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12 diciembre 2016

KURDISTÁN: El pandemónium suelto (6)






Por: Tito Andino U.


Quién pelea contra quién en el norte sirio? 

Unos kurdos contra otros kurdos, turcos contra kurdos; unos kurdos y turcos contra árabes, cristianos y asirios; “rebeldes moderados” contra sirios; yihadistas contra sirios y kurdos; otros kurdos contra sirios; Estado Islámico (bajo bandera del Ejército Sirio Libre) junto a turcos contra Siria y los kurdos; unos yihadistas contra otros yihadistas; “rebeldes moderados” contra yihadistas; sirios, kurdos, asirios contra yihadistas, mercenarios y otros grupos terroristas; norteamericanos asesorando a unos kurdos en contra de Turquía y de Siria; turcos contra Siria; turcomanos contra kurdos; turcomanos, cristianos y otras pequeñas milicias contra Siria (pidiendo autonomía); otros turcomanos opuestos a la injerencia otomana contra turcos y yihadistas; rusos, sirios, Hezbolá, milicias iraquíes e iraníes contra yihadistas y otras raras especies “moderadas”.

Al momento de redactar estas líneas, el Estado Islámico aprovechando una "pausa" de los "ataques" de la coalición internacional en su contra en el norte de Siria (Raqqa) envían desde allí grandes contingentes de hombres y material bélico hacia Palmira (sin que la "coalición" se "percate" de ese movimiento); por otro lado, los mismos yihadistas apostados en Mosul (Irak) también transportaron miles de hombres y armamento rumbo al desierto sirio que bordea Palmira, curiosamente la ofensiva terrorista coincide con otro "error" de la "coalición" anti Estado Islámico que ha bombardeado y dado muerte a decenas de militares iraquíes en la zona de Mosul. Coincidencia? 

Está usted confundido? No es ficción es la realidad. 

Quien ha seguido con interés todos los artículos relacionados con el Kurdistán seguramente mantiene aún la misma sensación de incomprensión general de la realidad geopolítica. Los hechos se encuentran en pleno desarrollo y el final de las crisis regionales perdurará un largo periodo más. 

No se trata solo de eliminar al terrorismo mercenario implantado por la OTAN/USA/Israel/ Petro-monarquías del Golfo. Los multimillonarios negocios (venta de armas y futuras explotaciones de recursos naturales) gozan de una perspectiva alentadora en materia económica (sumemos a ello una futura reconstrucción de las infraestructuras)


Ganancias por todos lados. Las víctimas? A cuál poderoso financista internacional (sea árabe, judío o europeo/americano) le importa el número de muertos e incapacitados que dejarán las guerras de Medio Oriente,? cuando se augura un próspero porvenir si se cumplen sus objetivos estratégicos de remodelar la conflictiva región a largo plazo. 


Caos regional perpetuo es un buen negocio para la industria armamentista, a la vez que los teóricos de la paulatina reducción de la especie sostienen que es necesario mantener el balance entre los recursos naturales y la cada vez más creciente población en el mundo, ellos apuestan a las guerras como una forma “natural” de frenar el desequilibrio entre los recursos y la humanidad.


Volviendo
a la temática kurda y la guerra que se desarrolla en el norte de Siria e Irak, tenemos otro difícil rompecabezas. Los actores son demasiados, los intereses son distintos y plantear una hipótesis es tan arriesgado como pronosticar cuándo terminará la guerra en Siria. Si se logra acabar con el terrorismo mercenario o expulsarlo es probable y hasta inevitable un nuevo conflicto entre sirios y turcos y/o kurdos independistas, en cualquier escenario los turcos estarán presentes, ya sea contra Siria o contra los kurdos. Tenemos, además, el frente de los Altos del Golán con un Israel en plano belicoso apoyando abiertamente a los yihadistas.

Hemos leído que los rusos conversan, negocian y llegan a compromisos con los gobiernos de Israel y Turquía para que no metan más las narices en la crisis siria, buen trabajo de la diplomacia rusa; pero, israelíes y turcos acatan los acuerdos? Un rotundo no es la respuesta.

Sobre el terreno, ante el avance de las tropas sirias sobre los bastiones de los “rebeldes moderados” de Obama, de la OTAN y otros, las alianzas momentáneas de conveniencia se hacen y deshacen tan fugazmente como fueron pactadas, según los cambios constantes del mapa. Comentábamos en otro artículo las traiciones de un amplio segmento de kurdos sirios de la YPG rebautizados como FDS (Fuerzas Democráticas de Siria) y su contra-natura alianza con los turcos y estadounidenses

El ex líder sirio kurdo, Salih Muslim, pactó con Ankara crear un Kurdistán sirio en el norte del país levantino y acoger allí a todos los kurdos turcos expulsados de Turquía, sin duda se planeaba reconocer a Muslim como presidente de ese pseudo Kurdistán, mejor dicho un pseudo estado títere de Turquía.  P
ara
ese efecto a fines de octubre del 2014 se reunió en Francia con el presidente Hollande y, en el mismo palacio del Elíseo, aprovechando la visita, de manera clandestina, tuvo un encuentro con el presidente turco Erdogan. Los tres mencionados personajes acordaron ejecutar un plan ya desarrollado por el ex presidente francés  Sarkozy y su ministro de relaciones exteriores, Alain Juppé, junto al ex ministro de exteriores turco Ahmet Davutoglu.

Muslim partió al exilio dorado en Turquía. Pero, quién en su sano juicio pensó que esta atrocidad planeada en el siglo XXI podría culminar con éxito? Seguramente en la mente psicopática del jefe de estado turco que sueña con restaurar el imperio otomano, naturalmente él, Erdogan, deberá ser erigido el nuevo Califa. 

Pero la historia no termina ahí. La deslealtad de Muslim, su traición a los auténticos patriotas kurdos fue “premiada” recientemente por Turquía con la emisión de una orden de captura en su contra y de decenas de dirigentes kurdos-sirios miembros del PYD (organización política kurdo-sirio que controla las fuerzas de combate de la YPG). La resolución judicial fue dictada por los órganos de justicia de Turquía (bajo control del régimen de Erdogan). Por qué? Según analistas esto se debe a que Muslim y otros se arrepintieron del pacto y renegaron de su “padrino” Erdogan al apreciar que la represión de las fuerzas armadas de Turquía en contra de los kurdos turcos bordea lo más cercano a un nuevo genocidio. Dónde está Muslim hoy?.



En estos días, el autoproclamado nuevo ”Fuhrer” de Oriente Medio, Recep Tayyip Erdogan, presidente de Turquía, declaró la guerra a Siria, en un acto público en Estambul expresó que el operativo militar turco en el norte de Siria es para derrocar al gobierno legítimo de Bashar al Assad. "Hemos aguantado durante demasiado tiempo, pero al fin entramos en Siria junto con el Ejército Libre Sirio". Erdogan recalcó que "estamos allí para restablecer la justicia y poner fin al dominio del cruel tirano Assad". Señaló que su razón principal de intervenir en Siria no es siquiera combatir a los kurdos, mucho menos a sus socios yihadistas del Daesh o Estado Islámico, el objetivo sería el derrocamiento del presidente Bashar Asaad.

Como ya sabemos Turquía está involucrada en esta guerra de forma activa desde 2011. Aunque 'Escudo del Éufrates' (así bautizada la intervención turca en Siria) es militarmente reducida, no hay que desestimar el inmenso aprovisionamiento de pertrechos militares y personal armado que ingresan por la frontera turca para los militantes del Estado Islámico, Ejército Libre Sirio (ELS) y otros frentes yihadistas en Alepo y el norte sirio en general

Mientras se discute si la retórica de Erdogan es propaganda, todo indica que su aspiración real, sobre el terreno y por el momento, es intentar destruir a las milicias de la YPG kurdas, para ello tiene el apoyo del ELS y del Estado Islámico. (l
os extremistas del EI se han
rebautizado ELS en algunas zonas como en Yarablus), una de las prioridades es crear una zona de seguridad en el norte de Siria libre de “terroristas”, kurdos, por supuesto; y, otra, es instalar en esa zona a los desplazados internos (según Erdogan), que bien podrían ser los kurdos expulsados de Turquía. 

Erdogan luego de recibir una respuesta categórica del presidente Putin (jalón de orejas) sobre sus anhelos golpistas en contra del gobierno sirio, ha vuelto a meter el rabo entre las piernas, sus asesores aseguran que se ha mal interpretado sus palabras, que su objetivo en el norte sirio sigue siendo crear una zona de seguridad de 5.000 kilómetros para acoger a los refugiados internos sirios (algo digno de aplaudir salvo que es un “proyecto” turco).

El presidente Erdogan sigue ocultando sus otros discursos. Ejemplo: Aquel referente a crear “un segundo ejército nacional en Siria”, para buen entendedor el presidente Erdogan pidió la formación de ese “ejército nacional” tomando como base las diferentes organizaciones armadas de la "oposición moderada", conocidos también como “rebeldes” (casi inexistente). Los turcos, sus socios de la OTAN/Israel y Monarquías absolutistas del Golfo aspiran que a éstos grupos les corresponda la tarea de supervisar la insistente zona de seguridad y de exclusión aérea turca en Siria -todo esto en la ficción de Erdogan- . 

En concreto, para dejarnos de tanto cuento, es el proyecto final para desmembrar el territorio sirio. Otros discursos de Erdogan –de pura retórica nacionalista- insisten en la reivindicación turca sobre territorios de Irak, Siria y hasta Chipre e islas griegas.


Pese a toda esta cantaleta del ‘führer’ turco, los hechos demuestran que ha fracasado en todas sus aspiraciones, seguramente seguirá victimando a cuanto kurdo sea posible, pero su política internacional, en sí, es un fiasco total.




La historia parece volverse infinita. Ahora, luego de los éxitos del ejército árabe sirio en Alepo con respaldo de sus aliados e inclusive de los kurdos, el gobierno del presidente al Assad tendrá que buscar un consenso con las fuerzas kurdas para seguir operando en el norte sirio, principalmente para la futura batalla por Idlib y Raqqa, en esta última ciudad otras fuerzas kurdas, (ahora denominadas FDS (Fuerzas Democráticas de Siria), aliadas de los Estados Unidos se alistan para asaltar la capital del Califato. 

Seguir atacando al Estado Islámico en sus fortalezas de Idlib y Raqqa sin un previo acuerdo con los kurdos significa para Siria un duro cometido, no tanto por los kurdos, sino porque los Estados Unidos tiene metido las manos en el hervidero. 

Los norteamericanos aspiran un trozo del pastel atacando a través de sus nuevos socios kurdos a sus ex socios del Estado Islámico. S
ería
un desprestigio internacional que los USA no brinde su “aporte” a la lucha contra el terrorismo internacional y, sobre todo, la perspectiva de aumentar su esfera de influencia en los kurdos sirios es atractivamente tentadora para un irrealizable sueño, un Kurdistán en el norte de Siria... Aspiración que por un corto lapso de tiempo también compartió Turquía! con otros métodos y en agrias disputas con sus socios norteamericanos… En fin, este pandemonio "geoestratégico" ni yo mismo me explico como ha sido desenmarañado.

Demos paso a un importante análisis del experto internacional Thierry Meyssan sobre el asunto que hemos resumido previamente: Turquía – Kurdistán – Francia y otros actores.


*****

Francia y Turquía contra los kurdos


por Thierry Meyssan 



Si los medios occidentales no logran explicar las guerras que asolan el «complicado Oriente» es porque no quieren reportar lo que pasa a escala regional. En lugar de entrar a discutir si lo que sucede en Siria es una revolución, una guerra civil o una agresión, o si la represión en Turquía se justifica o no, Thierry Meyssan propone una lectura diferente de los hechos a través del caso de los kurdos.


Al colaborar con el presidente turco Erdogan, el kurdo sirio Salih Muslim ha llevado parte del pueblo kurdo a la derrota. Ahora trata de rectificar su error y Ankara ha emitido contra él una orden de arresto.


Los medios occidentales de difusión abordan los acontecimientos del Medio Oriente país por país. Eso no sorprende a sus lectores, que en su mayoría desconocen la historia de esta región, pero lo cierto es que no logran entender este «complicado Oriente» perpetuamente en guerra.


El Medio Oriente no es para nada comparable con, por ejemplo, Europa, sino más bien con África ya que sus fronteras no se basan en realidades geográficas sino en los “arreglos” entre las potencias coloniales. A lo largo del siglo pasado, los Estados del Medio Oriente se esforzaron por convertir sus poblaciones en verdaderos Pueblos. Sólo Egipto, Siria e Irak lo lograron.

D
urante
los últimos 5 años, la prensa occidental ha hablado de «revolución democrática» en Túnez, en Libia, en Egipto y en Siria, ha hablado de «injerencia iraní» en Bahréin, Líbano y Yemen y de «terrorismo» en Irak. Pero en el Medio Oriente, todas las fuerzas implicadas, exceptuando solamente a las petrodictaduras del Golfo, han denunciado esa lectura de los acontecimientos y presentado una interpretación regional completamente diferente.

Observemos, por ejemplo, la situación de los kurdos. Podría explicar aquí la situación del Emirato Islámico (Daesh), pero este segundo ejemplo sería mucho más difícil de aceptar para los lectores occidentales. 

Según la prensa occidental, los kurdos son felices en Irak, donde disponen de una autonomía casi total en el marco de un sistema federal felizmente impuesto por Estados Unidos. Pero en Siria luchan a la vez contra la dictadura alauita de la familia Assad y la opresión sunnita extremista del Emirato Islámico. Y están demasiado oprimidos en Turquía. Pero son un Pueblo con derecho a un Estado independiente… en Siria, pero no en Turquía.

Para los propios kurdos, la realidad es muy distinta

Los kurdos tienen una cultura en común, pero no comparten la misma lengua, ni la misma historia.

Para explicar las cosas brevemente hay que decir que los kurdos de Irak eran principalmente pro-estadounidenses durante la guerra fría mientras que los de Turquía y Siria eran pro-soviéticos. 

Preocupado ante el fuerte respaldo que la URSS encontraba en Turquía, Estados Unidos organizó primeramente una ola de migración kurda hacia Alemania, para que Turquía no se sintiese tentada a romper con la OTAN. Posteriormente, Estados Unidos estimuló la represión contra los kurdos del PKK [1]. Durante la guerra civil de los años 1980, cientos de miles de kurdos turcos del PKK buscaron refugio en Siria, junto a su líder, Abdullah Ocallan, y obtuvieron la protección del Estado sirio. En 2011, esos kurdos de Turquía y sus descendientes optaron por la nacionalidad siria.


Entremos ahora en la parte fundamental de este tema. Nadie mencionó la existencia de una «cuestión kurda» durante lo que llamaré la Primera Guerra de Siria –la que trató de extender a ese país la «primavera árabe» utilizando las técnicas de las guerras de 4ª generación. Todo comenzó poco a poco a partir de la Segunda Guerra de Siria –la que se abrió con la conferencia de los autoproclamados «Amigos de Siria», realizada en París, en julio de 2012.

Las declaraciones de los dirigentes de los países miembros de la OTAN hacían pensar que el derrocamiento de la República Árabe Siria era inminente y que la Hermandad Musulmana ascendería al poder en Damasco, como ya había sucedido en Túnez, en Libia y en Egipto. Así que Turquía invitó las poblaciones del norte de Siria a venir a su territorio, a ponerse al abrigo de los sobresaltos de la «revolución». En septiembre, Ankara incluso nombró para esas poblaciones un «walli», o sea un prefecto turco. Pero ese término proviene de la época otomana y recuerda la opresión del sultán. Bajo la autoridad directa del entonces primer ministro turco Erdogan, ese prefecto –cuyo nombre es Veysel Dalmaz– distribuyó entre los «refugiados» miles de millones de dólares facilitados por las petrodictaduras del Golfo.

En aquel momento, todos vieron que se trataba de una maniobra para debilitar a Siria. Pero nadie entendió el verdadero motivo de aquel desplazamiento de población, a pesar de que Kelly M. Greenhill –muy vinculada a la embajadora de Estados Unidos en la ONU, Samantha Power– ya había publicado un trabajo universitario sobre La ingeniería estratégica de las migraciones como arma de guerra [2], trabajo que debería que haber llamado la atención sobre aquel movimiento. Turquía construyó nuevos poblados para albergar a los sirios, pero no los puso en manos de estos desplazados. De hecho, aún hoy siguen inhabitados. Ankara comenzó por hacer una selección entre los refugiados, según sus opiniones políticas, a algunos los mantuvo en campamentos donde podían recibir formación militar antes de mandarlos de regreso a Siria como combatientes, y a otros los mezcló con la población turca para explotarlos como fuerza de trabajo barata.

Las poblaciones restantes en el norte de Siria se componían principalmente de cristianos, kurdos y turcomanos. Estos últimos se pusieron masivamente al servicio de Turquía y fueron puestos bajo las órdenes de la organización de los Lobos Grises (Bozkurtlar) milicia fascista creada en 1968 por cuenta de la OTAN. Por su parte, Damasco creó milicias cristianas y kurdas para garantizar la protección del territorio. Durante 2 años todos los kurdos sirios lucharon bajo las órdenes de la República Árabe Siria.

Traicionando
al fundador del PKK, Abdullah Ocallan, y a sus hermanos kurdos, el sirio Salih Muslim se alió con la Turquía que en los años 1980 masacró parte de su propia familia. Se reunió secretamente en París con los presidentes de Turquía y Francia –Hollande y Erdogan– y concluyó con ellos un pacto. Francia y Turquía se comprometieron a hacerlo presidente de un Estado independiente que se crearía en el norte de Siria. A cambio, Salih Muslim tendría que «limpiar» el terreno masacrando la población cristiana, exactamente como otros kurdos masacraron –hace un siglo– a otros cristianos por cuenta de los otomanos. Salih Muslim tendría que aceptar después que Turquía expulsara hacia el Estado donde él sería presidente a los kurdos turcos, que a su vez serían reemplazados por refugiados sunnitas sirios en los territorios kurdos de Turquía.

Este plan tiene una larga historia. F
ue trazado por Ahmet Davutoglu, entonces ministro turco de Exteriores
, y su homólogo francés Alain Juppé, en 2011, antes de la incorporación de Turquía a la guerra contra Libia y antes del comienzo de los desórdenes en Siria. El Pentágono lo asumió públicamente, en septiembre de 2013, cuando Robin Wright publicó en el New York Times el mapa de ese futuro Estado, y también el mapa de lo que sería el Califato de Daesh. Por supuesto, el primer Estado se llamaría «Kurdistán», a pesar de hallarse muy lejos del territorio del Kurdistán histórico definido por la Comisión King-Crane en 1919 y reconocido por la Conferencia en 1920. El segundo Estado sería un «Sunnistán» y abarcaría territorios pertenecientes a Irak y Siria, cortando así definitivamente la «ruta de la seda», que China espera restablecer.



Este plan perseguía los objetivos del sultán Abdulhamid II, de los Jóvenes Turcos y del Tratado de Lausana, firmado en 1923: la creación de una Turquía exclusivamente sunnita y la expulsión o masacre de todas las demás poblaciones. Fue precisamente para impedir ese plan y condenar a quienes habían iniciado su aplicación con la masacre de armenios y de griegos pónticos que Raphael Lemkins creó el concepto de «genocidio», cuya definición se aplica hoy tanto a los actos cuya responsabilidad recae en hombros de los franceses Juppé y Hollande y de los turcos Davutoglu y Erdogan.

Nadie debe confundirse sobre lo que aquí escribo. Si bien París y Ankara quieren crear una Turquía exclusivamente sunnita, el hecho es que la mayoría de los sunnitas se opone a ello, lo cual explica la feroz represión desatada tanto en Turquía como en los territorios del Califato de Daesh. 

En julio de 2015, el gobierno de Erdogan ordenó a Daesh la realización de un atentado en la localidad turca de Suruc, atentado
que causó la muerte de kurdos y alevitas –estos últimos son el equivalente turco de los alauitas sirios– que expresaban su apoyo a la República Árabe Siria. Erdogan utilizó ese atentado como pretexto para romper la tregua pactada en 2009 con el PKK. Simultáneamente, cortó todo aprovisionamiento a una parte cuidadosamente seleccionada de los refugiados sirios. Así iniciaba Ankara la ejecución del plan anteriormente descrito… y también comenzaba el calvario de Turquía.

En agosto, Turquía empujó los refugiados sirios, a los que había previamente privado de todo recurso, a huir hacia la Unión Europea. En octubre, en Siria, los hombres de Salih Muslim atacaron las comunidades cristianas asirias y trataron de “kurdizar” sus escuelas por la fuerza mientras que, en Turquía, el AKP de Erdogan saqueaba 128 sedes políticas del HDP –partido pro-kurdo– y más de 300 establecimientos pertenecientes a kurdos. Las fuerzas especiales turcas masacraron a más de 2000 kurdos turcos y arrasaron parcialmente las ciudades de Cizre y Silopi. Nuestros lectores han podido seguir esos hechos, pero los medios occidentales no los mencionaron y sólo ahora –más de un año después– comienzan a hablar de Cizre y Silopi como ciudades mártires.


Con ayuda de Massud Barzani –el presidente «vitalicio» del Kurdistán iraquí– Salih Muslim impuso el reclutamiento obligatorio de los jóvenes kurdos sirios para reforzar sus tropas e imponer el terror. De eso tampoco hablaron nunca los medios occidentales, que prefieren la prosa romántica sobre Rojava. De hecho, los jóvenes sirios de origen kurdo se rebelaron en masa y prefirieron unirse a las Fuerzas de Defensa de la República Árabe Siria.

En septiembre d
e 2016, el presidente Erdogan anunció que Turquía concedería la nacionalidad turca a una parte de los refugiados sirios que aún quedan en ese país –los que apoyan el plan de una Turquía exclusivamente sunnita. Serán estos quienes finalmente recibirán los apartamentos construidos hace 4 años.

Atrapado entre su ambición personal y la solidaridad de sus hombres hacia sus hermanos kurdos de Turquía, el colaborador Salih Muslim se volvió finalmente en contra de Ankara, que acaba de emitir contra él una orden de arresto en noviembre. Después de recibir al secretario general de la OTAN, el presidente Erdogan anunció que quiere «renegociar» el Tratado de Lausana. Erdogan pretende anexar varias islas griegas, el norte de Chipre, una parte de Siria y también parte de Irak, para crear en 2023 el 17º imperio turco-mongol.

Y desde ahora el ejército turco está ocupando territorios en Siria –Yarablus– y en Irak –Baachiqa. Cuando el primer ministro iraquí, Haidar al-Abadi, lanzó una advertencia a Turquía sobre ese acto de guerra, el presidente Erdogan le respondió con arrogancia que no está «a su nivel» y lo intimó a «mantenerse en su lugar». Al ser cuestionado por dos veces ante el Consejo de Seguridad de la ONU, el embajador de Turquía y ex ministro de Exteriores Feridun H. Sinirlioglu respondió que su país actúa por el bien de las poblaciones y que por esa razón Irak no debe invocar el derecho internacional ni quejarse.

En un campo de batalla, no puede haber tres bandos, sino dos. En la actual guerra tenemos, de un lado, a Turquía, que pretende dividir las poblaciones en comunidades e imponer la supremacía de una de esas comunidades sobre las demás. Del otro lado está la República Árabe Siria, que defiende la paz y la igualdad entre comunidades que conviven pacíficamente.

¿De qué lado está usted?

Thierry Meyssan






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NOTAS:

[1] Fundado en 1978, el PKK (Partido de los Trabajadores del Kurdistán) lucha fundamentalmente por los derechos de los kurdos en Turquía. Nota de la Redacción.
[2] “Strategic Engineered Migration as a Weapon of War”, Kelly M. Greenhill, Civil War Journal, Volume 10, Issue 1, julio de2008.
Francia y Turquía contra los kurdos

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