Introducción del redactor del blog
A Thierry Meyssan, intelectual francés, presidente-fundador de la ‘Red
Voltaire’ y de la conferencia ‘Axis for Peace’ le corresponde el mérito del reportaje que darán lectura a continuación de este prólogo.
De la mano de éste genial analista internacional veremos como la política del Medio Oriente se va transformando, aunque
en la práctica, sobre el terreno, seguimos contemplando el desarrollo de los
conflictos armados regionales, entre bastidores se cocinan nuevos
acontecimientos que van a ir marcando poco a poco una nueva realidad
geopolítica regional.
Podríamos decir que este tema es un capítulo más de aquellas serie de
artículos denominados “Descifrando la Política exterior de Trump”; y, en efecto
puede serlo, pero hemos querido ponerle nota aparte, porque hay –todavía-
personas que no entienden la profundidad y complejidad de la política exterior
de las superpotencias en el control geopolítico, lo que Brzezinsky denominó “El
gran tablero mundial: La supremacía estadounidense y sus imperativos
geostratégicos”.
No siempre se cumplen sobre el terreno las directrices políticas emanadas
de la administración de turno de la Casa Blanca, el presidente Trump, pese a su
aparente intolerancia en otros temas y a sus excentricidades que son motivo de
las notas de farándula, sigue luchando contra una férrea oposición interna de
su nueva doctrina exterior, eso le ha creado problemas y mortales enemigos no
solo en el Congreso, también en el Pentágono y, claro, en el poderosísimo
Complejo Militar – Industrial, por no mencionar a la intocable prensa “libre”
estadounidense con sus concurrentes críticas, diatribas y mentiras ordenadas
por quienes controlan el poder real de los Estados Unidos, lo que suele
denominarse el “estado profundo”.
Quién se ha atrevido poner el cascabel al gato? Aunque asemeje más a un reality
show televisivo, Trump ha puesto en su sitio a las grandes corporaciones
informativas (mejor dicho a los medios de embrutecimiento masivo). El
presidente Trump rechazó asistir (en abril) a la cena de la Asociación de Corresponsales
de la Casa Blanca, una cita obligada que ha marcado siempre la política
coordinada del gobierno con los medios, vital para vender la imagen en el
interior y el mundo de las virtudes de la democracia norteamericana y su
“compromiso” con la paz y la estabilidad mundial. Ese evento, no es cualquier
cosa, allí se reúnen entre otros periodistas afamados, políticos y celebridades.
También ha demostrado firmeza al excluir a varias cadenas de noticias escrita y
de televisión de algunas conferencias de prensa en la Casa Blanca. La pugna con
los tradicionales medios es total, Trump los ha calificado sin titubeos de falsos
y fraudulentos.
Eso debe llevar una reflexión al público lector, si Trump se ha ganado
estos poderosos enemigos es porque, precisamente, está haciendo lo que nadie en
los Estados Unidos ha osado realizar en contra de un sector poderoso que desea
mantener intactos sus interés mundiales. El circo mediático, incluso por temas
intrascendentes, es la consecuencia de lo que leemos a diario en una prensa que
desvía la atención nacional y mundial de las verdaderas cuestiones
significativas que van marcando los derroteros del devenir de las próximas
generaciones.
Por ello, los temas que leeréis a continuación pueden parecer resultado de la
mente de uno o varios idealistas; pero en la realidad es lo que se está
tratando de configurar en el Próximo Oriente. Personas como Thierry Meyssan que
gozan del privilegio de acceder a dicha información las comparte a un lector ávido y versado en la temática. Que
se lleguen a cristalizar los objetivos dista mucho entre las buenas intenciones
y los profundos deseos de impedirlo.
No con ello debe interpretarse la posición del editor de este blog en favor
de lo que denominó ‘nueva doctrina exterior americana’ (de Trump). El mandatario estadounidense representa a uno
de los círculos puros del poder
económico en pugna con otros, pero su visión difiere de la clásica política
militar intervencionista disfrazada de “labor humanitaria internacional”
(“deber” de defender). Trump se inclina por las relaciones y manejo de las
altas finanzas internacionales para seguir imponiendo el capitalismo brutal en
contra de las clásicas guerras imperialistas, he allí la diferencia.
Tampoco
significa eso que dejará de utilizar la fuerza donde y cuando sea necesario, lo
seguirán haciendo porque los Estados Unidos debe “velar” por su seguridad y sus intereses
económicos, aunque ello signifique implicarse en una nueva guerra. Son las
grandes contradicciones de la política y diplomacia internacional.
Tampoco sería sorprendente que todo este entramado sucumba antes de tiempo,
nadie garantiza que Trump pueda mantenerse en el poder (o con vida); o, que se
vea obligado a rectificar sus políticas. La bronca monumental con los medios, como
la CNN, una de las “vacas sagradas” de la “información” mundial, son una señal clara
que la guerra está declarada. Muchos expertos juristas dentro del país están
siendo consultados sobre la posibilidad legal de intentar aplicar el
“impeachment”, es decir, el proceso de destitución del presidente. La CNN y
otras grandes corporaciones se encargarán de moldear a la opinión pública,
seguro.
No es necesario prologar más el tema, el culto lector podrá apreciar por si
solo esta realidad. Solamente aclarar que el presente reportaje constituye en
realidad dos textos relacionados del autor que han sido publicados en RED
VOLTAIRE hace pocos días. Las notas a píe de página y los enlaces originales podrán
ser consultados en los respectivos enlaces. También es necesario aclarar que la
mayoría de fotografías y los mapas son agregadas por el editor de este blog,
así como los subrayados, negrillas y notas a píe de fotografías.
Gracias por vuestra deferencia
t. andino
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Reajustes en el Medio Oriente
El jeque Tamin ben Hamad al-Thani, emir de Qatar.
Los países del Medio Oriente ampliado se dividen ahora entre partidarios y
adversarios del clericalismo, mientras que Washington, Moscú y Pekín negocian
una nueva distribución de cartas. Thierry Meyssan evalúa el impacto de este
verdadero terremoto en los conflictos que ya estaban desarrollándose en
Palestina, en Siria e Irak, así como en Yemen.
La crisis diplomática alrededor de Qatar ha congelado varios conflictos
regionales y disimulado varios intentos de arreglos vinculados a otros. Nadie
sabe cuándo se levantará el telón, pero lo que sí es seguro es que cuando eso
suceda veremos una región profundamente transformada.
1– El conflicto palestino
Desde que la mayoría de los palestinos fueron expulsados de su tierra –el
15 de mayo de 1948, en lo que hoy se designa como la Nakba– y que los pueblos árabes rechazaron aquella limpieza étnica,
lo único que había modificado parcialmente la distribución del juego era la paz
separada israelo-egipcia pactada en los acuerdos de Camp David (en 1978) y la
promesa de resolver la cuestión palestina mediante la creación de dos Estados,
surgida de los acuerdos de Oslo (en 1993).
Sin embargo, cuando la existencia de negociaciones secretas entre Irán y
Estados Unidos se dio a conocer, Arabia Saudita e Israel decidieron conversar
entre sí. Al cabo de 17 meses de encuentros secretos, se concluyó un acuerdo
entre el Guardián de las Dos Mezquitas y el Estado judío. Este acuerdo se
concretó a través de la participación del ejército de Israel en la agresión
contra Yemen y de la entrega de bombas
atómicas tácticas israelíes al reino de los Saud.
Recordemos que ese acuerdo también preveía hacer que Arabia Saudita
evolucionara de forma tal que su sociedad siguiera siendo salafista y sus
instituciones pasaran a ser laicas. Estipulaba además la independencia del
Kurdistán iraquí –donde se realizará un referéndum en septiembre– y la
explotación simultánea de los yacimientos de gas del desierto de Rub al-Khali
(a menudo designado como The Empty Quarter), en territorios de Arabia Saudita y
Yemen –yacimientos que son la verdadera razón de la actual guerra contra Yemen–
y los de la región de Ogadén –lo cual explica la retirada, esta semana, de las
tropas qataríes de la frontera con Yibuti.
Finalmente, Egipto cedió a Arabia Saudita las islas de Tiran y Sanafir,
cumpliendo así el compromiso que había contraído hace un año. Al aceptar la
posesión de esas islas, Riad reconoce de facto los acuerdos de Camp David, que
estipulan la libre circulación de los barcos israelíes en las aguas
circundantes. Israel incluso confirmó que ha recibido garantías de Arabia
Saudita en ese sentido.
Es importante observar que lo que llevó a Egipto a ceder las islas no fue
la presión de Arabia Saudita –aunque Riad bloqueó tanto sus entregas de
petróleo al Cairo como un préstamo de 12 000 millones de dólares– sino la
crisis diplomática del Golfo. Los Saud oficializaron su ruptura con la
Hermandad Musulmana, proceso que ya venía avanzando desde que el presidente
egipcio al-Sissi les entregó una serie de documentos que demostraban la
existencia de un proyecto de golpe de Estado en Arabia Saudita en el que
estaban implicados varios miembros de la cofradía. Al principio, Arabia Saudita creyó ser capaz de separar a
los “buenos” de los “malos”, entre los miembros de la Hermandad Musulmana.
El reino ya había acusado a Qatar de aportar respaldo a los golpistas, pero en
aquel momento las cosas se desarrollaron por la vía pacífica. Actualmente, Riad
tiene intenciones de luchar contra toda la Hermandad Musulmana y eso lo obliga
a revisar su posición hacia Siria.
La cesión de las islas de Tiran y
Sanafir, egipcias desde la Convención de Londres de 1840, no tiene otra razón
de ser que permitir que Arabia Saudita reconozca de forma implícita –al cabo de
39 años– los acuerdos de paz separada firmados en Camp David entre Egipto e
Israel.
Por su parte, Teherán acogió a la dirección política del Hamas –que se
compone principalmente de miembros de la Hermandad Musulmana–, tanto en
nombre de la solidaridad con la causa palestina como por el hecho que comparte
con los dirigentes del Hamas la misma concepción del islam político.
La próxima etapa será el establecimiento de relaciones comerciales públicas
entre Riad y Tel Aviv, que ya se mencionan en la edición del 17 de junio del
diario británico The Times –varias empresas israelíes parecen haber sido
autorizadas a operar en Arabia Saudita y la compañía aérea israelí El-Al podría
utilizar el espacio aéreo saudita–, y después vendrían el reconocimiento de la
iniciativa de paz del príncipe saudita Abdala –adoptada por Liga Árabe en 2002–
y el establecimiento de relaciones diplomáticas –el príncipe Walid ben Talal se
convertiría en embajador del reino en Israel.
Ese proyecto podría conducir a la
paz en Palestina (reconocimiento de un Estado palestino e indemnización para
los refugiados), en Líbano (retirada israelí de las Granjas de Shebaa) y en
Siria (cese del apoyo a los yihadistas y retirada israelí del Golán).
El tema del Golán ha de resultar particularmente difícil
ya que el gobierno de Netanyahu ha reafirmado –en son de provocación– su
anexión mientras que Estados
Unidos y Rusia reaccionaron duramente ante la expulsión de la Fuerza de Naciones
Unidas de Observación de la Separación (FNUOS) y la sustitución de sus cascos
azules por los yihadistas de al-Qaeda. No sería, sin embargo, imposible que
durante la guerra en Siria, Washington o Moscú se hayan comprometido con Tel
Aviv a mantener el statu quo en el Golán.
Ese proyecto de arreglo general es un reflejo del modus
operandi de Donald Trump y Jared Kushner como hombres de negocios: crear una
situación económica que impone un cambio político. Y encontrará
probablemente la oposición de la Hermandad Musulmana (el Hamas) y del triángulo
del islam político conformado por Irán, Qatar y Turquía.
2– El conflicto en territorios de
Irak y Siria
El malogrado plan del Rediseño del Medio Oriente
Ampliado, tenía como hipotético objetivo, crear nuevas naciones a costa de Irak
y Siria (entre otras estados), la guerra yihadista aportaba, supuestamente, en
nombre de la religión, el elemento sectario que trataba de dividir a sunníes y
chiíes, en base a esa falsa premisa se intentó destruir la unidad nacional de
los países afectados.
Todos los actores regionales están de acuerdo en considerar que Irak y Siria constituyen en este momento un
solo campo de batalla. Pero los occidentales, que se aferran a las mentiras
de la administración de George Bush hijo –incluso cuando admiten la
inexistencia de las armas de destrucción masiva que supuestamente tenía Saddam
Hussein– y a la versión romántica de las «primaveras árabes» -incluso cuando
reconocen que ese movimiento nunca trató de favorecer la libertad sino, por el
contrario, de imponer el islam político– se obstinan en considerarlos dos
escenarios diferentes.
En este punto, remito a nuestros lectores a mi libro ‘Sous nos yeux’ (1) (Ante nuestros ojos) en cuanto a cómo se inició
esta guerra. El hecho es que, desde el inicio de la crisis alrededor de Qatar,
la guerra en Irak y en Siria se ha limitado a:
1 La lucha contra el Emirato Islámico (Daesh), en Mosul y Raqqa, y a
2 La lucha contra Turquía, en Baachiqa y al-Bab.
Lo que resulta evidente para todos en la región es que, desde la llegada al poder del presidente
chino Xi Jinping con el proyecto de creación de dos “rutas de la seda”, Washington ha estimulado la creación de un
«Sunnistán» en territorios pertenecientes a Irak y a la República Árabe Siria.
Con ese objetivo, Washington financió, armó y dirigió las fuerzas del Emirato
Islámico para que bloquearan el eje de comunicación terrestre
Beirut-Damasco-Bagdad-Teherán-Pekín.
Desde hace 4 meses, la
administración Trump estudia y negocia de qué manera pudiera modificar esa
política y reemplazar por una asociación con Pekín la actual situación de
enfrentamiento.
Mientras que en el terreno asistimos a una verdadera sucesión de
acontecimientos contradictorios, los ejércitos de Irak y de la República Árabe
Siria han avanzado rápidamente desde el inicio de la crisis alrededor de Qatar.
En su rápido avance hacia la frontera común, ambos ejércitos han liberado del
control del Emirato Islámico sus zonas fronterizas y hoy están a punto de
entrar en contacto –con lo cual restablecerían la ruta de la seda. Ya sólo los
separan, en el punto de confluencia, unos 200 metros de terreno ilegalmente
controlado por fuerzas de Estados Unidos.
En cuanto a los combates en el sur de Siria… han cesado inesperadamente.
Damasco proclamó unilateralmente un alto al fuego en Deraa. En realidad, Moscú
y Washington dieron a Tel Aviv garantías de que Siria sólo permitirá frente a
la frontera israelí el despliegue de fuerzas rusas, excluyendo la presencia
allí de fuerzas iraníes o del Hezbollah libanés. (Nota del director del blog: Los
últimos acontecimientos demuestran que Israel sigue en contra de este plan. Al
Qaeda y los grupos yihadistas asociados en la región (Hayat Tahrir al-Sham,
Jaysh al Tawheed) lanzaron una fuerte ofensiva en la región y zonas fronterizas
de Quneitra y los Altos del Golán, no solo para ganar terreno a las fuerzas de
Damasco sino para provocar la intervención armada de Israel con las
“provocantes” caídas de proyectiles al lado del Golán ocupado por Israel.
En pocas palabras, si el Pentágono
sigue las órdenes de la Casa Blanca, debería producirse un amplio cese del
conflicto. Sólo quedaría por resolver entonces la ocupación turca de
territorios en Irak y Siria, según el modelo de la ocupación turca en Chipre,
situación a la que la Unión Europea se ha acomodado en una evidente muestra de
cobardía. En la nueva situación, Estados Unidos y Arabia Saudita, hasta ahora
enemigos de Irak y Siria, se convertirían nuevamente en sus aliados. (Nota del editor
del blog: Como ya hemos comentado en diversas ocasiones no siempre las
órdenes de la administración Trump o de otro presidente anterior necesariamente
son obedecidas por los Halcones del Pentágono y otros grupos de poder. Es
incuestionable que Norteamérica se maneja con varias políticas contradictorias
y rivales entre sí)
3– El conflicto en Yemen
Es posible que los yemenitas salgan
perjudicados del actual cambio de situación.
Aunque resulta totalmente evidente que Arabia Saudita
entró en guerra para instalar en Yemen un régimen favorable a la explotación
conjunta de los yacimientos de hidrocarburos del desierto de Rub al-Khali y
para dar al príncipe Mohamed ben Salman la posibilidad de “acumular méritos”,
la ayuda que Irán ha aportado a los Huthis y al ex presidente Saleh desvía las
miradas de los países árabes y de la llamada «comunidad internacional» de los
crímenes que allí se cometen.
En efecto, cada cual tiene que
escoger su bando y casi todos han optado por ponerse del lado de Arabia Saudita
contra Qatar y los aliados turcos e iraníes del pequeño emirato. Lo que pudiera
ser positivo para Palestina, Irak y Siria resulta negativo para Yemen.
Conclusión
Desde el 5 de junio de 2017 y la ruptura de relaciones diplomáticas entre
Arabia Saudita y Qatar, las cancillerías se preparan para una posible guerra,
aunque sólo Alemania ha mencionado públicamente esa posibilidad. La situación
es extremadamente sorprendente, sobre todo si se tiene en cuenta que no es
Arabia Saudita sino Qatar quien ostenta el estatus de observador en el seno de
la OTAN.
Mientras tanto, anuncios de dimisiones siguen llegando constantemente de
Doha y van desde la embajadora estadounidense Dana Shell Smith hasta el
entrenador uruguayo de la selección de futbol de Qatar, Jorge Fossati. Y no
sólo los países que se han puesto del lado de Arabia Saudita han cortado sus
relaciones comerciales con Qatar. También lo han hecho, ante el riesgo de guerra,
numerosas empresas sin vínculos particulares con la región del Golfo, como la
China Ocean Shipping Company (COSCO), la mayor compañía naviera de China y una
de las más grandes del mundo.
En todo caso, aunque sus reclamos –basados en la historia– están realmente
justificados, parece a todas luces imposible que Arabia Saudita anexe Qatar,
teniendo en cuenta que antes se opuso a la anexión de Kuwait por parte del Irak
de Saddam Hussein, basada exactamente en las mismas razones históricas. Una regla se impuso en el mundo desde los
tiempos de la colonización británica: nadie tiene derecho a modificar las
fronteras que Londres impuso con un solo objetivo, que es precisamente
perennizar problemas insolubles para los Estados nacidos de los procesos de
independencia. (Nota del editor del blog: Esto se
aplicará también al Kurdistán iraquí y sus pretensiones territoriales en la
convocatoria a referéndum independista del 25 de septiembre de 2017?)
De hecho, así logra Londres que
esos Estados sigan dependiendo de su antigua metrópoli. En el caso que
ahora nos ocupa, la próxima llegada de 43 000 soldados pakistaníes y turcos que
asumirían la defensa de Qatar debería fortalecer su posición.
Una brisa de laicismo recorre el
mundo musulmán
Prácticamente desconocido en Occidente, Sayyid Qutb
(1906-1966) es el pensador de referencia del “islam político”, o sea de la
voluntad de organizar la sociedad y la vida privada de cada individuo –sea cual
sea su religión– según una interpretación del Islam. Sayyid Qutb llegó a la
Hermandad Musulmana hasta 1953. Excluyó de la ideología de la cofradía los
elementos nacionalistas de Hassan al-Banna y estableció una doctrina
indiferente a cualquier elemento contextual. En 64 años, numerosos musulmanes
del mundo entero abandonaron la espiritualidad del islam para adoptar la
doctrina exclusivamente política de Sayyid Qutb. El pensamiento de este
personaje sirve de base estructural a todos los grupos yihadistas.
El discurso de Donald Trump en Riad ha suscitado una oleada de
posicionamientos contra el terrorismo y en contra del islam político. El mundo
árabe está expresando su sed de laicismo precisamente en el mismo momento en
que esa tendencia se tergiversa en Europa para utilizarla contra las
religiones. Ante esa bocanada de libertad, los británicos están organizando el
bando del islam político alrededor de Qatar, Irán, Turquía y la Hermandad
Musulmana.
Durante la colonización y a lo largo de la guerra fría, las potencias imperialistas utilizaron las
religiones para ahogar toda oposición a su propia dominación. Un ejemplo
flagrante es el caso de Francia, que adoptó en 1905 una importante ley
implantando el carácter laico de sus instituciones… y decidió de inmediato no
aplicarla en los territorios colonizados.
Hoy se sabe que las «primaveras
árabes» eran una iniciativa británica tendiente a poner a la Hermandad
Musulmana en el poder para afianzar así la dominación anglo-sajona sobre el
“Medio Oriente ampliado” (también designado a menudo como “Gran Medio Oriente”).
Desde hace 16 años, los occidentales
vienen acusando a los musulmanes –con razón– de no «limpiar la casa» y de
tolerar a los terroristas. Pero hoy
resulta evidente que esos terroristas cuentan con el apoyo de los propios
occidentales, que los utilizan para someter a los musulmanes mediante el
«islam político». Para Londres, Washington y París el terrorismo constituye una
preocupación sólo cuando rebasa los límites del «Medio Oriente ampliado» y
nunca critican el «islam político», o al menos se abstienen de hacerlo cuando
lo practican los sunnitas.
Al pronunciar su discurso de Riad,
el 21 de mayo de 2017, la intención del presidente Trump era poner fin al
terrorismo que arrasa la región y que ahora se extiende a Occidente. Lo que
dijo Trump tuvo el efecto de un electroshock. Su alocución fue interpretada
como una luz verde para acabar con ese sistema.
Lo que durante los últimos siglos pareció siempre impensable se hace así
bruscamente realidad. Al aceptar poner fin a su relación con la Hermandad
Musulmana, Arabia Saudita arremete contra quienes siguen colaborando con los
británicos y principalmente contra Qatar. Riad ha desatado una tempestad
que conlleva toda una carga de innumerables frustraciones. Por espíritu de venganza beduina, se
cortaron las relaciones diplomáticas y se organizó un bloqueo económico contra
la población qatarí. Mientras tanto, en los Emiratos Árabes Unidos se ha
instaurado una pena de 15 años de cárcel contra cualquier persona que
simplemente exprese compasión por los habitantes del ahora aborrecido Qatar.
Se ha iniciado así un gigantesco
desplazamiento de fuerzas y replanteo de las alianzas que hasta ahora existían.
Si prosigue ese movimiento, la región se organizará alrededor de una división
diferente. La cuestión de la lucha contra el imperialismo cederá su
lugar a la de la lucha contra el clericalismo.
Los europeos vivieron lo mismo durante 400 años, desde el siglo XVI hasta
el siglo XIX. Pero no fue ese el caso de los estadounidenses, ya que su país
fue fundado precisamente por los puritanos, que llegaron al norte de América
huyendo de esas luchas. La lucha contra el cristianismo político fue
primeramente un combate contra la pretensión del clero de la Iglesia católica
de gobernar a sus fieles, incluso hasta en la cama. Esa lucha sólo terminó en
tiempos del papa Pablo VI, quien abandonó la tiara pontifical. Aquella triple
corona debía simbolizar que el papa estaba por encima de reyes y emperadores.
Al igual que el cristianismo original, donde no había sacerdotes (los
sacerdotes cristianos no aparecieron hasta el siglo III), el islam original y
el sunnismo carecen de clérigos. Sólo el chiismo cuenta con una estructura
similar a la del catolicismo y el cristianismo ortodoxo. De hecho, el islam
político está representado actualmente por la Hermandad Musulmana y por el
gobierno del jeque Hassan Rohani (el título de jeque indica que el presidente
iraní Rohani es miembro del clero chiita).
Una alianza clerical está formándose en este momento, con ayuda del Reino
Unido. Esa alianza podría constituir un bloque conformado por Irán, Qatar,
Turquía, Idlib (en el noroeste de Siria) y Gaza, bloque que se convertiría en
protector de la Hermandad Musulmana y, por tanto, en defensor del uso del
terrorismo.
En sólo 2 semanas, la prensa árabe,
que hasta ahora había considerado favorablemente a la Hermandad Musulmana como
una poderosa sociedad secreta y al yihadismo como un compromiso legítimo, ha
dado un brusco giro de 180 grados. Todos los medios árabes denuncian ahora el
hecho que la Hermandad Musulmana pretende controlar la vida de la gente y se
pronuncian contra la locura criminal del yihadismo.
Se dice que uno de los objetivos declarados de los
‘Hermanos Musulmanes’ es “destruir la
civilización occidental desde dentro”, en anteriores entregas habíamos
denunciado la presencia de afiliados a esa Hermandad en altas posiciones del
gobierno de Estados Unidos. El lema de los ‘Hermanos Musulmanes” es: “Alá es
nuestro objetivo. El Profeta es nuestro líder. El Corán es nuestra ley. La
yihad es nuestro camino. Morir en el camino de Allah es nuestra aspiración más
elevada.”
Ese tsunami de comentarios, los siglos de frustración que en ellos se
expresan, su violencia misma, hace imposible todo regreso a la situación
anterior –lo cual no quiere decir que la alianza Irán-Qatar-Turquía-Hamas
logre realmente concretarse. La ola revolucionaria se produce en pleno mes
de ramadán. Las reuniones entre amigos y los encuentros familiares que
caracterizan este mes sagrado para los musulmanes, y que deberían ser de
celebración consensual, están convirtiéndose a veces en ocasiones para el
cuestionamiento de lo que hasta ahora parecían ser las bases mismas del islam.
Si se mantuviese la división a favor o en contra del clericalismo,
asistiríamos a una recomposición general del paisaje político.
Por ejemplo, los Guardianes de la Revolución iraníes, que se crearon en
contra del imperialismo anglosajón, han acumulado rencores contra el clero
iraní. Muchos de ellos aún recuerdan que, durante la guerra que Irak impuso a
Irán, los mollahs y los ayatolas se las arreglaban para evitar que sus hijos
tuvieran que ir a la guerra, mientras que los Guardianes de la Revolución
sacrificaban sus vidas en el campo de batalla. Sin embargo, debilitados durante
el primer mandato de Rohani, parece poco probable que los Guardianes de la
Revolución se atrevan a levantarse contra el poder civil y religioso.
Pero el Hezbollah libanés tiene como líder al sayyed Hassan Nasrallah (el
título de sayyed indica que Nasrallah es descendiente directo del profeta
Mahoma), una personalidad que promueve la separación entre la esfera pública y
la esfera privada. Aunque ejerce simultáneamente una función religiosa y otra
política, Hassan Nasrallah ha estado siempre en contra de la confusión entre
ambas funciones, aunque lo ha hecho aceptando a la vez el principio enunciado
por Platón del Velayat-e faqih (o
sea, el principio del gobierno por un sabio). Parece por tanto poco probable
que el Hezbollah libanés siga al gobierno de Rohani.
En espera de las definiciones que no deben tardar, ya se ven importantes movimientos en toda la región:
- En Libia, la Hermandad
Musulmana abandonó Trípoli, permitiendo incluso que una milicia pusiera en
libertad a Saif al-Islam Kadhafi y que el general Haftar ampliara su propia
influencia.
- En Egipto, el
general-presidente al-Sissi logró que los demás gobernantes del Golfo
redactaran una lista de terroristas.
- En Palestina, la dirección
política del Hamas huyó a Irán.
- En Siria, los yihadistas han
cesado la lucha contra la República Árabe Siria y están a la espera de
instrucciones.
- En Irak, el ejército redobla
sus embates contra la Hermandad Musulmana y la Orden de los Naqchbandis.
- Mientras tanto, Turquía y Pakistán
han iniciado el envío de decenas de miles de soldados a Qatar, que ya sólo logra alimentarse gracias a la ayuda de Irán.
- En Arabia Saudita, la Liga Islámica Mundial excluyó de su consejo de
administración al predicador-estrella de la Hermandad Musulmana y propagandista
de las primaveras árabes, el jeque Qaradawi.
Una nueva era parece estar comenzando en la región.
Thierry Meyssan
Jeque Yussuf al-Qaradawi, egipcio de nacimiento. Líder espiritual
o como se suelen denominarlo el “gurú” de la Hermandad Musulmana. Predica el
Corán, al estilo de los fundamentalistas cristianos (telepredicadores), en la
cadena de Qatar Al-Jazeera, en la que es director del programa “La Sharia y la
vida”. Para nadie es un secreto que reparte bendiciones a los yihadistas en
Siria e Irak. Se dice que muy serio en alguna ocasión afirmó que si hoy viviese
Mahoma sería aliado de la OTAN. Con las nuevas “medidas” acordadas entre
Washington y Riad, los Príncipes saudíes están conformes en sacrificar a
Qaradawi, ya un anciano nonagenario. La cacería comenzó en Egipto con la
captura de la hija y el yerno de este destacado
clérigo de la Hermandad, acusados de planear actos terroristas. Mientras tanto
Yussuf al-Qaradawi está exiliado en Qatar. Ahora sus enemigos (Arabia Saudita,
Emiratos Árabes Unidos, Bahrein, Egipto) lo solicitan en extradición para ser
procesado en El Cairo en diferentes causas, principalmente por incitar a la
violencia. Entre las demandas de los países mencionados en el ultimátum a Qatar
se agrega esta: La extradición de al-Qaradawi y varios miembros de los Hermanos
Musulmanes.
NOTAS:
ENLACE A LAS PUBLICACIONES ORIGINALES DE RED VOLTAIRE
Lectura recomendada del
mismo autor (Thierry Meyssan)
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