha llevado a que el derecho estadounidense ‎considere hoy que el asesinato de al menos dos personas, motivado sólo por lo que son esas personas ‎y no por sus actos, es suficiente para ser clasificado como «genocidio». 

Estados Unidos se planteó la cuestión racial antes que Alemania. Pero, ‎en vez de asesinar a las poblaciones que consideraban “razas inferiores”, los estadounidenses ‎se pronunciaron por su esterilización obligatoria.‎ 
¿Por qué los nazis trataron de exterminar a los judíos?
El programa nazi preveía reconstituir el imperio alemán cuyo surgimiento quedó bloqueado ‎al final de la Primera Guerra Mundial por el Tratado de Versalles. Pero en vez construir el imperio ‎alemán conquistando África, Asia o Latinoamérica, territorios ya distribuidos entre el Reino Unido ‎y Francia, Alemania se planteó la conquista del este de Europa
Los nazis, herederos de Goethe y de Beethoven, se creían humanistas de nacimiento. Conforme a ‎la ideología colonialista europea, justificaban su voluntad de conquista afirmando que ‎los pueblos que pretendían dominar eran culturalmente inferiores. Adolf Hitler así lo explica en ‎‎Mein Kampf. En ese libro, Hitler nunca habla de «subhumanos» (untermenschen). ‎Esa expresión sólo apareció más tarde, a raíz del «consenso científico» de la época: ‎los medios científicos occidentales estaban convencidos de que las conquistas coloniales ‎demostraban la existencia de una jerarquía entre las razas y que los europeos occidentales ‎estaban en lo más alto de esa jerarquía, así que buscaban cómo distinguir esas razas entre sí ‎mediante una serie de características [2]. ‎La ciencia actual ha demostrado lo absurdo de esa noción, que sin embargo persiste en ‎numerosos países, como en Estados Unidos, donde las estadísticas oficiales siguen clasificando a ‎las personas según ese concepto imaginario [3].‎

Para los nazis, los primeros «subhumanos» eran, por consiguiente, los eslavos, cuyos territorios ‎pretendían conquistar, y su primer blanco fueron los eslavos. Sin embargo, como el canciller ‎Hitler justificaba su voluntad de conquista de un espacio vital (lebensraum) afirmando la ‎superioridad de su «raza» –concepto ampliamente compartido en aquella época por los pueblos ‎occidentales– agregó a su lista los romaníes (o sea la población denominada indistintamente ‎como pueblo gitano, cíngaros o roms) y los judíos simplemente por tratarse de pueblos nómadas o de ‎pueblos sin tierra. Por supuesto, esta condena de los judíos como raza se basaba en el ‎antisemitismo europeo, que el propio Hitler alimentó, pero no fue por antisemitismo que ‎los judíos fueron clasificados como «subhumanos». De hecho, aunque no existe una cultura ‎europea antiromaní, ese pueblo también fue clasificado como «subhumano». ‎

La noción misma de antisemitismo no tiene mucho que ver con los judíos. Los semitas son ‎árabes, algunos de ellos de confesión judía. Por otro lado, gran parte de los judíos de Europa ‎no son originarios de Palestina sino descendientes de poblaciones del Cáucaso convertidas en el ‎siglo X [4].‎

Inicialmente algunos nazis no eran tan hostiles a los judíos alemanes como hoy se cree [5].‎ 

- Antes y después del ascenso de los nazis al poder –pero ya bajo la autoridad de Josef Goebbels–‎‎, Leopold von Mildenstein organizó viajes de oficiales nazis a Palestina, entonces bajo mandato ‎británico. El partido nazi (NSDAP) consideraba inaceptable que los judíos no tuviesen su propio ‎Estado y, por consiguiente, apoyaba la noción del hogar nacional judío en Palestina

- Cuando Alemania ya había adoptado leyes contra los judíos, el partido nazi negoció con la ‎Agencia Judía, en 1933, los Acuerdos de Haavara que autorizaban a los judíos a instalarse ‎en Palestina [6].‎ 

- Las cosas evolucionaron en una mala dirección. En 1938, o sea antes de la guerra, el ministro ‎francés de Exteriores, Georges Bonnet, propuso a la Alemania nazi trasladar los judíos franceses ‎y alemanes a la colonia francesa de Madagascar. Polonia –como acaba de recordarlo ‎el presidente ruso Vladimir Putin– se unió entonces a Francia y Alemania para crear una comisión ‎encargada de preparar la aplicación de ese plan, que nunca llegó a concretarse [7]. ‎

No fue hasta finales de 1941, después de haber agotado todas las opciones y cuando la invasión ‎iniciada contra la URSS comenzó a convertirse para ellos en una pesadilla, que los nazis optaron ‎por la «solución final»: el asesinato en masa.

Rudolf Höss ante el tribunal de Nuremberg. ‎ 

El caso de Rudolf Höss
Antes de la Primera Guerra Mundial, Alemania disponía de un imperio, como las demás grandes ‎potencias europeas. Como militar alemán, Franz Xaver Höss fue enviado al Sudoeste Africano –la ‎actual Namibia–, donde participó en el primer genocidio del siglo XX: la masacre contra las etnias ‎herero y nama. ‎

Su hijo, Rudolf Höss, se enroló desde muy joven en el ejército imperial, durante la Primera Guerra ‎Mundial, y formó parte de los refuerzos alemanes enviados al Imperio Otomano. En sus ‎memorias, Rudolf Höss dice haber luchado contra los británicos en Palestina [8]. En realidad, ‎Rudolf Höss estuvo en la Turquía actual y participó en la masacre desatada por el movimiento ‎militar de los Jóvenes Turcos contra las poblaciones no musulmanas.
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Veinte años después, Rudolf Höss, se enroló en las SS y fue nombrado, en 1940, director del ‎complejo de Auschwitz. Al principio, Auschwitz era un campo de concentración concebido según ‎el modelo de los que habían creado los británicos durante la Guerra de los Boers, en África ‎del Sur. A finales de 1941, se agregó un campo de exterminio (Auschwitz-Birkenau) y, ‎a mediados de 1942, un campo de trabajos forzados (Auschwitz-Monowitz), donde el banquero ‎estadounidense Prescott Bush –padre y abuelo de los dos presidentes Bush– invirtió capitales que ‎le reportaron jugosas ganancias [9].‎

Rudolf Höss afirmó haber sido siempre un hombre normal. Aunque parezca increíble, este individuo ‎no veía como anormal el asesinato masivo de armenios y judíos… en definitiva su padre había ‎asesinado en masa africanos hereros y namas. ‎

El profesor austriaco Konrad Lorenz, fundador de la etología y ‎premio Nobel, era un nazi convencido. Militó en pro de que los homosexuales fuesen ‎marginados de la sociedad, como en los casos donde la medicina impone la amputación de una ‎parte del cuerpo para salvar al paciente. ‎ 

El «exterminio» de los homosexuales



Siguiendo el consenso científico de su época, los nazis trataron de preservar la «raza» ‎germánica prohibiendo los matrimonios interraciales. Eso no era nada nuevo, en Alemania ya ‎se hacía desde 1905, o sea antes de la Primera Guerra Mundial, y también se había hecho en ‎muchos otros países occidentales. ‎

Pero no se trataba sólo de impedir el nacimiento de mestizos, también se buscaba preservar el ‎patrimonio genético de la raza. El Instituto Káiser Guillermo (equivalente alemán del actual CNRS ‎francés (Centro Nacional de la Investigación Científica, siglas en francés) afirmó que si ‎un hombre penetraba a otro hombre podía transmitirle elementos de su patrimonio genético, ‎lo cual significaba que los «homosexuales pasivos» constituían un riesgo. Es por eso que ‎los nazis penalizaron la homosexualidad entre hombres, a pesar de que inicialmente esta ‎había sido públicamente dominante entre los miembros del partido nazi. ‎

Los homosexuales sorprendidos in fraganti eran “invitados” a aceptar la castración o ‎encarcelados como antisociales. Numerosos médicos, como Sigmund Freud, distribuyeron entonces certificados médicos que presentaban la homosexualidad como una enfermedad y ‎afirmaban que el “paciente” en cuestión estaba siguiendo una terapia, con lo cual salvaban ‎al paciente de la castración y de la cárcel. Ciertos grupos citan hoy aquellos certificados falsos ‎para afirmar que el fundador del psicoanálisis condenaba la homosexualidad o la consideraba una ‎patología. ‎

Después de haber asistido en Ámsterdam a la inauguración de un monumento dedicado a los ‎homosexuales deportados –que al parecer fueron unos 5.000 en todo el Reich–, yo mismo ‎fundé una asociación para que se reconociera ese crimen en Francia. Así organicé varias ‎ceremonias con asociaciones de deportados. Conocí entonces a un testigo, Pierre Seel, que ‎contó con lujo de detalles como fue deportado al campo de concentración de Struthof debido a su ‎condición de homosexual y logré que se modificaran por decreto las condiciones para el ‎reconocimiento de la categoría de deportado para que Pierre Seel fuera reconocido como tal. ‎Pero, durante la elaboración de su expediente, se comprobó que aquel testigo mentía y que había ‎sido deportado como alsaciano desertor [10]. Pedí ‎entonces a un amigo, el senador Henri Caillavet, presidente de la Comisión Nacional de ‎Informática y Libertades (CNIL), que investigara sobre la deportación de homosexuales franceses. ‎Al cabo de un año de investigación, el senador Caillavet comprobó que la policía francesa ‎nunca abrió un fichero dedicado a los homosexuales y que nunca hubo deportaciones de ‎homosexuales en Francia, ni tampoco en la Alsacia anexada por el Reich. A pesar de ‎lo anterior, la versión de Pierre Seel fue popularizada y en la ciudad de Toulouse existe incluso una ‎calle que lleva su nombre. ‎

Esta historia me enseñó mucho sobre las exageraciones que los grupos humanos pueden llegar a ‎orquestar para atribuirse la aureola de mártires. Se extendió así la creencia de que el Reich quiso ‎exterminar a los homosexuales masculinos y las lesbianas, lo cual es absolutamente falso. Nunca ‎hubo represión del lesbianismo y los nazis sólo reprimieron la homosexualidad entre los hombres ‎e incluso únicamente entre las poblaciones llamadas «arias». Sólo 48 hombres fueron ‎identificados como homosexuales en Auschwitz. Habían sido deportados a ese campo de ‎concentración y, los que sobrevivieron, fueron liberados en 1942 y obligados a servir como ‎‎«arios» en la «guerra total» contra los Aliados. ‎

¿Tenemos que recordar aquí que las cuestiones de los judíos, los romaníes o los homosexuales ‎no tuvieron absolutamente nada que ver con el inicio de la Segunda Guerra Mundial?
Otto Buchinger, pionero de la ecología. 


Régimen de alimentación
Sigue pareciendo difícil entender por qué los nazis alimentaban, aunque ciertamente muy mal, a los prisioneros ‎que querían eliminar. En realidad alimentaban sólo a los que querían explotar como fuerza de ‎trabajo. Con ellos utilizaban la extraña sopa del doctor Otto Buchinger.‎

Este gran médico era un militante de la Lebensreform, del regreso a la naturaleza. Otto ‎Buchinger teorizó sobre el papel reparador del ayuno y descubrió que se puede trabajar duro y ‎casi sin comer si uno bebe una sopa muy clara. El cuerpo pierde volumen rápidamente pero ‎produce una gran energía. Los trabajos del doctor Otto Buchinger aún se aplican en las clínicas ‎que sus descendientes poseen en Alemania y España, donde los miembros de las dinastías ‎reinantes en las monarquías árabes ‎del Golfo suelen internarse para bajar de peso. Los nazis, que ‎también eran fervientes partidarios del regreso a la naturaleza –el propio Hitler era vegetariano y ‎prohibía que se fumara en su entorno– utilizaron la sopa del doctor Otto Buchinger para hacer ‎trabajar a sus prisioneros, sabiendo que al final ese régimen de alimentación acabaría ‎matándolos.

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El ritual judío del holocausto.‎ 

Solución final, Holocausto y Shoah
Los historiadores designan la liquidación de los judíos de Europa como la «solución final». Pero ‎también se conoce como el «Holocausto» o la «Shoah», dos términos que designan ‎interpretaciones particulares de ese hecho. ‎

El término “holocausto” es utilizado por los cristianos evangélicos estadounidenses y hace ‎referencia a un ritual judío donde se sacrifica una décima parte de los animales y sus cuerpos son quemados. Según su teología, Dios dispuso el exterminio de los judíos de Europa antes de que ‎el Mesías regresara a la Tierra. Así que no es un término muy respetuoso para las víctimas. ‎En todo caso, cuando conocieron la existencia de los campos de exterminio, algunos oficiales ‎evangélicos estadounidenses aconsejaron a su estado mayor no intervenir para ‎no interferir en lo que veían como el «plan de Dios». Dado el hecho que los nazis ‎se esforzaban por matar lejos de la mirada pública, bombardear las vías férreas habría bastado ‎para detener instantáneamente el genocidio, no sólo de los judíos sino también de los romaníes. ‎

La palabra Shoah es un vocablo hebreo que significa “catástrofe” y que hace referencia al ‎silencio de Dios durante la tragedia. Por analogía, los palestinos designan su propia expulsión de ‎la tierra palestina, en 1948, como la Nakba, vocablo que también significa “catástrofe” pero ‎en árabe. ‎

Sabiendo todo lo anterior, no parece que el genocidio contra los judíos sea diferente a ‎los demás, ni que constituya un punto de ruptura en la Historia o que sea resultado sólo del ‎antisemitismo. Y mucho menos que el Estado de Israel ofrezca a los judíos la protección a la que ‎tendrían derecho. Si así fuese, no habría en Israel 50.000 sobrevivientes de los campos de ‎exterminio que viven hoy por debajo del límite de pobreza. 

En 2016, Rusia realiza un concierto en el gran anfiteatro antiguo de la ‎ciudad siria de Palmira, utilizado por los yihadistas del Emirato Islámico (Daesh) para asesinar ‎públicamente “enemigos de Dios”. Ese concierto marca el regreso de la civilización. 


Ni buenos ni malos, tan solo hombres
La puesta en práctica de la «solución final» fue planificada por los nazis y parcialmente llevada ‎a cabo por alemanes. Pero la gran mayoría del personal de los campos de exterminio venía de las ‎repúblicas bálticas.‎

Si se considera que de todos los implicados ninguno hizo nada por detener el crimen, es ‎cuando menos injustificado atribuir la responsabilidad únicamente a Alemania. Lo cierto es que la época ‎pensaba como los nazis, aunque sólo ellos fueron hasta las últimas consecuencias de lo que ‎pensaban. ‎

La evaluación de una ideología debe tener en cuenta sus premisas y admitir que todos podemos ‎acabar tomando una dirección equivocada
Por ejemplo, el Estado de Israel se creó en nombre de la ideología sionista británica [11]. ‎Se trataba de crear una colonia que contribuyera a la expansión del Imperio británico. Israel fue ‎proclamado por David Ben-Gurion, que no era judío en el sentido religioso del término sino ateo, ‎aunque hacia el final de su vida recobró la fe y se hizo… budista. El Estado de Israel concede la ‎nacionalidad israelí según criterios que nada tienen que ver con la religión judía, de manera que ‎esos criterios incluyen numerosas personas rechazadas por los rabinos. Israel no optó por la ‎eliminación de las poblaciones autóctonas y prefirió expulsarlas de los territorios donde vivían. ‎Poco a poco ha ido ocupando nuevos territorios, tragándose casi por completo los territorios de ‎los árabes palestinos. Sin embargo, como algunos palestinos obtuvieron la nacionalidad israelí ‎en 1948 y hoy representan una quinta parte de la población de Israel.

El primer ministro ‎Benyamin Netanyahu –miembro del Likud– impuso la proclamación de Israel como «Estado ‎judío», oficializando así una jerarquización entre los ciudadanos israelíes e imponiendo al Estado ‎una lógica de selectividad entre sus ciudadanos. A pesar de las apariencias, es exactamente ‎la misma lógica que condujo el primer ministro laborista Yitzhak Rabin a plantearse la «solución ‎de los dos Estados»: el objetivo es separar las «razas». Todavía es posible dar marcha atrás. 

Ceremonia de conmemoración del 75º aniversario de la liberación de los ‎prisioneros de Auschwitz.‎ 


[1] «La Turquía de hoy continúa el genocidio armenio», por ‎Thierry Meyssan, Red Voltaire, 30 de abril de 2015.
[2] The Nazi Connection: Eugenics, American Racism, and ‎German National Socialism, Stefan Kuhl, Oxford University Press, 2002; War Against the Weak: ‎Eugenics and America’s Campaign to Create a Master Race, Edwin Black, Dialog Press, 2012.
[3] Hitler’s American Model: The United States and the ‎Making of Nazi Race Law, James Q. Whitman, Princeton University Press, 2017.
[4] The Invention of the Land of Israel: From Holy Land to Homeland, Slomo Sand, Verso, ‎‎2012. Existe una edición en francés titulada Comment la terre d’Israël fut inventée: De la ‎Terre sainte à la mère patrie, [En español: “Como se inventó la tierra de Israel: de la ‎Tierra Santa a la madre patria”], Flammarion, 2014.
[5] The ‎Origins of the Final Solution: The Evolution of Nazi Jewish Policy, September 1939-March 1942, ‎Christopher R. Browning, University of Nebraska Press, 2004.
[6] The Transfer Agreement: The Dramatic Story of the Pact Between the Third Reich ‎and Jewish Palestine, Edwin Black, Dialog Press, 2009.
[7] «Rusia recuerda que Polonia y ‎el III Reich habían planificado ‎la deportación de los judíos desde 1938‎», Red Voltaire, 25 de diciembre de 2019.
[8] Death Dealer: The ‎Memoirs of the SS Kommandant at Auschwitz, Rudolf Hoss, Prometheus, 2012.
[9] «Los Bush y Auschwitz, una larga historia», por Thierry Meyssan, Red Voltaire, ‎1º‎ de junio de 2003.
[10] La región geográfica denominada Alsacia, en el este ‎de Francia, es de cultura inicialmente germánica y, en diferentes momentos de la historia, estuvo ‎sucesivamente bajo control alemán o francés. Durante la Segunda Guerra Mundial, Alsacia, para ‎entonces parte de Francia, fue anexada nuevamente por el Reich y los jóvenes alsacianos fueron ‎incorporados al ejército alemán o considerados desertores. Nota de la Red Voltaire.
[11] «¿Quién es el enemigo?», por Thierry Meyssan, Red Voltaire, 4 de agosto de 2014.

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