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17 julio 2022

El místico contra Hitler, o las gafas de Fritz Gerlich




Parte I

Introducción sobre el periodista alemán Fritz Gerlich

Tito Andino

Recopilación de artículos y notas personales 


Fritz Gerlich, seguramente no significa nada en la actualidad, ni en Alemania, ni en el mundo. Una desconocida víctima más de las centenares de miles que produjo el nazismo antes de la segunda guerra mundial. 


© Archiv des Erzbistums München und Freising_h2000


Fritz Gerlich fue un destacado periodista alemán en los años del ascenso político de Hitler, crítico mordaz del Führer, se ganó el odio de los nazis que pusieron precio a su cabeza. En 1920 fue nombrado redactor-jefe del diario "Münchner Neueste Nachrichten", un "periódico bastión de la renovación nacional contra el socialismo y la política republicana", pues si, Gerlich al principio era un convencido nacionalista y anticomunista, incluso en los primeros años de la década de 1920 se reunió con Hitler.

Aún así, este nombre no significará nada en el presente, salvo, quizás, para quienes apreciaron "Hitler: The Rise of Evil", una miniserie canadiense (2003) de dos episodios que detalla la toma del poder de Adolf Hitler. La trama enfoca a un desconocido orador que consigue poco a poco llamar la atención del periodismo de Múnich, entre otros de Fritz Gerlich. Pero, cuando comprenden el brutal odio y la doctrina antisemita, aquel orador, más que afectos conquistó algunos opositores en los todavía independientes medios de Baviera que se ahondará más con el fallido Putsch de la Cervecería (noviembre 1923), tras lo cual Gerlich se convierte en un serio opositor y feroz crítico de Hitler y el nazismo. 

Gerlich renunció a su cargo de redactor-jefe del "Münchner Neueste Nachrichten" y retornó a su antiguo empleo en el Archivo Nacional de Baviera. Junto a un círculo de amigos fundaron un semanario político, "a fin de reorientar a la izquierda y la derecha lejos del extremismo político. Apoyado por un rico mecenas, el príncipe Erich Walburg-Zeil, Gerlich fue capaz de liderar el semanario "Der Illustrierte Sonntag", renombrado "Der gerade Weg" a partir de 1932".

Gerlich siguió luchando contra las doctrinas políticas del comunismo, el nacionalsocialismo y el antisemitismo. El peligro del nazismo, en pleno apogeo, era citado con frecuencia con su pluma. "La enfática y a veces estridente entonación de su batalla periodística le dio al periódico un creciente espectro de lectores". A fines de 1932, la circulación del semanario sobrepasaba los 100.000 lectores. Gerlich decía: "El nacionalsocialismo se entiende como la enemistad con las naciones vecinas, la tiranía interna, la guerra civil, la guerra mundial, la mentira, el odio, el fratricidio y los ilimitados deseos". (Ron Rosenbaum,  "Explaining Hitler: The Search for the Origins of his Evil (1998) Explicar a Hitler: Los orígenes de su maldad)


Obra del artista neerlandés L.J. Jordaan, 

Los nazis a pesar de sus ataques y palizas a la prensa opositora "solo" pudieron actuar drásticamente contra Gerlich tras la toma del poder, un día después del ascenso al gobierno de Alemania los nazis decidieron eliminarlo. El 9 de marzo de 1933 asaltaron sus oficinas, le propinaron una gran paliza y lo encarcelaron junto a millares de opositores en el campo de concentración de Dachau

Según Ronald Hayman, en "Hitler & Geli" (1997), Gerlich estaba obstinado en preparar la edición del 12 de marzo de 1933 para Der Gerade Weg e ignoró la ya vigente prohibición de los periódicos de la oposición, no escuchó a los amigos que le aconsejaron mantenerse lejos de su oficina. Se cree que el artículo principal del semanario presentaría una acusación contra los nazis de iniciar el incendio del Reichstag, además de exponer los planes secretos para la aniquilación de las Iglesias, revelar un pacto secreto entre Rohm y Deterding o la financiación extranjera de los nazis y exponer los hechos que Gerlich había descubierto sobre la muerte de Geli Raubal (la media sobrina de Hitler), según se desprende del citado libro de Ron Rosenbaum. Todas esas verdades (o parte de ellas) han desaparecido de la historia.

El 9 de marzo de 1933, Max Amann y Emil Maurice -cercanos secuaces de Hitler- condujeron a un grupo de tropas de asalto a las oficinas de Gerlich, destrozaron todas las máquinas, destruyeron el contenido de escritorios, archivos, armarios y cajones, incluida la copia para el próximo número de Der Gerade Weg. Amann, quien como editor del Volkischer Beobachter a menudo había sido vilipendiado por Gerlich, lo golpeó con fuerza en la cara, le rompió las gafas y lastimó ambos ojos. 

En Dachau, Fritz Gerlich fue asesinado el 30 de junio de 1934, durante "la noche de los cuchillos largos", la Gestapo lo sacó de su celda y le disparó en la cabeza. Los esbirros de Hitler escogieron un modo cruel y aterrador de notificar el hecho a la esposa de Gerlich, le enviaron las gafas del periodista, manchadas de sangre. Sophie Gerlich nunca recibió notificación oficial de la muerte de su esposo.

"Otros católicos asesinados ese día incluyeron a Erich Klausener, presidente del movimiento de Acción Católica y Adalbert Probst, director nacional de la Asociación Deportiva Juvenil Católica". Richard Evans, autor de "The Third Reich in Power" (2005) sugiere que "el asesinato de Klausener envió un mensaje claro a los católicos de que no se toleraría un resurgimiento de la actividad política católica independiente".

Max Amman, en su calidad de nazi prominente fue arrestado por las tropas Aliadas al terminar la guerra, sentenciado el 8 de septiembre de 1948 a diez años en un campo de trabajo, fue liberado en 1953. Fue despojado de su propiedad, pensión, derechos y prácticamente toda su fortuna confiscada. Amann murió el 30 de marzo de 1957 en Munich.



Portada del "Der Gerade Weg", del 11 de enero de 1933 "Hitler y la Biblia de Satanás" 


Gerlich sobre la muerte de Geli Raubal

En la mañana del sábado 19 de septiembre de 1931, Geli Raubal, la sobrina de Adolf Hitler, fue hallada muerta en el piso de su habitación. Había sido asesinada por una pistola Walther 6.35, propiedad de Hitler. Los periódicos anti-Hitler, incluido Der Gerade Weg, sugirieron que Hitler había asesinado a Geli. Según el hijo de un hombre que trabajaba para Gerlich, el periódico obtuvo una copia de "una investigación del fiscal del estado sobre el asunto de Geli Raubal" que supuestamente "mostraba que Geli fue asesinado por orden de Hitler".


Ronald Hayman, en "Hitler & Geli" (1997) señala: "Al ver una oportunidad para desacreditar a Hitler, Gerlich usó todas sus habilidades periodísticas para investigar la muerte de Geli. A medida que sus sospechas se endurecieron, reunió pruebas para publicarlas en forma de panfleto. Si podemos confiar en el resumen del folleto en "Las memorias de Bridget Hitler", obtuvo declaraciones juradas de Willi Schmidt, el crítico al que Geli había consultado sobre los profesores en Viena, y de uno de los inspectores de policía que había visitado el piso. Este hombre -no sabemos si era Sauer o Forster- creía que Hitler estaba en el apartamento cuando se disparó el tiro... Gerlich llegó a la conclusión de que, en lugar de partir hacia Nuremberg, Hitler había pospuesto su viaje. Herr Zehnter, propietario de un restaurante de Múnich llamado Bratwurstglockl, testificó que Hitler llegó con Geli la tarde del viernes 18 de septiembre de 1931, que estuvieron en una habitación privada en el primer piso hasta casi la una de la mañana, y que Hitler, que rara vez tocaba el alcohol, bebía cerveza. Según este resumen del panfleto, él y Geli regresaron al departamento, donde la amenazó con su revólver y le disparó”.

Sin lugar a dudas, uno de los hechos más recordados de la carrera periodística de Gerlich nos recuerda a un gran artista alemán, muy cercano al periodismo militante, hablamos de John Heartfield, uno de los pioneros del fotomontaje satírico anti-nazi, solo que el artista presentaba su sátira en publicaciones de expresión política para medios comunistas como el diario "Die Rote Fahne" y el semanario "Arbeiter-Illustrierte-Zeitung" (AIZ), este último presentó las obras de Heartfield por las que es recordado en el presente. En cambio, el periodista Gerlich se inclinaba más por la derecha conservadora.



"Uno de sus momentos más polémicos fue el haber convertido la imagen de Hitler en una composición donde sus rasgos faciales eran exagerados y él estaba del brazo de una mujer negra. En el artículo, Fritz sugirió que los lectores aplicasen esta propia ciencia de Hitler de la fisonomía al propio Hitler, y cuando es aplicada, está claro que Hitler no es ni siquiera ario, sino de un subtipo de Mongolia. Este insulto fue el último clavo en el ataúd de Fritz, que había utilizado sistemáticamente el poder de la pluma para combatir a Hitler a cada paso del camino. Gerlich sirve como ejemplo de los muchos periodistas que fueron amenazados, golpeados y asesinados por revelar la verdad. Solo en la oscuridad se pueden ocultar las cosas malas". (Brently Kopopolous)


Der Gerade Weg, edición del 17 de julio de 1932, "¿Tiene Hitler sangre mongola?" 


Adolf Hitler: ¿ario o mongol?

Ron Rosenbaum afirma que Adolf Hitler estaba particularmente molesto por un artículo de Gerlich que apareció el 17 de julio de 1932 en Der Gerade Weg (El camino recto), que tenía el titular, "¿Tiene Hitler sangre de Mongolia?". En su libro "Explicando a Hitler" Rosenbaum argumenta: "Todavía tiene el poder de impactar: Adolf Hitler casado con una novia negra. Más de seis décadas después de esta extraordinaria imagen fotocompuesta de Hitler con sombrero de copa y frac, del brazo de una novia negra en una escena de felicidad el día de la boda, apareció en la portada de uno de los principales periódicos de Múnich, esta representación burlona de Hitler, en un contexto de decapitación, mestizaje, sexo transgresor y desfiguración violenta, todavía emite un aura de temeridad de peligro..."

El sitio web "Spartacus", profundiza al respecto. En el artículo, Gerlich usa la ridícula "ciencia racial" de Hitler para probar que Hitler no era ario sino mongol. Mira de cerca la nariz de Hitler, que describe como "eslava". El tipo eslavo, señala, "se formó por la mezcla después de la invasión de los hunos de los mongoles con sangre eslava original". Gerlich continúa argumentando: "La estrategia de guerra de aquellos tiempos hizo que los ejércitos victoriosos tuvieran la costumbre de tener relaciones sexuales con las mujeres y niñas de los pueblos derrotados... Tenemos que suponer que en la región natal extranjera de la familia de Hitler, no quedó sangre nórdica".

Fritz Gerlich, en Der Gerade Weg (17 julio 1932) explicaba que en el movimiento político de Hitler solo hay una voluntad y esa es la suya... Él nunca tiene que explicar lo que hace... sus seguidores tienen que ejecutar sus órdenes sin ninguna información... El contraste entre el verdadero ideal nórdico y el de Hitler no se puede expresar de forma más dramática. La actitud de Hitler es absolutamente antinórdica y antigermánica. Es, racialmente, mongol puro... Es el despotismo absoluto mongol que se expresa en la actitud de Hitler y que puede explicarse por el hecho de que este hombre es un bastardo típico que tiene sangre principalmente no nórdica en sus venas.

En la edición siguiente, Der Gerade Weg (24 de julio de 1932), artículo de seguimiento de la edición anterior, Fritz Gerlich, afirma:

"No podemos entender cómo las personas que se llaman a sí mismas católicas justas pueden sentirse molestas por la yuxtaposición de Hitler y una mujer negra. ¿Qué les preocupa exactamente, queridos señores y señoras? ¿No habéis aprendido, en los primeros principios del catecismo de nuestra religión, no solo que todos los hombres tienen el alma donada por Dios, sino también que todos somos descendientes de un padre y una madre, hijos de Adán y Eva: Según nuestros propios principios católicos, los negros son nuestros hermanos y hermanas incluso de sangre. Es totalmente imposible para aquellos de nosotros con cosmovisiones católicas "degradar" a un centroeuropeo como Adolf Hitler emparejándolo con una mujer negra. Una mujer negra no es una persona de raza inferior... Consideramos a una mujer negra como nuestra hermana de sangre". (citado por Ron Rosenbaum).

La sentencia de muerte contra Carl Albert Fritz Michael Gerlich se había dictado.

*****


Parte II

El místico contra Hitler, o las gafas de Fritz Gerlich

 


 Laura Knight-Jadczyk

Original versión en inglés tomado de su personal y oficial web site.

Historiadora y autora de catorce libros y muchos artículos publicados en forma impresa y en internet. Es fundadora de SOTT.net, radicada en Francia.


A menudo he querido tener en mis manos los periódicos alemanes de la época antes e inmediatamente después de que Hitler llegara al poder para tratar de entender lo que realmente estaba sucediendo en Alemania en ese momento. Me preguntaba si podríamos extraer alguna lección de ello para nuestro tiempo presente. He preguntado a muchas personas si alguna vez han visto algún artículo de este tipo reproducido en algún lugar, o han oído hablar de ellos, y siempre he dibujado un espacio en blanco sobre esa pregunta. Después de todo, si suponemos que nuestro tiempo presente tiene alguna similitud con el Tercer Reich de Hitler, sería bueno tener algún material concreto que se escribió en tiempo real, en ese momento, en el que basar las comparaciones. 

Da la casualidad de que un tipo llamado Ron Rosenbaum también tenía curiosidad al respecto, pero por una razón diferente. Entrevistó a un sobreviviente del Holocausto que mencionó un artículo que recordaba de la época, y Rosenbaum fue a buscarlo. Encontró mucho más de lo que esperaba. Encontró a Fritz Gerlich y al Múnich Post. Rosenbaum llama a Fritz y a los suyos los "Primeros Explicadores".

"Los heroicos periodistas anti-Hitler de Múnich que, de 1920 a 1933 (cuando muchos fueron encarcelados o asesinados) se dedicaron valientemente a la tarea diaria de intentar contarle al mundo sobre la extraña figura que había surgido de las calles de Múnich para convertirse en líder de un movimiento que tomaría el poder e inscribiría un nuevo capítulo en la historia del mal. Mi fascinación por estas figuras en gran parte olvidadas, los reporteros que fueron los primeros en investigar la vida política y personal, la criminalidad y los escándalos de Hitler y "el partido de Hitler", como lo llamaron astutamente, comenzó a crecer a medida que comencé a recoger ecos y rastros de su lucha con Hitler, enterrados en las notas a pie de página de los historiadores de la posguerra ...

Mi fascinación se profundizó cuando me encontré con una colección casi completa de números descamados y amarillentos, de siete décadas de antigüedad, del anti-Hitler Múnich Post, que se escabullían en el sótano de los archivos de la biblioteca Monacensia de Múnich. Desde entonces han sido transferidos al microfilm, pero había algo en la comunión con las copias desmoronadas reales del periódico del partido de Hitler llamado "la cocina venenosa", temas en los que Hitler era una figura viva acechando las páginas, que sirvieron para darme una insinuación dolorosamente inmediata de la frustración enloquecedoramente insoportable de Casandra, el Múnich Post. Los periodistas deben haber sentido, fueron los primeros en sentir las dimensiones del potencial de Hitler para el mal, y en ver la forma en que el mundo ignoraba las advertencias desesperadas de su trabajo.


Fritz Gerlich

© Archivo Estatal de Baviera, Fritz Gerlich, editor del Munich Post


Como periodista, sentí al mismo tiempo un creciente asombro por lo que habían logrado, lo mucho que habían expuesto y lo completamente olvidados que habían sido. El suyo fue el primer intento sostenido de comprender las profundidades del fenómeno Hitler a medida que comenzaba a desarrollarse.

La visión de los Primeros Explicadores fue la visión de los hombres y mujeres que fueron testigos críticos del espectáculo ahora perdido de Hitler convirtiéndose en Hitler. Además de los valientes reporteros y editores del Múnich Post, había otros como Rudolf Olden, Konrad Heiden, Walter Schaber... y Fritz Gerlich, el editor iconoclasta de un periódico conservador de oposición antimarxista y antinazi llamado Der Gerade Weg (El camino correcto, o Camino recto), celebrado como un némesis periodístico de Hitler en su tiempo, en gran parte olvidado ahora.

Gerlich fue asesinado en Dachau por intentar imprimir una exposición dañina de Hitler cinco semanas después de que los nazis tomaran el poder y aplastaran al resto de la prensa de la oposición. Una figura fascinante, Gerlich, un mordaz azote satírico swiftiano de Hitler, poseía una extraña visión de la dinámica racial de la patología de Hitler. Un erudito histórico escéptico, Gerlich, sin embargo, llegó a creer en los poderes proféticos de una estigmatizada bávara controvertida, probablemente fraudulenta, y encontró en ella una fuente de la fe que lo llevó a jugar su vida en un último esfuerzo para derribar a Hitler con su pluma e imprenta. Con una exposición para poner fin a todas las exposiciones de Hitler, esperaba: una historia final que conmocionaría al público y haría que el presidente Paul von Hindenburg depusiera al recién instalado canciller Hitler antes de que fuera demasiado tarde. Fue una apuesta desesperada que fracasó.

El 9 de marzo de 1933, las tropas de asalto irrumpieron en la oficina del periódico de Gerlich, arrancaron su última historia de las prensas, lo golpearon sin sentido y lo arrastraron a Dachau, donde fue asesinado en la Noche de los Cuchillos Largos en junio de 1934. La naturaleza de la exposición que había estado a punto de publicar -algunos dijeron que se refería a las circunstancias de la muerte de la media sobrina de Hitler, Geli Raubal, en su apartamento, otros dijeron que se refería a la verdad sobre el incendio del Reichstag en febrero de 1933 o la financiación extranjera de los nazis- se ha perdido efectivamente en la historia; es uno de los senderos probatorios que he seguido hasta el amargo final...

Logré localizar en Múnich a uno de los últimos colegas vivos de Gerlich, el Dr. Johannes Steiner, un editor retirado de unos noventa años que había sido socio en la condenada hoja de ataque anti-Hitler de Gerlich, Der Gerade Weg. El recuerdo del Dr. Steiner de ese horrible momento, particularmente los últimos días de Gerlich, cuando todos estaban huyendo, era fragmentario. Pero había un momento, un recuerdo que había conservado con una claridad aterradora durante seis décadas: un recuerdo de la Gestapo y los lentes de Fritz Gerlich. Las gafas con montura de acero de Gerlich se habían convertido en una especie de imagen característica para el combativo periodista entre quienes lo conocieron en Múnich, un emblema casi de su férrea determinación y claridad de visión. Pero después de un año en Dachau, después de que la Gestapo lo sacara de su celda y le disparara en la cabeza en la Noche de los Cuchillos Largos, los matones de Hitler eligieron una forma cruel y escalofriante de notificar a la esposa de Gerlich. El Dr. Steiner recordó: "Enviaron a su viuda, Sophie, las gafas de Gerlich, toda salpicada de sangre". (Ron Rosenbaum, Explaining Hitler: The Search for the Origins of His Evil– junioune 1998)

Rosenbaum ve el gesto cruel como, tal vez, un reconocimiento por parte de los matones de Hitler de que Gerlich había visto demasiado y sabía demasiado, "una muestra de cuánto temía y odiaba su visión por el círculo interno de Hitler, por haber visto a través de ellos".

Ahora, ¿notó algo particularmente interesante en el breve relato anterior del quién, qué, cuándo y dónde de Fritz Gerlich? Probablemente se deslizó por alto, pero fue esto: "Un erudito histórico escéptico, Gerlich, sin embargo, llegó a creer en los poderes proféticos de un estigma bávaro controvertido, probablemente fraudulento, y encontró en ella una fuente de la fe que lo llevó a jugar su vida en un último esfuerzo para derribar a Hitler con su pluma e imprenta". ¿De qué habla Rosenbaum? ¿Un "estigma bávaro"?

Bueno, antes de llegar a eso, hablemos de Fritz Gerlich y "El juicio de la nariz de Hitler". En julio de 1932, una extraordinaria imagen fotocompuesta de Hitler apareció en la portada de uno de los principales periódicos de Múnich. Intenté, sin éxito, obtener una imagen de este tema, pero un lector la encontró:



Muestra a Hitler con sombrero de copa y colas, del brazo con una novia negra en una escena de boda y el titular decía: "¿Hitler tiene sangre mongola?" Parece que las caricaturas de Hitler habían aparecido en muchos de los periódicos de la oposición y en carteles durante años, pero la mayoría de estos tendían a centrarse en el bigote y el bloqueo o la exageración facial. Esta imagen golpeó mucho más cerca de casa y ciertamente fue la sentencia de muerte de Gerlich. Publicar un ataque tan cruel como este, un ataque que fue de mayor alcance y profundamente hiriente en el cuerpo del texto de lo que incluso la sensacional foto y el titular indicarían, fue un acto de gran coraje personal por parte de un profeta desesperado y condenado. En su pieza de éxito, Gerlich propone que el lector aplique la "ciencia racial" de uno de los teóricos raciales favoritos de Hitler, el Dr. Hans Gunther, quien había prescrito la forma y dimensión precisas de todas y cada una de las características faciales y de la cabeza del "tipo nórdico", a la propia cabeza y cara de Hitler, especialmente a su nariz. Con fotografías adjuntas, Gerlich procede a demostrar que Hitler no era, de hecho, ario, sino que era, más bien, del tipo mongol. Gerlich fue más allá al escribir una "crítica brillante que resultó en la devastadora conclusión de que Hitler, según sus propias luces, no solo carecía de fisonomía aria, sino que carecía de un alma aria". Rosenbaum escribe:

"Una gran satisfacción que al menos aquí, un periodista anti-Hitler había hecho todo lo posible, había ido a por la yugular, había dado rienda suelta a la ira y el desprecio que todos sentían antes de que todos fueran silenciados. Sospecho que esta imprudencia fatal sin límites tiene algo que ver con mi propia fascinación por Gerlich. Es sorprendente descubrir, cuando miras la literatura sobre Hitler y el liderazgo nazi antes y después de la guerra, dentro y fuera de Alemania, cuán poco odio y odio abierto y sincero se expresa en forma impresa. El tono y la tendencia de los explicadores de antes de la guerra era condescender con Hitler, tratarlo como un fenómeno digno de desprecio, y mucho menos de seria consideración. En lugar de instar a la necesidad de combatir a Hitler, los explicadores de antes de la guerra actuaron como si pudiera ser eliminado con palabras, menospreciado hasta el olvido. Lo disminuyeron hasta el punto en que ni siquiera era un objetivo digno para el antagonismo.

La literatura de posguerra tiende a menospreciar a Hitler de un modo diferente; sabiendo bien lo que hizo, la tendencia es argumentar que no era realmente él, eran las fuerzas más profundas detrás y debajo de él, la ola en la que cabalgaba ... La rara excepción como Gerlich arroja la ausencia de pasión en otros lugares en un relieve descarnado... El odio imprudente pero exquisitamente bien perfeccionado bajo la superficie de la sátira de Gerlich ... era más que un aullido, era una herramienta analítica con filo de navaja que llegaba al corazón de la patología de Hitler antes que nadie, antes de que fuera demasiado tarde, si alguien hubiese escuchado". (Ron Rosenbaum)

Así, Ron Rosenbaum ha encontrado un heroico abanderado en la vida y obra de Fritz Gerlich; pero tiene un problema. Dice que Gerlich fue "impulsado por su obsesión con Hitler de lo racional a lo irracional..." ¿Por qué ve al hombre que realizó tales actos de resistencia periodística contra Hitler, actos que admira tanto, incluso hasta el final, como "irracionales"? Es el problema del "estigma bávaro" al que estoy llegando; sea paciente.

Fritz Gerlich nació protestante y recibió un doctorado en historia en la Universidad de Múnich. En 1923, era una figura respetada e influyente en el movimiento nacionalista y, por lo tanto, fue uno de los primeros partidarios de Hitler. Sin embargo, en la primavera de 1923, recibió un visitante en su apartamento, esa estrella en ascenso de las fuerzas nacionalistas de derecha, el propio Adolf Hitler. Nadie sabe lo que sucedió en esa reunión, pero parece que algo dicho entonces, conectado con las cosas que Hitler hizo más tarde, convirtió a Gerlich en un enemigo implacable. Aparentemente, Gerlich había visto algo, las "dos caras de Adolf Hitler".

Gerlich formó un grupo muy unido de colegas que trabajaron primero en el Munchener Neueste Nachrichten, y luego, con Gerlich en su propio periódico anti-Hitler, Der Gerade Weg. Durante diez años, desde 1923 hasta 1933, este grupo fue el centro más abierto del periodismo anti-Hitler entre los conservadores en Alemania. Los miembros del grupo Gerlich que escaparon del arresto en la redada en el periódico en marzo de 1933 se convirtieron en el núcleo del movimiento anti-Hitler que culminó en el fallido intento de asesinato de Claus von Stauffenberg contra Hitler en julio de 1944. Como se puede adivinar, en ese momento, fueron ejecutados.

Vamos a Rosenbaum ahora para aprender sobre Gerlich y Therese Neumann:


 

© Therese Neumann (1898-1962) 


Pero algo extraño le sucedió a Gerlich y a este pequeño grupo a finales de los años veinte: forjaron una alianza altamente improbable, una que se convirtió en una fuente de la fe que alimentó su valiente campaña contra Hitler. Gerlich y sus amigos se involucraron profundamente con una santa estigmatizada: una mujer bávara muy controvertida, probablemente fraudulenta, pero ampliamente adorada: Therese Neumann. Todavía me parece notable que un historiador escéptico, protestante y racionalista como Gerlich, el sensato editor de un periódico con el ojo de gimlet detrás de las gafas con montura de acero, fuera acogido por esta primitiva mística católica postrada en cama cuya propia iglesia era escéptica ...

Uno de los visitantes (de Teresa), un conservador católico aristocrático, el conde Erwin von Aretin, que sobrevivió para convertirse en el biógrafo de posguerra de Gerlich, se convirtió en creyente. Finalmente, después de repetidas insistencias de sus colegas, el escéptico protestante Gerlich decidió hacer una visita a la estigmatizada. Para sorpresa de casi todos, regresó profundamente impresionado. Más que eso, regresó repetidamente, se vio atraído cada vez más profundamente en el círculo de la campesina, transcribía sus declaraciones visionarias y las traducía en advertencias y profecías sobre la creciente crisis en Alemania... El Dr. Johannes Steiner, colega de Gerlich, retrata a Gerlich primero yendo a Konnersreuth "decidido a desenmascarar cada fraude que encontró ... Si hubiera alguno que encontrar". (Ron Rosenbaum)

Sí, de hecho, el héroe de Rosenbaum estaba conectado con un verdadero "canalizador" en vivo. Rosenbaum, el racionalista, simplemente no puede soportarlo. Continúa con algunos párrafos asegurándonos que Therese Neumann era un fraude, una charlatana, y sin duda fue algo malo en la mente de Gerlich lo que lo llevó a esta tontería, sin importar que continuara haciendo un excelente trabajo, y fue, de hecho, uno de los más valientes de los periodistas que se opusieron a Hitler. Más que esto, parece que el canalizador fue literalmente la inspiración para gran parte del trabajo de Gerlich, ¡y Rosenbaum gira impresionantes ruedas de carro cerebrales tratando de hablar a su manera alrededor de eso! Ahora, ¿cómo puede ser eso? Rosenbaum apenas puede entenderlo.

Da la casualidad de que parece que Therese Neumann NO fue un fraude... Lo que es ciertamente cierto es que Therese Neumann, una canalizadora, fue la inspiración detrás de uno de los periodistas más valientes de Alemania durante los tiempos en que Hitler llegó al poder. Incluso después del asesinato de Gerlich en Dachau, el círculo alrededor de Therese Neumann continuó su participación en la resistencia moralmente significativa a Hitler. Fue la fuente mística de la fuerza de Gerlich la que infundió su incisiva y quirúrgica disección de la mentalidad de Hitler. Y es este legado el que nos ha dejado a todos. A lo largo de la historia, extendiéndose hacia atrás y hacia atrás antes de cualquier registro escrito, la gente obtuvo mucha fuerza de las fuentes místicas. Tales fuentes fueron atacadas con el surgimiento del materialismo. La conexión entre un conocimiento emocional del mundo y un conocimiento intelectual del mundo se rompió. Vivimos bajo las horribles condiciones que son el resultado de esta ruptura. Una gran parte de la humanidad es ahora esclava de su intelecto. El aprehendimiento del mundo a través de las emociones, la intuición, la inspiración, que sugiero que son la base de las experiencias místicas y la canalización genuina van fuera de las estructuras jerárquicas que la mente racional ha construido para encarcelarnos, ya sea la ciencia materialista por un lado o la necesidad de comunicarse con lo divino a través de sacerdotes y otros representantes por otro lado. La conexión directa con lo divino fue asesinada; había que matarlo.

El Dr. Steiner recordó: "Enviaron a su viuda, Sophie, las gafas de Gerlich, todas salpicadas de sangre".

Vivimos -y podemos morir- con este legado.

Laura Knight-Jadczyk

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28 abril 2022

Los anglo-estadounidenses en el auge y caída de Mussolini



Tito Andino

Compendio de diversas fuentes. 

Este artículo es continuación de Razones por las que no se debe "añorar" a Benito Mussolini.


El capital extranjero en la forja del fascismo italiano


Las consecuencias de la Gran Guerra con el desastre por la destrucción económica de Europa obró de igual manera en Italia. Profunda división social y política, inflación, bancarrota del estado, alto desempleo, etc. Las corrientes extremistas estaban listas para subir al escenario. Se suponía que el Reino de Italia estuvo en el "bando ganador" pero sus nacionales se sintieron perjudicados (si no robados) por el Tratado de Versalles (1919), el botín de guerra se repartirían de preferencia Francia, Gran Bretaña y Estados Unidos. Italia "contribuyó" en la matanza europea con más de millón y medio de bajas. 


El fascismo nace en Europa, expresa la ideología de la supremacía europea (sinarquía), Italia era una potencia imperialista débil e inestable, más aun tras la Gran Guerra por lo que se auguraba el éxito de un levantamiento obrero, los socialistas no asumieron el liderazgo permitiendo que se abran las puertas de la contrarrevolución. Esas fuerzas de la reacción: los Arditi (red de mercenarios anti-trabajo dirigidos por ex oficiales del ejército) y los fascistas de Benito Mussolini de ideología procapitalista, tolerados por la policía y el ejército actuaron como milicias asesinas antiobreras.


                      Mussolini, a inicios de los años 20 (foto colorizada)

Ingenuamente el Partido Socialista esperaba que el Estado controlara a los fascistas desistiendo crear una autodefensa organizada, rechazaron entrar en el gobierno (el parlamento democrático aprobó leyes y reglamentos dirigidos contra los fascistas). El Partido Comunista Italiano (escisión de los socialistas desde 1921) estaba a favor de la autodefensa contra los fascistas pero sin alianzas y solo cuando eran atacados, se mantuvo en gran medida al margen de la lucha. Una autodefensa de base, los Arditi del Popolo (comandos del pueblo), sin apoyo de comunistas y socialistas se enfrentaron a los fascistas financiados por la clase dominante y apoyados por el ejército. Aun así, los Arditi del Popolo ganaron batallas campales en varias ocasiones. La clase obrera unida pudo haber tomado la delantera.

Muy tarde, en 1923, la Internacional Comunista adoptó una estrategia para resistir al fascismo: Autodefensa obrera contra la violencia fascista: no a través del terror individual, sino a través de la Acción del "Frente Unido o Frente Popular" contra el fascismo. Insistieron en rechazar un bloque junto a otros partidos para el gobierno. Todo eso ya no importaba, "a fines de 1922 los fascistas consumaron su guerra civil unilateral con un acuerdo parlamentario, en el que fueron nombrados para el gobierno por el rey y los principales partidos capitalistas. Durante la media década que siguió, el régimen fascista se endureció en una dictadura totalitaria que duró hasta 1943".

La izquierda olvidó cual era la esencia de la doctrina fascista: racismo, xenofobia, nacionalismo agresivo basado en planes para la conquista de los eslavos del sur, griegos, turcos, africanos vistos como pueblos inferiores. La respuesta de la izquierda italiana tras 15 años de fascismo en el poder "fue el aislamiento sectario y una supuesta alianza para la reforma progresista o un frente unido para llevar a los trabajadores al poder. Mucho discurso y pocos hechos". Socialistas y comunistas únicamente pasarían a la acción al oponerse a las pretensiones imperiales (invasión de Abisinia 1935) y como fuerza de resistencia efectiva tras la ocupación militar alemana de Italia en 1943. (John Riddell, en ¿Cómo respondieron los socialistas en Italia al advenimiento del fascismo?)




Al igual que la Alemania de Weimar, Italia vio aparecer a una especie de Hitler y asociados, se dio el "lujo", con una década de anticipación, de implantar un sistema corporativista que venía siendo pregonado por la gran industria y sectores financieros de Europa desde el siglo pasado, el sinarquismo internacional. Ya hemos revisado en ponencias anteriores como una "enfermedad" francesa -sinarquía- caló en el Reino de Italia de posguerra, pero allí se conocería como fascismo y luego se llamaría nacional-socialismo en el Imperio Alemán.

A estas alturas del siglo XXI parece que muchos académicos e historiadores quieren ignorar que un tal Benito Mussolini marchó hacia Roma y asumió el gobierno como un acto "extraordinario" ante la decepción de los gobiernos liberales de antes y después de la primera posguerra, pocos reconocen que se trató de un encubierto golpe de estado por el cual se garantizaba al rey de Italia, Víctor Manuel III, un primer ministro manejando el gobierno italiano que prevendría una posible revolución popular

Los historiadores suelen eludir el tema del auspicio del círculo sinarquista europeo que vio en Mussolini a "un oportunista cínico, un operador astuto que poseía notables habilidades periodísticas. El futuro Duce tenía una vena psicopática, como lo revelan sus ojos abultados y negros como el carbón y, a veces, su disposición tímida. Una buena enfermera psiquiátrica habría reconocido las señales de advertencia... estaba más preocupado que nada por sí mismo, y quería el poder por su propio bien".

En una ferviente Italia católica no cabía duda que la Iglesia sería un gran aliado de éste "desertor" de la rama socialista, para ello renunció a su anticatolicismo y tuvo que hacer lo mismo con sus creencias antimonárquicas; para demostrarlo estuvo decidido a inclinarse y ser vasallo del Rey de Italia, Víctor Manuel III, así como azotar con fuerza a la izquierda militante, tarea encargada a la milicia de los "Camisas Negras". Iglesia, monarquía, aristocracia, industria y banca, siempre hambrientas de poder lo cobijaron, sus intereses estaban garantizados a largo plazo.

David Kertzer, historiador y antropólogo, afirma que "el ingrediente clave para que Mussolini realmente se convirtiera en un dictador fue la Iglesia", sin ella su autocracia "no habría sucedido". (Kertzer citado por Alex Floyd, en "A Communion of Dictators Binds Fascism and the Catholic Church", Vineyard Gazette,30 de julio de 2015). Por otro lado, Shane Quinn en "The History of US and British Support to Mussolini’s Fascism" (La historia del apoyo estadounidense y británico al fascismo de Mussolini, Global Research, enero 2021 y base de este resumen de textos) recalca los mitos creados por apologistas católicos romanos y que continúan hoy con el trillado discurso de que "los líderes religiosos estaban en contra del fascismo desde el principio". De hecho, el caso fue al contrario.

"La Iglesia se incorporó al estado bajo Mussolini" (Kertzer), mientras que el Duce y el Papa Pío XI "llegaron a depender el uno del otro, en cierto sentido". Cuando Mussolini asumió el poder nominal recibió el respaldo de las potencias occidentales. El peligro bolchevique ya no sería preocupación. Obrado el "milagro", las corporaciones estadounidenses acudieron en masa, el apoyo financiero y las inversiones en la Italia de Mussolini crecieron, se les ofreció liquidar su deuda de posguerra en favorables condiciones. 


"Satan Leads the Ball", Arthur Szyk, 1942 (haga click sobre la imagen para mayor resolución)

Al igual que las huestes hitlerianas un decenio después, el régimen fascista acabó con la protesta laboral. A finales de 1923 se podía confirmar que "durante los últimos 12 meses no ha habido una sola huelga en toda Italia". Henry Fletcher, embajador de Estados Unidos en Italia desde 1924 y el secretario de Estado Frank Kellogg estaban conformes: la elección en Italia es "entre Mussolini y el fascismo y Giolitti y el socialismo", ya sabemos que prefirieron. Los estadounidenses remarcaron que la oposición a Mussolini se integraba por "comunistas, socialistas y anarquistas" a quienes debía impedirse alcanzar el poder por ser la amenaza "a la supervivencia misma del orden capitalista".

En 1923, Mussolini causó una gran y favorable impresión, el representante del Morgan Bank, Nelson Dean Jay, señalaba el discurso de apertura en la Cámara de Comercio Internacional en Roma por parte del Duce quien expresó que era hora de que los gobiernos europeos privatizaran las empresas que habían sido nacionalizadas durante la Primera Guerra Mundial. (El líder militar alemán, Erich Ludendorff, cuyo reinado se expandió por la mayor parte de Europa en la guerra, había nacionalizado una serie de industrias en Europa central y oriental. Este proceso, de colocar la industria bajo control estatal, se revirtió más tarde después de que Ludendorff se viera obligado a renunciar al final de la guerra. Para las élites occidentales, la privatización gobernaba. (Quinn).

Con la Gran Depresión en toda Europa desde principios de 1930, el régimen de Mussolini recibió elogios aún mayores de los círculos del establishment. "El bienestar futuro de Italia es seguro, ya que humanamente podría estar en manos de Mussolini, pero si algo le sucediera, ¿entonces qué?" (Alexander Kirk, diplomático estadounidense,1932)


La prensa estadounidense derrochaba elogios en Mussolini en los años 20 y 30. Aquí apenas una modesta muestra. 

El artículo de Shane Quinn ahonda en datos: "En 1933, la revista New York Times magazine señaló con aprobación, "no hay ninguna condición limitante impuesta a ningún proyecto fascista" en Italia y "todo lo que Mussolini ordena se ejecuta sin ser obstaculizado por problemas, prácticos o financieros". La revista Fortune, con sede en Nueva York, una importante revista de negocios de Estados Unidos, dedicó un número especial completo a la Italia fascista en 1934. Declaró que, "Los Wops se están desenrollando a sí mismos". Un "wop" es un término despectivo para un italiano, y el titular sugería que bajo Mussolini el pueblo italiano ya no es atrasado y sombrío".

En el mundo real de esos tiempos fascistas gobernado desde Roma bajo tutela del Rey, la "estrategia" totalitaria del gobierno del Duce no funcionaba tan bien como informaban los diplomáticos y políticos estadounidenses. Por ejemplo, "entre 1925 y 1938, el plan económico de Mussolini había reducido los salarios reales de los trabajadores italianos en un 11%. Antes de la Gran Depresión el número de desempleados italianos bajo Mussolini aumentaron más del doble en dos años, de 181.000 sin trabajo en 1926 a 439.000 en 1928. En 1932, más de 1.1 millones de italianos estarían desempleados", esto bajo la "inmunidad" de la Italia fascista a la Depresión. Las políticas de Mussolini también habían elevado el costo de producción, el Duce pudo mantener la moneda estable solo porque tomó medidas drásticas, como incurrir en inflaciones severas seguidas de deflaciones. La deuda nacional en la Italia de Mussolini crecía año tras año, mientras que colocaba a la economía italiana cada vez más en pie de guerra, estaba tratando de crear un Imperio Romano del siglo XX por la fuerza de las armas. "Los funcionarios estadounidenses, impresionados por la estabilidad política de Italia, ignoraron tales advertencias de los problemas". (David F. Schmitz, Los Estados Unidos y la Italia fascista, 1922-1940, University of North Carolina Press, 30 de enero de 1988, Capítulo 5, Italia y la Gran Depresión, citado por Quinn)


Mussolini y otros líderes fascistas europeos en la pluma de los geniales Kukriniksy

Henry Stimson, Secretario de Estado de los Estados Unidos y futuro Secretario de Guerra, dijo en 1933 que "las relaciones estadounidenses con Italia eran del carácter más cordial". Después de la Segunda Guerra Mundial, Stimson recordó que él y el presidente estadounidense Herbert Hoover creían que Mussolini era "un líder sólido y útil". Cuando el general estadounidense Smedley Butler hizo comentarios poco halagüeños sobre Mussolini en 1931, Stimson llegó a iniciar procedimientos judiciales en su contra.

Franklin D. Roosevelt calificó a Mussolini como un "admirable caballero italiano" en 1933, mientras continuaba el apoyo de Washington al dictador. El embajador de Roosevelt en Italia, Breckinridge Long, se mostró entusiasmado con el "nuevo experimento de gobierno" que presentó el fascismo y que "funciona con más éxito en Italia".

El Departamento de Estado de los Estados Unidos consideró que la invasión asesina de Mussolini a Etiopía en 1935 fue un logro "magnífico", y que los Camisas Negras "sacaron el orden del caos, la disciplina de la licencia y la solvencia de la bancarrota". En 1937, el Departamento de Estado consideró tanto el fascismo italiano como el alemán como movimientos políticos que "deben tener éxito o las masas, esta vez reforzadas por las clases medias desilusionadas, volverán a girar a la izquierda". (Noam Chomsky, Hegemonía o supervivencia: la búsqueda de Estados Unidos por el dominio global, Penguin, 1 de enero de 2004, p. 68, citado por Quinn).


Abisinia (Etiopía) amenazada por Italia. Mussolini, dictador fascista gritando por teléfono, 9 mayo 1936, que Italia tiene un imperio. Caricatura de 'Le Canard en chaine', París, 1936


En 1939, cuando se avecinaba una nueva guerra, el presidente Roosevelt dijo que el fascismo italiano era "de gran importancia para el mundo", pero que "todavía estaba en la etapa experimental". Por ejemplo, Thomas Lamont y poderosos banqueros estadounidenses multimillonarios, eran fervientes admiradores de Mussolini. Lamont, socio de la institución bancaria estadounidense J.P. Morgan, llamó a Mussolini "un tipo muy honrado" que había "hecho un gran trabajo para Italia" con sus "ideas sólidas". Otto Kahn, otro influyente banquero estadounidense, elogió a Italia bajo "la guía clara y magistral de ese hombre notable, Benito Mussolini".

El respaldo a Mussolini también se extendió por todo el establishment británico. Los lazos de Mussolini con Londres, de hecho, datan de 1917, cuando fue contratado en el otoño de ese año como agente británico por el MI5, el servicio de inteligencia. Mussolini, entonces de 34 años, como editor del periódico Il Popolo d'Italia en Milán, recibió £ 100 a la semana por parte del MI5 durante al menos un año, lo que equivale a £ 7.000 semanales en la actualidad. Estos pagos fueron dispensados para asegurar que Mussolini continuaría publicando artículos belicistas, instando a Italia a permanecer en el lado aliado contra Alemania.

Los fondos británicos a Mussolini fueron autorizados por el político conservador Samuel Hoare, hombre del MI5 en Roma. Mussolini le dijo a Hoare, que enviaría a veteranos del ejército italiano a golpear a los manifestantes por la paz, una noticia que aparentemente no desanimó a sus pagadores británicos.


Benito Mussolini satirizado por artistas como Arthur Szyk y los Kukryniksy

El dictador de Italia recibió aplausos entusiastas de estadistas británicos de alto rango, como el diputado del Partido Conservador Winston Churchill. En 1927, Churchill, como Ministro de Hacienda, se embarcó en una visita a Roma, donde conoció al Duce. Churchill posteriormente informó a la prensa: "No pude evitar estar encantado, como tantas otras personas, por el porte suave y sencillo del Signor Mussolini y por su pose tranquila y distante, a pesar de tantos peligros y cargas... Su único pensamiento es el bienestar duradero del pueblo italiano… Es perfectamente absurdo declarar que el gobierno italiano no descansa sobre una base popular o que no se sostiene en el consenso activo y práctico de las grandes masas... Si hubiera sido italiano, estoy seguro de que debería haber estado de todo corazón con ustedes de principio a fin, en su lucha triunfal contra los apetitos y pasiones bestiales del leninismo... Desde un punto de vista externo, vuestro movimiento ha hecho un gran servicio al mundo entero".

El "Signor Mussolini" solo se convertiría en un problema para Churchill y sus colegas en las últimas etapas de su gobierno fascista, cuando los intereses británicos se vieron amenazados por las ambiciones coloniales del dictador italiano y su nuevo amigo alemán

Todo esto nos lleva a...

El final del Duce

Winston Churchill y Franklin D. Roosevelt se reunieron en la Conferencia de Casablanca, 14-24 de enero de 1943 (Stalin fue invitado pero no  asistió debido a la feroz batalla por Stalingrado que tenía lugar en esos momentos). En Casablanca se decidió invadir Sicilia, sabiamente se calculó que ello derrumbaría a Mussolini y los Aliados occidentales obtendrían el control del mar Mediterráneo. La invasión de Sicilia comenzó el 10 de julio de 1943. Entre el 25 y 26 de julio, el primer ministro Mussolini es derrocado y detenido por el propio Gran Consejo del Fascismo, el control de las fuerzas armadas italianas pasan al rey Víctor Manuel III. Hitler parece no darse cuenta de la traición italiana hasta inicios de septiembre cuando ordena la ocupación de Italia y el desarme del ejército italiano.


Elocuente caricatura soviética titulada "Opereta", de la famosa serie Windows TASS, No. 836, 1943


Durante la ocupación alemana los italianos conocieron la brutalidad de la Gestapo, las unidades alemanes mataron a cientos de ciudadanos romanos, desde el Vaticano el Papa Pío XII permanecía en silencio. No está demás recordar que muchos historiadores atribuyen el silencio del Papa a su visión personal del mundo (y de la Iglesia), según él la Unión Soviética y el comunismo antes que los nazis eran mayores amenazas para el cristianismo. Pío XII no protestó cuando los alemanes entraron en Roma, seguramente creía que el mundo debía ser protegido de la amenaza comunista.

El 4 de junio de 1944 marcó el final de la ocupación nazi de Roma, cuna de la civilización occidental. Roma fue liberada por las fuerzas aliadas bajo el mando del general Clark de los Estados Unidos. En ese momento Italia tenía dos gobiernos separados. La República Social Italiana (República de Saló), dirigido por un ya títere de las fuerzas alemanas, Benito Mussolini, en el norte; y, el gobierno del mariscal Pietro Badoglio, partidario de las Fuerzas Aliadas. Italia era miembro oficial de las Fuerzas Aliadas desde septiembre de 1943.


"La Liberación de Roma", TASS No. 1001, 21 de junio de 1944, obra del artista soviético Pavel Sokolov-Skalya. 

En 1945, con los aliados avanzando hacia el norte de Italia por la retirada alemana, ¿qué más podía hacer Mussolini?, unirse a la derrotada marcha, y eso sucedió el 25 de abril de 1945 (un año después esta fecha será oficial para recordar la Liberación de Italia o Fiesta de la Liberación, Aniversario de la Resistencia, en que se conmemora el fin de la ocupación nazi del país y el final de la guerra mundial en Italia). 

Ese día de 1945 el Duce todavía tenía cierto sarcasmo dentro de su abatida alma, huyó con glamour de Milán, montado en el majestuoso y rojo Alfa Romeo 6C 2500 Sport Berlinetta que había obsequiado a su amante. Su objetivo, huir a Suiza dejando su imperio fascista derrotado. (El Alfa Romeo Pescara Spyder 2300 de 1935 era el coche preferido del 'Duce'. El jefe del estado fascista pagó 50.000 liras de la época, equivalente a 250.000 euros de hoy en día). 

En circunstancias tan catastróficas huir en un Alfa Romeo rojo no era una buena idea, al día siguiente, 26 de abril de 1945, muy a su pesar, la pareja de amantes descartaron el lujoso vehículo para enlistarse en una caravana de las SS que también quería cruzar la frontera con Suiza. El siguiente paso programado en la mente de Mussolini, una vez en territorio neutral suizo, era tomar un avión que le llevaría donde su colega en la España fascista, los dominios de Franco, el Duce podría garantizarse un refugio seguro.


Yuliy Ganf, artista soviético, representa en "Se fue sin bota" (Revista Krokodil No. 32, 1943) a Adolf Hitler después que las Fuerzas Aliadas invadieran y conquistaran parte de Italia en 1943, dejando a Hitler sin la "ayuda" italiana. Se puede ver en la caricatura un retrato del depuesto dictador Benito Mussolini


Las negociaciones de la retirada alemana estaban aseguradas, a pesar que la firma de capitulación aún estaba pendiente (rendición final de las fuerzas alemanas combinadas en Italia se dio el 2 de mayo de 1945). No habría combates, las fuerzas guerrilleras italianas podían revisar y permitir a las unidades alemanas avanzar ilesas, solo había una pequeña condición... "Siempre que entregaran a sus compatriotas ocultos". El 27 de abril de 1945, el convoy de las SS que ocultaba a Mussolini tuvo que detenerse ante uno de los varios puestos de control de los partisanos comunistas italianos, a unas 30 millas de la frontera suiza, cerca del pueblo de Dongo, en la costa noroeste del lago de Como. La Petacci, aun no reconocida, había sido detenida ya en un control anterior. 

En esta inspección, en la parte trasera de un camión alemán se escondía Mussolini, llevaba un abrigo y un casco alemanes y gafas de sol, fingiendo dormir. Sin embargo, sus inusuales rasgos distintivos, edad, mandíbula cuadrada y boca ancha, traicionaron al Duce, fue identificado de inmediato. Mussolini llevaba consigo una metralleta y pistola, no hizo ningún intento de disparar. "Parecía completamente carente de voluntad, espiritualmente muerto, su rostro revelaba agotamiento absoluto pero no miedo", recordó su captor. En enero de 1945, Mussolini dijo: "Hace siete años, era una persona interesante. Ahora, soy poco más que un cadáver ... He terminado. Mi estrella ha caído. No me queda pelea en mí. Trabajo y lo intento, pero se que todo es una farsa".


Dos interesantes trabajos de Arthur Szyk. Izquierda: "Madness" (locura), 1941 y "He who rules by the sword" (el que gobierna a espada), 1943 

La detención de Mussolini causó un dilema, la dirección del Comité de Liberación Nacional (CLN) anunció por radio que su decisión era fusilar a Mussolini "como un perro rabioso". Ni más ni menos, un futuro presidente de Italia fue el encargado de comunicarlo, Sandro Pertini. Esto contradecía el armisticio suscrito por Pietro Badoglio el 29 de septiembre de 1943 en que se prometió al general Eisenhower que "Benito Mussolini, sus principales asociados fascistas y todas las personas sospechosas de haber cometido crímenes de guerra o delitos similares, cuyos nombres figuran en las listas que serán comunicadas por las Naciones Unidas y que ahora o en el futuro están en territorio controlado por el comando militar aliado o por el gobierno italiano, serán arrestados de inmediato y entregados a las fuerzas de las Naciones Unidas".

En ese sentido, la Oficina de Servicios Estratégicos (OSS) estadounidense remitió un telegrama solicitando que los miembros del gobierno de la República de Saló fueran entregados a las fuerzas Aliadas, según el armisticio firmado... Al día siguiente, 28 de abril de 1945, el CLN envió un comando a Como, debían llevar a término la ejecución de Mussolini. Otra razón argumentada era que el secretario general del Partido Comunista Italiano había ordenado la ejecución del Duce incluso antes de su captura (a través de mensaje radial el 26 de abril de 1945).


Izquierda, "Cinco líderes del Eje" (autor desconocido, 1939-1945); a la derecha, caricatura soviética de 1953, del artista Boris Efimov. Abajo, el funeral del Duce, por Kukryniksy

Mussolini y Petacci fueron ejecutados. El 29 de abril sus cuerpos fueron descargados en Milán, en la plaza de la ciudad de Piazzale Loreto, sus cuerpos fueron pasto de la cólera popular y colgados por sus talones fuera de una estación de servicio en construcción. Como anécdota, en agosto de 1944, en ese preciso lugar, Mussolini supervisó la muerte de 15 partisanos. No obstante, su final tuvo matices más ignominiosos. (La historia de la captura de Mussolini es muy conocida, no insistiremos en mayores detalles).

En la tarde del 29 de abril de 1945, con las tropas soviéticas rodeando la Cancillería del Imperio (Reich), Hitler es informado por radio del destino de Mussolini. Suele darse por hecho que Hitler exclamó: "¡Esto nunca me sucederá a mí!" El destino de su amigo italiano habrá reafirmado la determinación del jefe nazi de no permitir ser capturado, la decisión de suicidarse ya la había tomado y no permitiría que sus enemigos profanen su cuerpo e impidiendo que sus restos se conviertan en un espectáculo. Según Albert Speer, el 23 de abril de 1945, Hitler le dijo que: "No lucharé personalmente. Siempre existe el peligro de que solo me hieren y caiga vivo en manos de los rusos. Tampoco quiero que mis enemigos deshonren mi cuerpo". 


Tres caricaturas de los Kukryniksy: Arriba: "Después de Túnez ...", TASS No. 728, 1943; y, "Hubo un grito cerca de Orel y resonó en Roma", TASS No. 778, 1943. Abajo: "Nueva Europa", TASS No.1079, 1944.


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Lecturas recomendadas en las dos publicaciones:




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