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07 mayo 2024

Cinco mitos estadounidenses sobre la victoria contra el nazismo



Por: Tito Andino
Artículo publicado en 2016
y actualizado al 7 de mayo 2024


Parte I
Una introducción al nuevo “revisionismo” auspiciado por los Estados Unidos.
En estos días se conmemora un aniversario más del final de la guerra en Europa. Hemos dado algunas pistas en varias entradas del blog de que los Estados Unidos e incluso países europeos pretenden desconocer y borrar de los libros de historia el papel del Ejército Rojo en el triunfo sobre el nazismo. La premisa es esa, y no solo minimizar el papel de la URSS en la victoria de la Segunda Guerra Mundial. Tampoco es de extrañar que no se publicite estos días la celebración en Moscú del "Día de la Victoria" sobre el fascismo (en 2023 por motivos de seguridad no hubo desfile en la Plaza Roja).

Tampoco se puede ocultar el rol -tardío- de naciones europeas como la Gran Bretaña que finalmente reaccionaron ante la amenaza nazi, o la resistencia de los franceses y de otros países europeos que cayeron bajo la bota hitleriana, pagando una terrible contribución de sangre y padeciendo destrucción en sus naciones. Tampoco se puede olvidar el aporte estadounidense (interés político - económico) desde el inicio de la contienda con el suministro de logística militar tan necesaria para que los británicos resistan y su posterior participación en el teatro de operaciones bélicas en Europa. 

El papel de los Estados Unidos fue clave en el Pacífico, nadie puede olvidar ni desconocer el sacrificio de millares de vidas. En Europa, aunque demasiado tarde, la invasión de Italia con la dura resistencia alemana no culminaría hasta la misma rendición del nazismo en otros teatros de operaciones. El desembarco de tropas en Normandía junto a las fuerzas británicas abriendo en 1944 un nuevo frente son de vital valor estratégico; y sobre todo, sus inmensos recursos, su capacidad logística e industrial volcada al objetivo de derrotar al nazismo mantuvieron a raya a las potencias del Eje.

Sin embargo, ninguno de esos hechos puede ser invocado, abusivamente, en aras de intereses político-económicos de actualidad, ofendiendo la memoria de millones de combatientes soviéticos que derramaron su sangre, poniendo la mitad de muertos en el conflicto mundial. Resulta un irrespeto total, una burla a los caídos y a sus descendientes el pretender empequeñecer el sacrificio soviético.      

Hoy, la ‘guerra fría’ ha resurgido, y es imperativo - para los Estados Unidos y la OTAN- volver a satanizar a un “enemigo”. En el mundo actual, el único que reúne esos "requisitos" es la Federación Rusa, a la par de China, incluso en orden de prioridades Irán y Corea del Norte.

La estrategia de la nueva Guerra Fría está en marcha desde hace un buen tiempo, al mejor estilo nazi, es decir, incesante bombardeo -a través de los medios de embrutecimiento masivo- de la propaganda negra.

En pleno siglo XXI la difusión del legado del nazismo va adquiriendo nuevas dimensiones, es un arma silenciosa, psicológica, que va adoctrinando y no educando, principalmente a las juventudes de Hispanoamérica, con historias fraudulentas, partidos políticos españoles los secundan disimuladamente, pero la tarea principal 
ha sido encomendada para su recreación a organizaciones de ultraderecha quienes meten ruido pregonando el retorno del fascismo como solución a los problemas del mundo contemporáneo. Si repasamos la historia de la posguerra en Europa veremos que primero comenzó con la acusación, a diestra y siniestra, sobre una enorme conspiración judía para apoderarse del mundo, con la mirada complaciente del lobby judío en Estados Unidos, paradójico, pero cierto.

A Israel le resulta útil y gratificante una ola de "antisemitismo", siendo la mejor arma para recordar hechos del pasado y seguir obteniendo -hasta ahora!- compensaciones económicas y de otro tipo, a pesar de su cruel extremismo contra los palestinos. Entonces, la mejor tarea que hacen los movimientos de la extrema derecha, los “revisionistas” y otros exaltados, conscientes o no, es seguir el juego a ese pequeño estado  conocido como Israel (ni los líderes de estos grupos radicales conocen los objetivos, ni quienes los manejan, mientras una masa sucia de seguidores se tragan toda la inmundicia atiborrada en sus cerebros).

Volviendo al tema que nos ocupa, la mejor forma de desnaturalizar el aporte ruso y de la extinta Unión Soviética en la segunda guerra mundial es aplicando la misma retórica de la época del nazismo. Habíamos expresado en anteriores ensayos que nadie debe dudar, ni tomar a la ligera estos hechos. El gobierno estadounidense se pronunció por rescribir la historia de la segunda guerra mundial, su propósito, reitero, no es otro que minimizar el rol protagónico en la victoria contra el fascismo de la Rusia soviética. Ucrania es hoy el ejemplo más palpable, estamos ante el retorno de lo incomprensible, el nazismo en su esencia pura, allí se exalta, hasta el grado de erigirles héroes nacionales a los jefes del colaboracionismo con los nazis y la prensa comercial los aplaude, en las escuelas europeas obligan a incautos críos a solidarizarse con millares de extremistas neonazis que cometieron atrocidades en el este de Ucrania (Donbass). Así es como consiguen borrar la historia reciente en aras de perversos planes, es lo que muchos, erróneamente, llaman “revisionismo”.

La verdad, raramente analizada, es que una ola de narradores, autoproclamados “revisionistas” tienen vínculos personales con organizaciones políticas e ideológicas del fascismo puro y otros grupos de poder que poseen influencia en grandes esferas político-militar de los Estados Unidos, tan verídico que uno de los mejores investigadores sobre el tema, Daniel Estulin, afirmó que estas organizaciones tienen en sus filas a neoconservadores, republicanos del ala de ultraderecha, así como de la extrema derecha de Israel (Likud) y hasta descendientes étnicos pos-nazis. "Detrás de ellos, oculto del escrutinio público, se encuentra el Movimiento Sinárquico de los Imperios, el auténtico poder que los ingenuos califican como Fascismo”.

También se explicó en otro trabajo que hace algunas décadas era posible hacerse de la vista gorda ante una "milagrosa" difusión de textos con la trama de la clásica conspiración “judeo-masónica-comunista”. A los Estados Unidos eso le vino de maravilla al vilipendiarse grotescamente a sus rivales soviéticos. Al fin y al cabo la propaganda, aun la mentirosa extrema, da frutos, algo que copiaron de los propagandistas nazis. En aquellos días -incluso en la actualidad- no tenía importancia que se denigre a los judíos y otras razas “inferiores”. Todo esto fue y sigue siendo parte del circo mediático con lo cual están de acuerdo los sucesivos gobiernos de Israel ("el antisemitismo"). Un  fin mayor lo justifica.

Respecto a la amenaza de rescribir la historia de la segunda guerra mundial por parte de los Estados Unidos, será aprovechada para seguir difundiendo el sinarquismo y las ideas extremistas de derecha, la ideología fascista en su esencia, tal como se aprecia desde 2014 en Ucrania.

Estamos caminando a una nueva etapa pro “revisionista”, ya no al estilo de la conspiración “judeo - masónica - comunista”. Esa delirante "teoría" murió por su propia boca, al caer el Muro de Berlín y la desintegración de los regímenes totalitarios, lo cual no quiere decir que alguna vez haya sido cierto, sino que uno de sus pseudo argumentos quedó expuesto como el fraude que siempre fue, al igual que otros tantos timos históricos. Con la “pérdida” de su “enemigo” -el comunismo- los “revisionistas” quedaron huérfanos de ideas, a tal punto que, ya no hay producción de nueva literatura. Desde hace mucho solo les queda la herramienta de internet para copiar y reproducir a través de miles de páginas webs, los fraudulentos escritos de Borrego, Bochaca, “Romanescu” y un no tan corto etc., por citar autores de habla castellana.

El nuevo impulso “revisionista” necesariamente tendrá que ser pro-americano, pro-OTAN y contra los “perversos” rusos, la nueva “amenaza” de la humanidad.

Así las cosas, reinterpretar la historia de la segunda guerra mundial de forma unilateral por los Estados Unidos, alejados de fuentes historiográficas y académicas, ocultando decenas de miles de documentos que aun permanecen inéditos o clasificados como secretos conllevará, de hecho ya están ampliamente divulgados, hechos como los siguientes. 

Repasemos algunos de estos falsos mitos en datos concretos.


Parte II
I. El mito del desembarco en Normandía como la batalla decisiva de la segunda guerra mundial.



Este es un tergiversado enfoque. La realidad es otra. "La liberación norteamericana de Europa es otro fraude hipócrita" y mucho menos fue desinteresada, expresó Alfredo Embid.

La historia nos enseña que el inicio de la contienda fue a raíz del ataque alemán a territorio polaco, 1 de septiembre de 1939. Francia e Inglaterra declaran las hostilidades a los pocos días. La URSS fue invadida por los nazis el 22 junio de 1941 y al no caer derrotada ese verano, el punto de inflexión comienza a dar marcha. Luego de varios meses, producto del ataque japonés a Pearl Harbor, Estados Unidos entra oficialmente en guerra contra el Eje en diciembre de 1941.

La batalla de Stalingrado, muy a pesar de los estadounidenses, fue un episodio trascendental, tras meses de duros combates, en febrero de 1943 el Ejército Rojo derrota nuevamente al poderoso Ejército alemán. Si Moscú fue el comienzo, Stalingrado es el hito, es el fin del milenario “Reich de los Mil Años”. Alemania ya no será capaz de hacer frente a las contraofensivas soviéticas, a pesar de su tenaz resistencia.

En Stalingrado cayeron en la lucha más soldados rusos –se estima que casi medio millón-  que tropas estadounidenses en toda la guerra. Si bien es cierto que la URSS recibió ayuda estadounidense dentro de la Ley “Préstamos y Arriendos” no tuvo ningún peso de trascendencia, ni influyó sobre la capacidad industrial soviética.

Se ha intentado menospreciar (minimizar) la resistencia rusa en las afueras de Moscú en 1941, cuando los alemanes eran una verdadera aplanadora con su ‘Blitzkrieg’ imparable en toda Europa. Esa resistencia menguó ostensiblemente la moral de los industriales y junkers prusianos aliados del cabo bohemio (Hitler), esa alianza de conveniencia, desde aquel momento empezó a tambalear.

Alemania fue derrotada en el frente oriental, no en Normandía. Si Moscú fue la resistencia a la embestida nazi. Stalingrado fue el inició del contraataque y la batalla de Kursk –la más grande contienda de tanques de la historia, con 6.000 blindados implicados-, fue la sepultura de la otrora invencible Wehrmacht.

Son estas batallas en el Frente del Este y no la invasión de Normandía las que vencieron a los nazis. Moscú, Stalingrado y Kursk aplastaron la maquinaria alemana que movilizó inmensos ejércitos y la mayor parte de sus divisiones blindadas. Cualquier historiador acertará en decir que Hitler fue vencido en Rusia, allí quedaron sepultados el 90% de soldados y tanques alemanes, las mejores tropas fueron consumidas y la capacidad industrial de guerra alemana nunca más pudo hacer frente al poder de movilización de los soviéticos.

 


La historia irrefutable también nos enseña que las tropas anglo-americanas abrieron un nuevo frente "de apoyo" a los rusos (es indiscutible que Moscú clamaba por la apertura de un Frente Occidental), esta ayuda solamente se hizo efectiva tras los decisivos y demoledores golpes soviéticos en Stalingrado y Kursk -y tuvo que pasar un año más-. El desembarco en Normandía llegó el 6 de junio de 1944.

Pero, la mayoría de historiadores estadounidenses "desconocen" la Operación soviética "Bagration", que, a su vez, fue un clamor de los Aliados occidentales a Stalin para que la invasión de Francia tuviera éxito, evitándose el envío de grandes fuerzas alemanas de refuerzo. Esto traducido significa que la Alemania nazi tuvo que luchar en dos frentes al mismo tiempo. "Operación Bagration" inició el 22 de junio (algo más de dos semanas del inicio de "Operación Overlord") y duró hasta el 19 de agosto de 1944, una ofensiva estratégica en Bielorrusia que desvió las reservas móviles alemanas a los sectores centrales del frente Oriental. "Bagration" es la mayor derrota en la historia militar alemana, destrozó por completo su línea del frente, con alrededor de 450.000 bajas germanas, la destrucción de 28 de las 34 divisiones del Grupo de Ejércitos Centro, más de 20 generales capturados. Bielorrusia fue liberada y permitió nuevas ofensivas soviéticas hacia Lituania, Polonia y Rumania a lo largo de julio y agosto. Otros 300.000 soldados alemanes quedaron aislados en la Bolsa de Curlandia...

La toma de Berlín fue producto del sacrificio de decenas de miles de combatientes del ejército rojo dirigidos por Zhukov.

Respecto al DIA D, el historiador James Holland señala el mito extendido de que los estadounidenses pusieron más hombres y material en las playas de desembarco, esta falsedad se debe "en gran parte porque la mayoría de películas y series de televisión han sido creadas por americanos". Holland confirma que 792 de 1.203 barcos de guerra eran británicos. 3.126 de 4.027 lanchas de desembarco eran británicas. Dos tercios de las fuerzas aéreas eran británicas y dos tercios de las tropas de asalto eran británicas y canadienses. Los mandos operativos eclipsados por la fama de Eisenhower eran británicos: Bernard Montgomery, mando supremo de las fuerzas de tierra; Bertram Ramsay, al mando de las fuerzas navales; Trafford Leigh-Mallory, al mando de las fuerzas aéreas.

Otra errónea apreciación es la idea de que en el sector de Omaha sucedieron más bajas, "la batalla no fue tan sangrienta como se piensa. En total, 842 soldados aliados murieron allí, y son muchas muertes, pero no tantas como se suele creer" (Holland). Omaha ocupa en la historia un lugar destacado por dos razones: el cine; y, por supuesto, el área de desembarco, no solo lleno de obstáculos en la arena, sino por los acantilados que la rodean que hicieron un objetivo casi imposible de conquistar. 

El triste honor -en bajas- durante el desembarco no corresponde a los Estados Unidos, sino a sus colegas de Canadá, "el mayor número de bajas, en proporción con hombres que desembarcaron, tuvo lugar en la playa de Juno. Este sector estaba asignado a los canadienses". El 6 de junio desembarcaron en Juno 21.400 soldados, una zona de las mejores defendidas terminó con 1.200 bajas. En general, la aportación británica durante el Día D ha sido en parte olvidada, otro tanto ha sucedido con la de Canadá.
 
















II. El mito de la lucha de los Estados Unidos contra el nazismo.

Estados Unidos se benefició de la guerra. Hoy en día es lo que es, un poderoso Imperio, la primera potencia mundial y eso debe agradecerlo a la guerra y a los nazis.

No hace falta destacar que los americanos se involucraron en el conflicto con la consigna de salvaguardar sus intereses coloniales en Asia y, aun más, cuando el Ejército Rojo apabulló a Hitler. No había otra opción, sino intervenir para ganar algo y evitar que la URSS no ostente el privilegio de haber liberado Europa. La alianza conocida como “Los Aliados” fue una bendición política para los estadounidenses, de esa forma consiguieron detener el imparable avance soviético en Europa, victoria tras victoria, derrotando al nazismo.

Dada la complejidad del tema y la clasificación reservada de miles de documentos que demuestran que magnates de la industria y políticos de los Estados Unidos promovieron la guerra, se torna imprescindible buscar fuentes que confirman este aserto.  Aquí algunas citas:

Henry Ford:
"Ni los Aliados, ni el Eje deberían ganar la guerra. Los Estados Unidos deberían proporcionar a ambos campos los medios para continuar combatiendo hasta que ambos se hundiesen".

El futuro presidente de los Estados Unidos, Harry Truman, afirmaba en 1941:
"Si Alemania gana, debemos ayudar a Rusia y si Rusia gana, debemos ayudar a Alemania, a fin de que mueran el máximo de personas de cada lado. Esperamos que no gane ninguno, que se maten mutuamente".

Este es solo un modesto ensayo, no una obra de historia de la guerra mundial, estos simples ejemplos y otros elementos permiten confirmar que los Estados Unidos siempre persiguieron un objetivo de carácter canallesco, impulsar al máximo un exterminio de otros estados entre si y solamente intervenir cuando no haya otra opción.


III. El mito de que la ayuda de los Estados Unidos a los Aliados contra el nazismo, llevó a la victoria final.

Justamente hicieron lo contrario. Las multinacionales y los banqueros de Estados Unidos ayudaron al desarrollo del nazismo. No fueron los únicos, Francia también le proporcionó suministros industriales (4). ¡Los negocios son los negocios!.

Una gran parte de las grandes empresas y sociedades estadounidenses colaboraron con Hitler, antes y durante la guerra: Esso (que era en la época la Standard Oil), Ford y General Motors, Du Pont, Union Carbide, Westinghouse, General Electric, Goodrich, Singer, Kodak, ITT, IBM, JP Morgan, etc.(5)

Por ejemplo, Esso proporcionaba la gasolina, Ford y General Motors los camiones militares (6). IBM proporcionaba los elementos materiales para el fichaje de los judíos en los campos de exterminio. Los tribunales suizos dictaminaron que IBM no puede responder a las acusaciones de haber ayudado a los nazis en el exterminio de personas en los campos de concentración, no porque las acusaciones sean falsas, si no porque son antiguas. La asociación The Gypsy International Recognition and Compensation Action (GIRCA) apeló en Ginebra la decisión de la corte suiza(7).

El capitalismo estadounidense también invirtió dinero en la industria de armamento de la Alemania nazi y siguieron recibiendo sus beneficios durante la guerra. Todos ellos obtenían enormes ganancias a través de sus filiales alemanas, a la vez que contemplaban como Europa se debilitaba en un baño de sangre.

Los banqueros se enriquecieron con los préstamos a Gran Bretaña a la que empujaron a abandonar sus colonias, al mismo tiempo que colaboraban con los nazis. Así tenemos que, el abuelo de George Bush financiaba a Hitler a través de la filial americana del banco alemán de Thyssen, la UBC, dirigida por Prescott Bush(8-9).

Un caso ejemplar de estas colaboraciones entre industriales y banqueros estadounidenses y los nazis es la relación entre una de las mayores empresas nazis, IG Farben y Rockefeller en la banca y en el petróleo -la Standard Oil Company, más tarde Exxon-. (Todo esto muy a pesar de los “revisionistas” que siempre pretenden tildar de judíos a toda persona que posee una notable fortuna, este último dicho lo refiero a que es muy común encontrarse con páginas web en que tildan a los Rockefeller de judíos, siendo uno de los falsos mitos más divulgados por los actuales “revisionistas”).

Desde 1933 la principal empresa química alemana, IG Farben, colocó a su gente en puestos claves del aparato político nazi y en 1937 tras eliminar a los judíos que quedaban en ella, la totalidad de sus ejecutivos se adhieren al partido nazi. Durante la guerra fabricó el siniestro gas Zyklon B para asesinar a los deportados de los campos de exterminio (10).

A pesar que los “revisionistas” lo nieguen y aleguen que solo servía para matar piojos, significaría que el gas Zyklon B es inocuo para el hombre! Es de simple sentido común que si encierro a decenas de personas, en una simple habitación con nula o escasa ventilación, la sofocación empezará a los pocos minutos. ¿Saben cuántos casos de fuga de gas para uso doméstico, en un hogar poco ventilado, ha ocasionado asfixia y muerte? Un buen número, ¿verdad?.

A pesar que seremos unos neófitos en química, el sentido común y la lógica racionalista nos dice que si uso un gas para desinfectar y matar piojos, diminutos insectos parasitarios muy resistentes, en seres humanos abarrotados en una cámara hermética, lo más probable es que esas personas vayan a morir junto a los piojos. Eso le tiene sin cuidado a cualquier “revisionista”, total, siguiendo la filosofía de su amado führer, los judíos son unos “parásitos” y al usar gas para eliminarlos están eliminando “insectos”. Es lo que puedo deducir del pensamiento de esas mentalidades patológicas.  

Continuando, I. G. Farben fue dirigida hasta 1937 por la familia Warburg, socio de Rockefeller en la banca (hoy Chase Manhattan Bank) y uno de los principales diseñadores de la eugenesia de los nazis alemanes. En la era nazi IG Farben y la Standard Oil de Rockefeller estaban unidas por numerosos acuerdos.

  


Tras la invasión alemana de Polonia en 1939, la Standard Oil prometió mantener su unión con la I.G.Farben, incluso si los Estados Unidos entraban en guerra, como demostró el comité investigador encabezado por el senador Harry Truman. El director de la Standard en Alemania reconoció después de la guerra que algunos fondos de la Standard Oil servían para pagar a los miembros de las SS en Auschwitz.

Después de la guerra la empresa I.G. Farben dio a luz a las multinacionales Bayer, Hoescht y Basf que siguen ocupándose de nuestra salud. Luego siguieron creándose otras empresas, fundamentalmente en la fabricación de medicamentos ¿con los mismos criterios con que fabricaban el Zyklon?, se cuestionaba Alfredo Embid.

Además es preciso saber que una gran parte de los empresarios y banqueros estadounidenses eran pro-nazis declarados en los años 30 y 40. Nunca dejaron de serlo, excepto cuando sus intereses se vieron momentáneamente comprometidos. Su ideología racista y sus prácticas eugenésicas y despobladoras persisten hoy. Sus leyes de esterilización de los "indeseables" sirvieron de modelo a los criminales nazis, muchos de los cuales fueron "salvados" discretamente al final de la guerra.


IV. El mito del sacrificio de la sangra estadounidense para liberar Europa.

Otra falacia que nos inculcan. La verdad es que el sacrificio en tropas corrió a cargo de los rusos y soviéticos. Constituye un irritante insulto a la razón, a la verdad y a los hechos comprobados afirmar lo contrario.

Las cifras de víctimas en el bando soviético, que se manejan habitualmente, supera los 20 millones. Datos oficiales rusos publicados hace pocos años (1) evalúan las pérdidas humanas en la URSS en 26.6 millones de personas (2). De estas cifras, el ejército perdió alrededor de la mitad. Estimaciones detallan alrededor de 10 millones de soldados muertos en el frente y 3.3 millones las víctimas en los campos de concentración (en un periodo que comprende 1941-42, la llamada "muerte programada"). Dada la magnitud del conflicto y las circunstancias es imposible dar una cifra real de bajas, tenemos, además, desaparecidos, capturados, incluso desertores ejecutados, también los miles y miles de partisanos -civiles en guerra de guerrillas contra el invasor nazi-. 

Los datos sobre las purgas estalinistas y soldados prisioneros de los alemanes -tratados como criminales por el régimen del dictador Stalin- son considerados como capítulo aparte de la guerra. Las estimaciones son factibles, lo que si es más fácil comprobar, incluso con datos de la Wehrmacht, es la cifra de prisioneros de guerra, para nadie es desconocido el destino que corrieron millones de soldados soviéticos capturados.

Las cifras de las bajas soviéticas no pueden compararse con los muertos de los ejércitos aliados occidentales: Un total aproximado que ronda los 300.000 muertos estadounidenses (incluyendo las bajas en el teatro de operaciones del Pacífico). Unos 250.000 británicos y 200.000 franceses (3).



V. El mito que los judíos fueron las principales víctimas del conflicto.

Es evidente que es una tergiversada versión. De los datos arriba enunciados, está plenamente comprobado que la mitad de las personas sacrificadas en el conflicto bélico fueron soviéticos y solo una minoría judía, si hemos de creer en las estimaciones de personas judías muertas.

La política nazi iba más allá de acabar con el judaismo europeo. Sus planes englobaban, literalmente, no solo terminar con el “bacilo judío” sino -además- era imprescindible exterminar a la raza eslava, calificada como "untermenschen", es decir, sub-hombres, que incluyen a los rusos y otras naciones eslavas. 

Por documentos alemanes tenemos conocimiento que se barajaron cifras de treinta millones y otros tantos más “sub-hombres” que tendrían que ser deportados o convertidos en mano de obra esclava alemana.

Dada la magnitud y complejidad del tema sobre las víctimas judías, no la profundizaremos en este artículo.

Parafraseando a Ernest Hemingway, quien expresó, algo exagerado, pero no tan distante de serlo: "Cada ser humano que ama la libertad debe más agradecimiento al ejército rojo del que pueda pagar durante toda su vida".

Aunque la victoria no se debió únicamente al ejército soviético, se puede demostrar que sin su extremo sacrificio, la ocupación nazi de Europa hubiese sido más prolongada y quien sabe que hubiese podido suceder…


Referencias:

Para la segunda parte de este breve ensayo ha servido de fuente el artículo: "Algunas falsificaciones de la historia de la segunda guerra mundial", de Alfredo Embid, Colectivo “Armas contra las guerras”, Boletín No. 75. De ese trabajo hemos extraído citas bibliográficas y citas de algunos personajes.
(1) Anne Lacroix -Riz. "El papel olvidado de la Unión Soviética". Le Monde Diplomatique. Mayo 2005.
(2) "Second world war dead honoured" 08 Mayo 2005. Agencias
http://english.aljazeera.net/NR/exeres/C65CA9F5-06A8-46D2B3EF-1B267EC23008.htm
(3) Cifras dadas por Ignacio Ramonet en "Lecciones de historia" Le Monde Diplomatique. Mayo de 2005.
(4) Charles Higham "trading with the enemy 1933 - 1949" Delacorte Press. N.York 1993.
(5) Jacques Pauwels. Le mythe de la bonne guerre (l'Amérique et la Deuxième Guerre mondiale), EPO 2000. editions@epo.be
(6) Michel Colon. "Pourquoi Ford, GM et Esso ont elles armé Hitler?" www.michelcollon.info
(7) Court Rules IBM Does Not Have To Face Nazi Charges. Reuters | May 4 2005
(8-9) - Peter Mertens. "Via le grand-père Bush, 50 millions $ injectés dans les usines nazies les usines allemandes". http://www.ptb.be
- Ben Aris, Duncan Campbell, "How Bush's grandfather helped Hitler's rise to power". The Guardian, 25 septiembre 2004. www.john-loftus.com ·
- http://www.ptb.be
(10) Henry Rousso, "Le cas de l'IG Farben. La nazificación du grand capital" L'Histoire Nº 118, Enero 1989.
(11) Cifras del Día D: este es el gran mito que siempre has creído sobre el Desembarco de Normandía (James Holland - ABC España)

13 julio 2023

John McCoy el libertador de los asesinos de despacho nazis


Imágenes combinadas de John McCoy y los procesos de Nuremberg (la portada de la revista Time corresponde a la edición del 20 de junio de 1949)

 

Este blog mantiene una etiqueta especial denominada "asesinos de despacho" referente a los criminales de guerra nazis. Para un buen entendedor, se refiere a aquellos altos burócratas uniformados que planificaron tanto la guerra deseada por Hitler, así como su conocida política genocida. También pueden encasillarse en esta categoría a los financieros e industriales que gustosos aceptaron la doctrina del nazismo con el propósito de enriquecerse aún más a costa del sacrificio de millones de seres humanos.  


Señalamos en anteriores reportajes que esto es una escalofriante realidad, un verdadero escándalo. Los asesinos de despacho nazis sobrevivieron en su gran mayoría a la guerra, hemos hablado de varios en otras entradas. Cierto es que algunos de ellos tuvieron que comparecer a juicio por ser autores de la normativa que permitió los crímenes contra la humanidad; otros, que en su tiempo se cobijaron bajo el manto de la impunidad e inmunidad al enrolarse en el exclusivo círculo de grandes banqueros e industriales, con fuerte influencia política, como excepción, comparecieron ante un tribunal por ser autores, cómplices y encubridores del expolio de Europa y por crímenes contra la humanidad.

Albert Speer y cientos más como él son ejemplos de verdaderos criminales de despacho que fueron encarcelados y sobrevivieron a la Alemania nazi para gozar de un futuro próspero en la posguerra. La mayoría ni siquiera compareció ante un Tribunal para ser juzgados por sus actividades francamente criminales.



Recapitulando, es cierto que los tribunales aliados juzgaron diversos casos (aparte del principal Proceso Internacional de Nuremberg) de la élite nazi que administraba la economía, incluso la explotación en los campos de concentración. Aquellos que si comparecieron ante la justicia estuvieron abiertamente vinculados al programa nazi, vestían uniforme de las SS y eran notoriamente públicos como para intentar evadir sus responsabilidades, impidiendo su protección. 

 

Sin embargo, existió una élite de criminales civiles de traje y corbata, que ostentaban títulos "Honoríficos" como Generales de las SS y nunca fueron juzgados, algunos negociaron con las fuerzas estadounidenses. Eran banqueros, industriales, aristócratas y políticos que en la posguerra llegaron a ostentar cargos ejecutivos dentro de la República Federal de Alemania y Austria

El historiador, el investigador y hasta el aficionado a la segunda guerra mundial conoce los procesos de Nuremberg contra los criminales nazis. Los Aliados oficialmente declararon el 5 de junio de 1945 el control del gobierno de Alemania (Declaración de Berlín), asumieron la soberanía y suprema autoridad sobre el territorio alemán, en nombre del denominado Consejo de Control Aliado, en vista de la inexistencia de un gobierno central o autoridad alemana que asumiera las funciones de conformidad con las exigencias de las potencias vencedores. Entre las responsabilidades del Consejo de Control Aliado estaba hacer cumplir el 'Acuerdo de Londres': juzgar a los criminales de guerra nazis. 

Conocido es que se celebraron juicios contra los principales médicos que dirigieron programas de esterilización forzosa y masiva, asesinato de enfermos en hospitales psiquiátricos, experimentos letales en prisioneros de guerra, civiles, pacientes, etc. Los procesos contra los jueces y abogados de la élite nazi que establecieron el aparato jurídico represivo, las leyes de higiene racial, decretos contra la población judía, los tribunales sumarios para ajusticiar a los opositores al régimen, etc. El juicio contra los Ministros de Estado del régimen nazi, también llamado 'Juicio de la Wilhelmstrasse', llevó al banquillo a Ministros y Secretarios de Estado que asumieron una responsabilidad directa en diversos crímenes. 




Prominentes nazis de despacho como Edmund Veesenmayer, Emil Johann Puhl, Ernst von Wizacker, Ernst Wilhelm Bohle, Ernst Wormann, Gottlob Berger, Gustav Adolf von Steengracht, Hans Heinrich Lammers, Hans Kehrl, Karl Rasche, Karl Ritter, Lutz Graf Schwerin von Krosigk, Otto Dietrich, Otto Meissner (absuelto), Paul Korner, Paul Pleiger, Richard Walther Darré, Walter Schellenberg, Wilhelm Keppler, Wilhelm Stuckart, tuvieron que afrontar los cargos de acusación

Lo curioso de estos ministros y secretarios de estado es que, pese a su declaración de culpabilidad por crímenes de guerra y contra la humanidad, en su mayoría recibieron ridículas penas de prisión, cuyas condenas fueron conmutadas, todos salieron libres entre 1950 y 1951.

Panorámica de la sala de audiencias del Tribunal Penal Internacional de Nuremberg para juzgar a los principales líderes del Tercer Reich.


Tenemos los juicios contra los industriales de la IG Farben, el juicio contra Friedrich Flick (industrial alemán), el juicio Krupp (dirigentes del grupo industrial) acusados de la preparación de la guerra, utilización y usufructo de mano de obra esclava y crímenes contra la humanidad. Aquí volvió a verse la mano negra

Pese a la gravedad de los cargos Flick apenas recibió una sentencia de siete años, fue puesto en libertad luego de tres. El juicio Krupp se celebró contra Alfred Krupp, sucesor de Gustav Krupp y la cúpula directiva, fueron en su mayoría encontrados culpables, Krupp fue sentenciado a 12 años y se ordenó el embargo de todos sus bienes, no obstante, en 1951 la empresa se devolvió a la familia Krupp. 

Y, que podemos decir de la IG Farben, la famosa empresa química y farmacéutica alemana. Las industrias IG Farben, en realidad eran un conglomerado de varias empresas: Agfa, Cassella, BASF, BAYER, Farbwwerke Hoechst (hoy Sanofi-Aventis), Chemische Werk Huls, Chemische Fabriek Kalle. 

La acusación contra IG Farben es la más terrible que haya tenido que afrontar un grupo empresarial en la historia. Entre los cargos: Ocupación y apropiación de las industrias químicas y farmacéuticas de los países invadidos y ocupados por Alemania; instalación de áreas industriales cercanas o adjuntas a los campos de concentración y/o exterminio (compra, alquiler de prisioneros como mano de obra esclava y experimentación farmacológica). Entre los principales directivos de IG Farben que comparecieron a juicio constan: August von Knierim, Carl Krauch, Carl Lautenschlager, Christian Schneider, Erich von der Heyde, Ernst Burgin, Friedrich Jahne, Fritz Gajewski, Fritz Ter Meer, Georg von Scnitzler, Hans Kugler, Hans Kuhne, Heinrich Butefisch, Heinrich Gattineau, Heinrich Horlein, Heinrich Oster, Hermann Schmitz, Karl Wurster, Max Bruggemann, Max Ilgner, Otto Ambros, Paul Hafliger, Walter Durrfeld, Wilhelm Rudolf Mann. Salvo excepcionales casos, todos fueron absueltos y quienes recibieron sentencia la festejaron con penas de 1.5, 2 y 4 años, como curiosidad la máxima sentencia fue de 8 años. 


Izq. Alfred Krupp como acusado en los Juicios de Nuremberg. Derecha, Friedrich Flick escucha su sentencia en Nuremberg.


Aquellos que tienen cierta inclinación por la historia de la segunda guerra mundial casi nunca suelen reflexionar sobre el trasfondo económico como una verdadera causa que originó el conflicto

Quién dude sobre la protección extranjera a la industria nazi... perdón, alemana, durante la segunda guerra mundial debe empezar a entender que en el caso de IG Farben, el Tribunal, a pesar de toda la evidencia y hechos probados (esclavitud, experimentación con humanos, torturas, asesinato de prisioneros), impuso ridículas penas a los pocos condenados, comparados con otros juicios en que personas con los mismos cargos fueron sentenciados a la pena capital. 

Los directivos de IG Farben en la posguerra (incluidos los sentenciados) continuaron su carrera en la empresa, fueron condecorados y compensados por su trabajo.


Obergruppenfuhrer-SS Oswald Pohl, comparece ante el Tribunal que lo juzgó junto a sus subalternos de la Oficina Central de Economía y Administración de la SS (WVHA) por conspiración para cometer Crímenes de Guerra y Crímenes contra la Humanidad y pertenencia a una organización criminal.


Esta breve revisión de los asesinos de despacho, no puede olvidar un curioso caso, una de las pocas excepcionalidades que terminaron en la horca, Oswald Pohl, Obergruppenfuhrer de las SS, el ex marino (también de despacho) inicio su carrera en las SS como Jefe de la Administración Central de la SS, luego sería ascendido Director de la Oficina Central de Economía y Administración de la SS (WVHA), en esa posición (junto a Hans Kammler) controló todas las propiedades requisadas a los judíos que eran enviados a los campos de concentración y exterminio. Dirigió, además, las fábricas de las SS. Al terminar la guerra pasó a la clandestinidad hasta 1947, fecha en que fue capturado por tropas británicas. Fue condenado a muerte y su ejecución se llevó a cabo en 1951.

Existía una larga lista de nazis 'arrepentidos" que deseaban someterse a la "desnazificación", beneficiándose de una figura legal que eliminaba sus prontuarios delictivos. 

Recuerden, 1951 fue el año clave en que todos los criminales de despacho encarcelados empezaron a recobrar su libertad. El señor Flick (se convirtió en la persona más rica de Alemania Occidental durante la Guerra Fría y el mayor accionista de Daimler-Benz) y el heredero Alfred Krupp fueron liberados a los tres años de haber sido condenados, ellos se negaron a indemnizar a sus víctimas; y, aunque en teoría, eran "nazis arrepentidos" jamás demostraron su "arrepentimiento".

La posguerra exigía muchos retos y se necesitaba gente capacitada para la dirigencia de la industria. En 1951 se creó la CECA (Comunidad Europea del Carbón y del Acero), sin duda, el primer ensayo de la actual Unión Europea. 

En Alemania, ¿dónde podía encontrarse ese tipo de gente "virtuosa"? La respuesta era obvia, en las cárceles!.

 

 II

John McCloy, el "Virrey de Alemania", altera la justicia internacional 


McCloy llega a Berlín para asistir a la Conferencia de Potsdam en 1945

 

John McCoy antes de la guerra era ya un prestigioso abogado en Wall Street de las siete grandes compañías petroleras, además era director de numerosas corporaciones. Un hombre que representaba el poder de la empresa y cumplía la tarea de ser el enlace de éstas con el gobierno de los Estados Unidos. También fue presidente del Chase Manhattan Bank de los Rockefeller y presidente del Banco Mundial, presidente del Consejo de Relaciones Exteriores. Toda una personificación del poder financiero-industrial. Por alguna razón nuestro personaje fue designado asesor presidencial de Roosvelt y Subsecretario de Guerra (abril de 1941 - noviembre de 1945); luego designado Alto Comisionado de los Estados Unidos para la Alemania ocupada desde septiembre de 1949 hasta agosto de 1952, concluida su misión de liberar a poderosos financieros e industriales nazis fue recompensado como nuevo presidente de la Fundación Ford (1954) que participó activamente como cobertura para muchos agentes de la CIA y la canalización de fondos para la lucha política contra la izquierda política u organizaciones pro comunistas. Finalmente ocupó altos cargos en el Congreso de los Estados Unidos, siendo de mencionar su participación en la Comisión Warren (investigar el asesinato de J.F. Kennedy). En fin, es reconocido como asesor de todos los presidentes de Estados Unidos desde Franklin D. Roosevelt hasta Ronald Reagan.

Desde 1951, el "perdón" a los asesinos de despacho nazis provino de manos del Alto Comisionado de los Estados Unidos para Alemania, John McCloy, quien impulsó una curiosa y particular forma de 'Justicia Aliada' mediante la cual industriales y banqueros nazis se beneficiaron de una amnistía general y al ser rehabilitados hasta se les restituyó sus bienes. 

No fue una decisión política, diría con posterioridad McCoy, "era una cuestión de mi conciencia".


McCloy desempeñando sus funciones como Subsecretario de Guerra de 1941 a 1945. Existen registros diarios de las actividades de McCloy durante la guerra, que se han denominado "Los diarios de la IIGM de McCloy" (sin que sean Diarios propiamente dichos)
 

Archivos desclasificados del FBI demostraron que John McCloy tenía su simpatía por los nazis cuando ejercía de Subsecretario de Guerra de Estados Unidos (Segunda Guerra Mundial). No suele mencionarse en biografías que McCloy fue un consejero legal, antes de la guerra, de varias corporaciones alemanas durante el nazismo, se destaca su trabajo para el gigante conglomerado químico IG Farben (fabricante del pesticida Zyklon B utilizado en los campos de exterminio nazis).
 
Un memorando oficial (enero 1953) del agente especial del FBI D.M. Ladd para el subdirector ofrecía ya sus relaciones con un socio alemán en territorio estadounidense sospechoso de sabotaje (por propia boca de McCoy). "Irónicamente, el memorando señala que el individuo en cuestión era de hecho un "conocido agente de espionaje alemán", sujeto a una investigación de contrainteligencia por parte de la Oficina".

Es muy relevante que McCoy, a mediados de octubre de 1940 (ya era subsecretario de guerra), informó al FBI que él está “personalmente familiarizado con muchos de los funcionarios del gobierno nazi, incluyendo Goering, con quien tiene una amistad más estrecha personal”. El informe detalla contactos descritos por McCoy con delegados de Goering en nombre del gobierno alemán. McCoy afirmó que se negó a colaborar con los nazis en esa ocasión, luego "compensaría con creces esa deslealtad como alto comisionado de Estados Unidos para Alemania".


John J McCloy, Alto Comisionado para Alemania, con el presidente de EE. UU. Harry Truman y el secretario de Estado Dean Acheson.


El buen McCloy no encontró mejor sitio para despachar que desde las oficinas centrales de su antiguo cliente, IG Farben (cuando sus directores, entre ellos miembros de las SS, fueron juzgados por crímenes de guerra). Para 1951, todos habían sido puestos en libertad. 

McCloy confesó sobre su mandato en Alemania: "Tenía los poderes de un dictador... pero creo que fui un dictador benevolente". El creó una figura jurídica denominada 'Comité de Clemencia sobre los Criminales de Guerra Nazis', por lo que solo gracias a él se concedieron indultos a criminales de guerra nazis, en otros casos se redujeron las sentencias de los jefes de los escuadrones de exterminio de las SS, y solo autorizó la ejecución de cinco de quince sentencias de muerte dictadas en los otros juicios de Nuremberg. 

Un caso recordado en Alemania es la liberación del Comandante de división de las SS, comandante de la SD en Estonia y jefe de la Gestapo en Verona, Martín Sandberger, responsable de la detención y asesinato de miles de judíos, comunistas, romaníes y enfermos mentales. Fue condenado a muerte, pero John J. McCloy lo indultó y luego lo liberaron en 1958. En otro caso, McCloy se negó a entregar a los franceses a Klaus Barbie a pesar que conocía los informes del Registro Central de Criminales de Guerra y Sospechosos de Seguridad, que señalaba que Barbie era buscado por "el asesinato de civiles y la tortura y asesinato de personal militar". También fue McCoy quien en 1950 designó a Reinhard Gehlen, antiguo jefe de inteligencia militar nazi en el Frente del Este, responsable de administrar las unidades guerrilleras colaboracionistas antisoviéticas y de ejecutar un brutal programa de interrogatorios para los prisioneros de guerra soviéticos, como asesor de Inteligencia del gobierno de Alemania Occidental.

Desde 1950, McCloy empezó a recibir solicitudes de personas de alto rango en el nuevo gobierno de Alemania Occidental para liberar a los nazis presos, sobre todo los industriales alemanes, Alfred Krupp y Friedrich Flick, condenados por crímenes de guerra en Nuremberg. (También fueron condenados y encarcelados nueve miembros de la junta directiva de Friedrich Krupp AG). En enero de 1951, McCloy anunció que Alfred Krupp y ocho miembros de su junta directiva condenados junto a él, serán indultados y sus propiedades valoradas en millones, y sus numerosas compañías restituidas. Misma medida para Friedrich Flick. McCloy también comenzó a perdonar a otros industriales alemanes que habían sido condenados en Nuremberg, como Fritz Ter Meersentenciado en 1948 a siete años de prisión por saqueo y esclavitud en Auschwitz, éste alto ejecutivo de IG Farben era Comisionado de Hitler para Armamento y Producción de Guerra para la industria química durante la guerra; fue liberado en 1950 y se convirtió en presidente de Bayer AG (anteriormente parte de IG Farben) en 1956. Tenemos el famoso caso político de Ernst von WeizsäckerSS-Brigadeführer (honorario), Secretario de Estado, Embajador ante la Santa Sede, Weizsäcker se declaró antinazi y partidario de la resistencia. Fue sentenciado a siete años por cooperar con la deportación de judíos franceses a Auschwitz, aunque fue liberado después de solo tres años y tres meses con la ayuda de John J. McCloy.

 Y así, una larga lista... 


McCloy (centro) en la Conferencia de Potsdam junto al general Patton


Telford Taylor, quien participó como miembro acusador de la fiscalía en el enjuiciamiento de los principales criminales de guerra nazis, escribió: "A sabiendas o no, el señor McCloy ha asestado un golpe a los principios del derecho internacional y los conceptos de humanidad por los que luchamos en la guerra". 

Otra curiosidad sobre McCoy, fue seleccionado como miembro de la Comisión Warren, él se encargó de insertar una cláusula de exclusión en el informe final del asesinato del presidente Kennedy para garantizar que cualquier posible evidencia de una conspiración estaría "fuera del alcance" de las fuerzas del orden de los EE. UU., La CIA y el FBI, y de la propia comisión". (según una investigación periodística, "El funcionario estadounidense pronazi que ayudó a dar forma a la Alemania de la posguerra").

Volvamos al poderoso círculo de ejecutivos con otros casos de asesinos de despacho (breves repasos).


       Adolf Hitler y elDr. Hjlmar Schacht


Un afamado financiero alemán, el Dr. Hjlmar Schacht, ostentó el rango de Ministro de Economía del régimen nazi entre 1934 y 1937 (continuó en funciones hasta 1943 como Ministro sin Cartera, fecha en que fue destituido). Tras la guerra fue detenido y juzgado en el principal proceso de Nuremberg. El genio de las finanzas nazis fue encontrado inocente de todos los cargos. Sin embargo, un tribunal alemán de 'desnazificación' lo volvió a juzgar, encontrándolo culpable fue sentenciado a ocho años de trabajos forzados, pena simbólica, en 1948 era un hombre totalmente libre, reincorporándose de inmediato a los negocios bancarios y dada sus capacidades en asuntos económicos ejerció el cargo de consejero financiero para los países en vías de desarrollo (!).

En el ámbito político hay casos espectaculares. Un simple ejemplo refrescará la memoria, Kurt Waldheim, el ex oficial austriaco de la Wehrmacht, convertido en Secretario General de las Naciones Unidas (1972-1981) y Presidente de Austria (1986-1992), siempre alegó haber sido reclutado obligatoriamente por la ley. Mintió descaradamente al afirmar que se licenció del servicio en 1941, sin embargo, su expediente militar decía otra cosa, como el hecho que se unió voluntariamente en 1938 a las SA (Secciones de Asalto nazis), que militó en la Liga Nacional de Estudiantes y en el Cuerpo de Jinetes Nacionalsocialistas. Waldheim declaró que su pasó por la milicia "era una actividad totalmente correcta y honesta". Ante las acusaciones de haber firmado como oficial, deportaciones y ejecuciones de judíos en plena guerra en Grecia y Yugoslavia, Waldheim alegó ser víctima de un complot de la comunidad judía, pero las pruebas estaban allí. El Congreso Mundial Judío presentó evidencia de la presencia de Waldheim 
en Kozara (Bosnia) en 1943, fechas en que la represión nazi torturó y eliminó a miles de civiles y partisanos yugoslavos. 

Que Waldheim se haya convertido en la posguerra en un famoso político, estadista e incluso máximo representante de las Naciones Unidas debería ser motivo para sospechar que tenía amigos (o padrinos) muy poderosos.


Kurt Waldheim (segundo a la izquierda) en Yugoslavia 1943, el oficial de la extrema derecha es Artur Phleps, Obergruppenfuhrer de las Waffen SS, Comandante de la Séptima División de Voluntarios de Montaña Prinz Eugen. La fotografía corresponde al aeródromo de Podgorica - Montenegro, el 22 de mayo de 1943, durante el 'Caso Black'. La división Prinz Eugen tenía como tarea la lucha antipartisana desatando grandes ofensivas en Bosnia y Montenegro en 1943 y 1944. Phleps fue acusado por las autoridades yugoslavas de crímenes de guerra por las atrocidades cometidas por la Séptima División de las SS en el área de Nikšić - Montenegro (Caso Black). Durante los juicios de Nuremberg (6 de agosto de 1946), se citaron los crímenes de los ocupantes y fuerzas colaboracionistas en Yugoslavia. 

Otro caso interesante es Hermann Abs, quien fuera el más grande banquero alemán de posguerra, presidente del Deutsche Bank, el banco comercial más grande de Alemania (presidente honorario hasta su muerte en 1994). Como miembro del directorio del banco a inicios de la segunda guerra mundial se integró a la Junta Asesora del Reichsbank de los nazis. Después de la guerra, como muchos otros hombres de cuello y corbata, fue internado por un breve periodoluego sería pieza clave en los esfuerzos de los Aliados para reconstruir la economía de la Alemania Occidental. Abs fue asesor de Konrad Adenauer, el primer canciller de posguerra y organizó la agencia que puso en marcha la ayuda del 'Plan Marshall'

Abs insistió en que ayudó a los judíos durante la guerra, al tomar el control del banco Mendelssohn bajo dirección del Deutsche Bank (en 1939). Sin embargo, los líderes judíos cuestionaron los esfuerzos de Abs en tiempos de guerra a nombre de los nazis. A mediados de 1980 el 'Centro Simon Wiesenthal' de Los Ángeles criticó al Papa Juan Pablo II por nombrar a Abs asesor del Banco del Vaticano.

A Hermann Josef Abs se debe la siguiente cita: 

“La continuidad económica de Alemania y del resto de países de la Europa de la posguerra es sorprendente. Algunas de los principales protagonistas de este milagro económico que derivó en la construcción de la Unión Europea eran antiguos miembros del partido nazi”.

 


Hermann Josef Abs, el banquero que sirvió a los nazis y ayudó a reconstruir Alemania Occidental. "Un Rey fiduciario" reza la leyenda de la foto. Lo que realmente se pensaba de él es otra cosa, David Rockefeller lo tildaría en 1960, en entrevista para la revista "Times", como "un egoísta y ruin vanidoso lleno de ambición, la clase de tipo del que no conviene fiarse especialmente". El predecesor de John McCoy, "Virrey" de la Alemania de posguerra, General Lucius Clay nombró a Abs para organizar el reparto de los fondos provenientes del Plan Marshall bajo nombre de Instituto de Crédito para la Reconstrucción y era, tras bastidores, el consejero financiero de Adenauer. 

De la CECA se pasó al "Tratado de Roma" (1957) de donde surgiría luego la "Comunidad Económica Europea"... y la Unión Europea. Todos hemos oído alguna vez de la conocida frase de posguerra: "el milagro económico alemán", fue cierto!, no solo fueron los préstamos del 'Plan Marshall', la nueva visión de Europa fue impulsada por el conglomerado industrial cuya prerrogativa era 
"la época de los políticos ha demostrado su fracaso, es tiempo de dar pasó a los industriales"

Mas, ese modelo fue edificado sobre el conocido programa nazi, es decir: crimen organizado al mejor estilo de la mafia, asesinatos masivos, explotación laboral, etc. Para evitarse los escándalos en la posguerra contra aquella banda de forajidos de despacho se crearon insignificantes 'Fondos de Compensación' para las víctimas, los poderosos industriales jamás aceptaron su responsabilidad legal.

Conclusión 


John McCoy sin duda era la cabeza visible del American Establishment de su época y con ese título fue alguna vez conocido (Director del Establishment Americano).


Hemos visto la extraña relación entre McCoy y las altas finanzas e industrias estadounidenses que solían coincidir con conglomerados alemanes de la era nazi dedicados a explotar recursos financieros a través de la guerra. 

Miles de nazis se salvaron de ser juzgados y recibir una condena, gracias a la paciente tarea de Jhon McCloy, quien influenció en los acuerdos para que esos individuos no fueran procesados por sus crímenes; y, sobre aquellos que si fueron enjuiciados, McCoy se encargó de que recibieran unas leves sentencias, simbólicas. 

Hay quienes afirman que también era una estrategia oficial impartida desde Washington en un esfuerzo para lograr amnistías que liberaran a los condenados; de igual forma pusieron todo tipo de trabas en las Naciones Unidas a varios países para que los criminales de guerra no sean extraditados. 

Otro Mc también empezaba a meter la mano en la justicia, un agitador de Wisconsin que fungía de senador de los Estados Unidos, Joseph McCarthy, defendió apasionadamente a los nazis por el juicio de crímenes de guerra de la tristemente "Masacre de Malmedy" (Bélgica). McCarthy no era todavía muy conocido y quizá ya tenía en mente la "cruzada" mundial anticomunista que lo convirtió en toda una celebridad, su nombre popularizó la era del "macartismo", sembrando el pánico anticomunista en la primera generación occidental de posguerra, precisamente con la famosa "caza de brujas del macartismo".

Todo ello vuelve a ser una mera "coincidencia" con otro tema planteado en este blog: El Sinarquismo. No es de extrañar que poco conocemos sobre el 'Movimiento Sinárquico de los Imperios' que financió y encumbró en el poder al fascismo europeo y a los nazis en particular. Esta poderosa alianza se compone, entre otros, con la oligarquía económica europea: industriales, banqueros, aristócratas e integrantes de sociedades secretas de corte masónico. En muchas ocasiones se los identifica con distintos nombres, su objetivo final sería establecer una dictadura sinarquista, una moderna y global versión del Imperio Romano, siendo la Unión Europea una de esas etapas. ¿Es posible que esta asociación siga reinando en Europa con otras caretas? 

Bien, para no extendernos más (y no cansar al lector), en los siguientes enlaces de este blog pueden continuar con interesantes casos de otros asesinos nazis de despacho:






Otras fuentes:

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