por: Tito Andino U.
Desde comienzos de año mucho se ha publicitado un film de guerra “El francotirador” (American Sniper), una producción americana dirigida por el famoso “Harry el Sucio”, Clint Eastwood. Según los críticos de cine es una autobiografía de Chris Kyle, un militar estadounidense retirado que formó parte de los SEAL (fuerza especial del cuerpo de la Infantería de Marina de los Estados Unidos).
A Kyle se le atribuye más de cien bajas al
enemigo, en este caso “terroristas” iraquíes, este detalle le enmarca dentro
del selecto club mundial de los francotiradores más mortíferos que han existido
en la historia reciente como el finlandés Simo Häyhä, el mítico fusilero ruso
Vassili Zaitsev o la también rusa
Natalya Kovshova y varios miembros de la infantería de marina americana
a quienes se les atribuye más de cien blancos en la guerra de Vietnam.
El motivo
de este artículo no es hablar de
francotiradores ni del número de bajas que ocasionaron, queremos enfocarnos en
algo sorprendente, como el Pentágono explota en su beneficio el sentimiento
popular manipulado por intermedio de la industria cinematográfica a través de
ingentes recursos financieros que genera publicitar el “arte de la guerra” al
estilo Hollywood.
El cine es uno de los mejores aliados con que
cuenta el complejo militar industrial, por ende constituye el medio
propagandístico de la política exterior norteamericana, que nos vende la imagen
de los salvadores y pacificadores de las crisis internacionales (que ellos mismo
provocan).
Esta difusión mundial del cine de guerra de
Hollywood aparenta ser nada más que eso, cine, películas de acción con un matiz
histórico, pero tras bastidores se encuentra una alianza tácita entre los
productores cinematográficos, inversores privados, la industria militar, el Pentágono, el
Gobierno estadounidense y los servicios secretos en una alianza para enaltecer
el poder, la grandeza de una nación y dotar de una supuesta fuerza moral a sus
combatientes por la "libertad" en todo el mundo. Lo último, debemos entender como
propaganda, lógicamente.
¿Cuáles son los objetivos que persigue la alianza Pentágono - Hollywood?.
No pretende conseguir solo el visto bueno de la ciudadanía para una
política intervencionista global, sino, al mismo tiempo ganar muchos, muchísimos
millones de dólares utilizando a famosos artistas que tienen la capacidad de
influir en las mentes y actitudes de las masas:
1) Adoctrinar a la población con un engañoso sentimiento de patriotismo mediante los programas de guerra psicológica preparados por la CIA;
2) Crear el mito del invencible héroe guerrero americano, tipo Rambo, un solo fornido y valeroso comando eliminando a decenas de ‘malos’;
3) Exaltar la guerra como medio “lógico” de la solución de las controversias internacionales;
4) Inculcar a la gente que el gobierno tiene el derecho de matar en nombre de su país, aunque los antecedentes que originan un conflicto sean sumamente dudosos;
5) Validar cualquier objetivo –civil o militar – en la lucha contra el “terrorismo”, son los resultados los que cuentan y no las vidas destruidas;
6) Desconocer, cuando es necesario para sus intereses, las normas del derecho internacional que garantizan la protección de los no combatientes (civiles);
7) Acusar a cualquier estado por crímenes de guerra, excepto los Estados Unidos de Norteamérica, porque al auto nombrarse “Policía Mundial” tiene libertad para señalar la diferencia entre el bien y el mal, de allí que se enfatice en los países miembros del “eje del mal” como dictaduras tiránicas, promotoras del terrorismo, etc., por consiguiente un objetivo legítimo;
8) Enviar un mensaje al mundo entero, cualquiera que ose alzar la voz será punto de mira de sus francotiradores;
9) Eliminar cualquier vestigio de duda o culpa en la población y en las tropas por el frecuente uso de la tortura en su lucha contra el “terror”, argumentando que hacen el trabajo necesario para mantener la paz y estabilidad en el mundo, clarísimo, el fin justifica los medios;
10) Garantizar, únicamente mediante la propaganda del cine de guerra, un alto índice de reclutamiento de nuevos voluntarios para las fuerzas armadas estadounidenses, valiéndose de famosos actores. ¿Quién no desea imitar a Stallone, Schwarzenegger, Brad Pitt, Tom Cruise, George Clooney, Tom Hanks y los clásicos de antaño, etc.?
Antecedentes históricos de la relación Hollywood – Complejo militar industrial – Casa Blanca.
“Ustedes creen lo que nosotros queremos que crean", Karl Rove (1)
En cierto tiempo y lugar, durante la época del
gobierno de George W. Bush, que declaró la “guerra contra el terror” y el
“advenimiento de un nuevo orden mundial”, acaeció una fructífera y apasionada sesión
laboral, a ella asistieron los magnates de la Meca, del cine claro está, la
banca inversora, representantes del Congreso y los delegados del Pentágono y
los servicios secretos, entre ellos destacaba un asesor de Bush, quizá pocos
han escuchado sobre él, pero en su época dejó huellas (no muy buenas), Karl
Rove es su nombre, a quien debemos la célebre frase “ustedes creen lo que
nosotros queremos que crean", en referencia a como Hollywood debía crear y
favorecer a la política estadounidense en sus guerras pro globalización; mejor
dicho, para que suene más entendible: en la guerra contra el “terrorismo”.
David Robb, periodista y experto conocedor del
mundo del cine publicó un libro fruto de su experiencia en el mundillo del
espectáculo: “OPERATION HOLLYWOOD. How the Pentagon Shapes and Censors the
Movies” (2). Sin duda producir una película cuesta mucho dinero y, por supuesto, hay que mirar el mercado, “más que una buena
película, lo que gusta en Hollywood es un buen negocio", afirma el autor.
Los productores de cine encontraron la alianza
con los militares sumamente beneficiosa, ya que los costes de la escenografía serian
monstruosos sin la participación directa del Pentágono que aporta con tropas como actores extras, armamento,
barcos, aviones y otros materiales logísticos. En compensación los guiones de
las futuras películas deben ser “acomodadas” a los intereses de la cúpula
militar, cualquier objeción a esos “arreglos” en el argumento puede ocasionar
que el film no se realice. No termina allí el asunto, el Alto Mando suele
enviar “consejeros” a los escenarios de rodaje para verificar el correcto
seguimiento del guión aprobado, así como tienen que ser los primeros en
verificar el producto final antes que llegue a las carteleras públicas.
Esta alianza tiene una vieja data, veamos algunos
detalles:
Los primeros pasos para “promover el espíritu
americano en el mundo” se dieron ya por 1917 en la presidencia de Woodrow
Wilson, se llegó a un acuerdo para que Hollywood produzca films informativos
para la ciudadanía.
La Casa Blanca tuvo que otorgar subsidios en la
segunda guerra mundial para que Hollywood alimente la propaganda bélica no solo
en el ámbito interno sino con proyección
a todo el mundo.
Al llegar la era de la Guerra Fría, Hollywood se
unió en el esfuerzo para la caza de fantasmas en la industria del cine al crear
listas negras de personas vinculadas a la industria cinematográfica a quienes
consideraban sospechosos de simpatizar con el enemigo, el comunismo. De allí
surgieron los héroes de fantasía como James Bond.
Luego, Hollywood y el Pentágono necesitaron crear
un nuevo enemigo, la industria del cine bélico
corría “peligro” por falta de libretos de acción y guerras (los
conflictos de baja intensidad no cuentan, no dan espectadores), por suerte ya
estaban presentes los “tiranos” gobernantes que auspiciaban el “terrorismo” en
el mundo. Desde el castrismo en Cuba, pasando por la Libia de Gadafi en el
África hacia Medio y Extremo Oriente con los terroristas palestinos y Sadam Hussein, el Viet-cong vietnamita y los
malévolos coreanos del norte entre otros
“villanos”, hasta volviéndose a los rezagos del “totalitarismo” en
Europa (Yugoslavia) y ni hablar de los perversos rusos con su anterior
“Imperio del Mal” según Ronald Reagan y el peligroso Putin que encabeza el
actual “Eje del Mal“ junto a los "terroristas" ayatolás iraníes y el "dictador" sirio.
Las cintas de guerra volvieron a florecer y el Pentágono interpretó una vez más su rol estelar del bueno de la película; por eso, ha sido Hollywood quien determinó y lo seguirá haciendo, mientras ejerza un monopolio en la industria del cine, quien será el vencedor, aunque en este caso, la realidad sea sobrepasada por la ficción.
Desde el fin de la URSS e inconformes con los
resultados (económicos – políticos), argumentos para unos excelentes guiones y
escenarios brotan de maravilla en el presente, la oportunidad ha llegado
gracias a los descerebrados representantes del “terrorismo global”,
organizaciones de corte fundamentalista islámico se ofrecieron, conscientes o
no, a ser los nuevos coprotagonistas del cine bélico americano, una gran
oportunidad para Hollywood y sus socios para seguir haciendo pingues negocios y
que el gobierno siga enalteciendo la desinteresada devoción de defender la
civilización y la democracia.
De todo esto, es absolutamente irrelevante que la
mayoría de los grupos de energúmenos yihadistas sean concebidos por los
servicios secretos occidentales, a quién diablos le importa ese insignificante
detalle? Lo que importa es el buen cine y las excelentes ganancias.
No pretendo hacer uso de la lista de películas de
Hollywood en el género bélico, cualquier lector en este momento tendrá ya en su
mente los recuerdos de aquellas emocionantes escenas que han impregnado por
siempre el deseo de la niñez y la juventud de convertirse en hombres y
enrolarse en el ejército e ir a matar a los malos, como bien señala el autor de
“Operation Hollywood”:
“La propaganda persigue un fin común, reclutar personal y vender al público la necesidad de un cuerpo militar victorioso”. Por generaciones enteras las fuerzas armadas estadounidenses tienen garantizado un material humano bien adoctrinado desde la infancia.
Como corolario, para la “Guerra contra el Terror”
proclamada por George W. Bush, una concepción maestra de un conglomerado de
socios notables: Casa Blanca - Pentágono - Complejo Militar Industrial - Hollywood, se resume en que:
No puede haber héroes sin villanos.
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(1) El ‘cerebro’ del presidente de los EEUU, BUSH
–ROVE: POLITICA Y DELITO.- Red
Voltaire, 23 septiembre 2004, http://www.voltairenet.org/article122090.html.
(2) “Operación
Hollywood: La censura del Pentágono” (versión en castellano).- David L. Robb. Océano Editorial, Primera edición febrero 2006.
Páginas 453, ISBN:9788449426964. Barcelona – España.
* LECTURA RECOMENDADA.- La oscura relación entre Hollywood y el Ejército de EUA (el control mental militar del cine)
LECTURA RECOMENDADA:
Hollywood: la fábrica de propaganda
Hollywood, el ganador de la Segunda Guerra Mundial
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