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22 diciembre 2022

Historias extraordinarias pero contradictorias del "Mercader de la muerte"




 por Tito Andino


Parte I

Los "Víctor Bout" del presente

Una necesaria aclaración sobre quiénes son realmente los "Mercaderes de la Muerte" o "Señores de la Guerra". 

Había culminado el tema principal de esta entrada cuando me di de bruces con un tema sobre Ucrania y sus proxys del Complejo Militar-Industrial estadounidense. Nada tiene que ver la guerra ruso/ucraniana-OTAN con la "libertad", ni siquiera con la geopolítica, la "defensa" de Europa o la democracia (¿democracia en un país gobernado por la ultraderecha neonazi?...) No quiero decir más. La siguiente gráfica define qué o quiénes son los "Mercaderes de la Muerte", en su esencia pura (esto no tiene dedicatoria, en mi reflexión personal, el ruso Víctor Bout era un "Señor de la Guerra" o "Mercader de la Muerte").


Explicación de la tarjeta de invitación

Recepción en la embajada de Ucrania en Washington D.C., 8 diciembre 2022, patrocinada por los mayores fabricantes de armas de Estados Unidos. No hay motivo de sorpresa, los contratistas militares estadounidenses y el gobierno de Ucrania son grandes socios, mueven miles de millones de dólares (billones). Northrop Grumman, Raytheon, Pratt & Whitney y Lockheed Martin auspiciaron la recepción y pidieron al invitado que “Solicite el placer de su empresa" (request the pleasure of your company...) Las mencionadas empresas fabrican los sistemas de defensa antimisiles y misiles antitanque que el presidente Biden sigue enviando a Ucrania, ¿gratis? No! Estimado lector, Ucrania pagará la factura, y usted, y yo... nada en cuanto a las armas es contribución gratuita. Gratis es nuestra ayuda espontánea (la del simple ciudadano) para ayuda humanitaria a los desplazados, las armas que entregan las empresas estadounidenses las pagaremos los ciudadanos de Europa, de Estados Unidos y los arruinados habitantes de Ucrania, ¿los que gobiernan Ucrania también?... No! Relean la invitación, SON SOCIOS de los MERCADERES DE LA MUERTE, perdón... de los nobles contratistas militares estadounidenses que gastan sus escasos recursos en ridículas recepciones diplomáticas.

La invitación demuestra cómo la guerra en Ucrania es buena para el negocio. Los ucranianos en Washington siguen solicitando al gobierno de Estados Unidos envíe más armas a Ucrania, y en un gesto de sublime nobleza  "Los Señores de la Guerra" apoyan esa patriótica petición de ayuda, ¿puede haber algo más conmovedor qué esto?. La administración Biden ya fue conmovida... la ayuda bordea los 20.000 millones de dólares en asistencia militar que los ciudadanos pagaremos en nuevos impuestos y vienen más, ¿quién va a pagar el nuevo paquete de "ayuda"  militar de Joe Biden?, consistente en el sistema de misiles Patriot, ya caducos en regiones como Israel, mínimo 2.000 millones de dólares más. 

Matt Duss, ex asesor del senador Bernie Sanders comentó: "Los diplomáticos ucranianos probablemente deberían pensar más acerca de cómo les parece estar organizando fiestas con los contratistas de defensa que están sacando provecho de esta horrible guerra".

El director ejecutivo de "Lockheed Martin", James Taiclet, tras verificar las ganancias de octubre sigue manteniendo la fe, confía "en el crecimiento a largo plazo, ya que la demanda nacional e internacional de una amplia gama de nuestros productos y servicios sigue siendo sólida”. Lo mismo se puede decir de sus colegas industriales citados que expresan: "lamentablemente, continúa el conflicto entre Rusia y Ucrania" (CEO de Raytheon, Greg Hayes).

El evento en la embajada de Ucrania es la vitrina para que los contratistas militares demuestren su incondicional apoyo a la democracia. Es lo que hay, los auténticos "Mercaderes de la Muerte" patrocinando una recepción del país al que siguen armando. Y esto no quiere decir que Ucrania no tenga derecho a defenderse, pero el costo de esa "ayuda" es despreciable. Los auténticos "Señores de la Guerra" desbordan felicidad y pagan las cuentas de las fiestas de la embajada ucraniana en Washington (recepciones en lenguaje diplomático).

(Esta nota de introducción se basa en la exposición de Jonathan Guyer, 16 diciembre 2022, This DC Party Invite Shows All the Money to be Made by the Ukraine War. Global Research) 



Parte II

Comentarios a los libros de Daniel Estulin "Los Señores de las Sombras" y "El Imperio Invisible" sobre Víctor Bout

 


Difícil tema, todo lo que aquí se diga puede ser absolutamente falso o, al contrario, totalmente cierto. ¿Por qué? Porque se maneja información de toda índole, documentación oficial de estados o de organismos internacionales, sean de carácter público o reservado, documentos de empresas privadas, investigaciones periodísticas, etc., pero todas ellas pueden contener un componente especial: desinformación de agencias de Inteligencia que juegan al gato y al ratón.


Un mundo clandestino de espionaje, contraespionaje, agentes dobles, lealtades dudosas, contrabando internacional de armas con gobiernos involucrados desapareciendo datos o simplemente vendiendo falsedades, tras un objetivo: ganar mucho dinero a costa de países en conflicto, provocado por esos propios estados que gustosos brindan su "asistencia" militar. Los miles de millones de dólares que fluyen como ganancias benefician a empresas privadas (rara vez a un Estado) y, a los "mercaderes de la muerte" que actúan como intermediarios o en ocasiones de manera independiente. 

Preguntas: ¿Cuán independientes son los traficantes de armas? ¿Pueden por si solos mover inmensas cantidades de armas que incluyen tanques de guerra, artillería, armas pesadas en general a través de sus propios aviones legalmente registrados en algún lugar del mundo? O, ¿alguien atrás de ellos les prestan servicios invaluables para la causa?.

Revisemos los "milagros" y desgracias de un popular "Mercader de la Muerte", también conocido como "Señor de la Guerra". El caso del ruso Víctor Bout, quizá el más patético ejemplo de lo señalado en el párrafo anterior. Como suelen decir, lo increíblemente ficticio puede ser superado por la realidad en un mundo de humos y espejos.

Bien, no ensayaremos la vida del señor Bout, sino sus actividades reales y otras no tan reales (desinformación) con que hemos sido bombardeados desde inicios del siglo XXI.


Víctor Bout en  Rusia, tras haber sido liberado luego de 14 años en una prisión estadounidense (diciembre 2022) 

El reconocido investigador Daniel Estulin en 2007 conmovió al mundo de habla castellana con la publicación del libro "Los Señores de las Sombras" (Editorial Planeta, España). Su trabajo es una de las mayores cargas de acusación contra un ser humano en lo que va de este siglo, reúne centenares de documentos de una infinidad de fuentes públicas y privadas para lanzar un acta de cargos terrible contra Víctor Bout, a quien dedica el primer capítulo con casi 80 páginas: "CAPiTULO 1. Víctor Bout, el mercader de la muerte" (Pg. 11 a la 86; no conocemos la existencia de una versión original en inglés publicada en 2007 o antes).

Sin embargo, existe un libro de Daniel Estulin, en inglés y publicado en 2010 titulado, "Shadow Masters", asombrosamente el capítulo 5 titula: "Chapter 5: Merchant of Death?". Así es, con símbolo de interrogación, ¿Mercader de la Muerte?, obviamente se refiere a Víctor Bout. El cambio es sustancial en las dos versiones de un aparente mismo libro y autor.

"Shadow Masters", tiene un largo subtítulo: "How Governments and Their Intelligence Agencies Are Working with Drug Dealers and Terrorists for Mutual Benefit and Profit (Cómo los gobiernos y sus agencias de inteligencia están trabajando con traficantes de drogas y terroristas para beneficio mutuo y relaciones públicas), (312 pg, Triey Day,LLC, Illustrated edition, 2010).




Las cosas no quedan allí, un posterior libro de Daniel Estulin, que solo se conoce su versión castellana titulado "El Imperio Invisible": La auténtica conspiración del gobierno mundial en la sombra" (2011, 520 pg, Emecé Editores), recopila diversos datos y hasta reproduce capítulos enteros de "Los Señores de las Sombras" (versión castellana). En "El Imperio Invisible", Daniel Estulin da un giro total de 180º para retractarse y exculpar ahora, a su "amigo", Víctor Bout, ¿qué había sucedido?. El Capítulo 4 de "El Imperio Invisible" lleva como título "¿El Mercader de la Muerte?" y resulta ser una reproducción del Capítulo 5 de "Shadow Masters" (Chapter 5: Merchant of Death?).

Trataré de explicarlo, o al menos eso se pretende. Vale la pena puntualizar unos detalles irrelevantes. "Los Señores de las Sombras", título en castellano data su primera edición del año 2007; y, la que, aparentemente, sería su primera edición en inglés es del 2010, "Shadow Masters". Digo aparentemente porque el título es el mismo en los dos idiomas

El fuerte del señor Estulin es la lengua inglesa (y su nativa rusa) y no la castellana. ¿Es posible que dos libros materia de investigación del caso Bout se publicaran originalmente en castellano, cuando toda la información existente está en inglés y otros idiomas europeos? ("Los Señores de las Sombras" y "El Imperio Invisible").

En realidad "El Imperio Invisible" (2011) no tiene una traducción al inglés; y, aunque "Los Señores de las Sombras" (2007) y "Shadow Masters" (2010) lleven el mismo título, no son iguales. Además, "Shadow Masters" no ha sido traducido al español (al menos no con ese título) y difieren completamente sobre Víctor Bout. ¿Es posible que haya dos clases de lectores, una audiencia en lenguaje español, más visceral y propensa a creerlo todo; y, un público de habla inglesa más crítico y analista de las fuentes?, esta es una cuestión que no abordaremos aquí.

Ok. Probablemente se trata de un simple trasfondo económico, marketing publicitario. Si el lector tiene la oportunidad de leer el libro "El Imperio Invisible" (2011) podrá darse cuenta que no es otra cosa que la versión castellana de "Shadow Masters" (2010), a la que se añadió una transcripción textual de capítulos enteros de "Los Señores de las Sombras" (2007). Especulando se habrá optado por otro título, porque de lo contrario hubiese sido: "Los Señores de las Sombras II", por así decirlo. Lo lamentable es que el autor y la editorial en la versión castellana no aclaran este dato y nos venden como una nueva e inédita investigación ("El Imperio Invisible").




Y algo peor, si el "volumen II" de "Los Señores de las Sombras" (titulado "El Imperio Invisible") es una retractación pública de la cruel acusación del autor en contra del señor Víctor Bout, al menos debió solicitar se detenga la comercialización de "Los Señores de las Sombras" (2007) dado los centenares de infundios que contiene. A finales del 2022 ese libro continúa en venta en librerías y vía online. Entonces: ¿Víctor Bout, es un Mercader de la Muerte, o no?...


"...Este capítulo te relatará la historia del traficante más infame que haya existido jamás. Quisiera presentaros al señor Víctor Bout, quien les extiende su más cordial saludo. Señor Bout, salude usted a los lectores..." (Daniel Estulin, Capítulo 1, "Víctor Bout, el Mercader de la Muerte". "Los Señores de las Sombras" (2007), pág. 11-12)


He señalado que la vida de Víctor Bout no nos interesa (una revisión en Wikipedia bastaría para conocer la historia de Bout), lo importante aquí es conocer las acusaciones en su contra, su detención en Tailandia, la extradición a los Estados Unidos y su condena a 25 años de prisión... y ahora su indulto e intercambio con una mujer estadounidense condenada en Rusia.


Víctor Bout en Tailandia, pasó del 2008 al 2010 encarcelado mientras se resolvía el pedido de extradición a los Estados Unidos.  


Víctor Bout en prisión 

'El Señor de la Guerra', Víctor Bout, auto-descrito como un empresario ruso (nacido en lo que ahora es Tayikistán en 1967) fue o es considerado por el Departamento de Justicia de los Estados Unidos como un pez muy gordo en el mundo de los traficantes de armas, de allí que un diplomático británico lo bautizara como el "Mercader de la muerte". 

El caso Bout, desde marzo de 2008, colocó en un complejo dilema diplomático a Estados Unidos, Rusia y Tailandia. Bout fue detenido en el país asiático en una operación encubierta dirigida por el DEA estadounidense, el cargo específico fue conspiración para contrabandear misiles y lanzacohetes a las FARC de Colombia, considerado grupo terrorista por los EEUU. Agentes encubiertos del DEA hicieron caer en la trampa a Bout quien habría ofrecido entregar hasta 800 misiles tierra-aire, miles de fusiles AK-47, millones de municiones, minas terrestres, explosivos C-4, etc. 

Sin embargo, el 11 de agosto de 2009 un tribunal tailandés rechazó la extradición de Bout. Se comenta que cuando el juez tailandés preguntó a los agentes del DEA si sabían quién era Bout, respondieron: "Sí, vimos la película" (film con Nicolas Cage, "Lord of War"). Tras apelaciones y presiones diplomáticas, el 20 de agosto de 2010, se autorizó su extradición a los EEUU.


Las acusaciones en su contra son muy conocidas. Bout ganó millones como transportista de cualquier tipo de carga lícita y no tan lícita (armas, diamantes), incluso transportaba tropas de pacificación de la ONU a lugares del mundo que requerían su presencia.


Izquierda: El libro "Merchant of Death" de Douglas Farah y Stephen Braun (2008); derecha: "Lord of War", film protagonizado por Nicolas Cage (2005)


Podemos tomar como cierto que Bout no manejaba una agenda política, sino empresarial como traficante de armas y que vendió a todos los bandos: revolucionarios, dictadores, gobiernos legítimos, extremistas islámicos y hasta colaborando con el Pentágono en Irak y con vínculos con otras agencias de inteligencia internacionales. Un notorio ejemplo son los servicios aéreos brindados por Bout, a través de sus empresas, para entregar mercancías de EEUU a Irak entre 2003 y 2005. Es decir, no todo lo que hacía Bout era ilegal, sus empresas eran lícitas, aunque moralmente censurables.

El periodista Wayne Madsen, redactó el Informe Wayne Madsen (WMR, 23 octubre 2006) describiendo las actividades de Bout en Afganistán en nombre de la OTAN (liderada por Estados Unidos): "Enterado por una fuente de inteligencia en Afganistán, el avión del enigmático Víctor Bout, que trabaja como contratista del Pentágono, voló armas y pasajeros para los talibanes y 'Al Qaeda', y mantiene estrechos vínculos con los sindicatos criminales ruso-ucraniano-israelíes..."

Sigue siendo especulativo el por qué Estados Unidos estaba desesperadamente interesado en conseguir la custodia de Víctor Bout. ¿Tenía algo que ver con sus supuestos vínculos con la CIA y el DEA? Bout sostuvo y sigue manteniéndose en que fue arrestado “no por cometer ningún delito, sino como resultado de una provocación, o más bien de una operación fraudulenta de la inteligencia estadounidense”. 

Un futuro defensor de Bout, Daniel Estulin, señalaba por agosto de 2010 que el caso era un juego en las sombras con una intensa campaña de difamación en todo el mundo desatada en contra de Bout, misma que abarca decenas de informes de las Naciones Unidas, artículos de prensa y hasta libros como el de Douglas Farah.

 

Víctor Bout en custodia de las autoridades tailandesas 

En descargo de Daniel Estulin mencionemos su público interés por contactar en persona a Bout, lo hizo cuando ya se encontraba detenido en Tailandia, el autor de "Shadow Masters" se entrevistó con Víctor Bout en prisión en varias ocasiones y es notoriamente cierto que eso y sus presuntas relaciones con agentes de servicios internacionales de Inteligencia le hicieron cambiar de opinión, "del traficante más infame que haya existido jamás", a una "amistad" y exculpación personal. El autor expresa en "Shadow Masters" ("El Imperio Invisible", en castellano) poseer muchas pruebas que desconocen los miembros de la acusación en el proceso de los Estados Unidos. "Básicamente es solo un chivo expiatorio -dice Estulin-. Víctor Bout ha sido satanizado por la prensa para interpretar a un villano despiadado. Bout estaba simplemente en el negocio de carga y sí, a veces la carga eran armas y armas. Pero incluso como dijo Douglas Farah: “Es importante tener en cuenta que gran parte de lo que hace Víctor Bout es, aunque censurable, no ilegal” (Douglas Farah, coautor del libro sobre Bout: "Merchant of Death", 2008).


Víctor Bout custodiado por fuerzas de seguridad tailandesas 

La jueza del Tribunal de Distrito de Manhattan, Shira Scheindlin, tras el veredicto de culpabilidad del jurado, condenó el 5 de abril de 2012 a Víctor Bout a una pena de 25 años de prisión (declarado culpable de conspirar para matar a ciudadanos y funcionarios estadounidenses, venta de misiles antiaéreos y ayuda a una organización terrorista, las FARC de Colombia), que es la mínima pena por conspiración para vender armas a un grupo terrorista extranjero designado por los EEUU. Resaltemos que conforme señala la juez, se aplicó la sentencia mínima porque "no había pruebas de que Bout hubiera cometido los delitos por los que fue condenado si no hubiera sido por la operación encubierta". 

En septiembre de 2013, la Corte de Apelaciones del Segundo Circuito de EEUU en Nueva York confirmó la condena de Bout, luego de rechazar el alegato de que había sido víctima de un enjuiciamiento vengativo y que no había una razón legítima de aplicación de la ley para procesarlo.




En "Shadow Masters" el autor se explaya en nombres y cita documentos para probar la inocencia de Bout, habla sobre sus negocios de carga aérea, etc. Es importante algunos nombres en el dossier Bout. El rol del presunto co-conspirador de Bout, Andrew Smulian, piloto de origen británico y pasaporte sudafricano, detenido por la DEA el 6 de marzo de 2008 junto a Bout en Bangkok, probablemente era un infiltrado o un futuro colaborador del DEA. Si Smulian, era en realidad un agente o un colaborador del DEA implica que pudo ser un funcionario del gobierno estadounidense, un "agente provocador" en lenguaje jurídico, lo que pone un poco de morbo a a la cuestión legal del proceso. En la versión oficial (acusación) se dice que Andrew Smulian, que estaba esposado, se escapó de una habitación custodiada por doce agentes del DEA, tomó un taxi al aeropuerto, sin dinero e indocumentado compró un pasaje aéreo a los Estados Unidos, es decir "prefirió" estar bajo custodia en EEUU que en Tailandia. 

El señor Smulian fue sentenciado a cinco años de prisión en mayo de 2012 por un Tribunal de Manhattan (New York), increíblemente la sentencia recoge que la única razón por la que Andrew Smulian estaba involucrado en el caso era porque las autoridades estadounidenses lo habían utilizado para llegar a Bout. La jueza de la Corte Federal de Manhattan, Shira Scheindlin, que condenó en abril de 2012 a 25 años de prisión a Víctor Bout, señaló, en referencia a Smulian, que “era un conducto utilizado por el gobierno para llegar al hombre que realmente querían atrapar” (Bout). Andrew Smulian, conforme su colaboración con el DEA cumplió menos de un año de prisión para completar la sentencia de cinco años (porque  estaba detenido desde 2008). 


Andrew Smulian (derecha), junto a Víctor Bout en la Plaza Roja de Moscú. La fotografía fue expuesta por el gobierno en el juicio.

Otro nombre a destacar es del ciudadano sirio-estadounidense Richard Ammar Chichakli, otro presunto  co-conspirador de Bout. Chichakli fue capturado en Australia el 9 de enero de 2013 y extraditado en mayo a los Estados Unidos. Chichakli presentó presuntas evidencias de que el gobierno de los Estados Unidos mintió, falsificó registros y hechos para obtener una acusación contra sí y Víctor Bout. En general explicó en un video que Bout fue castigado por Estados Unidos por apoderarse del negocio de armas de la CIA.

Chichakli fue sentenciado el 13 de diciembre de 2013 por el Tribunal Federal de Manhattan a cinco años de prisión por cargos de lavado de dinero, fraude electrónico y conspiración, además de violar la leyes internacionales y la Ley de Poderes Económicos de Emergencia ("IEEPA") al intentar comprar aviones comerciales de empresas estadounidenses en violación de las sanciones de EEUU. 


Richard Ammar Chichakli, contador sirio-estadounidense. Organismos encargados de hacer cumplir la ley aseguran que fue el principal lavador de dinero y socio de Víctor Bout, operaban una red de compañías aéreas que enviaban armas ilegalmente a zonas de conflicto, a menudo en violación de las sanciones internacionales. Chichakli fue coacusado con Bout en un caso distinto al que fue condenado el "Señor de la Guerra". 

Volviendo al caso particular de Víctor Bout, la alta política internacional también metía sus manos en la trama.  Respaldando a los abogados de Bout que expresaban que su cliente era un preso político, el Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia emitió un comunicado en que denunció la sentencia de Bout como "una orden política". El señor Bout llegó a afirmar que si se aplicara a todos las mismas consideraciones de su sentencia, los dueños de las armerías estadounidenses de venta libre que "envían armas y terminan matando estadounidenses" deberían estar en prisión.

Para Estulin, en "Shadow Masters", Bout es un traficante de armas de bajo nivel utilizado como un patsy (persona fácilmente engañada, en este caso un chivo expiatorio que está siendo incriminado), que se trataba de la clásica disputa geopolítica ruso / estadounidense. Afirma que desde el secretariado general de la ONU se produjeron informes y "pruebas" contra Bout (acusa directamente a un tal Peleman, de haber recibido millones de dólares en fondos de la ONU, como redactor de esos informes y que es citado como evidencia por todos los demás -incluido Estulin en su libro de 2007-); y, aparentemente, no existía pruebas tangibles contra Bout.




¿Es la "historia" de Víctor Bout, el "Mercader de la Muerte", también conocido como el "Señor de la Guerra", simplemente una "realidad creada", un juego de manos imperial utilizado para lograr objetivos ocultos de política exterior?, se preguntan en un interesante reportaje en inglés ("Merchant of Death" Would Have to be a Magician to Receive a Fair Trial in the US) citando una entrevista de Daniel Estulin para Russia Today (Bangkok, 18 febrero 2010), aquí el escritor intenta explicar su nueva posición sobre Bout, contraria a lo expuesto años antes en su libro "Los Señores de las Sombras". Textual, Estulin dice:

"Mi nuevo libro Shadow Masters, necesitaba la historia de Víctor Bout. El primer borrador de mi manuscrito era una acusación de Bout y toda una operación viciosa de traficantes de armas. Vine a Tailandia pensando: Bueno, este tipo está aquí. Voy a sacar provecho de él, de una forma u otra. Cuando llegué y comencé a investigar la verdad de la historia, me di cuenta de que era solo un paquete de mentiras. No había evidencia detrás de esto. Un juego de sombras dirigido desde atrás de escena por personas muy poderosas, fundaciones, grupos de expertos y gobiernos con agendas con visión de futuro. Cuanto más profundizaba, más me daba cuenta: este tipo no es culpable. Fue creado.

He tenido largas entrevistas de dos horas con Bout, y soy la única persona de los medios occidentales presente, nadie más está aquí (Tailandia). Stephen Braun y Douglas Farah (autores de Merchant of Death) no están aquí. Farah nunca ha conocido a Víctor Bout; ni siquiera ha hablado con él. Cuanta más información reunía de Bout, de las personas que lo rodeaban y de fuentes de la comunidad de inteligencia, más descubría que todo era una gran farsa. Nada de eso se comprobó. No hay una sola pieza de evidencia".


Víctor Bout en su periplo por cárceles y tribunales tailandeses 

Continúa Estulin: "Estados Unidos se ha convertido en un estado fascista, que no está dirigido por el presidente o el pueblo, sino por corporaciones transnacionales y sociedades secretas que entienden que estamos entrando en el juego final. Bout, desafortunadamente, es solo un peón involuntario en el juego. Si no hubiera habido Víctor Bout, habría habido otro 'Víctor Bout'. Y ahora Bout tendría que ser un mago para recibir un juicio justo, un trato justo" (entrevista en Bangkok a RT, febrero 2010).

En fin... El Capítulo IV de "El Imperio Invisible" que sería la versión castellana de "Shadow Masters" empieza con: "Una forma de hurgar en los secretos más íntimos del Imperio Invisible y de las redes terroristas interrelacionadas del mundo es observar el comercio clandestino de armas. Según la prensa mayoritaria, el más infame de todos esos traficantes es Víctor Bout". Citando una fuente, Bout sería en ese tiempo, "el representante más destacado de una nueva generación de traficantes internacionales de armas surgida tras la guerra fría. Desempeña un papel crítico en zonas donde las Naciones Unidas han prohibido el comercio de armas. La historia se extiende por varios continentes e implica a una gran red de individuos sospechosos, empresas tapadera y funcionarios del gobierno; burócratas africanos corruptos y oficiales militares del este de Europa, todos ellos unos ladrones".

Aunque Estulin expresamente no se retracta, usando ese término, de lo que dijo sobre Bout en 2007 en "Los Señores de las Sombras", es decir: "...la historia del traficante más infame que haya existido jamás..." (Daniel Estulin, Capítulo 1, Víctor Bout, el Mercader de la Muerte. "Los Señores de las Sombras", 2007, pág. 11); en "El Imperio Invisible" dice: "Sobre el papel, al menos, parece que Bout es uno de los hombres más amorales del mundo... Mis indagaciones terminaron por llevarme a todos los rincones del mundo y se alargaron durante casi una década. La última etapa de mi agotador viaje me condujo a Bangkok, a la prisión de Klong-Prem, donde me entrevisté con el mismísimo Mercader de la Muerte, Víctor Bout. Lo que descubrí me ayudará para siempre a diferenciar entre lo que son hechos y lo que son rumores y ficción". ("El Imperio Invisible", 2011, Capítulo IV, pag. 157).


Víctor Bout escoltado por agentes del DEA es trasladado desde Tailandia a los Estados Unidos al ordenarse su extradición.

En derecho solo caben dos posibilidades: Culpabilidad del señor Bout dictaminada por un Tribunal competente; o la desestimación de los cargos en su contra. La "inocencia" de Bout; o, para alguien más objetivo, ante la escasa evidencia probatoria de su responsabilidad personal o asociada con otros intereses personales y organizaciones públicas o privadas, nacionales o internacionales, cabía el principio jurídico de la duda razonable o presunción de inocencia. Un tribunal de Estados Unidos lo encontró culpable y un tribunal de apelaciones confirmó su sentencia. 

Liberación de Bout

El 8 diciembre de 2022, Víctor Bout fue liberado en Estados Unidos por efecto de una negociación para intercambio de prisioneros entre Washington y Moscú, un buen "negocio" que deja en libertad a una conocida basquetbolista profesional estadounidense Brittney Griner (detenida en el aeropuerto de Moscú por intentar introducir aceite de cannabis) y al famoso "Mercader de la Muerte" o "Señor de la Guerra", Víctor Bout.




No ha pasado la repercusión mediática de este intercambio de presos al mejor estilo de los tiempos de la Guerra Fría cuando, desde Moscú, una organización política señalada como ultranacionalista, el Partido Liberal Democrático (LDPR) anunció que  Bout se unía a su causa (el LDPR, fundado en 1991, pretende que Rusia retome las tierras de la antigua Unión Soviética, pero no es más que un pequeño partido que no forma parte de la coalición del gobierno ruso de Putin).

No me extenderé más. Este artículo no puede abarcar la dimensión descomunal de información y desinformación que se maneja. Con lo que se ha dicho aquí, ustedes gentiles lectores, pueden ser su propio jurado y emitir su veredicto libremente: Víctor Bout, ¿Mercader de la Muerte o víctima circunstancial del juego geopolítico mundial?


Víctor Bout en Moscú, diciembre 2022, es presentado como nuevo militante del nacionalista "Partido Liberal Democrático" (LDPR) (Skynews Russia)

Si usted fuera ruso, ¿votaría por el nuevo político Víctor Bout? (yo nunca)

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19 diciembre 2022

Tráfico de drogas: ¿Libertad de expresión en los Estados Unidos?



Un homenaje al periodista Gary Webb


El 10 de diciembre de 2004 el periodista estadounidense Gary Webb fue encontrado muerto en su casa, en Sacramento - California. Causa de la muerte: aparente suicidio. Webb murió de una herida de bala en la cabeza, "herida de bala autoinfligida en la cabeza hace dos días", reportó la oficina del forense del condado de Sacramento. Trabajadores de una empresa de mudanzas llamaron a las autoridades al encontrar una nota en la puerta de la casa del periodista, decía: "Por favor, no entre. Llame al 911 y pida una ambulancia”.


Gary Webb, realizó sonados reportajes sobre la CIA y el tráfico de drogas en 1996  publicados en el San Jose Mercury News, Webb demostró que la CIA vendía la cocaína de los traficantes sudamericanos en suelo estadounidense (Los Ángeles-California) y que los réditos obtenidos servían para financiar a la Contra Nicaragüense, allá por los años de 1980. 

Kurt Nimmo (investigador) apuntó a George Bush padre como responsable del suicidio de Gary Webb, y fue tajante en afirmar que otros biógrafos de Bush: Mark Lombardi, J.H. Hatfield, Danny Casalaro (al que se une Gary Webb), se “suicidaron”. "¿Cuáles son las probabilidades de que todas estas personas realmente se suiciden?", reflexionaba, "ahora que Bush tiene su “mandato”, probablemente veremos a otros críticos caer víctimas de accidentes y suicidios". "Asesinato político en Estados Unidos: ¿la CIA mató a Gary Webb?", es el título del artículo de Nimmo en diciembre de 2004, lanzando un dardo mortal: "Las familias criminales suelen tratar con dureza a sus enemigos, al igual que la CIA". (cita reproducida en Investigación Global, 10 diciembre 2022)

Gary Webb, el reportero del San Jose Mercury News obtuvo el Premio Pulitzer en 1990 por su cobertura del terremoto de Loma Prieta. En 1996, estremeció Estados Unidos al demostrar, con pruebas, la participación directa de la CIA en el narcotráfico a través de operaciones encubiertas y la consecuente negación oficial sobre las conexiones entre la CIA y los narcotraficantes. Agentes del DEA habían informado al respecto (participación directa de la CIA en el tráfico de  drogas desde Honduras y El Salvador en la década de 1980), los grandes jefes guardaron silencio. La serie de reportajes se denominaron "Dark Alliance". 

No suele mencionarse la reivindicación del nombre de Gary Webb por parte de los dos informes del Inspector General de la CIA  (1997-1998) y las investigaciones del Congreso. (el crack devastó Los Ángeles en la década de 1980). Medios como L.A. Times (Los Ángeles) intentaron acabar con la memoria y legado de Webb.


En 1998, apareció en libro la investigación de Gary Webb: "Dark Alliance". Y, en 2014 se estrenó la película "Kill the Messenger".


Podríamos explayarnos con esta historia de la relación drogas - CIA - Contras - Irangate - Pablo Escobar, Manuel Noriega, etc., pero son temas que lo hemos analizado anteriormente en este blog.  Por favor, si tiene interés en ello, revise los links de enlaces al final, el tema de hoy se centra en Gary Webb, sus reportajes y supuesto suicidio.

 Tito Andino


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La Contra - Tráfico de cocaína: la deuda de Estados Unidos con el periodista Gary Webb. 

 

Gary Webb en 1997, murió en 2004 (presunto suicidio) Foto: Randy Pench

por Robert Parry +

Consortium News

Título original en inglés:  

"The Contra-Cocaine Drug Trade: America’s Debt to Journalist Gary Webb"


El reportero de investigación Robert Parry, fotografía sin fecha. Su trabajo sobre el escándalo Irán-contra de la década de 1980 le valió el premio George Polk. Foto: Diane Duston,  AP.


Robert Parry, fallecido periodista (publicó este artículo por primera vez el 13 de diciembre de 2004 en Consortium NewsEl Consorcio para el Periodismo Independiente). Robert Parry trabajó para de Associated Press (AP) ganó el Premio George Polk por reportaje nacional en 1984, revelando que la CIA proporcionó un manual de asesinato a los Contras nicaragüenses que buscaban derrocar al gobierno Sandinista. Con el mismo reportaje, fue finalista del Premio Pulitzer de 1985 (participación del teniente coronel Oliver L. North, subdirector del Consejo de Seguridad Nacional, en la operación encubierta para apoyar a los Contras con ganancias de la venta clandestina de armas a Irán). Robert Parry publicó muchas de las historias de Irán-Contra en la década de 1980 para Associated Press y Newsweek. Sus libros, "Secrecy & Privilege: Rise of the Bush Dynasty from Watergate to Iraq" y "Lost History: Contras, Cocaine, the Press & 'Project Truth' " (1999).

 

En 1996, el periodista Gary Webb escribió una serie de artículos que forzaron una investigación largamente esperada de un capítulo muy oscuro de la reciente política exterior estadounidense: La protección de la administración Reagan-Bush a los traficantes de cocaína que operaban bajo la tapadera de la guerra de los contras nicaragüenses en 1980.

Por su valiente reportaje en el San Jose Mercury News, Webb pagó un alto precio. Fue atacado por colegas periodistas del New York Times, el Washington Post, Los Angeles Times, American Journalism Review e incluso la revista Nation. Bajo esta presión de los medios, su editor Jerry Ceppos vendió la historia y degradó a Webb, lo que provocó que renunciara a Mercury News. Incluso el matrimonio de Webb se rompió.


El presidente Ronald Reagan (1981-1989) inició y autorizó la guerra de los Contras que duró 8 años y fue su principal defensor público, refiriéndose cariñosamente a los Contras como “luchadores por la libertad”. (Foto y cita tomada del artículo "Crimen Estadounidense Caso #29: Guerra Contra el Terror en Nicaragua 1979-1989", sitio web "Revolution".


El viernes 10 de diciembre (2004), Gary Webb, de 49 años, murió de un aparente suicidio, una herida de bala en la cabeza. Cualesquiera que sean los detalles de la muerte de Webb, la historia estadounidense tiene una gran deuda con él.

Aunque denigrado por gran parte de los medios de comunicación nacionales, la serie contra la cocaína de Webb provocó investigaciones internas por parte de la Agencia Central de Inteligencia y el Departamento de Justicia, investigaciones que confirmaron que decenas de unidades Contra e individuos con conexiones con la Contra estaban implicados en el tráfico de drogas. Las investigaciones también mostraron que la administración Reagan-Bush frustró las investigaciones de esos crímenes por razones geopolíticas.

Medios fallidos

Sin querer, Webb también expuso la cobardía y el comportamiento poco profesional que se habían convertido en las nuevas marcas registradas de los principales medios de comunicación estadounidenses a mediados de la década de 1990. Los grandes medios de comunicación siempre estaban tras la pista de algún escándalo excitante —el caso de O.J. Simpson o el escándalo de Monica Lewinsky—, pero los principales medios ya no podían lidiar con los graves crímenes de Estado.

Incluso después de que el inspector general de la CIA publicara sus hallazgos en 1998, los principales periódicos no pudieron reunir el talento ni el coraje para explicar esas extraordinarias admisiones del gobierno al pueblo estadounidense. Los grandes periódicos tampoco se disculparon por su trato injusto hacia Gary Webb. Presagiando la incompetencia de los medios de comunicación que no lograron desafiar el caso de George W. Bush a favor de la guerra con Irak cinco años después, las principales organizaciones de noticias efectivamente ocultaron la confesión de la CIA al pueblo estadounidense.

El New York Times y el Washington Post nunca superaron el “resumen ejecutivo” de la CIA, que trató de darle el mejor giro a los hallazgos del inspector general Frederick Hitz. Los Angeles Times ni siquiera escribió una historia después de que se publicó el volumen final del informe de la CIA, aunque la historia inicial de Webb se había centrado en envíos de cocaína de la Contra conectados al centro-sur de Los Ángeles.

El encubrimiento de Los Angeles Times ahora ha continuado después de la muerte de Webb. En un duro obituario sobre Webb, el reportero del Times, que me llamó para entrevistarme, ignoró mis comentarios sobre la deuda que la nación tenía con Webb y la importancia de los hallazgos del inspector general de la CIA. En lugar de usar la muerte de Webb como una oportunidad para finalmente aclarar la historia, el Times actuó como si nunca hubiera habido una investigación oficial que confirmara muchas de las acusaciones de Webb. (Los Ángeles Times, 12 de diciembre de 2004).




Al mantener el encubrimiento de la cocaína Contra, incluso después de que la CIA admitió los hechos, los grandes periódicos parecían haber entendido que podían evitar cualquier consecuencia por su comportamiento atroz en la década de 1990 o por su negligencia hacia el tema contra la cocaína cuando apareció por primera vez en la década de 1980. Después de todo, los medios de comunicación conservadores, el principal competidor de la prensa convencional, no van a exigir que se vuelvan a examinar los crímenes de los años de Reagan y Bush.

Eso significa que solo unos pocos medios de comunicación menores, como nuestro propio Consortiumnews.com, revisarán los hechos ahora, al igual que solo unos pocos de nosotros abordamos la importancia de las admisiones del gobierno a fines de la década de 1990. Compilé y expliqué los hallazgos de las investigaciones de la CIA/Justicia en mi libro de 1999, "Lost History: Contras, Cocaine, the Press & “Project Truth”.


"Lost History: Contras, Cocaine, the Press & “Project Truth", Robert Parry, 1999.

Caso Contra-Cocaína

Lost History, que tomó su nombre de una serie en este sitio web, también describe cómo la historia Contra - cocaína llegó al público por primera vez en una historia que Brian Barger y yo escribimos para Associated Press en diciembre de 1985. Aunque los grandes periódicos se burlaron con despreció de nuestro descubrimiento, el Senador John Kerry siguió nuestra historia con su propia investigación innovadora. Por sus esfuerzos, Kerry también se encontró con el ridículo de los medios. Newsweek calificó al senador de Massachusetts como un “aficionado a las conspiraciones lujuriosas”. 

Entonces, cuando Gary Webb revivió el tema de la Contra-cocaína en agosto de 1996 con una serie de tres partes de 20.000 palabras titulada "Dark Alliance", los editores de los principales periódicos ya tenían un poderoso interés propio para abofetear una historia que habían menospreciado por la década pasada.

El desafío a sus juicios anteriores fue doblemente doloroso porque el sofisticado sitio web del Mercury-News aseguró que la serie de Webb causara un gran revuelo en Internet, que estaba emergiendo como una amenaza para los medios de comunicación tradicionales. Además, la comunidad afroamericana estaba furiosa ante la posibilidad de que las políticas del gobierno de EE. UU. hubieran contribuido a la epidemia de crack y cocaína.

En otras palabras, los editores masculinos, en su mayoría blancos, de los principales periódicos vieron su preeminencia cuestionadas al juzgar las noticias por un periódico regional advenedizo, por Internet y ciudadanos estadounidenses comunes que también eran negros. Entonces, aunque la CIA estaba preparada para llevar a cabo una investigación relativamente exhaustiva y honesta, los principales periódicos parecían más ansiosos por proteger su reputación y su territorio.

Sin duda, la serie de Webb tuvo sus limitaciones. Rastreó principalmente una red de Contra-traficantes de cocaína en la costa oeste desde principios hasta mediados de la década de 1980. Webb relacionó esa cocaína con una red de producción de “crack” temprana que abastecía a las pandillas callejeras de Los Ángeles, los Crips y los Bloods, lo que llevó a la conclusión de Webb de que la Contra-cocaína alimentó la epidemia de crack que devastó Los Ángeles y otras ciudades de EE. UU.


Gary Webb, fotografía de Foto Scott J. Ferrell (Congressional Quarterly Getty Images)

Contraataque

Cuando los líderes negros comenzaron a exigir una investigación completa de estos cargos, los medios de Washington se unieron al establecimiento político para dar vueltas a los vagones. Le tocó al Washington Times derechista del reverendo Sun Myung Moon comenzar el contraataque contra la serie de Webb. The Washington Times recurrió a algunos ex funcionarios de la CIA, que participaron en la guerra de los Contras, para refutar los cargos de drogas.

Pero, en un patrón que se repetiría en otros temas en los años siguientes, el Washington Post y otros periódicos principales rápidamente se alinearon detrás de los medios de comunicación conservadores. El 4 de octubre de 1996, el Washington Post publicó un artículo de primera plana derribando la historia de Webb.

El enfoque del Post fue doble: primero, presentó las acusaciones contra la cocaína como noticias viejas —“incluso el personal de la CIA testificó ante el Congreso que sabían que esas operaciones encubiertas involucraban a traficantes de drogas”, informó el Post— y segundo, el Post minimizó la importancia de el único canal de contrabando que Webb había destacado, que no había “jugado un papel importante en el surgimiento del crack”. Un artículo de la barra lateral del Post descartó a los afroamericanos como propensos a los "temor de conspiración".

Pronto, el New York Times y Los Angeles Times se sumaron a la acumulación de Gary Webb. Los grandes periódicos dieron gran importancia a las revisiones internas de la CIA en 1987 y 1988 que supuestamente absolvieron a la agencia de espionaje de cualquier papel en el contrabando de cocaína.

Pero el encubrimiento de una década de la CIA comenzó a resquebrajarse el 24 de octubre de 1996, cuando el inspector general Hitz de la CIA admitió ante el Comité de Inteligencia del Senado que la primera investigación de la CIA había durado solo 12 días, la segunda solo tres días. Prometió una revisión más exhaustiva.

Burlándose de Webb

Mientras tanto, sin embargo, Gary Webb se convirtió en el blanco de las burlas de los medios. El influyente crítico de medios del Post, Howard Kurtz, se burló de Webb por decir en una propuesta de libro que exploraría la posibilidad de que la guerra de los Contras fuera principalmente un negocio para sus participantes. (“Oliver Stone, revisa tu correo de voz”, se rió Kurtz. Washington Post, 28 de octubre de 1996)

Sin embargo, la sospecha de Webb no era infundada. De hecho, el emisario del asistente de la Casa Blanca, Oliver North, Rob Owen, había señalado lo mismo una década antes, en un mensaje del 17 de marzo de 1986 sobre el liderazgo de la Contra. “Pocos de los llamados líderes del movimiento... realmente se preocupan por los muchachos en el campo”, escribió Owen: “ESTA GUERRA SE HA CONVERTIDO EN UN NEGOCIO PARA MUCHOS DE ELLOS”. (Mayúsculas en el original).


El Teniente Coronel Oliver North, En julio de 1987 tuvo que testificar ante un comité de investigación del Congreso de los Estados Unidos, en el interrogatorio admitió haber mentido al Congreso. Defendió sus acciones diciendo que creía poder ayudar a la Contra nicaragüense, a quienes veía como luchadores por la libertad, y que pensaba que la operación ilegal era una "buena idea".


Sin embargo, la picota de Gary Webb estaba en serio. El ridículo también tuvo un efecto predecible en los ejecutivos de Mercury-News. A principios de 1997, el editor ejecutivo Jerry Ceppos estaba en retirada.

El 11 de mayo de 1997, Ceppos publicó una columna de primera plana que decía que la serie "no cumplió con mis estándares". Criticó las historias porque "implicaban fuertemente el conocimiento de la CIA" de las conexiones de los Contras con los traficantes de drogas estadounidenses que fabricaban crack-cocaína. “No teníamos pruebas de que altos funcionarios de la CIA supieran de la relación”.

Los grandes periódicos celebraron la retirada de Ceppos como una reivindicación de su propio rechazo a las historias contra la cocaína. Luego, Ceppos desconectó la continua investigación contra la cocaína del Mercury-News y reasignó a Webb a una pequeña oficina en Cupertino, California, lejos de su familia. Webb renunció al periódico en desgracia.

Por socavar a Webb y a los otros reporteros que trabajaban en la investigación de los Contras, Ceppos fue elogiado por la American Journalism Review y recibió el premio nacional de ética en el periodismo de 1997 de la Sociedad de Periodistas Profesionales. Mientras Ceppos ganaba elogios, Webb vio colapsar su carrera y romper su matrimonio.

Avance de sondas

Aun así, Gary Webb había puesto en marcha investigaciones internas del gobierno que sacarían a la superficie hechos largamente ocultos sobre cómo la administración Reagan-Bush había llevado a cabo la guerra de los Contras. La línea defensiva de la CIA contra las acusaciones contra la cocaína comenzó a romperse cuando la agencia de espionaje publicó el Volumen Uno de los hallazgos de Hitz, el 29 de enero de 1998.

A pesar de un comunicado de prensa en gran parte exculpatorio, el Volumen Uno de Hitz admitió que muchas de las acusaciones de Webb no solo eran ciertas, sino que en realidad subestimó la gravedad de los delitos contra las drogas y el conocimiento de la CIA. Hitz reconoció que los contrabandistas de cocaína desempeñaron un papel inicial significativo en el movimiento contrarrevolucionario nicaragüense y que la CIA intervino para bloquear una investigación federal de 1984 que amenazaba la imagen sobre una red de narcotraficantes con sede en San Francisco con presuntos vínculos con los contrarrevolucionarios. (consulte Lost History: Contras, Cocaine, the Press & “Project Truth” de Robert Parry)

El 7 de mayo de 1998, otra revelación de la investigación del gobierno sacudió las debilitadas defensas de la CIA. La representante Maxine Waters, demócrata de California, introdujo en el Registro del Congreso una carta de entendimiento del 11 de febrero de 1982 entre la CIA y el Departamento de Justicia. La carta, que había sido solicitada por el director de la CIA, William Casey, liberó a la CIA de los requisitos legales de que debe informar el contrabando de drogas por parte de los activos de la CIA, una disposición que cubría tanto a los contras nicaragüenses como a los rebeldes afganos que luchaban contra un régimen apoyado por los soviéticos en Afganistán. 


Jefes de la CONTRA-Nicaragüense, izquierda Adolfo Calero Portocarrero, hombre de negocios y político. En el medio Enrique Bermúdez Varela, un ex militar conocido como "Comandante 3-80" (un tipo despiadado). A la derecha, un comandante que usa un parche de las tropas aerotransportadas del US Army.


Informe de Justicia

Se abrió otra grieta en el muro defensivo cuando el Departamento de Justicia publicó un informe de su inspector general, Michael Bromwich. Dado el clima hostil que rodea la serie de Webb, el informe de Bromwich comenzó con críticas a Webb. Pero, al igual que el Volumen Uno de la CIA, el contenido reveló nuevos detalles sobre las irregularidades del gobierno.

Según la evidencia citada por el informe, la administración Reagan-Bush sabía casi desde el comienzo de la guerra de la Contra que los traficantes de cocaína permeaban la operación paramilitar. La administración tampoco hizo casi nada para exponer o detener las actividades delictivas. El informe reveló ejemplo tras ejemplo de pistas no seguidas, testigos corroborados menospreciados, investigaciones oficiales de las fuerzas del orden público saboteadas e incluso la CIA facilitando el trabajo de los narcotraficantes.

El informe Bromwich mostró que los contras y sus partidarios realizaron varias operaciones paralelas de contrabando de drogas, no solo la que está en el centro de la serie de Webb. El informe también encontró que la CIA compartió poca información sobre las drogas de los contras con las agencias policiales y en tres ocasiones interrumpió las investigaciones de tráfico de cocaína que amenazaban a los contras.

Aunque representa una operación antidrogas más extendida de lo que Webb había entendido, el informe de la Justicia también proporcionó una corroboración importante sobre un narcotraficante nicaragüense, Norwin Meneses, quien fue una figura clave en la serie de Webb. Bromwich citó a informantes del gobierno estadounidense que proporcionaron información detallada sobre la operación de Meneses y su ayuda financiera a los contras.

Por ejemplo, Renato Peña, un mensajero de dinero y drogas de Meneses, dijo que a principios de la década de 1980, la CIA permitió que los contras trajeran drogas a Estados Unidos, las vendieran y se quedaran con las ganancias. Peña, quien también fue el representante del norte de California para el ejército contrarrevolucionario FDN respaldado por la CIA, dijo que el narcotráfico fue impuesto a los contrarrevolucionarios debido a los niveles inadecuados de asistencia del gobierno estadounidense.

El informe de la Justicia también reveló ejemplos repetidos de la CIA y las embajadas de EE. UU. en América Central desalentando las investigaciones de la DEA, incluida una sobre presuntos envíos de Contra-cocaína que se movían a través del aeropuerto de El Salvador. En una conclusión discreta, el inspector general Bromwich escribió: “No tenemos ninguna duda de que la CIA y la embajada de EE. UU. no estaban ansiosas por que la DEA siguiera con su investigación en el aeropuerto”.



Volumen dos de la CIA

A pesar de las notables admisiones en el cuerpo de estos informes, los grandes periódicos no mostraron inclinación a leer más allá de los comunicados de prensa y los resúmenes ejecutivos. Para el otoño de 1998, el Washington Post estaba obsesionado con el escándalo sexual de Monica Lewinsky, lo que facilitó ignorar revelaciones aún más sorprendentes en el Volumen Dos de la CIA.

En el Volumen Dos, publicado el 8 de octubre de 1998, el Inspector General de la CIA Hitz identificó a más de 50 contras y entidades relacionadas con contras implicadas en el tráfico de drogas. También detalló cómo la administración Reagan-Bush había protegido estas operaciones de drogas y frustrado las investigaciones federales, que habían amenazado con exponer los crímenes a mediados de la década de 1980. Hitz incluso publicó evidencia de que el tráfico de drogas y el lavado de dinero se rastrearon hasta el Consejo de Seguridad Nacional de Reagan, donde Oliver North supervisó las operaciones de la Contra.

Hitz también reveló que la CIA colocó a un reconocido lavador de dinero de las drogas a cargo de los contras del Frente Sur en Costa Rica. Además, según la evidencia de Hitz, el segundo al mando de la contra en el Frente Norte de Honduras se habría fugado de una cárcel colombiana donde cumplía condena por narcotráfico.

En el volumen dos, la defensa de la CIA contra la serie de Webb se había reducido a una diminuta hoja de parra: que la CIA no conspiró con los contras para recaudar dinero a través del tráfico de cocaína. Pero Hitz dejó en claro que la guerra de los contras tenía prioridad sobre la aplicación de la ley y que la CIA ocultó evidencia de los crímenes de la Contra al Departamento de Justicia, al Congreso e incluso a la propia división analítica de la CIA.

Hitz encontró en los archivos de la CIA evidencia de que la agencia de espionaje sabía desde los primeros días de la guerra Contra que sus nuevos clientes estaban involucrados en el tráfico de cocaína. Según un cable de septiembre de 1981 a la sede de la CIA, uno de los primeros grupos de la Contra, conocido como ADREN, había decidido utilizar el narcotráfico como mecanismo de financiación. Dos miembros de ADREN hicieron la primera entrega de drogas a Miami en julio de 1981, informó el cable de la CIA.

Los líderes de ADREN incluían a Enrique Bermúdez, quien emergió como el máximo comandante militar de la Contra en la década de 1980. La serie de Webb había identificado a Bermúdez como quien dio luz verde a la recaudación de fondos del narcotraficante Meneses. El informe de Hitz agregó que la CIA tenía otro testigo nicaragüense que implicaron a Bermúdez en el narcotráfico en 1988.


Dos magistrales caricaturas del artista estadounidense Robert "Robbie" Conal, datan de 1988, Conal es conocido por sus representaciones grotescas y retorcidas de figuras políticas estadounidenses, suele distribuir su arte en carteles durante la noche usando su "ejército de carteles guerrilleros voluntarios" (cita de Wiki)


Prioridades

Además de rastrear la evidencia del narcotráfico a lo largo de la década de guerra de la Contra, el inspector general entrevistó a altos funcionarios de la CIA que reconocieron que estaban al tanto del problema de las drogas, pero que no querían que su exposición socavara la lucha de la organización para derrocar al  gobierno sandinista de izquierda.

Según Hitz, la CIA tenía “una prioridad primordial: derrocar al gobierno sandinista. … (Los oficiales de la CIA) estaban decididos a que las diversas dificultades que encontraron no impidieran la implementación efectiva del programa Contra”. Un oficial de campo de la CIA explicó: “El objetivo era hacer el trabajo, obtener el apoyo y ganar la guerra”.

Hitz también relató las quejas de los analistas de la CIA de que los oficiales de operaciones de la CIA que manejaban la guerra de la Contra ocultaron evidencia de la Contra en el tráfico de drogas incluso a la división analítica de la CIA. Debido a la evidencia oculta, los analistas de la CIA concluyeron incorrectamente a mediados de la década de 1980 que “solo un puñado de contras podría haber estado involucrado en el tráfico de drogas”. Esa evaluación falsa se transmitió al Congreso y a las principales organizaciones de noticias, lo que sirvió como base importante para denunciar a Gary Webb y su serie en 1996.


Aunque el informe de Hitz fue una extraordinaria admisión de culpabilidad institucional por parte de la CIA, pasó casi desapercibido para los grandes periódicos.


Dos días después de que se publicara el informe de Hitz en el sitio de Internet de la CIA, el New York Times publicó un breve artículo en el que continuaba ridiculizando el trabajo de Webb, aunque reconocía que el problema de las drogas de hecho podría haber sido peor de lo que se pensaba anteriormente. Varias semanas después, el Washington Post intervino con un artículo igualmente superficial. Los Angeles Times nunca publicó una historia sobre el lanzamiento del Volumen Dos de la CIA.

Consecuencias

Hasta el día de hoy, ningún editor o reportero que se haya perdido la historia contra las drogas ha sido castigado por su negligencia. De hecho, muchos de ellos ahora son altos ejecutivos en sus organizaciones de noticias. Por otro lado, la carrera de Gary Webb nunca se recuperó.

Sin embargo, a la muerte de Webb, cabe señalar que su gran regalo a la historia estadounidense fue que él, junto con ciudadanos afroamericanos enojados, obligaron al gobierno a admitir algunos de los peores crímenes jamás tolerados por cualquier administración estadounidense: la protección de las drogas, el contrabando a los Estados Unidos como parte de una guerra encubierta contra un país, Nicaragua, que no representaba una amenaza real para los estadounidenses.

La verdad fue fea. Ciertamente, las principales organizaciones de noticias habrían sido objeto de críticas si hubieran hecho su trabajo y presentado esta preocupante historia al pueblo estadounidense. Los defensores conservadores de Ronald Reagan y George H.W. Bush seguramente habrían aullado en señal de protesta.

Pero la verdadera tragedia del regalo histórico de Webb, y de su vida truncada, es que debido a la insensibilidad y la cobardía de los principales medios de comunicación, este oscuro capítulo de la era Reagan-Bush sigue siendo en gran parte desconocido para el pueblo estadounidense.


Robert Parry 

Consortium News

También reproducido por Global Research Canadá (dic/2022)


* Nota final adicionada por el editor del blog:

The New York Times, en su edición del 2 de octubre de 2014 publicó el artículo: "Resurrección de un reportero deshonrado" (Resurrecting a Disgraced Reporter, original en inglés). Afirma que Webb, en desgracia, fue expulsado del periodismo y se suicidó en 2004, aunque el NYT intenta rehabilitar el nombre del perseguido periodista, insiste en que su investigación, "Dark Alliance", era "profundamente defectuosa". La nota de prensa del NYT se centra en la película "Kill the Messenger” estrenada el 10 de octubre de 2014, cuya trama obviamente trata sobre las denuncias de Gary Webb. Dice el NYT que Webb "escribió más allá de lo que sabía, pero la película sugiere que dijo una verdad que otros no estaban dispuestos a decir. A veces, cuando David se enfrenta a Goliat, es David quien acaba siendo derrotado"...

 

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