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10 diciembre 2020

¿Por qué la Unión Europea se abstiene de condenar el nazismo en las Naciones Unidas?




por Tito Andino U.


Este reporte es la continuación de un anterior artículo sobre la misma temática. Aparte de los detalles históricos establecidos, en la actualidad tanto en Europa como en los Estados Unidos se debate histéricamente (no históricamente) prejucios que nada tienen que ver con la ciencia de la historia y la nobleza de la historiografía existente sobre el período que comprende los años previos al estallido de la segunda conflagración mundial, aunque más correctamente deberíamos decir sobre la guerra que estalló en Europa desde mucho antes de la fecha oficial aceptada (septiembre 1939).


Los miebros de la Unión Europea se abstuvieron de condenar el nazismo en las Naciones Unidas.


Antecedente.

Resolución del Parlamento Europeo, 19 septiembre 2019, importancia de la memoria histórica europea para el porvenir de Europa. Es fundamental este documento ya que:

 

"- Condena toda manifestación y propagación de ideologías totalitarias, como el nazismo y el estalinismo, en la Unión

Condena el revisionismo histórico y la glorificación de los colaboradores nazis en algunos Estados miembros de la Unión

- Pide a todos los Estados miembros que conmemoren el 23 de agosto como Día Europeo Conmemorativo de las Víctimas del Estalinismo y del Nazismo a escala tanto nacional como de la Unión. 

- Pide a los Estados miembros que condenen y contrarresten todas las formas de negación del Holocausto, incluidas la trivialización y la minimización de los crímenes cometidos por los nazis y sus colaboradores, y que eviten su banalización en el discurso político y en los medios de comunicación. 

Pide una cultura común de memoria histórica que rechace los crímenes de los regímenes fascistas y estalinistas, y de otros regímenes totalitarios y autoritarios del pasado". 

 

Además, en la Resolución, el Parlamento Europeo: "Declara que la integración europea como modelo de paz y reconciliación ha sido una opción libre de los pueblos de Europa para comprometerse en favor de un futuro compartido y que la Unión Europea tiene la responsabilidad especial de promover y proteger la democracia, el respeto de los derechos humanos y el Estado de Derecho, no solo dentro sino también fuera de la Unión Europea". De manera explícita señala que: "Condena el hecho de que las fuerzas políticas extremistas y xenófobas en Europa recurran cada vez más a la distorsión de los hechos históricos y utilicen símbolos y retóricas que evocan aspectos de la propaganda totalitaria, como el racismo, el antisemitismo y el odio hacia las minorías sexuales y de otro tipo".

La Resolución concluye que: "Insta a los Estados miembros a que garanticen el cumplimiento de las disposiciones de la Decisión Marco del Consejo, con el fin de hacer frente a las organizaciones que difunden discursos de incitación al odio y a la violencia en los espacios públicos y en línea y que prohíban efectivamente los grupos neofascistas y neonazis y cualquier otra fundación o asociación que exalte y glorifique el nazismo y el fascismo o cualquier otra forma de totalitarismo, dentro del respeto del ordenamiento jurídico y la jurisdicción nacionales".

Para buen entendedor pocas palabras.


Símbología neonazi en España y Ucrania. Las fotos de España corresponden al 6 de diciembre 2020 en Barcelona (la primera, con las calaveras es un símbolo de voluntarios neonazis que combaten en Ucrania)


La Asamblea General de la ONU nos ha recordado siempre lo siguiente: "La victoria contra el nazismo en ‎la Segunda Guerra Mundial contribuyó a establecer las condiciones que permitieron crear las ‎Naciones Unidas para prevenir las guerras en el futuro y preservar a las generaciones venideras del ‎flagelo de la guerra".

 

***

New York, 18 de noviembre de 2020

Asamblea General de la ONU


Tercera Comisión de las Naciones Unidas. Resolución para “Combatir la glorificación del ‎nazismo, el neonazismo y otras prácticas que contribuyen a exacerbar las formas ‎contemporáneas de racismo, discriminación racial, xenofobia y formas conexas de ‎intolerancia.‎ 


La Resolución hace eco de algo que se ha venido denunciando en este blog, la apología del nazismo mediante el mal llamado "revisionismo" que pretende reescribir la historia en aras de perversos intereses ideológicos, incluso mediante la discriminación racial. La ONU advierte sobre la continua divulgación propagandística a través de diversos medios; la ONU alerta sobre la presencia de organizaciones neonazis, racistas y ‎xenófobos en numerosas regiones del mundo. La ONU manifiesta su "profunda preocupación ante cualquier ‎forma de glorificación del movimiento nazi, del neonazismo y de quienes fueron en su día miembros ‎de la organización Waffen-SS", ya que ello contribuye a "exacerbar las formas contemporáneas de racismo, discriminación ‎racial, antisemitismo, islamofobia, cristianofobia, xenofobia y formas conexas de intolerancia".

 ‎

Dos fotografías conocidas mundialmente, simbología que según las resoluciones de la ONU fomentan el odio y la segregación racial, lo cual se pretende combatir sin éxito. Arriba marines estadounidenses en Afganistán; abajo, voluntarios ucranianos del Batallón "Azov", nótese las banderas de la OTAN, de la unidad paramilitar ucraniana con simbología nazi y una bandera nazi. ¿Coincidencia?

 

Y, como toda Resolución, la del 18 de noviembre de 2020, exhorta a los Estados miembros de las Naciones Unidas adoptar medidas que contrarresten ese fenómeno, ratificando otra Resolución de la Asamblea General de la ONU del 18 de diciembre de 2019. ‎


La aprobación por la Tercera Comisión (18 noviembre 2020) contó con el respaldo de 122 votos a favor. Sin embargo, fue vetada por dos estados: Estados Unidos y Ucrania, además, todos los estados integrantes de ‎la OTAN se abstuvieron, así como algunos socios de la organización Atlántica como Japón y Australia, entre otros. ‎El neonazismo parece estar de moda en Europa y el mundo, las abstenciones involucraron en total a 53 estados miembros de la ONU, es decir, con su voto de abstención (que en la práctica es un voto en contra de la Resolución) se abstienen de condenar la glorificación del nazismo y el neonazismo.

A decir del politólogo italiano Manlio Dinucci, esto tiene un significado político evidente, "los miembros de la OTAN y sus socios ‎boicotearon una resolución que, sin nombrarla, cuestiona directamente y sobre todo a Ucrania, ‎cuyos movimientos neonazis han sido y son utilizados por la OTAN con fines estratégicos. Está ‎ampliamente demostrado que brigadas neonazis recibieron entrenamiento militar ‎de Estados Unidos y de la OTAN, que las utilizaron después en el putsch de la plaza Maidan –‎en 2014– y contra las poblaciones rusas de Ucrania, antes y después del regreso de Crimea a la ‎Federación Rusa, iniciando así en Europa una nueva confrontación análoga a la de la guerra fría". ‎


Batallón Azov, una milicia reclutada por el Ministerio del Interior y la Guardia Nacional de Ucrania 

La evidencia está a la vista, el ejemplo más claro, más palpable y hasta extensamente documentado es la glorificación en Ucrania del conocido batallón "Azov", formado en 2014 con claras inclinaciones ultranacionalistas y racistas que evocan el pasado nazi, de quienes adoptan sus símbolos e ideología como la defensa de la "pureza racial ucraniana". El "Azov" que nació como ilegal organización paramilitar no ha tenido inconveniente en ser "adoptado" con carácter oficial por la Guardia Nacional de Ucrania y participa como unidad militar (regimiento) dotado de artillería y blindados en los continuos combates en el Donbass. ¿Cómo se identifican?, llevan con orgullo los emblemas nazis de la otrora división "Das Reich" de las SS. ¿Quiénes los entrenan? Ni más ni menos que las fuerzas que llevan la democracia a todo el mundo: Tropas del US Army que provienen de diferentes repartos de la OTAN.



En un viejo recuerdo histórico, este blog presentó dos artículos en 2015, Los “revolucionarios” del Maidán y la añoranza fascista, la cual puede ser repasada como una nota explicativa a lo que hoy debatimos.  ‎

"El hoy regimiento Azov ‎no es una unidad militar ucraniana sino un movimiento ideológico y político que sigue teniendo ‎como jefe a Andriy Biletsky, dedicado principalmente a “educar” a los jóvenes, inculcándoles ‎el odio contra los rusos y entrenándolos militarmente. En simultáneo en Kiev se reclutan ‎neonazis de toda Europa. ‎Ucrania se ha convertido así en “vivero” del nazismo que renace en pleno corazón de Europa" (Manlio Dinucci). ‎

Ahora, preguntémonos. ¿Por qué una Resolución tan importante como ésta, votada en la Asamblea General de las Naciones Unidas ha permanecido en silencio? ¿Dónde está la prensa libre e imparcial? callada, por supuesto. 


Lo único real es que la Unión Europea / OTAN se abstiene en la votación de una resolución de ‎las Naciones Unidas contra la apología del nazismo e insiste en convencernos que debemos mantener y conservar la Memoria Histórica Europea al haber proclamado el "Día Europeo en Conmemoración de las Víctimas del Estalinismo y del Nazismo" (Resolución del Parlamento Europeo, 19 septiembre 2019).

 



Segunda Parte

El Parlamento Europeo y la Memoria Histórica 


Como resumen de una anterior ponencia, el Parlamento Europeo bajo atenta vigilancia de los Estados Unidos / OTAN propuso y aprobó entre otras cosas acusar a la extinta URSS de complicidad con el nazismo para desatar la segunda guerra mundial: Resolución del Parlamento Europeo, 19 septiembre 2019, sobre la importancia de la memoria histórica europea para el porvenir de Europa. 

Un imparcial debate y, por supuesto, una lógica resolución debía haber enmarcado el hecho histórico acaecido el 30 de septiembre de 1938, verdadera fecha en que las potencias occidentales de Europa (Gran Bretaña y Francia) traicionaron a Checoslovaquia y los pactos de seguridad colectiva en favor de la Alemania nazi. Política de contención fue bautizado ese acto de barbarie mediante el cual se autorizó la invasión germana (húngara y polaca) de los territorios que conformaban la hoy extinta nación checoeslovaca y que en la práctica desató el inicio de la guerra en Europa. 

La lógica pregunta es ¿quién fue responsable de ese acto?... La Unión Soviética, sin duda no. Hace ya más de 20 años en que la Unión Europea (bajo auspicio de la OTAN) inició una campaña pública para desacreditar a la actual Rusia, lo detestable es que lo hace "denigrando, falsificando o manipulando la historia".

No pretendo volver a escribir sobre el tema, en 80 años atrás ... Mito y realidad del pacto Hitler-Stalin, quedó analizado hasta la saciedad el pacto de no agresión nazi-soviético de 1939, nos remitimos a ese estudio como referencia.

Bien, el Parlamento Europeo, mediante eufemismos señala que el mencionado pacto de no agresión nazi - soviético es el origen de la contienda en Europa. Primaron razones ideológicas y nada históricas para la resolución, en ninguna parte se menciona absolutamente nada sobre la complicidad polaca, esos detalles también quedaron reflejados en el artículo La Segunda Guerra Mundial comenzó en octubre de 1938 . 


Moscú 24 de junio de 1945. Desfile por el Día de la Victoria contra el nazismo

"El día que Occidente prefiere olvidar", debería traernos a la memoria que la UE / OTAN quieren reescribir la historia. ¿Cuál mente sensata puede olvidar que Hitler deseaba la guerra?, esa fue la única motivación de su trastornada existencia, estalló en cólera cuando a fines de septiembre de 1938 se le privó de su rabioso anhelo de aplastar militarmente a Checoslovaquia. Hitler nunca quiso la "Conferencia de Munich" y tampoco respetó sus ventajosos términos, tan rápido como pudo devoró a su víctima y asalto "pacíficamente" el resto de la nación checoeslovaca, bajo aplausos de sus admiradores en la isla británica y sus cómplices polacos y franceses. 

La Unión Europea quiere hacernos olvidar que en esos días si existieron valientes alemanes que se opusieron a la guerra y a la conquista territorial, la historia de quienes intentaron parar la locura hitleriana la hemos repasado en ¿Y si Hitler hubiese sido asesinado en 1938?

En aquellos ya  lejanos días, Francia y la Gran Bretaña eran los dos más grandes imperios coloniales del mundo, es bueno refrescar mentes. La verdadera guerra en Europa inició en octubre de 1938 cuando Chamberlain y Daladier pactaron con Hitler y Mussolini, despedazaron Checoslovaquia. Ni checos, ni rusos fueron "invitados" a Munich. Hoy, nadie quiere recordar en la democrática Europa que el totalitarismo comunista de la URSS realizó todos los esfuerzos para lograr la firma de un Acuerdo de Seguridad Colectiva en Europa contra la inminente agresión nazi. (Estos detalles pueden ser revisados en la La "guerra" por encontrar al culpable del inicio de la segunda guerra mundial)

Imperiosamente debemos volver a plantear la pregunta: ¿Fueron o no Aliados los británicos, franceses, estadounidenses y los soviéticos en la segunda guerra mundial? Por largas décadas nos dijeron que sí, que juntos lucharon por la libertad contra la Alemania nazi; y, mientras los militares compartían el mismo objetivo, los políticos decidían hasta donde se podía avanzar. La camaradería entre tropas estadounidenses y soviéticas quedó reflejada en el río Elba en abril de 1945, "El espíritu del Elba". En el presente resulta que los herederos del estado soviético, la Federación Rusa fue la "mala de la película".

 


La serie de films de propaganda de los Estados Unidos (1942-1945) "Why We Figth?" (¿Por qué luchamos?) capítulo V, "The Battle of Russia" describe la histórica defensa y la guerra rusa contra la Alemania nazi, aquí algunos comentarios que aparecen en la película:

"La historia no ha visto un mayor despliegue de coraje que el que exhibió el pueblo de la Rusia soviética". Henry L. Stimson, Secretario de Guerra (1940-1945) bajo los presidentes Franklin D. Roosevelt y Harry S. Truman.

 "Nosotros, así como todos nuestros aliados reconocemos la eterna deuda de gratitud que tenemos con el ejército y el pueblo de la Unión Soviética" Frank Knox, Secretario de la Marina.

"La caballerosidad y el espíritu luchador de los soldados rusos provocan la admiración del ejército estadounidense". George Marshall, Jefe del Estado Mayor del Ejército de los EEUU.

"Me adhiero al  sentimiento de admiración por la heroica e histórica defensa de la Unión Soviética". Ernest J. King, Comandante en Jefe de la Flota de los EEUU y Jefe de Operaciones Navales durante la IIGM.

"La magnitud y el esplendedor del esfuerzo realizado por los rusos lo convierten en el mayor logro militar de la historia". General Douglas MacArthur, Comandante supremo de las potencias aliadas, Área del Pacífico suroeste.


Volvamos a la actualidad. Algunos países miembros de la Unión Europea, que política y económicamente no representan nada (salvo intereses para la propaganda, tal el caso de Polonia y los países bálticos, sumamos a ellos Ucrania como miembro asociado) mantienen el interés de plantarse como adversarios de Rusia, guardando silencio respecto de Alemania, ya que ésta última es quien sustenta sus economías, cualquier alusión a la Alemania nazi y la época en que sufrieron su ocupación parece haber sido olvidada de su historia nacional, afloran los malos recuerdos de los soviets. Y es lógico, de Rusia no ven ni un centavo, por eso es fácil acusarlos de responsabilidad por la segunda guerra mundial, mientras los alemanes equilibren sus finanzas saldrán impolutos de la cuestión. Un negocio histórico rentable desde todo punto de vista

Afirma el periodista e investigador ruso, Leonid Radzikhovsk, que los rusos pueden intentar adoptarse a la actitud alemana, versión «light» "Nosotros no somos los herederos de Stalin, nosotros somos sus víctimas, víctimas del régimen soviético, ¡aún mucho peor de lo que fueron las víctimas de Polonia o de los Países Bálticos!. Nosotros los rusos hemos tenido más víctimas de Stalin que los alemanes han tenido de Hitler. Sin embargo, este enfoque va en contra de nuestro orgullo nacional de gran potencia y no cuadra con el mito". Las cosas son más complejas, afirma, "los alemanes se sacan de encima a Hitler y de su guerra a grandes gritos (a pesar que siguen pagando como si fuera oro en polvo las pensiones de sus antiguos combatientes nazis)".

  

Sin embargo, si los rusos quisieran imitar a los alemanes, "tendríamos que hacer un verdadero show de equilibrista: ¡repudiar al «malvado Stalin» conservando al mismo tiempo el orgullo de la guerra!. Se podría pretender haber ganado «a pesar de él», pero esto no funcionaría. El instinto elemental del pueblo, de la mayoría de la gente, le suena en la oreja que es muy difícil disociar Stalin de la guerra. Y si lo hiciéramos, la imagen de la guerra perdería su brillo".

 

Tropas nazis en 1941 y tropas ucranianas en 2015 unidas por el mismo símbolo.


Oficialmente la actual Federación Rusa, a través de su Parlamento y otros órganos estatales han condenado públicamente los crímenes del estalinismo; pero, el pueblo ruso se ha negado a repudiar a Stalin por la llamada "Gran Guerra Patria", mucho menos lo harán para complacer a la UE/OTAN bajo una premisa histórica distorsionada, aceptar aquello sería para los rusos "una expoliación de su victoria, y ¿qué nos quedaría después de todo esto?", se pregunta el citado investigador; y, tampoco es necesario "brindar por la Patria, por Stalin y servirnos otro vaso más", como sugirió el líder del Partido Comunista de Rusia en 2009.


"No poder disociar la guerra de su comandante en jefe es una cosa y no quererlo hacer es otra cosa; otra cosa es designar un tirano indiscutible, reconocido como tal por todo el mundo, en tanto que personalidad histórica de Rusia; ¡ y otra cosa es arrodillarse, cabeza inclinada para defenderlo, defender toda su política, incluso aquella de los años 1939 a 1941 !"


No olvidemos jamás que Hitler fue fabricado con el consentimiento de todos los políticos de Europa, ese proceso se inició con los financieros y políticos occidentales mucho tiempo antes de que Stalin lo "emulara", como quieren convencernos hoy en Europa. 

En resumen tenemos, la Resolución del Parlamento Europeo, 19 de septiembre de 2019, al conmemorar los 80 años del estallido de la segunda guerra mundial y la importancia de la memoria histórica europea para el porvenir de Europa; una década antes, el 23 de septiembre de 2008, se proclamó el "Día Europeo en Conmemoración de las Víctimas del Estalinismo y del Nazismo" (nótese que primero va el estalinismo y como complemento el nazismo).

La mencionada Resolución dice que: "Considerando que hace 80 años, el 23 de agosto de 1939, la Unión Soviética comunista y la Alemania nazi firmaron un Tratado de no Agresión, conocido como el Pacto Molotov-Ribbentrop, y sus protocolos secretos, por el que Europa y los territorios de Estados independientes se repartían entre estos dos regímenes totalitarios y se agrupaban en torno a esferas de interés, allanando así el camino al estallido de la Segunda Guerra Mundial". Por tanto, según la UE, vía Parlamento Europeo, "pone de relieve que la Segunda Guerra Mundial, la guerra más devastadora de la historia de Europa, fue el resultado directo del infame Tratado de no Agresión nazi-soviético de 23 de agosto de 1939, también conocido como Pacto Molotov-Ribbentrop, y sus protocolos secretos, que permitieron a dos regímenes totalitarios, que compartían el objetivo de conquistar el mundo (?), repartirse Europa en dos zonas de influencia (?)".

También se considera que "mientras que los crímenes del régimen nazi fueron evaluados y castigados gracias a los juicios de Nuremberg, sigue existiendo la necesidad urgente de sensibilizar sobre los crímenes perpetrados por el estalinismo y otras dictaduras, evaluarlos moral y jurídicamente, y llevar a cabo investigaciones judiciales sobre ellos". 

Lo siguiente es digno de resaltar: "Considerando que, a pesar de que el 24 de diciembre de 1989 el Congreso de los Diputados del Pueblo de la URSS condenó la firma del Pacto Molotov-Ribbentrop, junto con otros acuerdos celebrados con la Alemania nazi, las autoridades rusas negaron, en agosto de 2019, ser responsables de este acuerdo y de sus consecuencias, y en la actualidad están fomentando la idea de que Polonia, los Estados bálticos y Occidente fueron los verdaderos instigadores de la Segunda Guerra Mundial"

Como conclusión dice el organismo europeo que: "Rusia sigue siendo la mayor víctima del totalitarismo comunista y que su evolución hacia un Estado democrático seguirá obstaculizada mientras el Gobierno, la élite política y la propaganda política continúen encubriendo los crímenes comunistas y ensalzando el régimen totalitario soviético; pide, por tanto, a la sociedad rusa que acepte su trágico pasado". 



El presidente de Ucrania, Petro Poroshenko, posa junto a soldados ucranianos, a su izquierda uno de ellos usa en el pecho el distintivo de la calavera de las SS cobijado por la bandera de Ucrania, la foto data de 2018. Y, es precisamente esto lo que dice combatir las resoluciones del Parlamento Europeo y la ONU

Con todos los antecedentes, la documentación y otras evidencias, con la ayuda de los artículos aquí citados y de cientos de historiadores, intelectuales e investigadores, la única interpretación posible es que la Resolución del Parlamento Europeo es una retórica declaración política cuyo objetivo es desestabilizar a un estado europeo opuesto a los principios ideológicos de quien controla realmente la Unión Europea: la OTAN. Y, ¿qué es la OTAN?... el brazo político-militar de los Estados Unidos para Europa y ahora para el mundo.

12 octubre 2020

¿Se convertirá el Alto Karabaj en la ‎tumba de Erdogan?‎

 


El título del artículo en si parece algo desproporcionado, pero lo que si es verdad es que las grandes potencias se están hartando de un megalómano que pretende imponerse más allende de las tierras otomanas. No obstante:


¿Por qué los turcos, israelíes, árabes y otras potencias regionales apoyan a los azerbaiyanos?: GEOPOLÍTICA pura, Azerbaiyán posee uno de los puertos más estratégicos del mundo: BAKÚ, por donde circula el oro negro (petróleo) a través de grandes oleoductos, a más de una posición estratégica fundamental para controlar la región. ¿Y los armenios? Armenia no tiene nada que ofrecer, el Alto Karabaj con la no reconocida República de Artsaj no poseen nada de aquellas "maravillas", salvo que podrían ser unas excelentes rutas para los corredores hidrocarburíficos. A ello debemos sumar las pretensiones del pseudo imperialismo  "otomano" dirigido por el "Sultán" Erdogan (no por el pueblo turco).


2 de Octubre 2020

Declaración de los copresidentes del ‎Grupo de Minsk (Estados Unidos, ‎Francia y Rusia) sobre el Alto Karabaj

Nosotros, el Presidente de la Federación Rusa, el Presidente de los Estados Unidos de América y el Presidente de la República Francesa, en representación de los países copresidentes del Grupo ‎de Minsk de la OSCE, condenamos en los términos más enérgicos la reciente escalada de violencia ‎sobre la línea de contacto en la zona de conflicto del Alto Karabaj. ‎

Deploramos la pérdida de vidas humanas y expresamos nuestra simpatía a las familias de las ‎víctimas y de los heridos. ‎

Llamamos al cese inmediato de las hostilidades entre las fuerzas militares implicadas. ‎

Llamamos igualmente a los dirigentes de Armenia y de Azerbaiyán a comprometerse sin demora a ‎retomar las negociaciones de fondo, de buena fe y sin condiciones previas, bajo la égida del ‎Grupo de Minsk de la OSCE. ‎


***



El conflicto en el Alto Karabaj tiene ciertamente su origen en la disolución de la URSS ‎pero ha sido reactivado por voluntad del presidente turco Recep Tayyip Erdogan. ‎Sin embargo, es altamente improbable que Erdogan haya tomado esa iniciativa sin informar previamente a ‎Washington. Lo mismo hizo el presidente iraquí Saddam Hussein antes de invadir ‎Kuwait, activando por ambición la trampa que se le había tendido para provocar su ‎caída. ‎




El día del inicio de las hostilidades en el Alto Karabaj, el presidente turco Erdogan escribió en ‎Twitter: 


“–En las llamadas telefónicas que tuvimos hoy, una posición juiciosa y resuelta, ‎el enfoque «una nación, dos Estados» demuestra nuevamente, como mencioné a Ilham ‎Aliyev, el presidente de Azerbaiyán, que Turquía seguirá fortaleciendo su cooperación con sus ‎hermanos azerbaiyanos.

–Mientras invitamos al pueblo armenio a defender su futuro contra ‎su dominación y quienes lo utilizan como una marioneta, llamamos el mundo entero a apoyar ‎a Azerbaiyán en su lucha contra la ocupación y la opresión.

–La comunidad internacional, que ‎no ha podido dar una respuesta necesaria y suficiente a la agresión provocadora de ‎Armenia, muestra una vez más su doble juego. El trío de Minsk, que ha mantenido una ‎actitud negligente durante una treintena de años, está por desgracia muy lejos de orientarse ‎hacia la solución.

–Al agregar un nuevo ataque a los anteriores contra Azerbaiyán, Armenia ‎ha mostrado una vez más que era la mayor amenaza para la paz y la tranquilidad en la región. ‎La Nación turca apoya a sus hermanos azerbaiyanos con todos sus medios, como siempre”‎.

Un viejo conflicto, congelado durante 30 años

 

El pueblo turco se define a sí mismo como descendiente de «los hijos del lobo de las estepas», ‎o sea como heredero de las hordas de Gengis Khan. Conforma simultáneamente «un pueblo ‎y dos Estados», que son Turquía y Azerbaiyán. El renacimiento político de Turquía da lugar ‎automáticamente a la entrada de Azerbaiyán en el escenario internacional. ‎

Por supuesto, este renacimiento político no significa un resurgimiento de la violencia de las ‎hordas bárbaras, pero no se puede olvidar que aquel pasado forjó las mentes, a pesar de los ‎esfuerzos de numerosos políticos que, desde hace un siglo, tratan de normalizar el pueblo turco. ‎

En los últimos años de la época otomana, el sultán Habdulhamid II quiso unir el país entorno a su ‎visión de la fe musulmana. Así ordenó la eliminación física de cientos de miles de no musulmanes. ‎La eliminación de esa población se desarrolló bajo la dirección de oficiales alemanes, que ‎durante ese genocidio adquirieron una experiencia que posteriormente pondrían al servicio de la ‎ideología racial nazi. La política otomana de depuración étnica prosiguió en mayor escala con el ‎movimiento de los llamados Jóvenes Turcos, al inicio de la República de Turquía, principalmente ‎contra los ortodoxos armenios.‎



El crimen es adictivo y resurge esporádicamente en el comportamiento de los ejércitos turcos. Fue ‎así como, en marzo de 2014, tropas turcas escoltaron a cientos de yihadistas del Frente al-Nusra ‎‎(afiliado a al-Qaeda) y de Yesh al-Islam (el grupo terrorista Ejército del Islam, apadrinado por ‎Arabia Saudita) hasta la ciudad siria de Kessab para masacrar a los pobladores de origen armenio. ‎Los yihadistas que participaron en esa operación fueron enviados ahora a matar más armenios ‎pero en el Alto Karabaj

Las masacres cesaron en Azerbaiyán bajo la breve República Democrática (1918-1920) y durante el ‎periodo soviético (1920-1990). Sólo reaparecieron en 1988, al calor del derrumbe del poder ‎soviético en Moscú.


Precisamente durante el periodo soviético, en virtud de la política de nacionalidades de Stalin, ‎se adjuntó a Azerbaiyán una región armenia para formar una República Socialista. Cuando ‎se disolvió la URSS, la comunidad internacional reconoció el Alto Karabaj, pero no como ‎armenio sino como azerí. 

El mismo error de precipitación se cometió en Moldavia con la ‎Transnistria (la República Moldava Pridnestroviana), en Ucrania con Crimea y en Georgia con ‎Osetia del Sur y con Abjasia. Eso provocó inmediatamente una serie de guerras, como la del ‎Alto Karabaj (también llamado República de Artsaj). 

Son casos en los que el Derecho ‎Internacional se ha desarrollado a partir de un error de apreciación inicial, cometido al principio de los ‎conflictos, como en el caso de Palestina, y que no se ha rectificado con el tiempo, dando lugar a ‎situaciones que hoy son casi insolubles. ‎

Las naciones occidentales se interpusieron para evitar un conflicto generalizado. Pero el ejemplo ‎de Transnistria demuestra que eso fue contraproducente: Estados Unidos recurrió al ejército rumano ‎para tratar de acabar con la naciente República Moldava Pridnestroviana. 

La Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (hoy OSCE y en aquella época ‎CSCE) creó el «Grupo de Minsk», copresidido por Estados Unidos, Francia y Rusia, para ‎encontrar una solución… que nunca vino: Rusia no quería tener que escoger entre sus antiguos ‎asociados, Francia quería darse importancia y Estados Unidos prefería mantener una zona de ‎conflicto en la frontera rusa. Por cierto, todos los demás conflictos surgidos durante la disolución ‎de la URSS fueron deliberadamente incentivados por Washington y Londres mediante la agresión ‎de Georgia contra Osetia del Sur, en 2008, y el golpe de Estado del EuroMaidan, en 2014, ‎tendiente este último a sacar a los rusos de Crimea.

 ‎

En verde menos intenso: Territorio azerí bajo el control de las fuerzas militares de Armenia. El Alto Karabaj, en color verde. Mapa tomado de la Wikipedia.


El ataque de ahora contra la República de Artsaj (Alto Karabaj) por parte de Azerbaiyán y Turquía ‎fue justificado por el presidente azerí, Ilham Aliyev, en su discurso del 24 de septiembre ante la ‎Asamblea General de la ONU

Su principal argumento fue que el Grupo de Minsk había considerado ‎que el statu quo era inaceptable pero que «Las declaraciones no son suficientes. Necesitamos ‎actos». No podía ser más claro. ‎

Siguiendo una ideología que ya resulta familiar, el presidente Aliyev endosaba toda la ‎responsabilidad a sus adversarios, atribuyendo –por ejemplo– a los «terroristas armenios» ‎la masacre de Joyali, perpetrada en 1992 con un saldo de 600 víctimas, cuando en realidad aquello fue ‎una operación negra realizada en medio de un intento de golpe de Estado en su país. ‎En todo caso, eso presenta de manera sesgada las acciones del ASALA (Ejército Secreto Armenio ‎para la Liberación de Armenia, siglas en inglés) en los años 1970-1980. Aliyev resaltó que ‎‎4 resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU han ordenado la retirada de las tropas ‎armenias, manipulando así las denominaciones similares entre la población armenia del ‎Alto Karabaj y el vecino Estado de Armenia, mientras pasaba por alto el hecho que el Consejo ‎de Seguridad también instruyó a Azerbaiyán la realización de un referéndum de ‎autodeterminación en el Alto Karabaj. El presidente azerí también acusó, justificadamente, al ‎nuevo primer ministro armenio, Nikol Pashinian, de ser uno de los hombres del especulador ‎estadounidense George Soros, como si eso borrara todo lo anterior. 

El conflicto en el Alto Karabaj solo terminará cuando se realice un referéndum de ‎autodeterminación, cuyo resultado deja poco espacio a una sorpresa. Por el momento, resulta ‎provechoso para quienes –como Israel– venden armamento al agresor. ‎

 

Los ejércitos de Turquía, Azerbaiyán y Pakistán muestran su unidad ante ‎los armenios.

¿La guerra de más que puede dar lugar a la caída de Erdogan?


‎Dicho lo anterior, analicemos el conflicto actual desde otro ángulo, el de los equilibrios ‎internacionales y teniendo en mente que el ejército turco ya está presente –de manera ilegal– ‎en Chipre, en Irak y en Siria; que además está violando el embargo militar en Libia y que ahora ‎viola también el alto al fuego en Azerbaiyán. ‎

Bakú se organiza para retardar el inevitable plazo. Azerbaiyán ya obtuvo el respaldo de Qatar, que ‎en ese teatro de operaciones también supervisa el financiamiento de las fuerzas yihadistas. Según ‎nuestras informaciones, Turquía trajo al menos 580 yihadistas de la región siria de Idlib (NdelE. Las cifras al momento de esta publicación se calculan cercanos a los 4.000 yihadistas). ‎Esa guerra cuesta caro y KKR, la poderosa firma del israelo-estadounidense Henry Kravis, parece ‎implicada allí, como sigue estándolo en Irak, en Siria y en Libia. Como en los tiempos de la ‎desestabilización del Afganistán comunista, el armamento israelí podría estar transitando ‎a través de Pakistán. En todo caso, en Turquía se ven por todos lados carteles con las ‎banderas de los tres países: Azerbaiyán, Pakistán y la propia Turquía. ‎


Dos grandes aviones Ilushin de transporte de carga, identificados con las matrículas 4K-‎AZ101 y 4K-78131, fletados por el ministerio de Defensa de Azerbaiyán y provenientes de Bakú, ‎la capital azerbaiyana, aterrizaron el 24 de septiembre de 2020 en el aeropuerto de Ovda, ‎en Israel, donde recogieron carga antes de regresar a su punto de origen.

- Otro avión de carga, un Ilushin Il-76TD (ver foto), identificado con la matrícula AZQ4611 y ‎perteneciente a la compañía estatal azerbaiyana Silk Way Airlines, despegó de Bakú y aterrizó en ‎el aeropuerto israelí de Ovda, donde fue cargado antes de regresar a Azerbaiyán en cuestión de ‎horas. ‎

La compañía azerbaiyana Silk Way Airlines fue el principal transportista de los cargamentos de ‎armas que el general estadounidense David Petraeus enviaba a los yihadistas empeñados en ‎destruir la República Árabe Siria y en ocupar Irak, siendo él ‎director de la CIA, bajo la administración ‎de Barack Obama. Actualmente en situación de retiro, el general Petraeus trabaja ahora para el ‎financista Henry Kravis, principal proveedor de fondos para la campaña electoral del hoy ‎presidente de Francia Emmanuel Macron. (Nota de la Red Voltaire.-"Israel arma a Azerbaiyán para combates en el Alto Karabaj"). ‎


Más sorprendente aún, el presidente Aliyev ha recibido el respaldo de su homólogo bielorruso, ‎Alexander Lukachenko. Es probable que este último actúe de acuerdo con el Kremlin, lo cual ‎pudiera ser el preludio de un apoyo más visible de Rusia a la Armenia ortodoxa –Rusia, Bielorrusia ‎y Armenia son miembros de la Unión Económica Euroasiática y de la Organización del Tratado de ‎Seguridad Colectiva (OTSC). ‎

Extrañamente, el Irán chiita no se ha pronunciado. Sin embargo, aunque son étnicamente turcos, ‎los azeríes son el único otro pueblo chiita del mundo ya que fueron miembros del imperio ‎safávida. El presidente iraní Hassan Rohani incluso había incluido a Azerbaiyán en el proyecto de ‎federación chiita que presentó durante su segunda campaña electoral. Esa discreción iraní hace ‎pensar que Teherán no desea entrar en conflicto con Moscú, oficialmente neutral. ‎También influye ciertamente el hecho que Armenia ocupa un lugar nada desdeñable en el ‎dispositivo que permite a Irán burlar las sanciones estadounidenses. ‎

Del lado armenio, la diáspora armenia en Estados Unidos ha emprendido un intenso cabildeo en ‎el Congreso para atribuir al presidente turco Erdogan –a pesar de que Turquía es miembro de ‎la OTAN– la responsabilidad del conflicto ante un tribunal internacional. ‎

En caso de acuerdo tácito entre Moscú y Washington, esta guerra podría tener consecuencias ‎diplomáticas negativas para el presidente turco Erdogan, quien se ha convertido en una figura ‎insoportable para los Dos Grandes. Como lo fue en su momento el presidente iraquí Saddam ‎Hussein, quien pasó bruscamente de la categoría de lacayo del Pentágono a la de enemigo ‎público número 1 cuando creyó que había sido autorizado a invadir Kuwait. Es posible que ‎el presidente turco haya sido llevado a cometer el mismo error. 


II Parte

En el Alto Karabaj, la OTAN apoya ‎a Turquía pero busca eliminar ‎a Erdogan


En el conflicto del Alto Karabaj, el derecho contemporáneo se vuelve contradictorio ‎según el enfoque que se adopte –desde el punto de vista de la propiedad del territorio o ‎el de la autodeterminación de un pueblo. Utilizando ese equívoco, la “nación” turca ‎‎(Turquía y Azerbaiyán) acaba de atacar ese territorio, autoproclamado independiente ‎aunque vinculado de hecho a la República de Armenia. Rusia ya anunció su intención ‎de atenerse a sus compromisos internacionales y defender Armenia si ese país es ‎atacado, aunque la seguridad nacional rusa no tiene nada que ver con el conflicto del Alto ‎Karabaj. A partir de ahí, queda por determinar si Turquía está actuando por orden de ‎los países occidentales o si es una iniciativa propia… que sus propios aliados ‎pudieran utilizar contra ella.


La catedral de Shusha, en el Alto Karabaj, recibió los impactos de 2 misiles. A la luz del derecho ‎internacional humanitario, la destrucción de lugares de culto es un crimen de guerra. ‎El genocidio contra los armenios –perpetrado en 1894-1895 por los otomanos y ‎posteriormente por los turcos, desde 1915 hasta 1923– apuntaba a acabar con la población ‎no musulmana de Turquía. Azerbaiyán afirma no estar implicado en el ataque contra ‎la catedral de Shusha.


Continúan los combates iniciados el 27 de septiembre de 2020 en el Alto Karabaj. Es evidente la ‎superioridad de las fuerzas azerbaiyanas, tanto en número de efectivos como en armamento. ‎La primera línea de defensa de la autoproclamada República de Artsaj fue literalmente arrollada ‎por la ofensiva pero las dos siguientes aún resisten. Las pérdidas materiales son muy importantes, ‎incluso del lado azerbaiyano. Por el momento es difícil determinar con precisión las pérdidas ‎humanas pero el número de muertos ya es muy elevado. ‎

El presidente azerbaiyano, Ilham Aliyev, anuncia su intención de continuar la ofensiva hasta la ‎victoria, o sea hasta recuperar el Alto Karabaj, y cuenta con el apoyo del presidente turco, Recep ‎Tayyip Erdogan. Pakistán también ha expresado su respaldo a Azerbaiyán pero niega haber ‎enviado soldados al Alto Karabaj. De hecho, todos los países miembros del Consejo de ‎Cooperación de los Estados de Habla Túrquica han expresado su apoyo al «Pueblo de los ‎Dos Estados» (Azerbaiyán y Turquía).



Del lado armenio, el apoyo de la diáspora armenia en Occidente ha creado un consenso internacional de ‎condena contra la ofensiva azerbaiyana –aunque el gobierno de Bakú dice no haber atacado el ‎Alto Karabaj. A la cuestión de la autoproclamada República de Artsaj se agrega la de Armenia. ‎Aunque es notorio que soldados armenios participan en los combates, hasta ahora no parece que ‎las hostilidades se hayan extendido al territorio de la República de Armenia. ‎

En el plano diplomático, el Grupo de Minsk de la OCDE –copresidido por Estados Unidos, Francia ‎y Rusia– emitió inútilmente varios llamados al cese de las hostilidades, después de haberse ‎mantenido inactivo desde su creación, en 1992. Actualmente acaba de organizar una mediación ‎en Ginebra, aunque sin participación de Armenia. ‎

En cuanto a la posición de Francia, aunque este país es copresidente del Grupo de Minsk, París ‎sigue enfrentándose a Ankara en todo tipo de temas –desde la delimitación de las zonas de ‎exclusividad económica en el Mediterráneo hasta la situación en Libia y pasando por el tema del ‎laicismo en la sociedad. Sin embargo, el presidente francés Emmanuel Macron trata de ‎no abordar la cuestión de la ocupación turca en Chipre, en Irak y en Siria, a pesar de que estos ‎últimos asuntos mucho más importantes que los anteriores. Francia ha llegado incluso a exigir ‎explicaciones de Turquía sobre el traslado de los yihadistas del llamado «Ejército Sirio Libre»… ‎que París creó, armó y dirigió en su momento utilizándolo contra la República Árabe Siria. ‎

Las potencias medias evitan a toda costa tomar partido, en la medida en que casi todas ‎prefieren no enemistarse con un poderoso Estado petrolero solo por parecer apoyar a ‎los armenios. Sin embargo, debido al pasado genocida del Estado turco –pasado que Turquía ‎sigue negando– será moralmente imposible seguir callando por mucho tiempo. Antes de que ‎se pronunciara Qatar –país que alberga una base militar turca–, el secretario general de la Liga ‎Árabe condenó a Turquía. Y Siria también lo hizo a través del presidente Bachar al-Assad, quien ‎aprovechó la ocasión para recordar los crímenes de Ankara contra el pueblo sirio.

En conclusión, la probable derrota de la República de Artsaj y la posible masacre de sus habitantes ‎parecen cada vez más cercanas, Estados Unidos sigue aparentando mantenerse neutral, los ‎países occidentales y los árabes apoyan a Armenia y sólo los Estados turcoparlantes respaldan ‎abiertamente a Azerbaiyán y Turquía.

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El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, y el presidente turco, ‎Recep Tayyip Erdogan, se reunieron el 5 de octubre de 2020 en la residencia presidencial de ‎Ankara. Pero, ¿son aliados o adversarios?
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La hipótesis de la trampa

‎Se mantiene en pie la hipótesis de una trampa montada por Washington para que el presidente ‎turco Erdogan cometa un error fatal para él, como sucedió en su momento con el presidente ‎iraquí Saddam Hussein. Vale la pena recordar que en 1990-1991, April Gaspie, la embajadora de ‎Estados Unidos en Irak, dio luz verde a la invasión de Kuwait, que 5 meses después fue objeto ‎de una condena unánime en el Consejo de Seguridad de la ONU, lo cual dio paso a la Operación ‎Tormenta del Desierto. Por ahora, sólo han pasado dos semanas desde el inicio de los ‎hostilidades en el Alto Karabaj. ‎

Fue difícil transformar la imagen del presidente Saddam Hussein en solo meses. Saddam Hussein ‎había sido agente de la CIA –reclutado en su juventud, mientras hacía sus estudios. Había ayudado ‎en una intentona golpista de la Hermandad Musulmana en Siria, a pedido de los países ‎occidentales. Había dirigido una larga guerra contra Irán, también a pedido de Occidente, y ‎se creía indispensable para sus padrinos. Así que Washington publicó documentos para ‎demostrar que había asesinado u ordenado asesinar a varias personas de su entorno. Pero eso ‎no era suficiente, había que convertir al déspota oriental en culpable de crímenes en masa. En ‎ese proceso fue crucial el falso testimonio de una falsa enfermera kuwaití ante el Congreso de ‎Estados Unidos para “demostrar” que, por orden del tirano, el ejército iraquí sacaba recién ‎nacidos prematuros de sus incubadoras para dejarlos morir cruelmente. ‎

En el caso de Azerbaiyán todo será más fácil. Bastará con desenterrar las pruebas del genocidio ‎perpetrado contra los armenios –un hecho histórico que los turcos siguen negando– para ‎convencer a la opinión público de que existe un serio riesgo de que se perpetre una nueva ‎masacre, sobre todo cuando el mundo ya sabe que la catedral de Shusha ha sido blanco de ‎‎2 misiles de alta precisión. Azerbaiyán dice no haber disparado esos misiles, lo cual pudiera ser ‎cierto, implicando entonces que haya un tercero que maneja los hilos del conflicto. ‎De comprobarse la implicación de Bakú en esa violación del derecho internacional humanitario, ‎la intención genocida del acto sería imposible de ignorar, dado el precedente del genocidio ‎perpetrado contra los armenios en 1894-1895 y desde 1915 hasta 1920, organizado precisamente ‎a causa de la religión de esa población.


‎Seis horas de negociaciones en Moscú para… 5 minutos de alto al fuego.

Se cierra la trampa

En un esfuerzo por evitar la agravación del conflicto, el presidente ruso, Vladimir Putin, organizó –‎el 9 de octubre en Moscú– una negociación entre los ministros de Exteriores de Azerbaiyán y ‎Armenia, enviando además su primer ministro a Ereván. Al cabo de 6 horas de negociaciones, ‎las partes firmaron un alto al fuego para las 12 del día del 10 de octubre. El acuerdo estipulaba ‎intercambios de prisioneros y de restos mortales entre las partes y la reanudación de ‎negociaciones de paz bajo la égida del Grupo de Minsk de la OSCE. ‎

Antes de la entrada en vigor del alto al fuego hubo un intenso bombardeo artillero contra la ‎pequeña ciudad de Hadrut, cuya reconquista había sido apresuradamente proclamada desde Bakú. También hubo un gran ataque con uso de drones cuyo objetivo era, ‎evidentemente, consolidar en el último momento las posiciones conquistadas. ‎

En definitiva, el alto fuego duró… 5 minutos. A las 12:05 horas, Azerbaiyán arremetía ‎nuevamente contra la ciudad de Hadrut. ‎

Según la parte armenia, Azerbaiyán bombardeó entonces la ciudad de Kaplan, en territorio de la ‎República de Armenia. Si esto quedara demostrado, la Organización del Tratado de Seguridad ‎Colectiva (OTSC) debería intervenir en defensa de la República de Armenia. Rusia debería ‎demostrar la implicación de Turquía –implicación de la que nadie duda– para poner a la OTAN en ‎un dilema: apoyar a Turquía –y desatar la Tercera Guerra Mundial– o sacar a Ankara de la alianza ‎atlántica.


Dado el hecho que prácticamente todos los miembros de la OTAN ya encuentran insufrible al ‎presidente turco Erdogan, este personaje debería convertirse entonces en el nuevo enemigo ‎público número 1. ‎


Pero también es posible que las cosas sean todavía más complicadas. La propaganda ‎internacional de la parte azerbaiyana está actualmente en manos del Nizami Ganjavi ‎International Center, que actúa bajo el control de la OTAN

No está de más recordar que ‎Washington ya ha tratado de derrocar –incluso de asesinar– al presidente Erdogan y que, al mismo tiempo, el ‎ejército turco sigue siendo un valiosísimo componente para la alianza atlántica. ‎


Thierry Meyssan

¿Por qué se protege a Azerbaiyán en la guerra de Nagorno-Karabaj? El verdadero rostro del clan Aliyev

26 agosto 2020

El extraño caso del asesinato de Rafik Hariri. ¿Quién mismo lo mató? (II)



Revelaciones sobre el asesinato de Rafik Hariri

por Thierry Meyssan
29 noviembre 2010
Red Voltaire

Mientras que la prensa comercial occidental anuncia la inminencia de una inculpación de los dirigentes del Hezbollah por el Tribunal Especial para el Líbano de la ONU, la revista rusa Odnako puso en tela de juicio la investigación realizada por las Naciones Unidas. Según el periodista francés Thierry Meyssan, el ex Primer ministro libanés Rafiq Hariri fue asesinado con un nuevo tipo de arma, arma proporcionada a los asesinos por Alemania. El ex fiscal alemán encargado y responsable de llevar a cabo la investigación de la ONU, es decir el Sr. Detlev Mehlis, habría falsificado una pista y diversos indicios para ocultar la responsabilidad de su país. Estas revelaciones comprometen al Tribunal y permiten que al fin se vaya esclareciendo la verdad.




Los múltiples conflictos que agitan el Medio Oriente se cristalizan actualmente alrededor del Tribunal Especial para el Líbano. La paz y la guerra dependen de ese tribunal. Unos piensan que debe permitir el desmantelamiento del Hezbollah, someter a la Resistencia e instaurar la Pax Americana. Otros estiman que está pisoteando el derecho para garantizar el triunfo de un nuevo orden colonial en la región.

El Tribunal Especial para el Líbano fue creado, el 30 de mayo de 2007, en virtud de la Resolución 1757 del Consejo de Seguridad de la ONU para juzgar a los que supuestamente ordenaron el asesinato del ex primer ministro libanés Rafik Hariri. En el contexto de aquella época eso significaba nada más y nada menos que juzgar a los presidentes en ejercicio de Siria y del Líbano, respectivamente Bachar el-Assad y Emile Lahoud, odiados por los neoconservadores. 

Pero resultó que aquella pista no reposaba en elementos concretos y que había sido fabricada mediante testigos falsos. Al no tener a quién juzgar, el Tribunal Especial para el Líbano hubiese podido desaparecer en el limbo de la burocracia cuando un incidente digno de una obra de teatro lo convirtió nuevamente en centro de los conflictos políticos regionales. El 23 de mayo de 2009, el periodista atlantista Erich Follath reveló en el sitio web Spiegel Online que el fiscal que se estaba preparando para inculpar a un nuevo grupo de sospechosos: varios dirigentes del ala militar del Hezbollah. Hace 18 meses que el secretario general del Hezbollah, Hassan Nasrallah, viene proclamando la inocencia de ese movimiento. Nasrallah afirma que el objetivo de la acusación no es otro que decapitar la Resistencia para dejar la región en manos del ejército israelí. Por su parte, la administración estadounidense adopta de pronto poses de defensora del derecho y afirma que nadie puede sustraerse a la Justicia internacional.

En todo caso, la acusación formal –que todos creen ya inminente– contra los líderes chiítas por el asesinato de un líder sunnita es capaz de provocar la fitna, o sea la guerra civil musulmana, lo cual sumiría nuevamente la región en una sangrienta confusión.

De visita oficial en Moscú, el 15 y el 16 de noviembre, Saad Hariri –actual primer ministro del Líbano e hijo del difunto Rafik Hariri– repitió que la politización del Tribunal Especial para el Líbano puede provocar un nuevo conflicto en su país. El presidente ruso Medvedev le respondió que Rusia desea que se imponga la justicia y que condena todo esfuerzo tendiente a desacreditar, debilitar o retrasar el trabajo del tribunal. Esta posición de principio se basa en la confianza que el Kremlin deposita a priori en el Tribunal Especial para el Líbano, confianza que seguramente se resquebrajará ante las revelaciones publicadas en Odnako.


El presente artículo se publicó originalmente en la Revista Odnako, Rusia, 29 noviembre 2010

Quisimos, en efecto, pasar en revista los detalles del asesinato de Rafik Hariri. Y los elementos que hemos descubierto señalan una nueva pista, ante la cual cabe preguntarse por qué nunca se ha explorado en ese sentido. Durante nuestra larga investigación nos reunimos con numerosos protagonistas, sin duda demasiados, al extremo que se ha sabido que estábamos investigando, lo cual ha sembrado inquietud entre quienes favorecen la pista que supuestamente conduce a la Resistencia libanesa. En un esfuerzo tendiente a intimidarnos, el Jerusalem Post lanzó el 18 de octubre (2010) un ataque preventivo, bajo la forma de un largo artículo dedicado a nuestro trabajo. De manera puramente difamatoria, dicho artículo acusa al autor de este trabajo de haber recibido de Irán un millón de dólares como pago por exonerar al Hezbollah.

Pasemos ahora a los hechos

La caravana de Rafik Hariri fue atacada en Beirut el 14 de febrero de 2005. El atentado dejó un saldo de 23 muertos y un centenar de heridos. Un informe preliminar del Consejo de Seguridad de la ONU subraya las reacciones poco profesionales de los policías y magistrados libaneses. Para remediar lo anterior, el Consejo de Seguridad comisiona entonces a sus propios investigadores, a los que proporciona importantes recursos que el Líbano no posee. Desde el principio de dichas investigaciones se da por sentado que el atentado era obra de un kamikaze que conducía una camioneta abarrotada de explosivos.

Ya que la comisión de la ONU había sido creada para aportar el profesionalismo del que carecían los libaneses, era de esperar que dicha comisión siguiera escrupulosamente los procedimientos clásicos de la criminalística. Pero no fue así. El análisis de la escena del crimen, sobre la base de su topografía –que se mantiene intacta– y de las fotos y videos de aquel día, no se hizo detalladamente. Las víctimas no fueron exhumadas ni se realizaron autopsias. Durante mucho tiempo nada se hizo para confirmar el modus operandi. Después de descartar la hipótesis de una bomba previamente enterrada en el lugar de los hechos, los investigadores dieron como cierta la versión de la camioneta, sin verificarla.




Se trata, sin embargo, de una versión inadmisible. Cualquier observador puede notar, en el lugar del crimen, la existencia de un profundo y amplio cráter que no puede ser resultado de una explosión superficial. Ante la insistencia de los expertos suizos, que se niegan a validar la versión oficial, el Tribunal Especial para el Líbano procedió a reconstruir los hechos, a puertas cerradas, el pasado 19 de octubre. La reconstrucción no se hizo en el Líbano, ni siquiera en Holanda, donde tiene su sede el Tribunal Especial para el Líbano, sino en Francia, uno de los Estados que más aporta al financiamiento del Tribunal. Allí se construyeron edificaciones similares a las de la escena del crimen e incluso se llevó tierra de Beirut. Se conformó una caravana similar (a la que acompañaba a Rafik Hariri), incluyendo un automóvil blindado. Se trataba de demostrar que la altura de los inmuebles de concreto había creado un efecto de confinamiento en el momento de la explosión, de manera tal que la onda expansiva había podido provocar el cráter. Los resultados de ese costoso experimento no se han dado ha conocer.




Lo primero que se nota en las fotos y videos tomados inmediatamente después del atentado es el incendio. Autos en llamas y todo tipo de objetos incendiados se ven por todas partes. Se puede ver que los cuerpos de las víctimas están carbonizados por un lado e intactos por el otro. Esto es muy sorprendente y no tiene nada que ver con los efectos de los explosivos clásicos. La teoría sobre la existencia en la camioneta de una mezcla de RDX, PETN y TNT no explica ese tipo de daños.

Si se analizan con detenimiento las fotos del cadáver de Rafik Hariri, se notan detalles extraños: su lujoso reloj de pulsera de oro macizo se ha fundido sobre la muñeca del cadáver, pero el delicado tejido del cuello de su fina camisa permanece intacto alrededor del cuello del cadáver.

¿Qué fue lo que pasó?

La explosión produjo una oleada de calor excepcionalmente intenso y de una duración excepcionalmente breve. Como resultado, la parte del cuerpo directamente expuesta a esa oleada de calor quedó instantáneamente carbonizada mientras que el otro lado del cuerpo no se quemó.

Los objetos de gran densidad –como el reloj de oro– absorbieron ese calor y fueron destruidos. Por el contrario, los objetos poco densos –como el fino tejido del cuello de la camisa– no tuvieron tiempo de absorber el calor y, por lo tanto, no se dañaron.


El cuerpo de Rafik Hariri.

En los videos se puede ver también que miembros de algunos cadáveres fueron seccionados por la explosión. Extrañamente, los cortes son limpios, como si se tratara de estatuas calcáreas. No se ven huesos rotos ni huesos sobresaliendo de los cuerpos, ni carnes arrancadas. Esto se debe a que la explosión absorbió el oxígeno y deshidrató los cuerpos, haciéndolos friables. Durante las siguientes horas, varios testigos presentes cerca del atentado presentaron, en efecto, problemas respiratorios. Erróneamente, las autoridades interpretaron ese trastorno como un efecto somático del trauma sicológico sufrido.

Estas observaciones son la parte más elemental de cualquier investigación criminalística. Aunque los investigadores tenían que haber empezado por ahí, esos datos no figuran en los informes de los «profesionales» investigadores del Consejo de Seguridad de la ONU.

Cuando preguntamos a varios especialistas militares qué explosivos podían provocar ese tipo de daños, mencionaron un nuevo tipo de arma que ha sido objeto de investigaciones desde hace algunas décadas y de informes publicados en revistas científicas. La combinación de conocimientos nucleares y nanotecnológicos ha permitido crear un tipo de explosión cuya intensidad se puede controlar con precisión. Se programa el arma para que destruya todo lo que se encuentre dentro de un perímetro determinado, calculado con una precisión de centímetros.

Según esos mismos especialistas militares, esa arma provoca también daños de otro tipo: ejerce una fuerte presión sobre la zona de la explosión. Cuando termina esa presión, los objetos más pesados resultan proyectados hacia arriba. Así fue que varios autos se elevaron por los aires.

Existe un detalle que no deja espacio a la equivocación: esa arma utiliza una nanocantidad de uranio enriquecido cuyas radiaciones pueden ser detectadas. Uno de los pasajeros que viajaban en el auto blindado de Rafik Hariri sobrevivió a la explosión. El ex ministro Bassel Fleyhan fue trasladado a un prestigioso hospital militar francés, donde los médicos comprobaron con asombro que el herido había estado en contacto con uranio enriquecido. Nadie relacionó aquello con el atentado.

El arma descrita toma técnicamente la forma de un pequeño misil de varias decenas de centímetros de largo y debe dispararse desde un avión sin piloto. Varios testigos aseguraron, en efecto, haber oído una aeronave sobrevolar el lugar del crimen. Es por ello que los investigadores solicitaron a Estados Unidos y a Israel, que disponen de satélites de observación posicionados permanentemente sobre la región, la entrega de las vistas que tienen en su poder. Estados Unidos incluso había desplegado aquel día varios aviones AWACS sobre el Líbano. Aquellos registros debían permitir que se verificara la presencia de un avión sin piloto y quizás permitirían incluso seguir su trayectoria. Pero Washington y Tel Aviv, que constantemente exigen que todo el mundo coopere con el Tribunal Especial para el Líbano, se negaron a aportar las imágenes.


El Hezbollah interceptó y publicó videos de los aviones israelíes sin piloto que realizaban misiones destinadas a determinar los hábitos de Rafik Hariri y a explorar el lugar del crimen.

El pasado 10 de agosto (2010), durante una conferencia de prensa, Hassan Nasrallah proyectó videos captados, según él, por aviones israelíes sin piloto e interceptados por su organización. Afirmó que esos aparatos habían observado durante meses los movimientos de Rafik Hariri, antes de concentrar su vigilancia en la curva donde finalmente tuvo lugar el atentado. O sea, al parecer Tel Aviv realizó misiones de observación y reconocimiento antes del asesinato. Lo cual, como subraya el propio Nasrallah, no quiere decir que lo haya perpetrado.

¿Quién disparó el misil?

Aquí es donde las cosas se complican. Según los expertos militares, en 2005 solo Alemania había logrado controlar esa nueva tecnología. Por lo tanto, tendría que haber sido Berlín quien proporcionó y programó el arma del crimen.

Lo anterior permite entender mejor por qué el ex fiscal alemán Detlev Mehlis –magistrado muy controvertido entre sus colegas– puso tanto empeño en presidir la Comisión Investigadora de la ONU. Es de sobra conocido que Mehlis está vinculado a los servicios secretos alemanes y estadounidenses. En 1986, cuando estuvo a cargo de la investigación del atentado cometido en Berlín contra la discoteca La Belle, Mehlis no tuvo reparos en esconder la implicación de Israel y Estados Unidos y en levantar falsas acusaciones contra Libia, justificando así el bombardeo de la fuerza aérea de Estados Unidos contra la residencia de Muamar el-Khadafi. A principios de los años 2000, el señor Mehlis fue generosamente remunerado como investigador, tanto por el Washington Institute for Near East Policy (el tanque pensante del grupo de presión proisraelí AIPAC) como por la Rand Corporation (el tanque pensante del complejo militaro-industrial estadounidense). Todos estos antecedentes hacen dudar de la imparcialidad de Mehlis en el caso Hariri y deberían haber bastado para que no se le confiara esa investigación.

Mehlis tenía como asistente al comisario Gehrard Lehmann, otro conocido agente de los servicios secretos de Alemania y Estados Unidos. Un testigo reconoció oficialmente a Lehmann como participante en el programa de secuestros, encarcelamientos y torturas aplicado en Europa por la administración Bush. El nombre de Lehmann aparece en el informe ad hoc del Consejo de Europa. Sin embargo, Lehmann logró escapar a toda acción judicial gracias a la coartada, tan sólida como poco creíble, que le proporcionaron sus colegas de la policía alemana.

Mehlis y Lehmann promovieron la teoría del kamikaze y de la camioneta abarrotada de explosivos para evitar toda investigación sobre el arma alemana utilizada para cometer el crimen.

Se recogieron muestras de tierra de la escena del crimen. Después de mezclarlas, esas muestras se dividieron en tres recipientes que fueron enviados a tres laboratorios diferentes. Los dos primeros análisis no mostraron restos de explosivos. Mehlis y Lehmann recuperaron el tercer recipiente, que llegó, a través de ellos, al tercer laboratorio. Este último encontró los restos de explosivos que buscaban. En principio, cuando se recurre a tres expertos es porque, en caso de desacuerdo entre ellos, se adoptará la opinión mayoritaria. ¡Nada de eso! Mehlis y Lehmann violaron los protocolos. Estimaron que el único recipiente confiable era el de ellos y llevaron al Consejo de Seguridad de la ONU hacia una pista falsa.

El carácter profundamente deshonesto de las investigaciones del duo Mehlis-Lehmann ni siquiera exige demostración. Sus sucesores lo han reconocido, a medias, y han anulado partes completas de la investigación que hicieron.

La más célebre de las manipulaciones que realizaron Mehlis y Lehmann es la de los falsos testigos. Cinco individuos pretendieron haber sido testigos de la preparación del atentado y acusaron a los presidentes Bachar el-Assad y Emile Lahoud. Cuando aquellas acusaciones empezaron a calentar la olla de la guerra, los abogados demostraron que estaban mintiendo y las acusaciones se desinflaron.


El presidente de la Comisión Investigadora de la ONU, Detlev Mehlis, violó las normas de procedimiento penal, fabricó pruebas falsas y utilizó testimonios falsos para exonerar a Alemania y acusar a Siria. En nombre de la ONU, el fiscal alemán Detlev Mehlis acusó a los presidentes del Líbano, Emile Lahoud, y de Siria, Bachar al-Assad, de haber ordenado el asesinato del ex primer ministro libanés Rafic Hariri. La investigación de Mehlis se basaba en testimonios falsos que, al ser desmentidos, lo obligaron a dimitir.


Basándose en los falsos testimonios, Detlev Mehlis arrestó, en nombre de la comunidad internacional, a cuatro generales libaneses y los mantuvo en prisión durante 4 años. Al irrumpir con sus cowboys en el domicilio de cada uno de aquellos militares libaneses, sin mandato legal de la justicia libanesa, interrogó también a los miembros de sus familias. Acompañado de sus asistentes, que se comunican entre sí en hebreo, Mehlis trató de manipular a las familias. Al hacerlo, también en nombre de la comunidad internacional, presentó fotos trucadas a la esposa de uno de los generales para convencerla no solo de que su marido le ocultaba su implicación en el asesinato sino también de que tenía una amante. Simultáneamente, trató de hacer lo mismo con el hijo del «sospechoso» para hacerle creer que su propia madre era una mujer fácil y que su padre, desesperado, se había sumido en una especia de locura asesina. El objetivo era provocar un crimen de honor en el seno de la familia y manchar así la imagen de personas respetables y respetadas.

Más inconcebible aún, Lehmann le propuso a uno de los cuatro generales encarcelados ponerlo en libertad si aceptaba levantar un falso testimonio contra un dirigente sirio.

Por otro lado, un periodista alemán, Jurgen Cain Kulbel, señaló un detalle perturbador: era imposible provocar la explosión por control remoto o utilizar un sistema de guía sobre el blanco sin desactivar el poderoso sistema de contramedidas electrónicas del que disponía la caravana de Rafik Hariri. Uno de los sistemas más sofisticados del mundo, fabricado… en Israel.

El profesor Dudin, conocido como militante propalestino, se había puesto en contacto con Kulbel con el pretexto de promover la venta del libro de este periodista alemán. Pero lo que en realidad hizo Dudin fue dedicarse a hacer declaraciones descabelladas para sabotear el libro. Kulbel, ex oficial de la policial criminalística de la antigua RDA, no tardó en descubrir que Dudin era conocido desde hacía tiempo como agente de la CIA infiltrado en la izquierda alemana. Kulbel publicó entonces antiguos informes de la RDA que así lo demostraban, por lo que fue condenado por divulgación ilegal de documentos y brevemente encarcelado, mientras que Dudin se instalaba en la embajada de Alemania en Beirut y trataba de infiltrarse en las familias de los cuatro generales.

Es necesario subrayar el papel de Alemania en el Medio Oriente, que hasta ahora había pasado inadvertido. La canciller Angela Merkel envió un importante contingente para participar en la Fuerza Interina de Naciones Unidas en el Líbano (FINUL), después de la guerra que Israel desató contra el país del cedro, durante el verano de 2006. Los 2.400 soldados alemanes controlan el dispositivo marítimo para impedir que la Resistencia reciba armas a través del Mediterráneo. La señora Merkel declaró entonces que la misión del ejército alemán era defender Israel. Sus palabras provocaron una reacción de protesta entre los oficiales. Cientos de ellos le escribieron recordándole que se habían enrolado para defender su propia patria, no un Estado extranjero, así sea un Estado aliado.

En un hecho sin precedentes, el 17 de marzo de 2008 –en Jerusalén– y el 18 de enero de 2010 –en Berlín– los gobiernos de Alemania e Israel realizaron un consejo de ministros conjunto. Adoptaron entonces diversas medidas, esencialmente en cuestiones de defensa. En la actual situación, no existen ya muchos secretos entre las fuerzas armadas de Israel y de Alemania.

La investigación de Detlev Mehlis no sólo se cubrió de ridículo por causa de los falsos testigos, sino que también se sumió en la ilegalidad, debido al arresto de los cuatro generales libaneses. Al extremo que el Grupo de Trabajo sobre Detenciones Arbitrarias del Consejo de Derechos Humanos de la ONU condenó firmemente aquel abuso de poder.

El descrédito que ha caído sobre el trabajo de Mehlis no debe manchar al Tribunal Especial para el Líbano, que no es en lo absoluto responsable de sus maniobras. En este punto, sin embargo, las cosas vuelven a complicarse. La credibilidad del Tribunal Especial para el Líbano depende de su capacidad para castigar, en primer lugar, a todos los que han tratado de esconder la verdad y de levantar falsas acusaciones contra los presidentes Bachar el-Assad y Emile Lahoud con intenciones de provocar una guerra. Pero el Tribunal se niega a juzgar a los falsos testigos, dando así la impresión de que está cubriendo las manipulaciones del periodo de Mehlis y de que persigue objetivos políticos similares (ahora contra el Hezbollah, y quizás contra otros en el futuro). Peor aún, el Tribunal Especial para el Líbano se niega a entregar a Jamil Sayyed (uno de los cuatro generales ilegalmente encarcelados) las actas de las audiencias de las personas que lo acusaron, impidiéndole así exigir reparaciones y dando la impresión de querer justificar cuatro años de detención arbitraria.

Dicho de forma más prosaica, el Tribunal Especial para el Líbano está rehuyendo sus responsabilidades. Por un lado, el Tribunal está en la obligación de juzgar a los testigos falsos para así evitar nuevas manipulaciones y demostrar su propia imparcialidad pero, por otro lado, no quiere lanzarse en una operación «manos limpias» que lo obligaría probablemente a arrestar al fiscal Detlev Mehlis. Esa estrategia se hace, sin embargo, insostenible debido a las revelaciones de Odnako sobre la pista alemana. Sobre todo cuando ya es, por demás, demasiado tarde en la medida en que el general libanés Jamil Sayyed presentó una denuncia en Siria y un juez de instrucción ya inculpó al fiscal Detlev Mehlis, al comisario Gerhard Lehemann y a los cinco falsos testigos. Es de imaginar la confusión que ha de instaurarse en el Tribunal Especial para el Líbano si Siria recurre a Interpol para que arreste a esos personajes.

Si se supone que la comisión Mehlis debía aportar el profesionalismo del que carecían las fuerzas del orden libanesas, el Tribunal Especial sobre el Líbano debería aportar la imparcialidad que pudiera faltar en el seno de las jurisdicciones libanesas. Pero está lejos de haberlo hecho, lo cual plantea una seria interrogante en cuanto a la legitimidad de esa institución.

Kofi Annan no quería que el Tribunal Especial para el Líbano fuera una jurisdicción internacional, sino que fuera un tribunal nacional libanés con carácter internacional, regido por el derecho libanés y conformado, en un 50%, por jueces internacionales. Pero eso no fue posible porque la negociación sufrió un brusco cambio de dirección. Mejor dicho, se llegó a un acuerdo con el gobierno libanés de aquel entonces, dirigido por el primer ministro Fouad Siniora, el antiguo apoderado de las empresas Hariri, acuerdo que no fue sin embargo ratificado ni por el parlamento libanés ni por el presidente de la República. Resultó entonces que aquel acuerdo fue avalado unilateralmente por el Consejo de Seguridad de la ONU (Resolución 1757 del 30 de mayo de 2007). El Tribunal Especial para el Líbano es, por lo tanto, una entidad híbrida y frágil.

Como ha señalado Kofi Annan, ese tribunal no es comparable con ningún otro de los tribunales que las Naciones Unidas habían creado hasta ahora, «No es un órgano subsidiario de la ONU, ni un elemento del aparato judicial libanés», se trata únicamente de «un órgano resultante de un convenio» entre el ejecutivo de las Naciones Unidas y el gobierno libanés. Si tomamos como referente la exigencia internacional de que debe existir una separación de poderes y de que la Justicia debe gozar de independencia con respecto al poder ejecutivo, no se puede considerar al Tribunal Especial para el Líbano como un verdadero tribunal sino únicamente como una comisión disciplinaria conjunta de los ejecutivos líbano-onusianos. Cualesquiera que sean sus decisiones, estarán sujetas a la sospecha.

Peor aún, cualquier gobierno libanés puede ponerle fin en cualquier momento ya que, como nunca fue ratificado, el acuerdo (que creó el Tribunal Especial para el Líbano) compromete únicamente al antiguo gobierno. Como resultado de ello, el actual gobierno libanés de coalición nacional se ha convertido en un campo de batalla entre partidarios y adversarios del tribunal. Para tratar de preservar la estabilidad del gobierno, el (actual) presidente de la República, Michel Sleimane (NdelE. Recordemos que el artículo corresponde a 2010), tiene que convencer semanalmente al Consejo de ministros para que los temas vinculados con el Tribunal Especial no se sometan a voto. Esa barrera no se puede mantener eternamente.

Como las malas noticias nunca vienen solas, las sospechas recaen ahora sobre el presidente del Tribunal Especial para el Líbano, Antonio Cassese. Este reconocido especialista en derecho internacional fue presidente del Tribunal Penal para la ex Yugoslavia. Pero resulta que el señor Cassese es un ferviente partidario de la colonización judía en Palestina. Amigo personal de Elie Wiesel, Cassese incluso recibió y aceptó un premio honorífico de manos de Wiesel. Cassese tenía por lo tanto que haberse declarado incompetente y haber presentado su renuncia cuando Hassan Nasrallah reveló que aviones israelíes sin piloto habían estado vigilando durante meses los desplazamientos habituales de la víctima y realizando misiones de reconocimiento sobre el lugar del crimen.


Según el presidente del Tribunal Especial para el Líbano, Antonio Cassese, la Resistencia armada en Palestina, Líbano, Irak y Afganistán debe ser sometida a juicio por «terrorismo». Nota del Editos del blog: Antonio Cassese falleció el 21 de octubre del 2011, en Florencia - Italia, tras una larga enfermedad, había dejado su puesto en el Tribunal Especial para el Líbano el 9 de octubre, fue reemplazado por David Baragwanath (Nueva Zelanda), quien estuvo en funciones hasta el 28 de febrero de 2015. Baragwanath fue sustituido por la magistrada checa Ivana Hrdličková, a  su vez en el cargo hasta el 1 septiembre 2019 (fue nombrada jueza del tribunal en 2012), la jurista calificó al Tribunal como un órgano híbrido. El juez libanés Ralph Riachi fue vicepresidente del STL hasta el 1 de septiembre de 2019. El magistrado australiano David Re preside el Tribunal hasta la fecha de la sentencia (agosto 2020), previamente se entabló en disputas de competencia con su antecesora (Hrdličková) y otros juristas de la Sala de Apelaciones. Como vemos, por el Tribunal han pasado diferentes jueces y presidentes durante el tramite del proceso. Se debe destacar que el juez suizo, Robert Roth, dimitió de su cargo en septiembre de 2013, argumentando la falta de independencia del Tribunal Especial para el Líbano, ya que expresó ha sucumbido a múltiples presiones políticas. 

Más grave aún, el juez Cassese representa una concepción del derecho internacional que está dividiendo el Medio Oriente. Aunque fue algo que eliminó de su curriculum, Cassese participó en 2005 en las negociaciones entre los Estados miembros de la Unión Europea y los Estados del Mediterráneo (el llamado «Proceso de Barcelona»). Su definición del terrorismo provocó entonces que se bloquearan las discusiones. Según Cassese, el terrorismo es única y exclusivamente una cuestión de individuos o de grupos privados, nunca de Estados. Ello implica que la lucha contra un ejército de ocupación no puede considerarse «resistencia» sino «terrorismo». En el contexto local, esa posición jurídica tiene un matiz colonial y descalifica al Tribunal Especial para el Líbano.

Los métodos del Tribunal Especial no difieren de los que utilizó la Comisión Mehlis. Sus investigadores se han apoderado de enormes ficheros: sobre los estudiantes libaneses, los beneficiarios de la Seguridad Social, los clientes de la empresa Electricité du Liban y del Office des Eaux (La empresa libanesa de distribución de agua. NdT.). El 27 de octubre incluso trataron, sin que estuviera presente ningún funcionario libanés, de apoderarse por la fuerza de los expedientes médicos de una clínica ginecológica a la asisten las esposas de miembros del Hezbollah. Es evidente que esas investigaciones nada tienen que ver con el asesinato de Rafik Hariri. Para los libaneses, todo indica que esas informaciones están destinadas a Israel, por lo que consideran que el Tribunal Especial para el Líbano no es más que un simple instrumento de Israel.

En 2007, anticipando perfectamente todos estos problemas, el entonces presidente ruso Vladimir Putin propuso una redacción diferente de la resolución que instituía el Tribunal Especial para el Líbano. El embajador ruso Vitaly Churkin había denunciado las «lagunas jurídicas» del sistema. Expresó su indignación por el hecho de que el Consejo de Seguridad de la ONU amenazara con recurrir a la fuerza (Capítulo VII) para crear unilateralmente este «órgano convencional» (es decir, supuestamente resultado de un convenio). Subrayó entonces que el Tribunal debía trabajar en pro de la reconciliación entre los libaneses, pero que estaba concebido de manera tal que acentuaría aún más las oposiciones. Finalmente, Rusia –al igual que China– se negó a aprobar la Resolución 1757.

En definitiva, la verdad va emergiendo poco a poco. Los videos captados por los aviones israelíes sin piloto, interceptados y dados a conocer públicamente por el Hezbollah, muestran una preparación del crimen por parte de Israel. Los hechos que ha revelado Odnako muestran el uso un arma alemana altamente sofisticada. El rompecabezas está casi completo.


Thierry Meyssan
Fuente
Оdnako (Rusia)
Este artículo se publicó inicialmente en el número de Odnako correspondiente al 29 de noviembre de 2010.



ANEXO 

Texto de la sentencia en PDF (inglés)



Otras referencias de valor jurídico:

La defensa argumenta que el STL se estableció ilegalmente.

El juez David Re advertido contra más litigios, procede con más litigios.

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