Por: Tito Andino U.
Quién pelea contra quién en el norte sirio?
Unos kurdos contra otros kurdos, turcos contra kurdos; unos kurdos y turcos contra árabes, cristianos y asirios; “rebeldes moderados” contra sirios; yihadistas contra sirios y kurdos; otros kurdos contra sirios; Estado Islámico (bajo bandera del Ejército Sirio Libre) junto a turcos contra Siria y los kurdos; unos yihadistas contra otros yihadistas; “rebeldes moderados” contra yihadistas; sirios, kurdos, asirios contra yihadistas, mercenarios y otros grupos terroristas; norteamericanos asesorando a unos kurdos en contra de Turquía y de Siria; turcos contra Siria; turcomanos contra kurdos; turcomanos, cristianos y otras pequeñas milicias contra Siria (pidiendo autonomía); otros turcomanos opuestos a la injerencia otomana contra turcos y yihadistas; rusos, sirios, Hezbolá, milicias iraquíes e iraníes contra yihadistas y otras raras especies “moderadas”.
Al momento de redactar estas líneas, el Estado Islámico aprovechando una "pausa" de los "ataques" de la coalición internacional en su contra en el norte de Siria (Raqqa) envían desde allí grandes contingentes de hombres y material bélico hacia Palmira (sin que la "coalición" se "percate" de ese movimiento); por otro lado, los mismos yihadistas apostados en Mosul (Irak) también transportaron miles de hombres y armamento rumbo al desierto sirio que bordea Palmira, curiosamente la ofensiva terrorista coincide con otro "error" de la "coalición" anti Estado Islámico que ha bombardeado y dado muerte a decenas de militares iraquíes en la zona de Mosul. Coincidencia?
Está usted confundido?
No es ficción es la realidad.
Quien ha seguido con interés todos los artículos
relacionados con el Kurdistán seguramente mantiene aún la misma sensación de
incomprensión general de la realidad geopolítica. Los hechos se encuentran en
pleno desarrollo y el final de las crisis regionales perdurará un largo periodo
más.
No se trata solo de eliminar al terrorismo mercenario implantado
por la OTAN/USA/Israel/ Petro-monarquías del Golfo. Los multimillonarios
negocios (venta de armas y futuras explotaciones de recursos naturales) gozan
de una perspectiva alentadora en materia económica (sumemos a ello una futura
reconstrucción de las infraestructuras).
Ganancias por todos lados. Las víctimas? A cuál poderoso
financista internacional (sea árabe, judío o europeo/americano) le importa el
número de muertos e incapacitados que dejarán las guerras de Medio Oriente,? cuando
se augura un próspero porvenir si se cumplen sus objetivos estratégicos de
remodelar la conflictiva región a largo plazo.
Caos regional perpetuo es un buen negocio para la
industria armamentista, a la vez que los teóricos de la paulatina reducción de
la especie sostienen que es necesario mantener el balance entre los recursos
naturales y la cada vez más creciente población en el mundo, ellos apuestan a
las guerras como una forma “natural” de frenar el desequilibrio entre los
recursos y la humanidad.
Volviendo a la temática kurda y la guerra que se
desarrolla en el norte de Siria e Irak, tenemos otro difícil rompecabezas. Los
actores son demasiados, los intereses son distintos y plantear una hipótesis es
tan arriesgado como pronosticar cuándo terminará la guerra en Siria. Si se
logra acabar con el terrorismo mercenario o expulsarlo es probable y hasta
inevitable un nuevo conflicto entre sirios y turcos y/o kurdos independistas,
en cualquier escenario los turcos estarán presentes, ya sea contra Siria o
contra los kurdos. Tenemos, además, el frente de los Altos del Golán con un
Israel en plano belicoso apoyando abiertamente a los yihadistas.
Hemos leído que los rusos conversan, negocian y llegan a
compromisos con los gobiernos de Israel y Turquía para que no metan más las narices
en la crisis siria, buen trabajo de la diplomacia rusa; pero, israelíes y
turcos acatan los acuerdos? Un rotundo no es la respuesta.
Sobre el terreno, ante el avance de las tropas sirias sobre
los bastiones de los “rebeldes moderados” de Obama, de la OTAN y otros, las alianzas
momentáneas de conveniencia se hacen y deshacen tan fugazmente como fueron
pactadas, según los cambios constantes del mapa. Comentábamos en otro artículo
las traiciones de un amplio segmento de kurdos sirios de la YPG rebautizados
como FDS (Fuerzas Democráticas de Siria) y su contra-natura alianza con los
turcos y estadounidenses.
El ex líder sirio kurdo, Salih Muslim,
pactó con Ankara crear un Kurdistán sirio en el norte del país levantino y
acoger allí a todos los kurdos turcos expulsados de Turquía, sin duda se
planeaba reconocer a Muslim como presidente de ese pseudo Kurdistán, mejor
dicho un pseudo estado títere de Turquía.
Para ese efecto a fines de octubre del 2014 se reunió en Francia con el
presidente Hollande y, en el mismo palacio del Elíseo, aprovechando la visita,
de manera clandestina, tuvo un encuentro con el presidente turco Erdogan. Los
tres mencionados personajes acordaron ejecutar un plan ya desarrollado por el
ex presidente francés Sarkozy y su
ministro de relaciones exteriores, Alain Juppé, junto al ex ministro de
exteriores turco Ahmet Davutoglu.
Muslim partió al exilio dorado en Turquía. Pero, quién en
su sano juicio pensó que esta atrocidad planeada en el siglo XXI podría culminar
con éxito? Seguramente en la mente psicopática del jefe de estado turco que
sueña con restaurar el imperio otomano, naturalmente él, Erdogan, deberá ser
erigido el nuevo Califa.
Pero la historia no termina ahí. La deslealtad de Muslim,
su traición a los auténticos patriotas kurdos fue “premiada” recientemente por Turquía con
la emisión de una orden de captura en su contra y de decenas de dirigentes
kurdos-sirios miembros del PYD (organización política kurdo-sirio que controla
las fuerzas de combate de la YPG). La resolución judicial fue dictada por los
órganos de justicia de Turquía (bajo control del régimen de Erdogan). Por qué?
Según analistas esto se debe a que Muslim y otros se arrepintieron del pacto y
renegaron de su “padrino” Erdogan al apreciar que la represión de las fuerzas
armadas de Turquía en contra de los kurdos turcos bordea lo más cercano a un
nuevo genocidio. Dónde está Muslim hoy?.

En estos días, el autoproclamado nuevo ”Fuhrer” de
Oriente Medio, Recep Tayyip Erdogan, presidente de Turquía, declaró la guerra a
Siria, en un acto público en Estambul expresó que el operativo militar turco en
el norte de Siria es para derrocar al gobierno legítimo de Bashar al Assad. "Hemos
aguantado durante demasiado tiempo, pero al fin entramos en Siria junto con el
Ejército Libre Sirio". Erdogan recalcó
que "estamos allí para restablecer la justicia y poner fin al dominio
del cruel tirano Assad". Señaló que
su razón principal de intervenir en Siria no es siquiera combatir a los kurdos,
mucho menos a sus socios yihadistas del Daesh o Estado Islámico, el objetivo
sería el derrocamiento del presidente Bashar Asaad.
Como ya sabemos Turquía está involucrada en esta guerra
de forma activa desde 2011. Aunque 'Escudo del Éufrates' (así bautizada la
intervención turca en Siria) es militarmente reducida, no hay que desestimar el
inmenso aprovisionamiento de pertrechos militares y personal armado que
ingresan por la frontera turca para los militantes del Estado
Islámico, Ejército Libre Sirio (ELS) y otros frentes yihadistas en Alepo y el
norte sirio en general.
Mientras se discute si la retórica de Erdogan es
propaganda, todo indica que su aspiración real, sobre el terreno y por el
momento, es intentar destruir a las milicias de la YPG kurdas, para ello tiene
el apoyo del ELS y del Estado Islámico. (los extremistas del EI se han
rebautizado ELS en algunas zonas como en Yarablus), una de las prioridades es
crear una zona de seguridad en el norte de Siria libre de “terroristas”,
kurdos, por supuesto; y, otra, es instalar en esa zona a los desplazados
internos (según Erdogan), que bien podrían ser los kurdos expulsados de
Turquía.
Erdogan luego de recibir una respuesta categórica del
presidente Putin (jalón de orejas) sobre sus anhelos golpistas en contra del
gobierno sirio, ha vuelto a meter el rabo entre las piernas, sus asesores
aseguran que se ha mal interpretado sus palabras, que su objetivo en el norte
sirio sigue siendo crear una zona de seguridad de 5.000 kilómetros para acoger
a los refugiados internos sirios (algo digno de aplaudir salvo que es un
“proyecto” turco).
El presidente Erdogan sigue ocultando sus otros discursos. Ejemplo: Aquel referente a crear “un segundo ejército nacional en
Siria”, para buen entendedor el presidente Erdogan pidió la formación de ese
“ejército nacional” tomando como base las diferentes organizaciones armadas de la "oposición moderada", conocidos también como “rebeldes” (casi inexistente). Los turcos, sus socios de la OTAN/Israel y Monarquías absolutistas del Golfo aspiran que a éstos grupos les corresponda la tarea de supervisar la insistente zona de seguridad y de exclusión
aérea turca en Siria -todo esto en la ficción de Erdogan- .
En concreto, para dejarnos de tanto cuento, es el
proyecto final para desmembrar el territorio sirio. Otros discursos de Erdogan –de pura
retórica nacionalista- insisten en la reivindicación turca sobre territorios de
Irak, Siria y hasta Chipre e islas griegas.
Pese a toda esta cantaleta del ‘führer’ turco, los hechos
demuestran que ha fracasado en todas sus aspiraciones, seguramente seguirá
victimando a cuanto kurdo sea posible, pero su política internacional, en sí, es un
fiasco total.
La historia parece volverse infinita. Ahora, luego de los
éxitos del ejército árabe sirio en Alepo con respaldo de sus aliados e inclusive de los
kurdos, el gobierno del presidente al Assad tendrá que buscar un
consenso con las fuerzas kurdas para seguir operando en el norte sirio,
principalmente para la futura batalla por Idlib y Raqqa, en esta última ciudad otras
fuerzas kurdas, (ahora denominadas FDS (Fuerzas Democráticas de Siria), aliadas de los Estados Unidos se alistan para asaltar la capital del
Califato.
Seguir atacando al Estado Islámico en sus fortalezas de
Idlib y Raqqa sin un previo acuerdo con los kurdos significa para Siria un duro
cometido, no tanto por los kurdos, sino porque los Estados Unidos tiene metido las
manos en el hervidero.
Los norteamericanos aspiran un trozo del pastel atacando
a través de sus nuevos socios kurdos a sus ex socios del Estado Islámico. Sería
un desprestigio internacional que los USA no brinde su “aporte” a la lucha
contra el terrorismo internacional y, sobre todo, la perspectiva de aumentar su
esfera de influencia en los kurdos sirios es atractivamente tentadora para un
irrealizable sueño, un Kurdistán en el norte de Siria... Aspiración que por un corto lapso de tiempo también compartió Turquía! con otros métodos y en agrias disputas con sus socios norteamericanos… En fin, este pandemonio "geoestratégico" ni yo mismo me explico como ha sido desenmarañado.
Demos paso a un importante análisis del
experto internacional Thierry Meyssan sobre el asunto que hemos resumido
previamente: Turquía – Kurdistán – Francia y otros actores.
*****
Francia y Turquía contra los kurdos
por Thierry Meyssan
Si los medios
occidentales no logran explicar las guerras que asolan el «complicado Oriente»
es porque no quieren reportar lo que pasa a escala regional. En lugar de entrar
a discutir si lo que sucede en Siria es una revolución, una guerra civil o una
agresión, o si la represión en Turquía se justifica o no, Thierry Meyssan
propone una lectura diferente de los hechos a través del caso de los kurdos.
Al
colaborar con el presidente turco Erdogan, el kurdo sirio Salih Muslim ha
llevado parte del pueblo kurdo a la derrota. Ahora trata de rectificar su error
y Ankara ha emitido contra él una orden de arresto.
Los medios
occidentales de difusión abordan los acontecimientos del Medio Oriente país por
país. Eso no sorprende a sus lectores, que en su mayoría desconocen la historia
de esta región, pero lo cierto es que no logran entender este «complicado
Oriente» perpetuamente en guerra.
El Medio Oriente no
es para nada comparable con, por ejemplo, Europa, sino más bien con África ya
que sus fronteras no se basan en realidades geográficas sino en los “arreglos”
entre las potencias coloniales. A lo largo del siglo pasado, los Estados del
Medio Oriente se esforzaron por convertir sus poblaciones en verdaderos
Pueblos. Sólo Egipto, Siria e Irak lo lograron.
Durante los últimos 5
años, la prensa occidental ha hablado de «revolución democrática» en Túnez, en
Libia, en Egipto y en Siria, ha hablado de «injerencia iraní» en Bahréin,
Líbano y Yemen y de «terrorismo» en Irak. Pero en el Medio Oriente, todas las
fuerzas implicadas, exceptuando solamente a las petrodictaduras del Golfo, han
denunciado esa lectura de los acontecimientos y presentado una interpretación
regional completamente diferente.
Observemos, por
ejemplo, la situación de los kurdos.
Podría explicar aquí la situación del Emirato Islámico (Daesh), pero este
segundo ejemplo sería mucho más difícil de aceptar para los lectores
occidentales.
Según la prensa occidental,
los kurdos son felices en Irak, donde disponen de una autonomía casi total en
el marco de un sistema federal felizmente impuesto por Estados Unidos. Pero en
Siria luchan a la vez contra la dictadura alauita de la familia Assad y la
opresión sunnita extremista del Emirato Islámico. Y están demasiado oprimidos
en Turquía. Pero son un Pueblo con derecho a un Estado independiente… en Siria,
pero no en Turquía.
Para los propios kurdos, la realidad es muy distinta.
Los kurdos tienen una
cultura en común, pero no comparten la misma lengua, ni la misma historia.
Para explicar las
cosas brevemente hay que decir que los kurdos de Irak eran principalmente
pro-estadounidenses durante la guerra fría mientras que los de Turquía y Siria
eran pro-soviéticos.
Preocupado ante el fuerte respaldo que la URSS encontraba
en Turquía, Estados Unidos organizó primeramente una ola de migración kurda
hacia Alemania, para que Turquía no se sintiese tentada a romper con la OTAN.
Posteriormente, Estados Unidos estimuló la represión contra los kurdos del
PKK [1]. Durante la guerra civil de los años 1980, cientos de miles de
kurdos turcos del PKK buscaron refugio en Siria, junto a su líder, Abdullah
Ocallan, y obtuvieron la protección del Estado sirio. En 2011, esos kurdos de Turquía y sus descendientes
optaron por la nacionalidad siria.
Entremos ahora en la
parte fundamental de este tema. Nadie mencionó la existencia de una «cuestión
kurda» durante lo que llamaré la Primera Guerra de Siria –la que trató de
extender a ese país la «primavera árabe» utilizando las técnicas de las guerras
de 4ª generación. Todo comenzó poco a poco a partir de la Segunda Guerra de
Siria –la que se abrió con la conferencia de los autoproclamados «Amigos de
Siria», realizada en París, en julio de 2012.
Las
declaraciones de los dirigentes de los países miembros de la OTAN hacían pensar
que el derrocamiento de la República Árabe Siria era inminente
y que la Hermandad Musulmana ascendería al poder en Damasco, como ya había
sucedido en Túnez, en Libia y en Egipto. Así que Turquía invitó las poblaciones
del norte de Siria a venir a su territorio, a ponerse al abrigo de los
sobresaltos de la «revolución». En septiembre, Ankara incluso nombró para esas
poblaciones un «walli», o sea un prefecto turco. Pero ese término proviene de
la época otomana y recuerda la opresión del sultán. Bajo la autoridad directa
del entonces primer ministro turco Erdogan, ese prefecto –cuyo nombre es Veysel
Dalmaz– distribuyó entre los «refugiados» miles de millones de dólares
facilitados por las petrodictaduras del Golfo.
En aquel momento,
todos vieron que se trataba de una maniobra para debilitar a Siria. Pero nadie
entendió el verdadero motivo de aquel desplazamiento de población, a pesar de
que Kelly M. Greenhill –muy vinculada a la embajadora de Estados Unidos en la
ONU, Samantha Power– ya había publicado un trabajo universitario sobre La ingeniería estratégica de las
migraciones como arma de guerra [2], trabajo que debería que haber llamado
la atención sobre aquel movimiento. Turquía construyó nuevos poblados para
albergar a los sirios, pero no los puso en manos de estos desplazados. De hecho,
aún hoy siguen inhabitados. Ankara comenzó por hacer una selección entre los
refugiados, según sus opiniones políticas, a algunos los mantuvo en campamentos
donde podían recibir formación militar antes de mandarlos de regreso a Siria
como combatientes, y a otros los mezcló con la población turca para explotarlos
como fuerza de trabajo barata.
Las poblaciones restantes en el norte de Siria se
componían principalmente de cristianos, kurdos y turcomanos.
Estos últimos se pusieron masivamente al servicio de Turquía y fueron
puestos bajo las órdenes de la organización de los Lobos Grises (Bozkurtlar) milicia
fascista creada en 1968 por cuenta de la OTAN. Por su parte, Damasco creó
milicias cristianas y kurdas para garantizar la protección del territorio.
Durante 2 años todos los kurdos sirios lucharon bajo las órdenes de la
República Árabe Siria.
Traicionando al
fundador del PKK, Abdullah Ocallan, y a sus hermanos kurdos, el sirio Salih Muslim se alió con la
Turquía que en los años 1980 masacró parte de su propia familia. Se reunió secretamente en París con los
presidentes de Turquía y Francia –Hollande y Erdogan– y concluyó con ellos un
pacto. Francia y Turquía se comprometieron a hacerlo presidente de un Estado
independiente que se crearía en el norte de Siria. A cambio, Salih Muslim
tendría que «limpiar» el terreno masacrando la población cristiana,
exactamente como otros kurdos masacraron –hace un siglo– a otros cristianos por
cuenta de los otomanos. Salih Muslim
tendría que aceptar después que Turquía expulsara hacia el Estado donde él
sería presidente a los kurdos turcos, que a su vez serían reemplazados por
refugiados sunnitas sirios en los territorios kurdos de Turquía.
Este plan tiene una
larga historia. Fue trazado por Ahmet Davutoglu, entonces ministro turco de Exteriores,
y su homólogo francés Alain Juppé, en 2011, antes de la incorporación de
Turquía a la guerra contra Libia y antes del comienzo de los desórdenes en
Siria. El Pentágono lo asumió públicamente, en septiembre de 2013, cuando Robin
Wright publicó en el New York Times el mapa de ese futuro Estado, y también el
mapa de lo que sería el Califato de Daesh. Por supuesto, el primer Estado se
llamaría «Kurdistán», a pesar de hallarse muy lejos del territorio del
Kurdistán histórico definido por la Comisión King-Crane en 1919 y reconocido
por la Conferencia en 1920. El segundo Estado sería un «Sunnistán» y abarcaría
territorios pertenecientes a Irak y Siria, cortando así definitivamente la
«ruta de la seda», que China espera restablecer.

Este plan perseguía los
objetivos del sultán Abdulhamid II, de los Jóvenes Turcos y del Tratado de
Lausana, firmado en 1923: la creación de
una Turquía exclusivamente sunnita y la expulsión o masacre de todas las demás
poblaciones. Fue precisamente para impedir ese plan y condenar a quienes
habían iniciado su aplicación con la masacre de armenios y de griegos pónticos
que Raphael Lemkins creó el concepto de «genocidio», cuya definición se
aplica hoy tanto a los actos cuya responsabilidad recae en hombros de los
franceses Juppé y Hollande y de los turcos Davutoglu y Erdogan.
Nadie debe
confundirse sobre lo que aquí escribo. Si bien París y Ankara quieren crear una
Turquía exclusivamente sunnita, el hecho es que la mayoría de los sunnitas se opone a ello, lo cual explica la
feroz represión desatada tanto en Turquía como en los territorios del Califato
de Daesh.
En
julio de 2015, el gobierno de Erdogan ordenó a Daesh la realización de un
atentado en la localidad turca de Suruc,
atentado que causó la muerte de kurdos y alevitas –estos últimos son el
equivalente turco de los alauitas sirios– que expresaban su apoyo a la
República Árabe Siria. Erdogan utilizó ese atentado como pretexto para romper
la tregua pactada en 2009 con el PKK. Simultáneamente, cortó todo
aprovisionamiento a una parte cuidadosamente seleccionada de los refugiados
sirios. Así iniciaba Ankara la ejecución del plan anteriormente descrito… y
también comenzaba el calvario de Turquía.
En agosto, Turquía
empujó los refugiados sirios, a los que había previamente privado de todo
recurso, a huir hacia la Unión Europea. En octubre, en Siria, los
hombres de Salih Muslim atacaron las comunidades cristianas asirias y trataron
de “kurdizar” sus escuelas por la fuerza mientras que, en Turquía, el AKP
de Erdogan saqueaba 128 sedes políticas del HDP –partido pro-kurdo– y más de
300 establecimientos pertenecientes a kurdos. Las fuerzas especiales turcas
masacraron a más de 2000 kurdos turcos y arrasaron parcialmente las ciudades
de Cizre y Silopi. Nuestros lectores han podido seguir esos hechos, pero
los medios occidentales no los mencionaron y sólo ahora –más de un año después–
comienzan a hablar de Cizre y Silopi como ciudades mártires.
Con ayuda de Massud
Barzani –el presidente «vitalicio» del Kurdistán iraquí– Salih Muslim impuso el
reclutamiento obligatorio de los jóvenes kurdos sirios para reforzar sus tropas
e imponer el terror. De eso tampoco hablaron nunca los medios occidentales, que
prefieren la prosa romántica sobre Rojava. De hecho, los jóvenes sirios de origen kurdo se rebelaron en masa y prefirieron
unirse a las Fuerzas de Defensa de la República Árabe Siria.
En septiembre de
2016, el presidente Erdogan anunció que Turquía concedería la nacionalidad
turca a una parte de los refugiados sirios que aún quedan en ese país –los que
apoyan el plan de una Turquía exclusivamente sunnita. Serán estos quienes
finalmente recibirán los apartamentos construidos hace 4 años.
Atrapado entre su
ambición personal y la solidaridad de sus hombres hacia sus hermanos kurdos de
Turquía, el colaborador Salih Muslim se
volvió finalmente en contra de Ankara, que acaba de emitir contra él una orden
de arresto en noviembre. Después de recibir al secretario general de la
OTAN, el presidente Erdogan anunció que
quiere «renegociar» el Tratado de Lausana. Erdogan pretende anexar varias islas
griegas, el norte de Chipre, una parte de Siria y también parte de Irak, para
crear en 2023 el 17º imperio turco-mongol.
Y desde ahora el
ejército turco está ocupando territorios en Siria –Yarablus– y en Irak
–Baachiqa. Cuando el primer ministro iraquí, Haidar al-Abadi, lanzó una
advertencia a Turquía sobre ese acto de guerra, el presidente Erdogan le
respondió con arrogancia que no está «a su nivel» y lo intimó a «mantenerse en
su lugar». Al ser cuestionado por dos veces ante el Consejo de Seguridad de la
ONU, el embajador de Turquía y ex ministro de Exteriores Feridun H. Sinirlioglu
respondió que su país actúa por el bien de las poblaciones y que por esa razón
Irak no debe invocar el derecho internacional ni quejarse.
En
un campo de batalla, no puede haber tres bandos, sino dos.
En la actual guerra tenemos, de un lado, a Turquía, que pretende dividir
las poblaciones en comunidades e imponer la supremacía de una de esas
comunidades sobre las demás. Del otro lado está la República Árabe Siria,
que defiende la paz y la igualdad entre comunidades que conviven pacíficamente.
¿De qué lado está
usted?
Thierry
Meyssan
NOTAS:
[1] Fundado en 1978,
el PKK (Partido de los Trabajadores del Kurdistán) lucha fundamentalmente por
los derechos de los kurdos en Turquía. Nota de la Redacción.